Partida Rol por web

La nueva incorporación al bando Leal saltó del tanque evitando prenderse fuego. El sargento bajó del blindado protegido de las llamas por su traje y avanzó unos metros tratando de avanzar posiciones en un combate que parecía avocado a terminarse de manera inminente.

Jeremías, desenfundó su maza con presteza y avanzó hasta colocarse en cuerpo a cuerpo, ya que no podía trazar una linea recta por la que cargar contra los traidores. En cuanto se posicionó aliviando la presión que sufría uno de sus hombres, el líder de los montaraces trató de propinar un golpe con su arma, pero erró miserablemente en su intento lo que provocó una risotada en los dementes herejes buscando provocarle. 

Logan corrió bordeando el tanque para tratar de suponer un apoyo para sus aliados, pero el veterano aún quedaba algo lejos de lo que podría considerarse una distancia óptima para cargar contra ellos.

Los pocos traidores que quedaban comenzaron a disparar, sus armas láser contra los montaraces... consiguieron tres impactos directos, pero el montaraz que había sido objetivo de sus ataques logró posicionarse de mejor manera evitando por completo uno de ellos y recibiendo los otros dos en zonas protegidas anulando de ese modo todo el daño recibido. El combate a melee, en cambio, era otro cantar. Superados como estaban, los furiosos culatazos de los traidores lograban impactar una y otra vez, denotando que los herejes eran más duchos en cuerpo a cuerpo que disparando. Sus ataques lograron impactar númerosas veces, aunque uno fue esquivado y los otros solo consiguieron herir levemente al otro.

T.E.R. y Zora avanzaron posiciones sin mucho más que hacer. T.E.R. se colocó al lado de 237 mientras su servidor lo seguía con la torpeza típica de dichos "seres". La milicia leal hizo lo mismo que las dos ultimas, corrieron para prestar apoyo a sus salvadores. Gaius se cubrió donde cerca de donde estaba y su asistente sanitario se acercó a él volviendo a estar en cohesión. Valshe siguió a Logan de cerca mientras los montaraces respondían a los ataques. En el combate cuerpo a cuerpo, respondieron como debía ser, consiguieron dar muerte a uno de los herejes y herir a otro de gravedad dejándolo sin aire y gimiendo de dolor... pero, sabedores de que no había escapatoria, lucharían hasta la muerte.

Los otros dos montaraces siguieron en el tiroteo después de avanzar unos pocos metros cada uno para poder tener mejor ángulo de tiro. Solo uno de ellos logró encajar dos duros impactos que acabaron con la vida de uno de los traidores, dándoles algo más de ventaja... 

Stigga siguió con su carrera deseando poder disparar su lanzallamas pesado. 

Segui corriendo para ponerme a cubierto del francotirador que para mi alivio no disparo esta vez.

La tecnosacerdotisa se limitó a volver a salir corriendo detrás de Stigga, mientras miraba de reojo unos elementos extraños a su izquierda. La última orden dada a su servidor era que se mantuviera a su lado, y mientras no la cambiara, seguiría así. 

A pesar de estar corriendo, la máscara de la mujer se giró hacia uno de los laterales, observando con la curiosidad propia de los de su ralea dos objetos que habían llamado su atención. Los fotoreceptores se ajustaron tratando de ajustar la visión y aumentar los detalles, para percibir mejor la naturaleza de aquello.

- Bien, a la que cuente a tres- advirtió el médico a su ayudante mientras calculaba distancias mentalmente. Estaba seguro de que si esprintaba podía llegar hasta la parte delantera de la cobertura que había tomado Armand. Iba a ir justo, pero era posible. Correría y llegaría aunque tuviera que derrapar. No sería la primera vez que huía de las balas. Cuando una venta sale mal, no queda más remedio.

- Tres- dijo, y echó a correr.

El vrrrrrrrrrrrrrrmmmmm y el hormigueo de la vibración de la espada-sierra en modo calentamiento empezó a sonar a oídos de T.E.R 3.0 mientras pasaba cerca de 237, mientras que su servidor incluso si estaba programado para recibir esa clase de estímulos no lo estaría para procesarlos, salvo que su programador tuviera una vida muy, muy interesante o se hubiera cometido el tradicional fallo en el protocolo de purificación.

Echó a correr hacia el enemigo si decir más palabra.

