Llewyn se llevó un dedo a la frente. En ella era un típico gesto de pensar, de considerar algo seriamente la propuesta de Procellae no era menor, aunque pareciera casual.
-¿Dices que puedes... ofrecer... qué precisamente?
Contestó con una sonrisa amable.
-Creo que en parte es un ofrecimiento egoista, aunque perdonad, despues de todo no soy gran negociante.Me parece también que me han cobrado de mas por la mayoría de las cosas que aqui traigo conmigo. Pero -y pasando como si nada de un tema tan trivial a otro de sumo interés para ambas partes, dijo-...¿habéis pensado en expandiros mas? En...Ampliar vuestros caminos. Aún tan lejos, hasta el sur ha llegado la buena reputación de estas tiendas
La Vrander sonrió imaginando momentaneamente el que timaran a la elemental.
-Uno paga lo que considera justo, y lo vende por un precio que lo satisface. Nunca hay algo caro, si la otra parte está dispuesta a pagarlo. Ni demasiado barato.
-Claro, a mi me ha parecido justo -admitió- Aunque muchas cosas aqui me son nuevas
-Los Vandrer exploramos, vamos lejos. Buscamos mercancías, historias, valor. Pero esto...
La Jefe de Expedición hizo un gesto, que intentó abarcar las carpas mas allá de la suya, el delicado perfume que se colaba dentro de aquella tienda, su esencia...
Procellae cuidó de que no escapase un pendiente de obsidiana de su agarre. No sabía porque lo había comprado, a parte de que la piedra se le hacía curiosa. Sin embargo no perdía detalle, aunque pareciera, de lo que decía Llewyn. No solo lo que salía de los labios, sino de lo que podía llegar a comunicar mucho mas ampliamente con sus ademanes. Sabía que comparadas con su especie, las gentes que allí habitaban vivían poco. Por eso le calló gratamente bien ver que el juicio en relación edad-inteligencia que Roth solía defender a capa y espada estaba siendo demolido en cada palabra de aquella conversación.
-Esto no es una exploracion, es un hogar. Y no puedes ofrecerme eso.
Procellae asintió, no podía de ninguna forma rebatir aquello.
-Es cierto. No podría reemplazar algo así. Pero quizá si pueda ofrecer una casa amiga. No buscáis solo lo material por lo que se ve. Hay cosas desconocidas para vosotros en el sur, estoy segura de ello. Desconocidas, pero bellas...quizá sea porque tengo mucho aprecio a mi tierra, pero el latido vital de Flora, o el reflejo de la luz a través del cristal de la ciudad helada...
Llewyn lo consideró, para sus adentros, y quiso saber:
-Y sin embargo... ¿Tú que ganarías? ¿Cual es tu precio?
Procellae apoyó sobre la mesa el vaso de aquella bebida, que le había dado una ligera sacudida a la cabeza. Lo miró, y luego la miró a ella
-Parecéis ilustre. Seguramente sabráis que no fuimos los mas agraciados en un pasado, por el hecho de que muchos hermanos se creyeron autosuficientes y por encima de otros seres. No voy a cometer el mismo error que ellos. Me parece una tontería creer que nadie tiene nada mas que pueda ayudarnos a mejorar. Mi paga sería tan solo el convivir mas y mejor, que aislados en nuestras tierras. Haciendolo mas simple...Me parece muy aburrido no tener contacto con nadie mas. Y poco saludable para las proximas generaciones -finalizó apoyando las manos en el regazo.
-Oh...- la Vrander sonrió con mayor amplitud.
-Los que no nacimos en estos ultimos años de paz probablemente estamos condenados por nuestro pasado. Pero en el futuro...- Procellae suspiró y tras desviar la vista unos instantes Llewyn pudo ver una mirada ligeramente empañada por la preocupación- Inicialmente solo venía a hablaros de esto. Pero hace unos minutos las cosas han cambiado. He de instaros a ser prudente y cuidadosa a partir de ahora. Probablemente lo seais ya, se puede ver incluso a través de vuestros movimientos la naturaleza que guardáis
Llewyn apoyó las manos en sus rodillas. La candidez del ser que tenía delante la enternecía, casi.
-Dejame darte una pequeña lección de historia. Los Vandrer nacimos sobre Vandrerfan, la gran Ciudad Voladora. Ciudad que conoce todo el mundo, trayendo sus mercancias a Hydratan, entre otros lugares. Hydratan no necesita salir al mundo, cuando el mundo viene a nosotros. Vandrerfan viajó el mismo centro del mal para matar a un Dios. Nosotros, los Vandrer, casi perdemos hasta el último niño entrando al Infierno en nombre de las razas de Albur.
En este punto acarició la curvada hoja en su cinto. Luego continuó:
-Somos prudentes. Somos guerreros. Somos viajeros. Pero mi trabajo es cuidar de Hydratan, cuidar este puerto.
Procellae rió un poco, cortesmente.
-Me hacéis sentir muy vieja con tanta vitalidad. Parece que no hace falta aconsejaros entonces
-Entre los Vandrer tenemos un dicho: descansaremos en la muerte. Pero tu pedido resuena con palabras de verdad. Muchos de los míos quieren salir, ver mundo. Muchos se preguntarán por tus tierras, por tus tesoros. Soñarán con irse contigo. Eso te ofrezco. Entrega tu oferta a los hombres de Hydratan. Muchos te seguirán, y volverán. Y el lazo será verdadero, y no un negocio, ni una oferta
La emperatriz le observó con tranquilidad.
-Me lo ponéis difícil -Miró alrededor entonces, seriamente- Usualmente tengo un subordinado cerca que me recuerda mis deberes. Me sorprende que no me haya encontrado aún. Tendré que empezar a huir de él mas seguido, para venir a comprar con mas frecuencia hasta aqui.
