Partida Rol por web

Tiempo ha, mucho tiempo, que tras correr vuestras piernas tanto como podíais, llegásteis un pueblo (más otra tribu os interceptó en vuestra desesperada huida), llamados los Tutul, y éstos os apresaron con violencia, sí, pero en absoluto tenían la intención de mataros y mucho menos comeros vivos. Os llevaron a su ciudad, que tiempo después descubrísteis que en su lengua significaba "lugar donde todo pasó", y allí... allí ocurrió algo peor: os hicieron esclavos.

Maní (sobrenombre de la ciudad) era en realidad una ciudad-estado ubicada en el corazón de la península del Yucatán (pleno interior), como las griegas, en la cual regía un cacicque Taxmar, que os entregó como esclavos a Teohom, su sacerdote más aplaudido, en el cual, a partir de ese momento y durante muchos años después (tanto como seis), os explotaban con trabajos hasta la extenuación: ir por leña, hacer de siervos, lavar prendas e ir a recoger piedras o cuidar ganado, cavar maizales... Al menos estábais vivos, y ningún daño se os hizo en ese tiempo, salvo las reprimendas de esclavos. Nadi en toda Castilla, y seguramente más allá de alli, sabía que un grupo de supervivientes zarpantes de Dairén se habrían salvado... aunque ¿era realmente eso una salvación?

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Bien, al igual que ya experimenté en otra partida, vais a ser vosotros quien me narre cómo han sido estos años de esclavitud de vuestros personajes. Podéis y debéis narrarme cómo va a actuar vuestro personaje en ese tiempo (de forma general o especificando lo que deséeis), SIN LÍMITE DE EXTENSIÓN o CONDICIONES ALGUNA, excepto dos cosas:

• Seréis inicialmente esclavos de los Tutul Xiúes
• No podréis escapar en ese tiempo.

Además, en vuestra narración, deberéis añadirme claramente estos TRES puntos (os pido que la elección sea narrada, incluida en vuestro post, no que os limitéis a elegirlos y ya está):

PRIMERO: Podéis optar por ser en todo ese tiempo Esclavo, y con ello, elegir una de esta personalidad:

• Totalmente sumiso: obedeces casi a cualquier ciudadano Tutul, poco considerado socialmente
• Recatado: Sólo obedeces a tus señores, a nadie más
• Servidor: Sólo obedeces a tus señores y miembros de importancia, como el líder o el chamán Tutul
• Altivo: En alguna ocasión te han reprendado por ciertos desacatos. Obedeces sólo a tus señores.
• Desafiante: Has sido castigado físicamente varias veces por desobediencia. Casi te ejecutan alguna vez.

SEGUNDO: Necesitási haber sido esclavo previamente (con alguno de sus grados, decir cual). Podéis salir de la esclavitud y formar una Familia:

• Con hijos: Número y grado de aculturación de éstos:
  • Leve: No dejas que les practiquen rituales iniciáticos de su cultura.
  • Alto: Dejas que les apliquen rituale iniciáticos de su cultura.
• Sin hijos.
   

TERCERO: Debéis indicar el grado de aculturación (ir aceptando poco a poco la cultura indígena como vuestra, integraros como indios), con diferentes grados de ésta:

• Ínfima: sin aprender idioma, sin practiar rituales, sin adecuarse físicamente tatuajes, pendientes, etc.
• Leve: aprendiendo un poco el idioma (no completo), algún tatuaje o muestra de complicidad, practicando en secreto tu fe/religión.
• Alta: aprendiendo el idioma (completo), practicando en secreto tu fe/religión y rituales tutúles paralelamente, muchas muestras de aculturación (tatuajes, algún ritual propio, etc.)
• Máxima: aprendiendo el idioma (completo), renunciando a tu fe/religión, muestras de compromiso completas (parecerás en aspecto un indio) (aculturación máxima). Para elegir éste es necesario elegir el tener familia (al menos esposa, puede ser sin hijos).

