Partida Rol por web

Una vez iniciado el viaje, tuviste tiempo para descasar y sanar tus heridas. Un día te dirigiste al cuarto de máquinas para familiarizarte con el equipo.

Entonces visten a un skittermander revolviendo entre un montón de herramientas y refacciones ubicadas en un contenedor. No parecía prestarle atención a nada más. Luego de revolver por un tiempo, extrajo lo que parecía ser una caja con inscripciones en forma de extrañas runas. La levantó bien alto y con un tono muy alegre exclamó algo en vesk.

Pocas veces había tenido Alan tan mala suerte como aquella. Tal vez había sido una irresponsabilidsd por su parte enfrentarse en cuerpo a cuerpo con un zombie armado solo con su cuchillo, pero no había tenido alternativa sin exponer a sus protegidos. Aunque vistos sus poderes, casi parecía que eran los músicos los que les protegían a ellos. 

En todo caso, no debería de haber caído de un solo golpe, pero aquel zombie había tenido suerte y precisión para golpear en una parte vulnerable del casco. Por suerte no había causado daños graves ni en el casco ni en la propia cabeza de Alan. Tras un día de reparaciones y cuidados médicos, Alan se sentí lo suficientemente recuperado de la experiencia como para bajar a echar un vistazo en las tripas de aquella chatarra de nave que les había tocado en suerte. Había revisado las armas y sus sistemas de combate y eran de lo más básico que podía comprarse. Con aquel equipo, esperaba que no les atacara ni una bañera estelar en su viaje. 

Bajó las escaleras sacando las herramientas, y siempre con las armas y la armadura puesta. La experiencia con los zombies le había demostrado que aquella nave era de todo menos segura. 

-Tiburón Estelar, dame un diagnóstico completo de todos los sistemas de la nave. 

Dijo por rutina, era ya una costumbre al entrar en cualquier sala de máquinas. Sin embargo, antes de que la nave respondiera siquiera, Alan oyó un sonido de piezas, e inmediatamente echó mano al rifle. 

-Tiburón Estelar, detén el diagnóstico, silencio hasta que te lo ordene.-Dijo mientras comenzaba a andar con cautela y quitaba el seguro del arma. Avanzó con todo el silencio que pudo hasta que vio el causante: un skitter revolvía con alegría en un montón de piezas y hablaba en vesk para sí mismo. Alan sintió alivio al ver que no era un zombie y bajó el rifle, pero no lo guardó. Nunca se sabía, no eran malvados ni agresivos pero de todo hay excepciones. 

No tenía ni idea de vesk, así que dijo en común, bien alto para que el skitter se enterara de su presencia:

-¿Quién anda ahí?

-Iniciando escaneo de los sistemas a pedido del señor Alan-respondió la inteligencia artificial ante la primera orden del guardaespaldas, para luego agregar después de la segunda orden- Escaneo cancelado. Esperando nuevas órdenes.

La criatura se sorprendió al escuchar la voz de Alan.

-Perdón. Lengua común muy poquito. -dijo la criatura dándose la vuelta, sonriente- Yo Chiv-chiv. ¿Usted quién?

Que el skitter no le hubiera atacado sin más ya era un avance, aunque aún no sabía si podía ser peligroso, así que mantuvo el rifle en sus manos, sin alzarlo ni ponerlo en posición amenazante, pero preparado.

-Alan Howlett-respondió, para después activar la insonorización del casco, de forma que siguiera oyendo lo que ocurría fuera pero no salieran sonidos de él. 

Activó su exocórtex y llamó a los comunicadores de los músicos y sus compañeros. Con el casco insonorizado, el skitter no oiría lo que decía.

-Señores, estoy en la sala de máquinas y tengo un skittermander aquí. ¿Es parte de la tripulación? ¿Es un polizón? No parece agresivo.

-Estableciendo comunicación -le dijo la máquina a Alan por el canal privado- Ahora pueden oirlo, señor.

La criatura miró un rato, intrigada, mientras Alan se comunicaba con sus compañeros. Eventualmente, comprendió lo que estaba pasando.

-¡Oh!¿Usted hablar con amigos?¡Divertido!Presentar amigos. Querer conocer amigos

En ese momento, llegó Kelgar

-¿Un skittermander? No conocemos a ninguno, pero son conocidos por su predisposición a ayudar a quien lo necesite. Este cambio inesperado no puede ser otra cosa que un buen augurio. Yo digo que lo llevemos con nosotros.

-Estoy de acuerdo. Algo me dice que este pequeñín nos dará buena suerte.

Si no hubiera llevado el casco, Alan se habría dado una palmada en la frente. ¿Podría algo de todo aquello ser más desastre? Era un misterio cómo aquella banda seguía con vida todavía. Zombies en el camerino, zombies en la nave, solo faltaban zombies en la cisterna del baño, y ahora encima aceptaban alegremente a un polizón. 

Alan suspiró y quitó la insonorización del casco. Qué más daba ya que oyera lo que quisiera. Le puso el seguro al rifle y se lo guardó a la espalda. Pulsando un botón, se abrió el casco, para que el skitter le viera la cara. 

-Entendido. Chiv-chiv, me dicen que puedes quedarte con nosotros, bienvenido a la nave. Solo te pido, por favor, que no trastees con los sistemas, por lo menos hasta que los haya comprobado. Puedes conocer a quien quieras, están arriba. A lo mejor pueden tocarte alguna canción. 

Tiburón estelar, reanuda el análisis que has detenido. Escanéame la nave de arriba abajo y dame el diagnóstico de todos los sistemas. No te dejes nada. 

