Partida Rol por web

Pongo contenta rumbo al norte, por el camino hacia Xer, bordeando las montañas. (casilla 2)

Sucede otro viaje parecido al anterior, aunque esta vez se ve menos ajetreo de campesinos y trabajadores por los caminos y los cultivos cerca de estos. Tras haber andado un buen trecho al final el anochecer llega y con ello el cansancio despues de una caminata. Justo a la caida del sol cuando ya se puede escuchar el ulular de los buhos se escuchan algunos ruidos en una casa alejada del camino, una casa rodeada por vallas y unos cultivos altos de maiz. La casa es pequeña, y hay una luz que se ve en una de sus ventanas, pero está se apaga de pronto y se escucha un grito claramente de mujer.

Sin dudarlo un momento, agarro mi guja y me lanzo hacia la puerta de la casa, intentando abrirme paso a través de ella mientras voy musitando oraciones de protección a mi Diosa.

Naeriel entra en la pequeña casa de madera, la escasa luz permite ver un cuerpo de mujer tirado en el suelo, con sangre brotando de su cuello, la mujer aún agoniza, con las manos en su garganta seccionada, intentando no ahogarse en su propia sangre aunque parece una tarea imposible. De pie junto a ella hay una figura que avanza a la luz de la luna que se filtra por las ventanas, al ser elfa tiene una visión bastante mas clara de lo que es:

El esqueleto mira a la mujer que entra y mira su espada ensangrentada, para avanzar hacia ella dispuesto tambien a acabar con su vida tal y como hiciera con la agonizante mujer. Avanza y sencillamente la ataca pese a la longitud de su arma

Ataco sin dudarlo con mi guja al esqueleto, no pienso dejar que esa abominación ande suelta por el mundo. Con pena en mi corazón, he de dejar a la mujer. Espero poder salvarla después.

El huesudo humanoide consigue pasar las defensas de Naeriel y ataca con su espada en mal estado, su mandibula se desencaja de forma antinatural en un grito mudo de ira. El arma no lleva buena trayectoria y simplemente rebota contra la armadura de la mujer, provocando una mirada de confusión en esas cuencas vacias.

La guja finalmente se estrella contra el cráneo de la criatura, el esqueleto abre sus fauces una última vez dejando escapar un humo verdoso que finalmente cobra una forma humanoide según sale del cuerpo en el que estaba encerrado, el espíritu parece cobrar una forma más apacible, con una larga melena que cae sobre sus hombros y una mirada sosegada que inspecciona a Naeriel de arriba abajo. Sus facciones son andróginas, y el hecho de que de hombros para abajo no se vea nada más que jirones de humo no ayuda para saber quién o que es esta persona.

La criatura parece muda, y enfoca su vista a la mujer aún agonizante en el suelo, que se retuerce intentando que la vida no se la escape a través del corte en su garganta.

Rápidamente me lanzo a estabilizar a la mujer, empleando el conjuro del mismo nombre para después sanarla. Cambio mi hechizar persona por si energía pura para traspasársela a la mujer, tras lo cual procedo a acomodarla, sin dejar de mirar al espíritu.

-¿te encuentras bien? -le pregunto suavemente y sonriendo con calma para que no se aterre más. -¿qué ha ocurrido?

Naeriel observa como la herida deja de manar sangre y la mujer parece sumirse en un apacible sueño, posiblemente debido a la perdida de sangre, pero la energia curativa parece suficiente como para mantenerla fuera de peligro hasta que recobre la consciencia tras un debido descanso. Aunque no es eso lo que mas deberia preocupar a la elfa ahora mismo...Dado que el espiritu, apacible en un principio ha tomado ventaja de la distracción tan oportuna para Naeriel, situandose tras ellas. Unas palabras guturales, como arrancadas de la misma profundidad de la tierra resuenan cerca de sus sensitivas orejas.

-Te esperan lejos de aqui. La fertilidad está siendo robada, crearan una legión de esclavos y la tierra será mancillada...El amor se convertirá en esclavitud y la felicidad sera solo impuesta por la servidumbre de los mas debiles...Ve ahora y cumple tu tarea...Naeriel.

La voz hace estremecerse a la elfa, asi como las gelidas manos que nota en sus hombros, el rostro de la durmiente mujer se difumina para dar paso a un viaje que seguramente quede grabado en la mente de la elfa. El espiritu que la lleva en volandas ahora parece haber tomado su verdadera forma, la de una mujer de belleza sobrenatural, que flota con un vestido vaporoso que sugiere sus curvas y una desnudez parcialmente velada sin vergüenza alguna. Un vistazo de una gran isla se aparece frente a ella, cientos de almas, de color azul parecen moverse aqui y allí, pero cada vez que una de color rojo se aventura entre las masas azules muchas de estas huyen, solo unas pocas se quedan, luchan y finalmente se convierten en almas de color rojo o se extinguen. Las nuevas almas, pequeñas, viajan hacia un lugar central en la isla, donde conocen a otras almas de color rojo mas grandes y llamativas y poco a poco estas ultimas se alimentan de algunas almas rojas pequeñas, haciendose mas grandes; solo una pequeña porción de las almas pequeñas y rojas se ven libres del destino de ser consumidas, y salen de nuevo al mundo buscando mas almas azules a las que ahuyentar y combatir...El proceso parece repetirse...hasta que...