Dependiendo de lo que me contéis vuestros personajes tendrán consecuencias (positivas o negativas). No por contarte una vivencia idílica y pulcra de los mismos puede resultar todo fabuloso, al mismo tiempo que una estancia con algún altercado o problemas que os surjan no tiene porqué no cumplir eso de "no hay mal que por bien no venga".

(Ah, para esto no pongo tiempo (hombre, se agradecería que al menos antes de fin de año, jaja), y cuando todos posteéis con la narración continuamos. Haced el post (sólo uno por jugador) en esta escena y "Sólo para el director".)

Cuando fue capturado, José había dejado de fingir que era José y si bien es cierto que en su fuero interno siempre había sido Haine Yahí, el hecho de haber estado en los últimos meses al borde de la muerte, le llevó a confesar a sus compañeros su verdadera condición y a dejar de utilizar su nombre cristiano.

En la creencia de que iba a morir y después de haber visto lo que le podía deparar el destino, Haine tras confesarse en lo religioso confesó también que tenía grandes conocimientos sobre el Arte, expresión con la que Haine se refería a la Alquimia. En seguida fueron capturados y Haine- que como ya hemos dicho en más de una ocasión era un hombre prudente y no un hombre de acción - temeroso de ser devorado por sus captores y en una evidente falta de gallardía, se convirtió en el esclavo más sumiso que puede imaginarse.

Pese a que era debilucho y coqueteaba con la muerte a cada día - pues ésta dada la naturaleza del alquimista le sobrevolaba a cada instante  - intentaba siempre en la medida de lo posible satisfacer a sus amos y obedecer en todo lo que podía, si bien alguno de los españoles se mostraba arrogante y acataba mal las órdenes, Haine valoraba en demasía su vida y no quería acabar muerto de mala manera.

Los primeros meses de cautiverio transcurrieron en una monotonía absoluta, a los españoles los tenían retenidos en una jaula y apenas confiaban en ellos, les tenían vigilados permanentemente y en un par de ocasiones Guerrero - que intentaba fugarse a la mínima - apunto estuvo de ser atravesado por una lanza que voló de manos del guardián.

Todo sea dicho, aquellos indios les querían como mano de obra, y con excepción de Guerrero y algún otro, poco a poco fueron suavizando el trato hacia ellos, de una jaula pasaron a una choza, primero vigilada y luego sin vigilar. Habían pasado un par de años cuando los indios empezaron a confiar en Haine, al que apodaron Aklxla - el que dibuja sobre la arena - pues todos los días, Haine al caer la noche escribía con una caña sobre el suelo de la aldea, trataba por todos los medios de enseñar a los chiquillos cosas de su mundo, de Europa.

Al principio a través de dibujos, pero ya al final de esos dos primeros años intentó enseñar el alfabeto a los indios. Pronto le tuvieron en tanta consideración que dejaron de vigilarle y le invitaban a participar en sus ritos y sacrificios. Haine participaba sin convicción, más por sumisión y educación que por otra cosa, y rezaba cuando estaba solo en la choza.

Durante el tercer año pensó en serio enseñar a los niños de la aldea la lengua de Moisés, pero entonces cayó en la cuenta de que eso sería visto como una deslealtad, al fin y al cabo estaba o había estado al servicio de la Corona Española, de manera que empezó a enseñar castellano. Ese tercer año de cautiverio lo pasó entre sus quehaceres y sus "clases" que más que clases o lecciones eran un desastre.

El cuarto año consiguió que dos de aquellos niños hablaran el castellano de aquella manera - apenas una veintena de palabras - y él por su parte comenzó a estudiar el idioma de los indios y de igual modo, aprendió también una veintena de palabras. Cuando los indios se dieron cuenta de que Haine podía ser más útil de lo que pensaban, comenzaron a dispensarle de muchas de las tareas que había desempeñado desde su llegada, y le dejaron aprender el idioma y algunas costumbres indias, a la par que daba clases a los niños.

Aklxla - como así le llamaban - se convirtió en maestro del pueblo, y llegado el quinto año, le dejaron una choza para él solo, en su choza le dejaron montar varios artilugios y le dejaban coger plantas y minerales con los que enredaba y trataba de hacer ungüentos aunque con poco éxito.

