Partida Rol por web

Enarco levemente las cejas ante la precipitada marcha de nuestros dos invitados inesperados. Tal como llegaron, se marchan. Ciertamente es intrigante sus formas de proceder, pero no seré yo quien se oponga a los deseos de Lucita de Aragón, ni quien intente detener a un hombre que cree ser guiado por Dios.
Observo a mis compañeros y sus reacciones.

- De disponer que los caminos sean seguros, puedo hacerme cargo junto a los soldados. Estoy mejor preparado para ello que para encontrar secretos en textos tan antiguos como éstos. - dijo en respuesta a Lenz, estirando despacio la espalda para alejar la tirantez exánime del día de su anatomía no-muerta. - Superan y mucho mi preparación.

Miró sorprendido a la pareja, que estaba dispuesta a hacer una marcha tan precipitada como había sido su encuentro con el grupo. - ¿Simplemente con la copia? Estoy convencido de que la clave para su traducción debe estar cerca, en alguna parte de estas ruinas. Me parecería ilógico que nuestro Señor os guiase hasta tan lejos para que diérais la vuelta sólo con la mitad de su mensaje, pero no me interpondré en vuestros deseos.

Dicho aquello, les hizo una educada y profunda reverencia a ambos. - Un placer conocerles, dama Lucita de Aragón y señor Anatole. Espero que nuestros caminos vuelvan a cruzarse pronto de nuevo.

Al parecer la mano de obra estaba de camino. Otra tarea que no hacía falta que realizara la de reclutar trabajadores eficientes. Otra decepción. ¿cuántos días de aislamiento me iba a pasar rodeado de esos 4 vástagos? y encima los dos locos ahora se marchaban. Agh... solo de pensarlo me entraba rabia. 

- ¿En serio? ¿Tanta prisa por qué?

Digo en voz alta ante la repentina marcha de aquellos dos. "¿no se supone que somos inmortales y tenemos todo el tiempo del mundo?" Mi cabeza buscaba excusas para hacer que se quedaran. Cuanto más reducido el grupo, más aburrimiento. Pero al mismo tiempo no tenía intención de irles detrás. "No es mi estilo."

- En fin. Seguro que sí.

Le respondo a Anatole brindándole una de mis encantadoras sonrisas. Y luego les doy la mano y me despido cordialmente.

- Hasta la vista.

"Bueno, mala manera de empezar la noche... pero intentaremos que mejore"

- Yo iré con el caballero de la Cruz.- al fin y al cabo era uno de los más sensatos de mis compañeros con quien a penas había tenido tiempo de conversar.- nos podemos llevar una patrulla y peinar la zona a ver si hay campesinos o algún potencial peligro cerca.

"Por dios.. espero que haya más civilización cerca o me cortaré las venas. Otra vez. Ja!"

La despedida de nuestros nuevos amigos nada más está completada su copia no hace si no reafirmar lo importante delensaje oculto.

-Lamento lo corto de nuestro encuentro.

Digo a modo de despedida.

-¿Saben dónde podríamos contactar con ustedes si llegamos a encontrar algo importante relacionado con el escrito?
Si han de contactarnos a nostros supongo que este lugar será el adecuado durante un tiempo.

Digo señalando las ruinas y poniendo cara de circunstancias.

Una vez se marche la pareja, decido inspeccionar el resto de las ruinas mientras unos copian y otros inspeccionan los alrededores.

Asiento ante las despedidas de los elegidos de Dios, tal como afirma Anatole.

Lo más seguro sería enviar cualquier información a la corte de Aragón, cada cierto tiempo suelo volver para tener vigilados a mis parientes mortales.

Finalmente desaparezco en la oscuridad.

Lo unico que te sigue llamando la atención es la placa de oro donde estaban las tablillas.

Todos volveis a vuestra taras. Yago y Lazar inspeccionan los caminos cercanos en busca de peligros, pero los cuales parecen totalmente seguros (por ahora).

