Partida Rol por web

-En el Bosque de Los Ancianos, la Cantera de las Ánimas Rotas.- Dice con una sonrisa, sin realmente esperar que eso aclare a Shirish el lugar:- Estás en la región Noroeste-Central del Continente...Pero sigo sin saber quien eres, y por qué estas aqui.-Dice entornando los ojos, acariciando el bajo vientre de la mujer con sus uñas.

El cambio de actitud no me gusta en demasía. No me gusta que me den órdenes y menos aún alguien a quien no le debo lealtad, y no creo haber hecho nada para merecer ser interrogada. Con suavidad pero decisión, cojo la mano que me "araña" el bajo vientre y la envuelvo con mi mano, parando la caricia. -"Soy una viajera que despertó en la playa, tras naufragar la embarcación donde iba"- digo mirando a Mara a la cara, ahora yo con la sonrisa sólo en los labios. Mis ojos denotan descontento ante el interrogatorio -"Mi nombre es Shirish"-

Por ahora no tengo intención de facilitar más información, soy muy celosa de mi intimidad y más cuando estoy delante de una "desconocida" que bien podría estar amenazándome. Mi ascendencia horca me hace rebelde por naturaleza, y mis habilidades en el combate me hacen tener la suficiente confianza como para no rendirme fácilmente ante una posible intimidación.

-"Ahora sí creo haberte respondido"- digo incorporándome despacio, arrastrando el cuerpo de ella con el mío hasta quedar sentada en la mesa, y ella a horcajadas encima de mi, todavía con mi mienbro dentro de ella.

Sin esperar respuesta, hago el gesto para besarle los labios, un beso suave y delicado, al menos todo lo delicado y suave de lo que soy capaz. No sé a qué atenerme y quiero ver su reacción. Así y todo tengo controlada la posición de mis armas mentalmente, por si necesito lanzarme hacia ellas y recogerlas rápidamente.

Con una pequeña sonrisa tras corresponder el beso, la mujer se quita de encima de la semiorca, el falo de esta abandona la calidez de su sexo y la mujer se tumba junto a Shirish, apartandose la melena a un lado y respirando aún algo agitada:-Estás en las tierras que por derecho pertenecen a mi familia, los Falkëngrau.

-Probablemente en una hora o así puedas hablar con Ishnae, asi como pueda hacerlo yo...Nuestro curandero estará trabajando ahora.-Dicho eso parece que hace un esfuerzo para levantarse e ir a un lugar apartado, donde toma una tela y un cubo con agua y procede a limpiarse tras la ardua sesión de sexo desenfrenado: - ¿Con ella tambien..?-Pregunta desde aquel lugar de aseo, entre el sonido del agua y la tela.

Desde la lejania se escucha un sonido de corneta, otra corneta responde a este en las inmediaciones de la cantera y luego, de nuevo, suena esa corneta mas allá en los bosques.

-Mierda, visitantes. Vistete cuanto antes, no quiero que nos cojan así.-Dice la mujer lavandose todo lo rapido que puede y saliendo de detrás de aquel lugar para vestirse a toda prisa:- Debe ser alguien no humano o no de la raza de Ishnae, si no no hubieran hecho el doble toque de corneta. Por lo menos no es un ataque.- Una vez se ha puesto parte de las ropas agarra las de Shirish sin mucha delicadeza y se las lanza al pecho para que las coja y se vista.

El ver que corresponde a mi beso y con naturalidad se tumba a mi lado, me tranquiliza. Al oir el apellido noto que no me suena de nada, en realidad no conozco de nada éstas tierras, núnca he estado por aquí. Intento hacer un mapa mental de la península, pero la geografía nunca ha sido lo mío y desisto de ello.

Cuando menciona el nombre de Ishnae, levanto la vista para ver cómo se incorpora y se dirige a un lado de la estancia, donde empieza a quitar los restos de lujuria que en ella han quedado. Yo me incorporo y mientras está en cuclillas lavándose, me acuclillo yo en frente de ella y meto la mano en el cubo, justo entre sus piernas para recoger agua y limpiarme también.

-"Sí, con ella también."- digo respondiendo a su pregunta, -"pero eso fue antes de saber lo que pueden comer, de todos modos he tenido suerte de que no tuviera mucha hambre"-.