Entonces oyó a alguien bajar, y al volverse se encontró con Kelgar. Frunció el ceño. Ahora que le observaba mejor, veía que sus sospechas eran correctas. 

-Ya me había parecido que eras azlante. -le dijo en azlante, con un tono no hostil, pero tampoco muy amigable- ¿Qué hace uno de los tuyos tan lejos del imperio?

El Azlanti se dirigió a paso ligero a donde estaba Alan. Bajó de un grácil salto, para comprobar cómo el humano conversaba con un bicho peludo de seis brazos y pelaje violeta; un skittermander.
El guerrero sonrió ligeramente al ver al pequeñajo, y supo que no había ningún peligro con alguien así.
Pero su semblante se volvió más serio cuando Alan le habló en su lengua natal, un Azlano con un acento extraño al haberlo aprendido en edad adulta. Kelgar enarcó una ceja, serio y respondió con un tono frío, clavando sus ojos violeta en el humano.
La vida de los Azlanti no se termina en el Imperio. El universo es suficientemente grande como para no estancarse sólo en una parte de él. respondió en Común.

No le gustaba mucho usar su lengua natal, pues le traía recuerdos de los días en los que había sido una persona que no quería ser. Otra cuestión era el porqué aquel humano sabía su lengua.
Veo que no hay problema. Tú... miró al skittermander. si quieres conocer al resto, ven conmigo. le dijo, cualquier excusa era buena para alejarse de aquella incomoda conversación.

A Alan se le pasó por la cabeza responder, parar al azlante y preguntarle que qué pasaba, que si se había cansado de las matanzas de inocentes y de asesinar niños en sus cunas, pero se detuvo. Al fin y al cabo, no quería empezar una pelea, y si iban a estar en aquella lata flotante un buen tiempo lo mejor sería llevarse bien. 

Así que detuvo su gesto y dejó ir al azlante con el skitter. Se cerró el casco para hacer uso de los sistemas de escaneo y se dedicó a escuchar el diagnóstico que le había pedido a la nave, si es que tenía a bien decírselo por fin. 

-No tocar Tiburón Estelar. Entendido -dijo el pequeño peludo asintiendo con la cabeza. Luego se rascó la barbilla, pensativo- Pero... cuidado con gelatina mala. Comer mucho.

Y luego de éstas palabras, acompañó a Kelgar al puente.

-Iniciando escaneo de sistemas... Error, error. Se han encontrado sistemas dañados. ¡Tiburón Estelar comió algo que le cayó mal!

El diagnóstico de la máquina sumado a las declaraciones de Chiv-chiv les hizo sospechar una cosa. Los seres conocidos como cienos ensambladores eran famosos por devorar cuanta tecnología encontraban y dejar otros objetos, muchas veces inútiles, en su lugar. Si la nave estaba infectada y no hacían algo pronto, quedaría inservible. 

Starsoldier se enfureció ante la posibilidad que ya todos sospechaban.

-¡Ese tonto fumigador!¡Me dijo que los había exterminado a todos! En cuanto pueda llamarlo le pediré un reembolso. En fin, por ahora, tendremos que exterminarlos nosotros mismos. Si no lo hacemos quedaremos a la deriva y, posiblemente, sin soporte vital.

Alan se giró al oír el comentario del skitter sobre la gelatina. Una idea horrible se formó en su cabeza.

-Espera, Chiv-Chiv, qué...

Pero el ordenador le interrumpió, confirmando sus sospechas. Alan no se lo podía creer, no podía ser verdad. 

-Esto es la hostia-murmuró para sus adentros. Había tratado de hacer un diagnóstico tres veces ya. La primera detectó zombies a bordo, la segunda la tuvo que interrumpir por un polizón, y la tercera había detectado cienos ensambladores. ¿Qué sería lo próximo? ¿Una cría de dragón de agua en la cisterna del váter? Aquella era la cafetera espacial más terriblemente mal mantenida y cuidada de la puñetera galaxia. 

-Señores, cuando acabemos con esos cienos, vamos a tener unas palabras sobre seguridad y cuidado básicos de la nave. Ahora, que todo el mundo deje lo que esté haciendo y se ponga a buscar esos cienos. 

Alan los buscó, pero no hubo manera de encontrarlos, podían esconderse bien si querían. 

-Tiburón estelar, aísla las zonas que estén en fallo y señálalas con un piloto rojo. 

Ky emite un par de chasquidos cortos mientras se levanta del asiento del piloto. Ahora al parecer hay nuevos problemas, parásitos en la nave o algo así.

Parece que los problemas no vayan a acabar nunca. ¿Cuántos inconvenientes tiene esta banda? ¿Tan peligroso es ir de gira?

Recoge su báculo y con cuidado se dirige a la sala de máquinas a buscar a Alan. El humano es el que ha dado la alarma en primer lugar, así que parece lógico empezar por ahí. Además no le parece prudente que cada cual busque por su cuenta, corren el riesgo de entorpecerse unos a otros más que ayudarse.

Cuando se encuentra con Chiv-Chiv, la cabeza de la shirren se ladea ligeramente mientras sus antenas se mueven con rapidez de un lado a otro.

- ¡¡ Qué mono !! dice en voz más alta de lo normal

- Ejem... se ajusta un poco la armadura intentando parecer más seria. Quería decir... igual yo lo tengo más fácil para encontrar a esas criaturas, dice moviendo de nuevo las antenas. Pero necesito estar bastante cerca, quizás es mejor si más gente viene conmigo. Si vamos juntos, podemos ir encontrándolos y eliminándolos uno a uno.