LA SITUACIÓN EN ESPAÑA
Regencia de Fernando el Católico (1508 a 1511 aprox.)
Fernando el Católico enviudó el 26 de noviembre de 1504 a la muerte de Isabel, a unos 12 años antes de su propia muerte. Firmada la Concordia de Salamanca (1505), el gobierno fue conjunto entre Juana I de Castilla (su hija, apodada "La Loca"), Felipe I de Castilla (apodado, "el Hermoso" y marido de Juana) y Fernando. Pero ante discordancias entre Felipe con Fernando y por la Concordia de Villafáfila en 1506 (tratado se reconocía la incapacidad de la reina Juana para reinar debido a su enajenación mental), éste último, el Padre Fernando, se retiró del poder de Castilla y regresó a Aragón. Así quedó reinando el matrimonio en Castilla. Sin embargo, esta situación no duraría mucho, pues el Hermoso moriría en 1506.
Con la muerte de su marido, el estado de salud mental de la reina Juana se agravó y se la dio por incapacitada, nombrándose como regente al Cardenal Cisneros. Cisneros y las Cortes pidieron a Fernando, su Padre, que regresara para gobernar Castilla como regente, pues así lo había deseado su difunta esposa si Juana estaba incapacitada. Fernando regresó y ocupó en 1507 su segunda regencia formando dúo con Cisneros y gobernando ambos hasta que Carlos I (hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso y futuro Carlos I de España y V de Alemania) alcanzase la mayoría de edad.
Durante la regencia de Fernando el Católico y el Cardenal Cisneros se incorporó Navarra al reino de Castilla y se produjo el nuevo matrimonio de Fernando el Católico, esta vez con Germana de Foix, a pesar de no haberse cumplido un año aun de la muerte de su anterior esposa, Isabel.
SITACIÓN ACTUAL (AL COMIENZO DE LA PARTIDA) EN AMÉRICA (EN LA PARTE MÁS PROFUNDA DEL GOLFO MEXICANO)
En 1508, difuntos ya la reina Isabel y Cristóbal Colón, Fernando el Católico decidió recuperar parte del poder político que había cedido a los Colón en las Capitulaciones de Santa Fe (acuerdos alcanzados entre los reyes y Cristóbal Colón relativos a la expedición a las Indias por el mar hacia occidente), pues su gobierno había generado muchas revueltas y enfrentamientos, y, al mismo tiempo, acelerar la exploración y conquista de Tierra-Firme (Tierras circundantes a la actual Panamá) eludiendo el pretendido monopolio colombino e invitando a tal aventura a todo aquel que tuviera recursos o coraje para hacerlo, impaciente la Corona porque América, lejos de las promesas colombinas, no sólo no era una fuente de riquezas, sino una empresa que requería importantes gastos.
Fueron creadas dos nuevas gobernaciones en las tierras comprendidas entre el cabo de la Vela (Colombia) y el cabo Gracias a Dios, (en la frontera entre Honduras y Nicaragua). Se fijó el golfo de Urabá como límite de ambas gobernaciones: Nueva Andalucía al este, gobernada por Alonso de Ojeda, y Veragua al oeste, gobernada por Diego de Nicuesa.
En 1510 se vieron en América fratricidas luchas por el poder entre los capitanes españoles. Ojeda y Nicuesa tramitaron cédulas de posesión de Tierra Firme, y, por perseguir la fortuna en el mismo negocio, eran rivales; se odiaban a muerte. Se disputaban los límites de sus pretendidos feudos y, sobre todo, las fértiles tierras que rodeaban el Golfo de Urabá y, aunque ninguno de ellos tuviera asegurado su nombramiento, discutían sobre mapas sus arriesgados y ambiciosos proyectos. Muchos de sus hombres pensaban que, cualquier día, uno de los dos amanecería muerto. Mientras enviaban al rey cartas repletas de promesas de nuevas y ricas tierras, y de peticiones de nombramientos regios para gobernarlas, proseguían frenéticos sus exploraciones, ya que los indios morían en las plantaciones de caña, y había que sustituirlos por nuevos esclavos a los que cada vez había que capturar más lejos, pues los que conocían a los blancos huían al verlos llegar. Fueron años de desorden, en los que una desmedida ambición provocó, en contra de las leyes españolas, crímenes y abusos contra los indígenas y demenciales luchas de todos contra todos.
En esta despiadada situación, pronto comenzó a destacar Vasco Núñez de Balboa, quien se embarcó en la expedición comandada por el bachiller y Alcalde Mayor de Nueva Andalucía Martín Fernández de Enciso que salió a socorrer al gobernador Alonso de Ojeda. Ojeda junto con setenta hombres, había fundado el poblado de San Sebastián de Urabá en Nueva Andalucía, lugar donde después se levantaría la ciudad de Cartagena de Indias. No obstante, la proximidad de numerosos indígenas belicosos que usaban armas venenosas, con las cuales hirieron en una pierna a Ojeda, decidió al gobernador a volver a La Española, dejando la ciudad a cargo de Francisco Pizarro, que en ese momento no era más que un valiente soldado en espera de que llegara la expedición de Enciso.
Vasco Núñez de Balboa, merced a su buena fortuna y a su temeraria decisión, logró encontrar el Mar del Sur. Por fin se tenía constancia de que había otro océano tras de América y, por tanto, se podía volver a intentar la vieja idea de Cristóbal Colón de llegar a Oriente navegando hacia Occidente. Núñez de Balboa funda Santa María de la Antigua del Darién, en septiembre de 1510, de la que se proclamó alcalde y repartió los cargos del cabildo entre sus hombres, entre ellos a su capitán Valdivia, al que hizo regidor. Sólo necesitaba que las autoridades españolas legitimaran lo que había conseguido por la fuerza de las armas, para lo cual siempre ayudaba enviarles como regalo una muestra, lo más cuantiosa posible, de las riquezas de la zona que se proyectaba conquistar:
Vasco Núñez deliberó que tornase Valdivia para hacer saber al Almirante y jueces de las nuevas de la otra mar y riquezas della, que del hijo Comogre y de los demás habían sabido, y la grande esperanza que de ser ciertas tenían, pidiéndole que lo escribiesen al rey por que enviasen mil hombres para proseguir aquel camino... Enviaron con el dicho Valdivia 300 marcos de oro, que son 15.000 castellanos o pesos de oro, para que enviasen al rey los oficiales de esta isla, que le habían cabido de su quinto.
(Bartolomé de las Casas, Historia de la destrucción de las Indias, tomo II, capítulo 42, página 576.)
Con Juan de Valdivia, capitán de Núñez de Balboa, enemigo de Nicuesa, va desde Darién a la isla Fernandina, Santo Domingo, como oficial a cargo de esclavos y tripulación de la nao Santa María de Barca, armada en Almería. Pretende ver a Diego de Almagro en La Española y presentarle los respetos para adquirir total posesión de las nuevas tierras conquistadas.
Es en este preciso momento donde comienza vuestra historia.