Tal y como estaba el campo de batalla probablemente no llegara a ninguna parte antes de que le cosieran a tiros, y sin embargo nadie parecía interesado en centrar el fuego sobre un único hombre en carrera... que, admitido, era muy rápido; en apenas unos instantes había recorrido los 50 metros, desplazandose a mano de las barreras en unas cuantas, rápidas y atléticas zancadas. Aquello le serviría de cobertura si le disparaban, pero no siguió el natural impulso del Guardia medio de buscar cobertura y tomar el disparo, sino que siguió corriendo: su objetivo era toda aquella indigna maraña de renegados de la fé, y dentro de aquella máscara su boca estaba cargada con el sabor de la sangre, la excitación y la promesa de las buenas y santas obras, un cóctel que había que tener cuidado para que no se volviera embriagador.

Sabía que estaba cerca de su objetivo, y antes de encontrarse de boca con ellos, optó por avanzar menos, hacia el muro y ocultarse con su capa de camaleonina antes de salir después y achicharrarles a todos.

Había que ayudar a Jeremías y sus hombres, y solo había un modo de hacerlo, con plata pura. Por ello, siguió corriendo como si no hubiera un mañana, mientras veloz como el rayo echaba mano de su cuchillo tanith con la mano libre, dejando el rifle empuñado por la otra. 

Poco había que hacer ya. Un terrible grito proferido por la voz de alguien que debía estar al mando pero que nadie había visto - ¡GJO! ¡GJO! - repitió una y otra vez hasta que de pronto, todos los milicianos herejes que quedaban tiraron sus armas y alzaron los brazos en una clara señal de rendición después de que Jeremías acabara con la vida de uno de ellos con un potente mazazo en el cráneo.

Los gritos de jubilo por parte de todos los milicianos de Stone Town no se tardó en dar, habían sobrevivido y estaban contentos por ello a pesar de que dos de los suyos habían muerto... ahora era un momento de celebración, ya tocaría después enterrarlos y llorar sus muertes; al menos, lo habían hecho luchando y defendiendo lo poco que quedaba de su mundo natal, ya que a todos ellos, poco les quedaba, salvo docenas de tumbas que llorar... sin duda, era mejor la opción de luchar y morir, que esperar lo que les deparara el futuro tras la empalizada de la única ciudad leal. 

Todo ahora, daba exactamente igual, tenían ahora, contando el que dejaron en la "base" del pedazo anterior de la nave, un total de trece prisioneros de guerra que habían depuesto las armas mientras les dedicaban confusas miradas, sin entender porque habían hecho aquello.

Jeremías se recompuso, y dio ordenes concisas a los suyos para que fueran a por los que se habían rendido y estaban algo más alejados para reunirlos. Uno a uno fueron desarmándolos y despojando de todo lo que pudiera ser usado como arma mientras se tapaban las narices por el hedor que despedían sus cuerpos sucios y hediondos. 

 ¡Eh! ¡Logan! - exclamó Jeremías tratando de llamar la atención del Tanith - ¿Donde está el de las gafas? ¿Niam? no recuerdo su nombre, tiene que comprobar el manifiesto de carga, búscalo - entonces se giró hacía Jeremh - ve a buscar al Pater y avisad a los demás, trasladamos el puesto avanzado hasta aquí, tenemos que asegurar esta zona - Jeremh se limitó a asentir y salió corriendo a cumplir con las ordenes recibidas. 

Gaius tendría un poco de trabajo, Jeremías, Logan, varios montaraces y un miliciano estaban heridos, nada grave en apariencia y todo algo fácil con lo que lidiar. Valshe, de muto propio, decidió seguir a Jeremh, a lo que este poco o nada tuvo que objetar.

El resto de milicianos se pusieron en formación rodeando a los prisioneros apuntando con sus armas mientras un par parecía reconocer a antiguos amigos o familiares... aquello resultó desgarrador para muchos. 

Stigga no iba a aceptar eso, esta vez no. 

-Juntadlos a todos con lo que no podamos llevarnos -dijo sin mirar a nadie en particular- atémoslos y así solo tendré que gastar una carga del lanzallamas -escupió al suelo- no pienso permitir que haya más prisioneros. No los necesitamos para nada.

Alzó el lanzallamas de nuevo, apuntando con él al hereje más cercano mientras caminaba.

