Partida Rol por web

Gaius siguió al grupo de Logan discretamente, dispuesto a utilizar su entrenamiento en emboscadas para hacer el máximo daño posible con su fusil laser.

La situación estaba siendo favorable para los Imperiales. Jeremias y sus hombres se habían infiltrado, Logan y compañía habían obtenido buenas posiciones de tiro y a buen resguardo... y todo con una perfecta demostración de sigilo; salvo T.E.R., la cual, provocó demasiado ruido en varias ocasiones, pero por fortuna, ningún hereje había dado visos de haber percibido algo. Valshe, por otro lado, se sorprendió a si misma al moverse con más habilidad que los curtidos Tanith, pero, aunque su técnica demostró ser pobre, resultó ser eficaz cuanto menos.

Finalmente, todos se habían colocado donde querían y el momento clave e idóneo se prestaba ante ellos, ahora podían soltar una descarga letal sobre los traidores y sin que estos fueran capaces de reaccionar... al más puro estilo Tanith. Si el bueno del comisario estuviera ahí, gritaría con su pistola bolter rugiendo liderando una triunfal carga contra los asquerosos enemigos del Dios Emperador. Que empiece la masacre.

Stigga se había montado su pequeña trinchera y apoyado el cañón láser portatil de forma apropiada. Lo tenía todo preparado para poder dejar el arma a un lado y empuñar el lanzallamas si los herejes se acercaban demasiado a su posición; pero ahora mismo su mirada se fijaba en el tanque que estaba más cerca a su izquierda.

-El de la izquierda es mío -dijo al volponita y al del mechanicum mientras apuntaba con su cañón y, con una inspiración para no fallar, añadió- Fuego.

Joder... tenemos que act... No había terminado de pensar cuando Stigga pasó a la acción y entonces es cuando se puso bien seria, apuntando a uno de los que estaban más a tiro, a unos 60 metros de distancia. Respiró profundo y apretó el gatillo cuando se vio lista para ello.

Era el momento de combatir a aquellos malditos herejes. Debían darles una patada en el culo tan demoledora que no tuvieran tiempo ni de preguntarse quién o como les había golpeado. Y a eso se dedicó Logan, apuntando con cuidado para después disparar una salva de dos rayos láser desde su carabina, iniciando así su participación en el combate. 

Seguir el ritmo de aquellos soldados estaba siendo endiabladamente difícil para T.E.R., más acostumbrada al ritmo constante, pero no frenético, de la mina. Los soldados pausaban, se detenían, pasaban de repente a toda velocidad para detenerse a los pocos instantes...seguían unas pautas difíciles de anticipar. Era como intentar apretar un tornillo en mitad de un terremoto sin sujeciones de ningún tipo. Pese a todos los esfuerzos que hizo, no consiguió moverse con el mismo sigilo que el resto, en parte porque sus partes mecánicas no estaban del todo preparadas para ello, en parte porque ella tampoco estaba entrenada para eso.

Finalmente desistió y acabó el trayecto simplemente intentando mantenerse justo detrás de la pelirroja. Al llegar al punto deseado, se posicionó a la izquierda de Stigga, apoyando su sagrada arma con cuidado en el borde del lugar que habían elegido para emboscar a aquellos Herejes, para logar una mayor estabilización antes del disparo.

La mecadendrita óptica de T.E.R. se elevó, pasando por encima del hombro y de la cabeza de la mujer, estirándose y adquiriendo el grosor del doble de un lápiz, aproximadamente, mientras se quedaba quieta en paralelo a unos pocos centímetros de la boca del arma*.

Sus fotoreceptores se fijaron con verdadero odio en el grupo de fanáticos que se movían cerca del venerable tanque, a escasos cincuenta metros de ella. Durante unos pocos segundos, lo que tardó Stigga en preparar su lanzallamas, sometió a diversos análisis la conveniencia del uso del arma sobre los herejes o sobre los tanques. Iba contra sus principios más profundos dañar una sagrada máquina, pero con toda probabilidad, estaban ya corrompidas por el Caos, y era mejor otorgarles el descanso eterno a ver como servían impúdicamente a aquellos malvados. El arma que portaba en esos momento estaba indicada para objetivos con una armadura poderosa. Sería un malgasto de energía usarla contra los herejes. Las armas láser de sus compañeros deberían de bastar.

Un simple movimiento puso el arma al máximo de su potencia**, apuntando hacia el tanque de la derecha conforme Stigga anunció su intención de disparar hacia el de la izquierda. "Entendido. No le hagas sufrir. Dale el descanso que merece." le contestó a Stigga.

