Partida Rol por web

La criatura alza su vista, saca su lengua bifida y mira a Faundra con esos ojos inexpresivos, aunque termina por deslizarse pesadamente y se encarama a Faundra, trepando sinuosamente por su figura hasta colgarse de sus hombros, aún digiriendo la reciente presa.

La jungla se abre a ambos lados de Faundra, tan esplendorosa como siempre, pero aqui parece que la hierba a crecido alta y no deja mucho lugar a la foresta de la jungla, hay animales y el incesante canto de aves exoticas la acompaña, tanto que es casi dificil no escuchar otra cosa que no sea el constante canto de animales, poco a poco llega a una zona que parece distinta, las flores y hierbas bajas parecen haber tomado el suelo, haciendo del lugar un festival de color que poco a poco el anochecer va eclipsando. El suelo es particularmente llano, casi hecho a drede, y serpentea entre los grupos de arboles altos y frondosos en la misma dirección que ella lleva...¿Seria algun tipo de carretera en mitad de una jungla? desde luego lo parecia. Por ahora la elfa está cansada del viaje, y lo mas importante...Hambrienta.

Me sequé el sudor de la frente mientras llegábamos a la nueva área. —Parece que encontramos algo. — Le dije a Abrazos. —Espero que no sea otro templo amazona, ¿eh? jajaja...ja... je... en serio.— Dije nerviosa. No tenía nada en contra de las tribus guerreras autóctonas de la jungla, pero ponía la linea cuando intentaban encamarse conmigo por la fuerza. Todavía podía recordar cómo se pegaba a mi...

—D-de todos modos, deberíamos empezar a buscar algo para comer. Hay que recuperar energías. — Le dije a mi amigo, intentando alejar mis pensamientos de la mujer de antes, levemente sonrojada. Como de costumbre, me separé de Abrazos para que este pueda cazar tranquilo mientras yo empezaba a buscar qué podía proveerme la jungla. Luego empezaríamos con la exploración de ese sendero. Ansiaba saber a dónde llevaba, y si era natural o producto de alguien. Cada vez parece más que esta selva está más poblada de lo que muestra a simple vista.

Entre la maleza y la espesa hierba no es dificil encontrar cocos, y otras frutas que alimenten a la elfa, que guiada por su saber de la naturaleza enseguida sabe que son comestibles, sin embargo hay algo que llama su atención, unas plantas desprenden un aroma agradable, tan agradable que incluso parece adictivo. Su base tiene largas hojas para capturar la humedad del lugar y llevarla a sus raices, y tiene un tallo verdoso y flexible rematado en una cabeza bulbosa de la que brotan varias hojas multicolor, muy llamativas, y la altura de estas plantas ronda entre el metro y los dos metros, siempre juntas, potenciando ese aroma tan atrayente.

Caminé por el camino mientras buscaba alguna roca puntiaguda para abrir estos cocos cuando encontré la extraña flor. El aroma que desprendía era dulzón y floral, lo cual hizo que me encogiera y oliese el aire de forma gustosa. — ¡Por este tipo de cosas es que vivo en naturaleza! — Exclamé al ver la maravilla que era ese espécimen. —Me pregunto qué tipo de planta será. — Dije agachándome un poco para examinarla mejor desde una distancia media.

La flor recuerda vagamente a las del azahar, con ese aroma cítrico, dulzón y penetrante. Todas tienen un color distinto que parece capturar la atención de lo que esté alrededor...

Repentinamente una voz femenina, melodiosa encantadora llama la atención de Faundra:- ¿Te gusta mi jardín?

La mujer de piel verdosa parece tener sus piernas hundidas entre la maleza del lugar, tiene las manos cruzadas tras la espalda y está inclinada mirando a Faundra a un escaso metro de ella, dejando amplias vistas a su pecho, que está cubierto por hojas que brillan con la misma humedad de la jungla. La mujer es…verde, cubierta en numerosas zonas de la humedad casi como si ella misma exudase esa humedad. Su pelo está compuesto de hojas largas y azules, rematadas en puntas amarillas que captan la atención de Faundra inmediatamente.

-Llevo tiempo regándolas y han crecido fuertes, pronto darán limones, naranjas y si tengo suerte ambrosia. ¿Has probado la ambrosia alguna vez?.-La mujer esboza una sonrisa alienígena, pues tras esos labios no hay dientes, sencillamente una serie de protuberancias a modo de encías que dan a su boca el aspecto de un pasaje que se usa mas para hablar y dar placer que para alimentarse.