Mientras nos estamos limpiando, oigo el ruido característico de alguna especie de trompeta, luego otro y de nuevo el primero. Parece un código de aviso.

Mara se levanta a toda prisa y empieza a vestirse, maldiciendo y comentando que alguien se acerca. Me incorporo un poco sobresaltada y justo cuando voy a pregunta, veo que me lanza la ropa encima, apremiándome para que me vista. No parece que esté de muy buen humor en estos momentos para hablar, pero así y todo, mientras me visto pregunto -"¿A qué te refieres con alguien no humano?"- Miro hacia la puerta y luego vuelvo a mirar a Mara -"¿Seguro que no es un ataque?"-

Una vez vestida, cojo mis armas y me las coloco, espada en el cinto, escudo en la espalda y la lanza en la mano.

Con mis bártulos encima, apoyo la jabalina en mi hombro y digo... -"Tú dirás, son tus tierras..."-

-Vamos a ver. Es raro que dejen pasar a un no humano, algun motivo tendrán para hacerlo. Rikard es precavido con quien invita al campamento.-La mujer toma aire y abre la puerta, respirando profundamente, librandose del olor a sexo reciente de la cabaña y llevandose una mano al pelo para al menos comprobar que no esté despeinada en exceso.

Apenas tiene que dar unos pasos para salir al encuentro de una escolta de humanos, y el compañero de Mara está allí tambien, escoltando a un gnoll de apariencia fiera (como todos los de su especie) y que porta una coraza que debió pertenecer a alguna mujer, en especial por que esta aún tiene la forma de los pechos de la anterior dueña.

Finalmente ambos grupos se encuentran, Mara mira de reojo a Shirish, sin saber mucho que esperar de un gnoll, y se adelanta un poco. El otro bandido, que parece su compañero hace lo mismo.

-¿Que nos traes Rikard, ha hecho daño a alguno de los nuestros?.-Dice posando una mano en su cadera, mirando al gnoll de arriba a abajo, con desprecio al ver una coraza seguramente robada.

-Lo encontramos en la zona del límite interior, ha debido eludir nuestras patrullas de algun modo que desconocemos. Se llama Sargoth, busca a un chamán...Quizá pueda arrojar algo de luz sobre el asunto del robo de la fertilidad.-El hombre hace un gesto a la escolta del gnoll, el jinete desmonta y aunque se mantienen cerca por si acaso, en total tres hombres contando al propio Rikard, parecen algo mas relajados aquí en los bordes de la profunda cantera:- Con suerte Ishnae estará recuperada pronto y podremos intentar hablar con ella, quizá sea lo que el gnoll busque.

Parece escuchar atentamente lo que dice su compañero, aunque tuerce el rostro para hablar con Shirish: -¿Qué crees?.

Despues vuelve su atención al gnoll:- Soy Mara, se podria decir que estoy al mando de todo esto, o al menos esta gente confia en mis decisiones cuando hay que tomar alguna. ¿A qué has venido, gnoll?

Sargoth llevaba ya un buen rato con la polla tan dura que podía haber llevado la vaina de le espada colgando de ella. Tantas hembras medio desnudas... cuando el guardia habló, le recordó la verdadera razón que tenía para estar alli. El tema de la fertilidad.

-La fertilidad, si... eso va de parir, ¿No? Vengo porque los gnolls... ya sabes, somos muy de follar a todas horas... y... bueno.. pues eso, que no hay quien deje preñada a una de nuestras hembras! Un espíritu me dijo que viniera para encontrar respuestas. Y aquí estoy! ¿Qué narices es este sitio?

Al ver al gnoll rodeado de los humanos, mi cara se torna en una máscara de asco mal disimulada. Todo y que la especie que ha proveído la mitad de mi sangre en ocasiones ha tratado con estas bestias, a mi no me confieren ningún tupo de confianza.

Al fijarme en él, veo que lleva una armadura reutilizada, a saber de donde y cómo la ha conseguido esta bestia, pienso para mis adentros. Voy bajando la mirada y veo que este bicho está más caliente que un tronco en una hoguera y esto me preocupa. Normalmente estos bichos suelen ser salvajes y se follan todo lo que se les cruza por delante.

Mientras escucho la conversación, me extraña que en ella aparezca la palabra fertilidad y al ir seguida de la palabra Ishnae todavía hace que me centre más en las palabras que se dicen, mirando fijamente a ésta criatura.