En ese quinto año, una docena de jóvenes de la aldea parloteaban el castellano y sus dos alumnos favoritos* ya podían mantener una conversación, además le hacían las veces de ayudantes con los críos y con su modesto laboratorio. Aklxla aprendió cantidad de cosas de algunas plantas y minerales, muchos de ellos eran totalmente desconocidos para él.

Durante el sexto año, podía considerársele como un hombre libre, aunque Haine sabía muy bien que no era tal, pues le matarían si osase escapar, o eso creía al menos.

Apenas tenía trato con el resto de españoles y portugueses y vivía en su mundo, dedicándose a las tareas de enseñanza (enseñaba castellano y algo de historia a chicos de 3- 14 años) y sus dos ayudantes podían haber pasado ya por castellanos,si no fuese por sus facciones indias claro.

Ahí va el post. Gracias por la paciencia y espero que te guste. ^^

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Los primeros meses de esclavitud fueron sin duda los mas duros. Orazio viniendo de familia noble se negó en rotundo a ser tratado de simple sirviente, mostrándose abiertamente hostil y fiero ante su amo, recibiendo por ello múltiples castigos físicos y llegando incluso a estar a punto de ser ejecutado en varias ocasiones. En un intento poco exitoso de aplacar su entereza y su ira para el fueron delegados los trabajos mas laboriosos y agotadores. Pero pese a quedar exhausto todos los días aquello no funcionó como Teohom había planeado pues aun con esas el aragonés presentaba brava confrontación día si y día también como si de un toro azuzado por las heridas se tratase.

Aquellas extrañas gentes le llamaban "Nuuk ppentoc" (el gran esclavo) debido a su altura muy por encima del resto de los habitantes de Maní. Tal vez fuese precisamente por su físico o por el gran volumen de trabajo que podía aguantar cada día por lo que nunca llegaron a ejecutarlo pese a su mal comportamiento.

Poco a poco y con gran sufrimiento transcurrió casi un año después de ser capturado. La vida en ese periodo no fue especialmente placentera, pero poco a poco y pese a su timidez natural y su mal carácter para con sus amos aprendió poco a poco el idioma de aquellos salvajes, algo que al menos relajó un poco la tensión lo que hizo su existencia un poco mas llevadera.

Fue por ese entonces cuando los Cocomes atacaron por sorpresa las plantaciones de maíz en los limites de la ciudad. Orazio que se encontraba allí cavando maizales, no se arrendó ante los salvajes atacantes y se enfrentó a los atacantes desarmando a uno de ellos y usando su arma a dos manos como si de un mandoble se tratase, dando muerte a varios de ellos. Durante la escaramuza llegó a salvar a K'ay Nicté, la joven hija del chilame (Sacerdote adivino) K'inich Pakal, lo que le granjeó cierto reconocimiento entre los Tutul xiúes que quedaron sorprendidos por aquella extraña forma de luchar y el ingenio táctico demostrado por el arisco esclavo.

Por su parte Orazio se percató que sus "amos" no eran realmente sus enemigos, ya que reconoció en los atacantes a los mismos que habían devorado a parte de sus compañeros y al buen capitán a su llegada a aquellas tierras. Aquello era algo por lo cual había jurado venganza, e hizo que se replantease su situación moderando su comportamiento para con los Tutul Xiues e incluso se aprestándose a enseñar sus conocimientos sobre la guerra y las lides de la batalla a los guerreros de la tribu, participando en varias confrontaciones con los Cocome. Pocos meses después, en agradecimiento por ello y viendo que se estaba comenzando a integrar en su sociedad, Teohom le dio la libertad y formó a pasar a formar parte de los guerreros de Maní.

Mientras tanto K'ay Nicté la joven que había salvado del ataque de los Cocomes y cuyo nombre era muy apropiado para su delicada persona pues significaba "Canto de flor", comenzó a rondarle pues desde aquel día se había enamorado de él, algo que ciertamente era correspondido, por lo que pese a su torpeza social habitual,  la relación con Orazio se fue afianzando poco a poco hasta que contrajeron el kamnicté (casamiento).