Los disparos de Logan iniciaron el combate.

Con una sensación extraña, apretó el gatillo del arma. Más tarde identificaría esa sensación.

La punta del arma se calentó rápidamente, mientras el núcleo del arma, casi una estrella en miniatura, generaba la suficiente energía para disparar en rápida sucesión dos bolas de energía plasmática que cruzaron en un parpadeo la distancia entre T.E.R. y el tanque. Los disparos de plasma alcanzaron su cénit de temperatura (una temperatura imposible de calcular para un cerebro humano, pero no para T.E.R....."15726,85ºC" arrojó el cogitador interno) a mitad de camino, apenas 2 décimas de segundo después de salir del arma.

Las bolas brillantes de color morado impactaron en el lateral del tanque, con una explosión de luz y sonido.

"Impacto" transmitió T.E.R.

Ahora el espíritu de su arma estaba exhausto por el esfuerzo y debía tomarse unos momentos de descanso, por lo que T.E.R. comenzó a entonar unos cánticos de relajación y meditación sobre ella. "Omnissiah poderoso, escúchame en éstos momentos y haz que tu hija albergue la paz en su seno, consuela su espíritu y que tu luz llegue a ella...." sus cánticos murmurados acompañaron los disparos de sus compañeros.

Los demás avanzaron con cautela incluso T.E.R. avanzo a pesar de su volumen por medio del claro hasta colocarse detrás de Sttiga, Yo me apreté contra el lateral de la puerta ocultado mi cuerpo mientras colocaba la distancia adecuada en mi arma apuntando a la cabeza a alguno de aquellos seres, intente buscar una gorra o distintivo de algún cargo importante del grupo un poco mas atrás del primero, pues el primero caería ante el ímpetu de sus amigos y crear el caos en la parte de atrás facilitaría el trabajo de sus compañeros. así que apunto y disparo centrando el disparo entre ceja y ceja.

Maldiciendo la falta de estimulantes, el doctor levantó su fusil y descargó una rafaga contra sus enemigos. Con suerte, tendrían un botiquín o algo que pudiera usar. Esa idea lo alivió mientras el cargador subía de temperatura.

No era un buen tirador, de hecho, para ser un buen soldado no había que ser muy bueno matando, había que ser muy bueno sobreviviendo en el ejercito imperial. Impacto a uno de los traidores en el pecho, pero su otro disparo se perdió entre el polvo.

Mediocre como mucho.

Podían escribir eso en su epitafio, pero al menos que le dieran algo para el viaje.

La escaramuza dio comienzo con la intervención de los imperiales leales al trono dorado de Terra. Jeremias y los suyos emprendieron una larga carrera escabullendose lejos de los ojos de los herejes, sorteando escombros, saltando y rodando cuando era necesario. Los curtidos veteranos de la legión penal avanzaban con una cohesión y coordinación propia de los soldados del imperio que de los criminales condenados a esas legiones.

Logan, por su parte, abrió fuego con su carabina láser. El explorador supo aprovechar el factor sorpresa y su salva disparada en modo semi automático fue letal para uno de los distraídos milicianos, que en seguida cayó abatido en el suelo con dos agujeros incandescentes en su espalda. 

T.E.R. decidió que lo prudente era disparar a los dormidos blindados, apuntó con el rifle de plasma del difunto Volpone. Las descargas de plasma a elevada temperatura chocaron contra el blindaje sin causar daño alguno. T.E.R. portaba un arma anti infantería pesada, que si bien podría abrir un blindaje ligero pero que como acababa de comprobar, tendría problemas contra un blindaje pesado como el de un venerable Leman Russ... 

La francotiradora Zora, curtida en la batalla por la colmena Vervun y entrenada después por el grupo de tirados de élite de los Tanith, demostró su letalidad abatiendo a uno de los herejes de los grupos internados dentro del silo de almacenaje de la nave, cayó muerto tras el disparo sin ser capaz de articular un gemido de dolor. La sacerdotisa, en cambio, disparó al mismo objetivo que Logan y abatió con su tremendo haz anti abominación a otro traidor, que cayó con el brazo izquierdo ardiendo con intensidad hasta que se consumió con rapidez.