-No os olvidéis del tirador -dijo recordando lo que había pasado con Armand.

Zora se puso tras cobertura y levanto la cabecita mirando alrededor, buscando esos sitios donde ella se pondria, intentando encontrar un resquicio de la mira del fusil que había acabado con Armand, que aunque no le caia bien, hacia bien su trabajo, aunque era un estirado de mierda, parecía que los unicos que sobrevivian alli eran los Tanith.

Para cuando el sargento llegó, la fiesta se había acabado.

Seguía sin tener la más mínima idea de dónde estaba, qué estaba pasando, quién era toda aquella gente, quiénes eran los bandos ni nada, y ahora que la adrenalina amenazaba por esfumarse todas aquellas preguntas volvían a tener importancia. Como había llegado rápido, empezó a "ayudar" a que los descreídos tirasen todo lo que llevaban y fuesen juntándose para que los otros los atasen o lo que quisieran, con grán éxito y sin problemas: una motosierra de mano alberga gran capacidad de convicción, ¡no en vano es el arma del devoto!

Uno de ellos decidió cambiar de idea...

-...

...pero un VRRRRRM puntual le hizo cambiar de táctica y reunirse como los demás.

Cuando toda la escoria estuvo junta, trató de encontrar al mayor grado de la zona. El único que encontró visualmente estaba bastante muerto, lo que era un problema: las autoridades religiosas serían el referente más directo entonces. Sentía ganas de escupir ante aquella escena, pero rompería el compartimento estanco, y no quería recibir la peste de aquellos degenerados. Esperó a que llegase el procedimiento habitual en una situación de tensión, a saber: que empezasen los gritos, las sospechas y alguien le apuntara con un cañón hasta resolver las dudas. Todo bastante estándar, vaya.

-Comprensible. Pero es más sencillo pasarlos por la espada a todos. Menos gasto de munición -dijo la máscara- ¿Oficial al mando?

Ahora que volvía a fijarse... ¿dónde estaba? Parecía un puñado de brontinos, o de taniths, o de algún regimiento similar de mundos primitivo-salvajes. Y gente que no parecía exactamente favorecida por el Munitorum. ¿Regimiento penal? ¿O simplemente llevaban mucho perdidos en aquel planeta?

-¿Situación?

Preguntó, cuando viera a alguno de ellos desocupado, o se acercase para el ya mencionado caero-interrogatorio de rigor.

Todo había acabado de pronto. Quizás demasiado repentinamente. ¿Tramaban algo los traidores? Logan no lo sabía, pero más valía tener la ocasión de preguntárselo "amablemente". 

-Tranquila, Stigga. Ya tendremos tiempo para eso-le dijo el Tanith, mientras empezaba a buscar a Liam.

-¡Liam! ¿¡Dónde te has metido!? ¡Te necesitamos para inventariar todo... Esto!-dijo, mientras empezaba a andar, buscando al hombre. Parecía que se desplazaba casualmente, pero procuraba buscar posibles coberturas, pues no se olvidaba del tirador que le había costado la vida a Armand. 

Tras ver como el enemigo se rendía, T.E.R. terminó su carrera al lado de Stigga, entregándole el arma que la mujer pelirroja había dejado en la zanja. "Deberías tener más cuidado con las sagradas armas. Podrían fallarte en el momento más inoportuno, en represalia por el trato recibido....y no las culparía por ello. Recuerda, tú eres sustituible, ellas no." 

Sin añadir nada más, se alejó de la pelirroja, porque le había parecido observar algo en el fondo del almacén que le llamaba poderosamente su atención.* 

A los gritos de Logan, T.E.R. trató de ofrecerse para ayudar mientras andaba hacia el fondo del almacén "Sargento Logan, si lo desea, puedo empezar a realizar un inventario de todo lo que hay en éste almacén, pero me sentiría mucho más cómoda si localizan y destruyen al tirador hereje y si me asigna un par de hombres para limpiar las herejías que éstos inservibles trozos de carne han efectuado a los sagrados tanques, es muy importante librarlos de toda mácula del caos cuanto antes." 