-"¿Qué tiene que ver Ishnae con este bicho?"- pregunto sin dejar de fruncir el ceño.

-Ishnae es la capataz mas inteligente, y a la que mejor entendemos de todas. Sabemos que ha visto algo...Si no no hubiese intentado fugarse de la manera en que lo hizo...Robandonos cosas.

La mujer mira a Sargoth y repara en la erección del gnoll, negando para si, aunque finalmente le responde:- Estás en una cantera, y si...estamos al tanto de esa especie de maldición que esta volviendo loco a todo el mundo. ¿Espiritus?, ¿eres algun tipo de chamán.

Sargoth gruño de manera animal ante las palabras de la mediohumana y respondió a la tal Mara.

-¿Un chamán? No lo sé. Quizás. Mi madre lo era. Y ¿Quién es esa Ishnae? ¿Por qué sólo hay mujeres aquí? ¿Y quien esta mediohumana? 

Mientras bombardeaba de preguntas a la capataz, se urgaba con una de sus garras entre los dientes, donde se le había quedado algo de la guerrera que se había comido el día anterior.

Me quedo mirando al gnoll con desagrado, intentando no imaginar lo que se está hurgando entre los dientes, pero no digo nada. Miro a Mara dejando que sea ella la que hable.

Como no me fío de estos bichos, estoy atenta por si hace algún movimiento violento, preparada para sacar mi espada y equiparme el escudo.

-Si eres un chamán quiza nos puedas venir bien, tenemos un problema de comunicación aquí.- La mujer se adelanta unos pasos mirando al gnoll con cara de pocos amigos:- Pero no pareces serlo. Este medio humana es Shirish, una amiga.- Dice mirando atrás, sonriendo brevemente a la semiorca:- No solo hay mujeres, pero las trabajadoras son todas mujeres si...Los hombres estan en el perimetro, vigilando lejos de ellas por...razones de conveniencia.-Finalmente suspira, aunque algo parece captar su atención en otra de las cabañas que bordean la depresión de la cantera, una de las puertas se abre lentamemente.

De la tienda sale Ishnae, vestida con sus ropas de capataz, aunque algo maltrechas. Parece que aún lleva varios vendajes por su cuerpo y camina sujetandose el vientre. Lentamente camina hasta reunirse con todos los demás, esbozando una amplia sonrisa al ver a Shirish.

-Nyame kur'sta igge san. Sitre laca fers'su-Su mirada luego se desvia al gnoll, y después a la erección de este:- ¿Rajska?.-Pregunta mientras señala lo evidente. Esboza una sonrisa que se torna rapidamente en una risilla burlona. Su mirada se dirige a Mara tras ello.

-Bri'hha rache gavn'a rujkte sabra...- Y un montón de palabras más en un idioma que nadie parece entender. Mara se inclina y hasta pone el oido con atención intentando entender algunas palabras, a veces le pide a Ishnae que repita y esta suspira, haciendolo y gesticulando intentando que comprenda lo que está diciendo.

-Es algo complicado lo que dice. Hay algo o alguien ....Posiblemente alguien que entienda las palabras de su pueblo. Que ella salió a buscar a esa persona o personas, y que tenia que hacerlo porque es importante que la entendamos completamente...A ella y al resto de capataces...Pero ahora quiere que vayamos a las minas abandonadas junto a la cantera...-Se rasca la mejilla suavemente, mirando a Ishnae esperando que confirme lo que ha dicho. La mujer se limita a asentir, sonriente:- Hay algo más pero creo que es complicado de traducir...Lo poco que sé de su idioma es por haber estado con las capataces mucho tiempo.

Sargoth se rascó las barbilla mientras escuchaba con toda la atención de la que era capaz (que no era mucha porque estaba rodeado de hembras hermosas). Entonces apareció la condenada Ishnae de las narices. También estaba buena pero era semiinfernal y hablaba en abisal o a saber en qué!

-¿Así que esta es Ishnae? Cojonudo pero no me habeis explicado aun por qué ella puede saber algo sobre lo de la falta de nacimientos. Y es una tiefling! ¿Todos los capataces son tieflings? ¿Qué coño es esta mina?

El gnoll estaba de mal humor porque con tanta charla estaba perdiendo su gloriosa erección.