Tanto Gaius como Armand erraron sendas salvas que dispararon con sus correspondientes armas reglamentarias. La maldición del segundo se hizo audible por parte de todos, pero es que Armand no gozaba de la amable y cálida mirada del sacro santo emperador, pero, furioso, vociferó un grito directo a T.E.R. y Stigga - ¿¡ES QUE SOIS IMBECILES!? ¡ACABAD PRIMERO CON LOS HEREJES! - bramó nervioso por su fallo y por la ineficacia demostrada de las armas de ambas mujeres contra un blindado que no daba visos de actividad. 

Ahora, los traidores comenzaron a gritar ordenes preparándose para el contraataque... ¿sobrevivirían los supervivientes a lo imposible?

Logan no estaba dispuesto a perder el poco empuje que habían ganado, y siguió disparando como si no hubiera un mañana, esperando acabar rápido con ese grupo para avanzar hacia la siguiente zona todo lo rápido que pudiera. Debían limpiar aquel almacén, y hacerlo rápido. No había modo de saber si por allí había más herejes, y bastante tenían con lo que había allí.

-¡Adelante, matad a los herejes!

Visto lo visto se dedico a disparar al grupo mas cercano, dado que era el que mas problemas podia ofrecer a sus camaradas y visto que no veía ningún mando decidió matar a la avanzadilla.

No quiso pararse a pensar, uno de ellos había terminado fundido de dos disparos uno suyo y otro de.. quien sabe quien en esos momentos, apuntó de nuevo y disparó de nuevo, con toda la cobertura que estaban teniendo esperaba poder apuntar un par de veces más antes de tener que repartir a diestro y siniestro sin mirar bien.

-Cállate, soldadito de plomo, tu deberías de estar en primera línea que eres infantería de choque, ¿no? -contestó la mujer al volpone mientras dejaba el cañón láser y afianzaba el lanzallamas- cuídamelo -dijo en general mientras se disponía a freír vivos a esos herejes si se le ponían a tiro.

La daba igual la munición y los tanques, cuando hubieran vencido y los traidores no tuvieran posibilidad de hacerse con ninguno, entonces y solo entonces, se preocuparía de ver si podía arreglar uno.

Que la chatarra con patas se encargue de arreglar lo que pueda -pensó mientras se disponía a purificar a esos herejes.

Ante la pregunta del Sargento Armand a voz en cuello, T.E.R. le contestó con un simple "No." y era cierto. La definición de imbecilidad, en los archivos imperiales, decía taxativamente "que padece deficiencia mental" o "que es poco inteligente o se comporta con poca inteligencia". Ninguno de los casos se podía aplicar a T.E.R., cuyos niveles de C.I. estaban muy por encima de la media...y no tenía ninguna enfermedad. Computando rápidamente la orden recibida inmediatamente después de la pregunta, sus cogitadores internos concluyeron que lo que en realidad quería decir el Sargento Armand, era que les faltaba experiencia para decidir apropiadamente sus objetivos según la situación, lo cual tenía, en esos momentos, un 82,43% de posibilidades de ser cierto. En el caso de T.E.R., además se aunaba con que ella tenía poca experiencia en combate real, pese a que había pasado el entrenamiento básico con cierta soltura.

"Seleccionando nuevo objetivo." transmitió para el Sargento Armand.

Sabiendo que el espíritu de su arma estaba ahora mismo descansando y que además, era malgastar munición de esa venerable arma contra estos herejes, se la colgó al hombro con cuidado, intercambiándola por su fiel M36, que le había acompañado desde su estancia en las minas de su mundo, más apropiada para abatir grupos grandes por su mayor cadencia de disparo. La puso en modo "alimentación máxima", tal cual había hecho con el anterior arma, mientras murmuraba oraciones de enardecimiento al espíritu del arma para animarla a acabar con los herejes y se preparó para disparar sobre los herejes.

Su disparo salió desviado por mucho. Furioso, Gaius volvió a apretar el gatillo, haciendo llover laser sobre los traidores y dió a uno en el hombro derecho.

Ahora se iniciaba el combate, como debería ser. Jeremías y los suyos siguieron avanzando tratando de efectuar el movimiento de flanqueo planeado antes de lanzar el ataque. Logan, abatía a otro hereje con una ráfaga certera dejando al grupo inicial de cinco en tan solo dos heréticos listos para combatir, que, sin dudarlo se giraron y abrieron fuego contra Logan y los que había en su trinchera. Los haces de energía láser levantaron pequeñas columnas de tierra al rededor del Tanith, que, gracias a la cobertura y su capa, tenía la mitad del trabajo hecho.