Tras dedicar una mirada inquisitiva y llena de odio a los desharrapados que habían tirado sus armas al suelo, la tecnosacerdotisa añadió "Hablando de herejías...para los rituales hace falta alguien con los conocimientos adecuados, un ritual apropiado no lo hace cualquiera" obviamente, ella se estaba basando en su propia experiencia, los rituales del mechanicum no se dejaban a cargo de cualquiera, tenía que ser un sacerdote especializado y bendecido por el Omnisiah quien los hiciera...aplicó la lógica y supuso que los rituales del caos serían similares...."¿no deberían tener un líder? ¿Dónde está?" 

-Mis armas ya me conocerán y sabrán que nos las abandono, aunque en un momento tenga que dejarlas de lado para poder ejercer mejor mi misión. ¿De que las sirve que las lleve encima si después muero y son corrompidas? -cogió el cañón láser y lo colocó para poder cargar las dos armas pesadas a la vez.

Se giró al hombre que se les había unido y le apuntó con el lanzallamas pesado.

-No hay oficiales al mando aquí -dijo con dureza- y es demasiado oportuno que salgas justo cuando termina la batalla, ¿no crees? ¿Qué hacemos con este? -dijo señalando al desconocido que pedía un informe de la situación- el informe es sencillo, quedas detenido hasta que estimemos en qué bando estás. Si eres leal no tendrás motivos para oponerte, pues si estuvieras en mi lugar harías lo mismo.

No tuvo nada que reprochar ante aquello, salvo quizá el abuso que suponía amenazar a un prisionero con un arma preciosista como era un lanzallamas pesado en vez del fiable y humilde arma auxiliar. Oh, naturalmente se sentía honrado, pero no podía evitar en el exceso que era aquello: los pesados siempre están ansiosos de usar sus armas. Compostura.

"No hay oficiales al mando aquí"

-No le creo. Y muestre el debido respeto a su Visioingeniero Monastek presente.

Respondió sencillamente.

"y es demasiado oportuno que salgas justo cuando termina la batalla, ¿no crees?"

-Sí. Lo creo.

Concedió.

-Es el promethium de su arma lo que me lo permitió. Agradecido -dijo, guardando la pistola y metiendo la sierra en su funda rectangular de plastiacero- Estoy de acuerdo, soldado. Ahora baje el arma y apúnteme con un arma de munición de menor valor estratégico u ocúpese que lo haga alguno de sus compañeros para iniciar el interrogatorio. Es una orden, soldado.

Tras un rato de búsqueda mientras los otros parecían empezar una discusión, el veterano Logan dedujo con cierta seguridad que Liam había, literalmente, desaparecido.

Logan buscó por un rato a Liam, llamándole de vez en cuando... Hasta que, después de mirar en todos lados por los alrededores, le quedó claro algo.

-¡FETH! ¡Liam no está!-gritó, volviendo a la carrera con el resto-¿alguien recuerda donde le vimos por última vez?

Los últimos disparos y el ruido del caer de las armas de los traidores marcó el final del combate justo cuando Gaius arrastraba su mano fuera de cobertura para coger el puro de Armand, que asomaba de su bolsillo sellado. Se lo guardó antes de levantarse con un suspiro.

- ¡A ver!- gritó,- Logan y los demás heridos, aquí- dijo, señalando un rincón cerca del tanque sur.- Manteneos lejos de estos apestosos traidores que seguro que portan corrupción y enfermedades a patadas. Nos hemos quedado sin morfilina- explicó,- así que os dolerá, aguantadlo si queréis vivir. Si no, no gastéis mi tiempo que tengo cosas que hacer.

- Tú,- dijo, refiriendose a su ayudante.- Reune cuatro soldados y arrambla con todo lo que parezca un suministro médico. Hay botiquines repartidos por las secciones de la nave y tiene que haber equipamiento de emergencia en esos tanques, cogelo todo y me lo traes, y te juro que como falte un ibuprofeno te vuelo la puta rodilla, ¿estamos?- lo amenazó.- ¡Y que nadie toque esa mierda de mutantes, joder! No pienso gastar más antibioticos de los necesarios.

La noticia de que Liam, otro miembro del grupo, había desaparecido no provocó otra reacción por parte de T.E.R. que borrarla de su listado de activos - recursos y recalcular las posibilidades de supervivencia, tarea a la que dedicó una pequeña parte de su módulo interno de cálculo, en segundo plano. Ya supervisaría los resultados y cotejaría las tablas en otro momento. Comprobó que la desaparición del Oficial del Munitorum la dejaba como la designación más lógica (y quizás única) para tareas "logísticas y administrativas". Una carga más que le enviaba el Omnisiah, en su infinititesimal sabiduría. Ella la soportaría como fiel creyente que era.