Desde entonces habían pasado varios años. Orazió estaba muy integrado en aquella sociedad gracias a la relación que mantenía con su mujer, con la cual había tenido dos hijos, Kantunil su hija mayor cuyo nombre significaba "Piedra preciosa" y su hijo pequeño llamado Kabah "Mano poderosa" que se había ganado su nombre al nacer por lo fuerte que apretaba los dedos de su padre poco después de salir del vientre de su madre.

Con el paso de los años, Orazio había aprendido a la perfección el idioma y lucia sobre su piel sendos tatuajes que simbolizaban sus hazañas contra los Cocomes. En deferencia a su esposa y la familia de esta, practicaba los rituales Tutúles, pero sin embargo en privado aun seguía fiel a su fe, pues pese al paso del tiempo aun recordaba al ángel que se había aparecido ante él durante su odisea en el mar. Había fallado al altísimo en una ocasión, pero si estaba seguro de algo, es que aquello nunca volvería a pasar. Sin duda alguna estaba dispuesto a ser el guerrero que el ángel le había profetizado.

Seis largos años, seis. No pudo menos que lamentarse cada uno de los días que pasó en cautividad, él, un joven gallego acostumbrado a hacer lo que en gana le viniese, siendo esclavizado y sirviendo a indios, frecuentando extraños templos y aún más oscuros ritos y sacerdocios.

En un principio lo llevó mal, muy mal, intentó rebelarse sutilmente pero fue castigado, así que mantuvo una actitud altiva durante el resto de su cautiverio. Sólo obedecía a sus señores y, sabedor de que el junco puede aguantar y soportar la tempestad siendo flexible y doblegándose ante ella decidió imitar su actitud y asimilar conceptos que le hicieran la vida más fácil.

Se esforzó en aprender el idioma tutul, siendo joven como era, con una mente aún ágil y moldeable y conocedor del castellano y del gallego no le costó demasiado y a partir de ahí su vida mejoró notablemente. Se hizo algún tatuaje protocolario para hacer ver a sus señores que comenzaba a asimilar y a adorar a sus dioses, para ello aprendió sus ritos y costumbres.

Con cada paso que daba era más respetado dentro de su esclavitud y le fueron mitigados los duros trabajos físicos, ello hizo que se produjera una escisión en su interior. Cara al exterior iba haciendo grandes progresos alcanzando un gran dominio del idioma y de los ritos y demás extrañas tradiciones. Sin embargo, en lo más profundo de su interior seguía incólume la llama de su fe cristiana, rezaba en silencio a San Martiño para que le llevara de vuelta a su tierra natal, no había noche que no rezara en el silencio de su conciencia, no consintió que se le olvidara ninguna de sus oraciones. Quería volver a entrar en una iglesia de Dios, ver el mar de su infancia...

Pronto comprendió que esta doble vida sólo podía sobrellevarla en soledad, no pudiendo tomar esposa puesto que, al final, le descubriría sus secretos más ocultos. Así que se decidió a esperar y aguantar, teniendo su fe a la que aferrarse le resultaba más fácil participar de la vida y costumbres diarias de aquellos indios. No obstante, siempre tuvo en la mente la ilusión de volver a encontrarse con algún destacamento o incursión que pudieran liberarle de aquel yugo.

Bien. Ahora colocaré las consecuencias (en la historia y en las fichas) de cada uno de vosotros. Lo añadiré para todos (así vuestros compañeros sabrán cómo habéis sido durante estos años de esclavitud y lo que os ha ocurrido). Las historias que vosotros mismos me habéis enviado sólo podréis leerlas (las de vuestros compañeros), al finalizar la partida. Ahi va:

José/Haine:

Dada su fama de Alquimista, no conocido así, con esa palabra, obviamente, Haine (José), el cual había escandalizado a alguno de sus compañeros, sobre todo al fraile Gerónimo de Aguilar al revelar su verdadera identidad y nombre judío, habíase hecho un pequeño hueco entre la comunidad, sobre todo entre el estrato civil. No se libró de duros trabajos físicos, aunque ya lo conocían como "Aklxla" ("el que dibuja sobre la arena"), ya que con el tiempo fue dando clases y enseñando cosas del Viejo Mundo a los chiquillos Xiúes escribiendo sobre la arena o sobre las piedras. También se interesó en el enorme abanico de plantas y minerales que existían en aquella rica y fértil tierra, lo cual le maravilló. Llegó un momento en el que a Haine se le confió a uno de los aspirantes a Chaman del Sacerdote Tehomon. El aspirante, Ixhamal, le enseñaba poco a poco el idioma a Haine, sobre todo a perfeccionarlo un poco, al tiempo que le instruía en el oráculo de Chaac a través de la astrología en los numerosos "cúes" (altares), dedicados a este dios yucateco de la lluvia, para intentar enseñarle cómo comunicarse con él. En éstas fue que, con el tiempo, se hizo un amigo casi insperable, un esclavo y un aspirante a Sacerdote, cosa impensable.

Mejoras:

Idioma maya: +40%
Astrología: +20%
Leyendas: +15%
Conoc. Mineral: +20%
Conoc. Plntas: +20%

Aspecto: -20%

Orazio:

Sin duda que Orazio era un duro hueso de roer, aun siendo esclavo. Largas horas se le hicieron siglos aguantando latigazos o retenciones sin comida y agua hasta por seis días, y lo raro era que no hubiera sido sacrificado en algún "cu" (altar) por tales actos de rebeldía, aunque lo más probable fuera que al ser buenos castellanos de prominente fuerza los conservaran para las tareas más pesadas. Sin embargo, a los dos años de esclavitud, hubo dos episodios que te cambiaron la vida: un tremendo golpe en la cara con una piedra como castigo ante tu propia dureza que te partió el tabique y por otro lado la pérdida de una oreja, la cual te sesgaron de raíz tras "envalentonarte" ante un indigno mandato una vez, lo cual te dejó casi sordo por completo, muy afectado por ello. A la par de tu situación estaba Gonzalo Guerrero, que no se dejaba aplacar por los Xiúes y recibió severos castigos.

Como si de vidas paralelas se tratase, ambos os casásteis con vuestras familias, tu con una sirviente de un cacique emparentado lejanamente con Tehomon y Guerrero con... bueno, eso sería más adelante... El caso es que hacéis buena amistad, incluso por vuestro pasado como soldado, (y digo pasado porque ya estábais inciando una vida nueva), e incluso coordináis ataques con estrategias militares europeas, casi al modo de los tercios, que sirven para las incursiones en los cacicazgos enemigos.

Concretamente en tí mismo, al practicar aún la "fe verdadera" y los rituales mayas, víste cosas que jamás podrías creer que serían verdad. Te habían contado antes del naufragio acerca de los seres que los más apóstatas herejes hacían aparecer del mismo infierno, creyendo sólo tales como leyendas. Pero aquí habías llegado a ver criaturas inimaginables e historias sobre aquella rica y fértil tierra que eran escalofriantes. A partir de ahora, te tenían en la tribu como un gran activo militar.

Cambios:

-Nariz rota: -2 puntos de Aspecto y -25% en Degustar.
-Pierdes una oreja:-25% en Escuchar.
-Lanzas y palos: +25%
-Leyendas: +20%
-Conoc. Mágico: +10%
-RAC/IRR: -15% RR/ +15% IRR
-Aspecto: -20% (el aspecto es en la perspectiva castellano-occidental, ahora, para cualquier maya de cualquier cacicazgo, tus tatuajes y pendientes serían belleza y "normalidad" entre ellos).
-Idioma maya: 100%.

Rui:

El joven Rui Feijoo pasó su cautivero pensando que aquello era deshonroso (de hecho, así lo era), y por ello no se iba a dejar subyugar por "seres inferiores" y "poco preparados", al menos en la medida de los posible. Gonzalo Guerrero y el joven Orazio pensaro de tal forma, y los tres fueron severamente castigados. En el caso de Rui, una macana puesta en manos de uno de aquellos xiues "bien agarrada" le propició la pérdida de un ojo, aunque sin mayor consecuencia (obviamente, era una secuela bastante grave, y tuvo que aprender a valerse sin uno de sus ojos).