Más milicianos herejes aparecieron en el punto de mira de los imperiales, pues estos avanzaban a la carrera profiriendo juramentos en ese idioma maldito que hacía ponerse nervioso hasta al más fuerte. Los iconos de los Dioses del caos tatuados en su piel miraron a Armand y los suyos con una mirada cargada de odio y curiosidad... 

T.E.R. cambió de armas mientras sus sensores visuales se centraban de manera pasiva en los tanques que tenía a la vista y analizaron con cierta precisión lo que estos fueron capaces de ver. Los tanques estaban desactivados, ni ronroneo de motor, ni traqueteo ni humo saliendo de los sucios tubos de escape... o estaban muertos o dormidos, a tanto no llegaba la información sacada por la adepta de Marte.

Zora volatilizó la cabeza de uno de los dos herejes con un disparo certero. No había mucho que añadir al respecto, el cuerpo del cadáver se agitó con un espasmo nervioso y cayó como si fuera un saco de arena. Los milicianos Imperiales, los foráneos de ese planeta enfermo terminal, sin recibir ordenes por parte de nadie avanzaron a la carrera tratando de tener mejor posición de disparo. Sus gritos en respuesta a los herejes eran igual de fuertes y su determinación era sorprendente... parecían que habían aceptado su muerte, y, como buen suicida, decidieron tratar de llevarse hasta el ultimo mechón de pelo del enemigo mientras tuvieran sangre corriendo por sus venas.

El doctor, Gaius, y la sacerdotisa de Volpone, centraron sus esfuerzos en acabar con el último hereje que quedaba frente a ellos y lo lograron. El primero lo dejó muy mal herido y Valshe dio el golpe de gracia. El frente estaba despejado, pero los demás se acercaban. Stigga, sin objetivos en alcance, se mantuvo a la espera mientras Armand, afianzó su arma, apuntó y abrió fuego contra otro grupo de milicianos del caos (8) que se había puesto a tiro con su movimiento. Había cargado el lanzagranadas acoplado a su rifle anti abominación y la carga salió volando con una precisión realmente justa. La granada de fragmentación cayó en medio del grupo y detonó acabando con todos ellos en el acto. Armand no dijo nada, se quedó sorprendido de que por fin, hubiera hecho algo a derechas. Sin más, recargó la bocacha del lanzagranadas con otra granada de fragmentación...

El último de los traidores cayó con un sonido sordo y satisfactorio y el doctor amartilló su arma de nuevo. Podía ver entre los tanques y un obstaculo de cemento a otro grupo de cultistas, apuntó con cuidado y volvió a tirar del gatillo, aunque esta vez impactó haciendo saltar un trozo de cemento.

Estaba cabreado, pero se había quedado suficientes veces sin munición como para saber que poner el arma en fuego automático y descargarla a lo loco no serviría de mucho. Además, ahora que la sorpresa se había disipado, tenía que empezar a pensar en moverse, antes de que su grupo en la trinchera empezar a parecer un objetivo de granada demasiado apetitoso.

Logan se movió algo en aquella cobertura para obtener una mejor línea de disparo, y estar más cerca del próximo lugar donde parapetarse cuando tocara avanzar. Tras ese movimiento, abrió fuego, aunque aquel disparo salió muy desviado y no logró alcanzar a ninguno de aquellos inmundos herejes. 

T.E.R., con el arma ya lista y apuntando al enemigo, sólo tenía que apretar el gatillo para que la Ira del Emperador alcanzara a aquellos herejes. Parecía que los espíritus de los venerables tanques permanecían dormidos, y así lo comunicó "Sargento Armand, Logan, parece que no han tenido tiempo de despertar a los espíritus de los tanques, o de corromperlos, pero no puedo asegurarlo sin realizar un testeo completo y los rituales correspondientes". Probablemente, lo último no lo entenderían, pero esperaba que al menos intuyeran a qué se refería. 

"No veo al Baneblade." añadió. 

Era cierto. No lo veía. 

A quien sí veía era al grupo de herejes que se dirigían hacia ellos gritando como locos. Apuntó y disparó. 

Apunte al siguiente enemigo, caerian o caeriamos, pero preferia que fueran ellos y cuanto antes mejor.
sin mas dilacion aprete otra vez el gatillo, pero esta vez falle. el muy cabron se habia movido, o quizas debido a mi agitacion en el ultimo segundo, el quizas no haber respirado al compas. Daba igual, habia fallado y un cabronazo mas se dirigia hacia mis compañeros.