Lo más importante ahora mismo que tenía entre manos era inventariar el lugar. El orden de prioridades era encontrar, si era posible, un listado de lo transportado en aquel sector, eso estaría en alguna base de datos, cogitador o manifiesto de carga. Los rumores hablaban de un Baneblade, tenía que comprobarlo. Luego estaba el tema de la munición, del combustible, respuestos...y operarios de los tanques, si es que iban a poder usarlos. Luego ya vendría el resto. El francotirador, los herejes, etc...todo eso era tarea de otros.

Tenían una cantidad creciente de equipo, maquinaria, material, etc...con la que lidiar, y había que empezar a ordenar aquello cuanto antes. Necesitaban saber de cuántos recursos disponían, ordenarlo todo, transportarlo, guardarlo...

"Señor" dijo la tecnosacerdotisa a Logan, antes de que la gente se pusiera a coger cosas como si fueran las denominadas "rebajas" de los mercados de algunos planetas-factoría o granja donde los gremios de mercaderes de vez en cuando ponían en marcha ciertas prácticas mercantiles muy cuestionadas por los enviados imperiales...."Señor...si desea que pueda realizar un inventariado como el Omnisiah manda, necesito varios voluntarios o trabajadores, pero sobretodo, que nadie se inmiscuya en mis sagradas tareas. La cadena de suministros debería pasar por mis manos, para poder certificar todo lo que entra y sale de nuestros recursos. Los herejes capturados podrían realizar tareas de transporte de equipo. Desafortunadamente no dispongo del equipo para disponerlos mejor para dicha tarea" comentó, enfocando con sus lentes a su servidor en un claro mensaje de a lo que se refería "pero con unas cadenas, unos grilletes y un par de encargados con látigos y porras harán un papel aceptable."

Esperó a que Logan le contestara para disponerse a emprender la monumental tarea que se había autoimpuesto.

Desorganizados. Vocingleros. Incluso con el estímulo de moral por la batalla recién ganada no eran signos que le gustasen. Y luego estaba el detalle de verse relegado a no hacer nada.

"..."

No, el detale de estar inmovilizado para ser sometido a un interrogatorio/tortura/excruciatus 134-211 era lo de menos allí: un tránsito desagradable pero necesario. Estaba más preocupado con la falta de regulación y conveniente disciplina en un grupo que no podía llevar tanto allí si habían llegado con el mismo problema que su nave, el Emperador la tenga en su gloria. ¿Apuntando a un individuo con un lanzallamas? ¿No reconociendo la figura de autoridad? No había una pero por supuesto todos se dirigían hacia él como si fuera el líder del grupo, lo que en ausencia de otro le convertía en el oficial pro-tempore al mando. ¿Qué le pasaba a aquella matrona, no sabía leer o qué? Cualquiera que se hubiera memorizado el Premier y las Addendas como ha de ser lo sabría.

"Mucho tiempo perdido aquí"

Le había dado todas las oportunidades posibles a aquella soldado: en muchos sitios la ejecutarían, o como muy mínimo la someterían a disciplina de campo, por aquello. Miró al tipo sobre el que recaían las miradas ocasionales y al que se habían dirigido. El líder.

-¡Usted! -gritó en su dirección- ¡Venga un momento!

El hecho de que estuviera con las manos levantadas y las armas guardadas mientras estaba siendo apuntado por un maldito lanzallamas pesado, y posiblemente por otras personas con armas más sensatas para mantener a alguien a raya en una corta distancia no parecía influir en el tono de la conversación. Esperó a que llegase.

*si no llega, ignórese esta parte*

-Sargento Dos Tres Siete, del 387º de Tirana. ¿Quiere tomar una resolución? Lo agradecería. Tanto sus hombres como yo estamos perdiendo aquí el tiempo, señor...

Buscó el cognomen en la placa militar.

-MkNeill. Tengo miembros de mi pelotón que buscar. Y ustedes trabajo que hacer. Así que déjenme proceder o pasen a arrestarme e inmovilizarme de una vez para más tarde.