Y asintió sus propias palabras, como guardando una nota en su mente.
-Parece que conocéis lo que es el calvario a la perfección. Guardaré muy bien vuestras historias, y las haré saber de donde vengo. Sin embargo escuchadme -le instó- Cuando venía hacia aqui...el viento no arrastraba consigo buenos presagios. La tierra esta mas tiesa que de costumbre. Los cristales que hay atesorados en sus entrañas vibran en resonancia, y esta se transmite por toda ella hasta incluso el hielo de los picos mas altos. Este asciende al cielo tras recibir el calor del sol, aún con toda su inquietud, y tras seguir viajando vuelve a bajar por los lagos y los mares mas diversos antes de volver a la tierra. Y en todo este ciclo...cada faceta salvaje de Albur guarda sus propias impresiones. Y estas flotan, y se extravían en el viento. Hay algo que no esta bien, no sabría bien como explicaroslo, pero tiempos complicados se acercan, de nuestra especie, quienes no estamos corruptos podemos sentirlo -La elemental devolvió la mirada a Llewyn, con respeto y sobriedad -Ahora se que, tanto como yo, no dejaríais a los vuestros volver a pasar por un segundo averno bajo ningun concepto.
Se puso de pie con cuidado e inclinó levemente la cabeza, de forma educada. Aquella pequeña reunión estaba llegando a su fin.
-Cuidaos mucho, Llewyn. Intentaré avisaros la proxima vez -finalizó con un tinte divertido. Y de repente saltó a otro tema distinto, como era su costumbre- Creo que, ahora que reparo en ello, he traído muchas cosas para mi, pero nada para vos . Sería bueno que lo solucionada prontamente, antes de quedar en plena descortesía.
Se quedó unos minutos pensativa.
Se inclinó algo sobre la alfombra, y extendió el dedo meñique hacia ella. La muñeca fue moviendose haciendo que la yerma rozara la tela del suelo, como si intentara quitar una mancha con movimientos ligeramente ovalados, y a lo largo. ¿Estaba jugando?
La respuesta llegó pocos instantes despues, al observar con mas atención. Empezaba a haber un tenue resplandor, que iba tomando el color azur de ella, en el suelo. Por instantes, parecía que aquella energía que ahora estaba informe manchando ese trozo del tejido iba leudando, aumentando su cantidad aunque seguía siendo pequeña. Ella llevó una mano al ojo derecho, y luego volvió a posarla sobre aquella extraña materia. Y a dejarla el libertad un objeto de metal vibrante como la plata se encontraba reposando con tranquilidad. Emulaba la forma de un ojo corriente, cuya pupila estaba compuesta por una aplanada joya levemente azulada, así como el cuerpo de ella, que reflejaba la luz que le llegaba en mil colores distintos.
-Os ruego que aceptéis esta pequeña baratija. Si algún día tenéis un problema severo, que escape incluso de vuestras manos, dejad que este iris vea el problema. Intentará ayudaros de algún modo, y estaré consciente de que estáis en un aprieto.
Tras dejar el Ojo Céfiro sobre la pequeña mesa cercana, la reunión concluyó.
Comandar Avatar - Evento: Creación del tesoro "Ojo Céfiro" (1 pm)
Muchos cambios comenzaron a hacerse en las tierras elementales.
Se prohibio la adoracion a todos los dioses,simbolos y estatuas fueron destruidas y quemadas.
A cada pueblo elemental se le encargo una tarea:
Los del fuego serian la espada ,el brazo armado,para ello crearon el jramento un codigo de honor y de batalla que marcaba una forma honorable de vivir y combatir aparte de ser un documento donde se enseñaban mucha sformas de liderazgo en el campo de batalla y estrategias.
Los del agua se convirtieron en misticos y magos ,debian pasar determinadas pruebas que les conducirian a traves del desierto de fuego hasta el oasis de la serpiente gigante,alli si lo conseguian eran obsequiados con el veneno de esta que ingerido mataba o daba poderes sobre la magia ,de entre estos ultimos uno de cada 1000 se convertia en oraculo y podia ver el futuro.
Los del aire se convirtieron en grandes diplomaticos recorrian todo el continente ,negociando,conociendo nuevas gentes pactando y fomentando la estabilidad alli donde ivan
Los de la tierra tomaron el papel de artesanos fundaron muchos gremios y de decicaron a la fabricacion y al comercio.Multiples carvanas llevadas por chocobos fueron enviadas a todos lados esperando conseguir tratos y negocios.
Los de la sombra se convirtieron en grandes agentes de inteligencia que apoyados por las ordenes de espias informaban de todo movimiento en los diferentes pueblos vecinos,los datos eran recogidos al dedillo y todo iva a parar a manos de su señor.
Y en cuanto a este ,governaba la ciudad que una vez estuvoescondida pero ,esta ya nunca mas lo fue.
Abierta a todas las razas era la unica poblacion elemental que poseia habitantes de todo Albur.
Es mas incluso se creo una orden de aventureros que buscaba una forma de poder resolver conflictos y situaciones ,la cual haria surgir mil y una aventuras en los proximos años en Albur.
Y en el fondo del crater del vacio alli unos ojos reptilianos miraban mas alla del cielo a la nada ,mientras el inmenso dragon le preguntaba.
¿-Que has visto Vandrer?-Mientras el leviathan tomaba lugar alrededor del oraculo.
-He visto muerte,guerra,destruccion y penurias-dijo este con una sonrisa en los labios
-¿Y entonces porque sonries ?,no lo entiendo..
-Porque he visto mas alla,porque hay esperanza si aun hay futuro,porque Albur no se acaba aquí...
Crear orden aventureros -4ptos
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