Quizá por eso los siguientes años, ya los últimos, decidió centrarse en el aprendizaje del idioma, de los cultos junto a los adoradores y novicios de Teohom, e incluso, alguna que otra vez pudo estar directamente a su servicio, aunque de forma puntual. Su cuerpo, horadado y vencido a la manera de los indios, apenas distinguía su aspecto inicial, aunque eso no era lo más importante: la fe inquebrantable de un buen cristiano hijo y siervo de Dios es la esperanza más cálida de cualquier encierro o esclavitud.

Quizá por esta secreta afición (de la cual el propio Gerónimo de Aguilar habíase dado cuenta), unido a su nuevo aspecto sin uno de sus ojos, Rui no tuvo ocasión para formar familia, aunque en realidad tampoco la buscó.

-Pérdida de un ojo: tu Percepción se verá reducida en -2 puntos (modifica tus competencias que dependan de PER) y todas las competencias de Armas a distancia y la de Lanzar reducen su porcentaje en -25% puntos.
-Leyendas: +20%
-Conoc. Mágico: +10%
-RAC/IRR: -15% RR/ +15% IRR
-Aspecto: -20% (el aspecto es en la perspectiva castellano-occidental, ahora, para cualquier maya de cualquier cacicazgo, tus tatuajes y pendientes serían belleza y "normalidad" entre ellos).
-Idioma maya: 100%.

Joao:

Sin duda alguna que el cambio de Joao en su vida fue de los más significativo (a excepción de Gonzalo Guerrero, el cual veremos porqué más tarde). En sus primeros años de esclavitu fue un preso atento con sus amos, pues quería conservar la vida a toda costa. Trabajó tanto físicamente cargando piedras para los templos de los dioses Xiúes como para la construcción posterior de la gran ciudad de Uxmal (mucho mayor que Maní), como en oficios como la servidumbre o la siembra.

Sin más pena que gloria fue el que más pasó desapercibido entre los "castilas" capturados, llegando a aculturarse poco a poco y cada vez en mayor grado, profundizando en la vida maya en general hasta límites insospechados... Creó una familia con hijos, cambió su aspecto por completo y logró dominar el lenguaje maya. Incluso, cuando abjuró a su fe a viva voz, se ganó la enemistad del fraile Aguilar, el cual le veía como la oveja descarriada que se aleja del sendero de Dios... Tanto es así que Joao ofreció en sacrificio a uno de sus hijos para aplacar una plaga de hambrunas a Chaak, el dios yucateco de la lluvia.

Este cambio radical le llevó a ser intérprete entre Teohom y el resto de compañeros, o incluso del mismo líder Xiú. Joao era ahora un auténtico indio sin pasado europeo.

Cambios:

-Lanzas y palos: +25%
-Leyendas: +35%
-RAC/IRR: -20% RR/ +20% IRR
-Aspecto: -40% (Irreconocible, si te vieran en Castilla te tomaría por indio sin duda).
-Idioma maya: 100%.

Gonzalo Guerrero:

Fue un esclavo altivo, el cual fue castigado severamente durante su esclavitud, pero, a la vez, aprovechó esta reprimenda para ir aculturándose más y más. Poco a poco, con sus dotes militares anteriores, ayuda en batallas contra otros caciques yucatecos y contra alguna expedición de otros castellanos que comienzan a llegar al Yucatán. Se labra una reputación considerable, de momento, pues elimina toda fe, aspecto y vida pasada de su mente, y se convierte en un despiadado capitán de un pelotón de Xiúes en las luchas de las Guerras Floridas entre los cacicazgos yucatecos (guerra de captura de enemigos para luego darlos en sacrificio a los dioses).

Gerónimo de Aguilar:

Su inquebrantable fe le ayuda a soportar ese calvario de años. Su aspecto es roído y desaliñado, su alma, muy destrozada, la alimentó con oración todos los años de cautivero, hasta la actualidad.