Teodor inspecciona la sala de nuevo, intentando buscar algo que sea util para los textos.

Markus y Ramirez pasan el tiempo tranquilos, cada uno con sus propios asuntos.

Tras despedirse de Anatole y Lucita, cuando los copias de aquellos dichosos manuscritos estan listas, Ramírez finalmente coge una y les echa un vistazo, después de todo en sus andanzas por los siete mares ha chapurreado todo tipo de lenguas y dialectos.
Se pone cómodo y se queda leyendo los manuscritos, o intentandolo almenos.

Aprovecho la patrulla para charlar con mi compañero.

- Me caes bien, Yago. Pareces un hombre sabio, pero pragmático... algo que no se acostumbra a ver si te soy sincero. ¿Cómo ves nuestra empresa? ...si te digo la verdad, creo que hemos empezado mal al encontrar esos escritos.

y con expresión contrariada

- ¿Y que hay de esos dos? Anatole y Lucita ¡Que me aspen si nuestro encuentro ha sido casual!

Empiezas a revisar los textos, pero estos no coinciden con nada que hayas visto, ni latín, ni griego, ni siquiera las lenguas que has podido leer u oir de oriente.

Sea el idioma que sea, es tremendamente antiguo.

Con las aguas calmadas de momento, hablo con mis compañeros para que pongamos a buen recaudo las copias de las tablilas y las tablillas mismas.

 -Ya que aparentemente las tablillas son lo unico valioso de estas ruinas, supongo que deberiamos ponerlas a salvo, seguro que alguien más viene a fisgonear, ahora que aparentemente no hay peligro y creo que no deberiamos compartir alegremente nuestros descubrimientos.

- Estoy de acuerdo con vos maese Orzcy. ¿Tiene alguna sugerencia sobre cuál sería ese lugar? – pregunto con curiosidad y sin acritud.

-La verdad es que no.

Respondo a Markus.

-No creo que haya demasiado espacio en este refugio como para poder buscar un escondite especialmente seguro.
Tal vez en algun lugar inaccesible en las ruinas o enterrado bajo el suelo de la biblioteca.
¿Que opinan?

Enarcó una ceja ante el acercamiento por parte de Lazar; sus anteriores interacciones con él no habían sido demasiado prometedoras, y el que empezara con un halago no invitaba precisamente a su confianza. Sin embargo, era lo más serio que había visto hasta el momento al Toreador y no estaba del todo en desacuerdo con lo que había expresado (sobre la situación, no su persona), lo cual actuó como contrapeso.

Además, era buena idea empezar a tender puentes a sus camaradas, por gracia de su sire y Radu, para no cultivar la semilla de la desconfianza entre ellos.

- Lo cierto es que, estoy un poco perplejo. Ignoro qué motivos o beneficios pudiera obtener mi Sire ayudando a defender este remoto paso; pero lo cierto es que lo agradezco. Puede que no lo parezca, s... Lazar, - se notaba que no estaba acostumbrado a tutear a nadie, pero no quería utilizar un registro distinto al de su interlocutor. - pero yo tengo muy poco de erudito en realidad, al menos en lo que respecta en comparación con los míos. Me estaba empezando a sentir muy encerrado cogiendo polvo junto a las reliquias de mi sire en sus bibliotecas.

- Se siente bien volver a los caminos y a sentir el peso de un arma en la cintura. - dijo con una pequeña sonrisa y un encogimiento de hombros.

- Con respecto a nuestros visitantes... Tampoco estoy muy seguro. Una parte de mí encuentra toda la situación tal vez demasiado conveniente. Por otro lado, una muy buena parte de mí quiere creerles. - mientras hablaba, se frotó de manera inconsciente sus manos enguantadas. - Es muy tentador creer que somos Elegidos del Altísimo y que un poder mayor tiene planes para nosotros.

- Sin duda, algo me guió hacia las tablillas que encontré ahí abajo...