Con mi objetivo cumplido me vuelvo a mi catre dándole vueltas en la cabeza a mi plan. Tengo clara cual es mi posición, pero no la forma en la que voy actuar, así que será mejor buscar varias opciones por si es necesario. Una nota puede venirme muy bien si no puedo hablar directamente con Guillen. Medito mientras intento conciliar el sueño.
Antes de que las primeras luces del alba te despierten, ya se encarga de ello el ajetreo previo de los marineros a tu alrededor y sobre la cubierta. Es un nuevo día y quién sabe lo que puede deparar. Una cosa está clara, el desayuno espera.
Me levanto algo más cansado de lo habitual debido a la guardia de anoche. Sin embargo, me espera un día muy largo e intenso, así que me intento espabilar rápidamente, y que mejor forma de espabilar que un buen desayuno. Sin embargo, antes de encaminarme hacia el comedor cojo todo lo que creo que voy a necesitar, las ganzúas, el trozo de tela, el carboncillo y por supuesto el arco y el carcaj, que como siempre cuelgo a mi espalda. Una vez estoy listo, me dirijo hacia el comedor a tomar mi desayuno.
Me siento en un asiento libre a tomar el desayuno y busco a dos personas con la mirada, una a Guillen y la otra a mi compinche de robo.
De Guillen no encuentras ni rastro a estas horas de la mañana, aunque presupones que debe tratarse porque desayuna en su camarote privado. En cuanto a tu compinche marinero te es difícil de saber quién es entre tanto compañero ataviado de forma tan similar. Cuando crees haberlo visto en una esquina del comedor, de repente dudas de si no debe tratarse de aquel otro que recorre el comedor con el cuenco del desayuno. Finalmente te parece verlo al fondo de la sala, en un extremo de una de las mesas y su mirada se cruza también con la tuya durante un par de segundos.
Desayuno tranquilamente intentando no perder de vista al que creo que es mi compañero, intento fijarme en algo de él que me haga reconocerlo del resto de marineros para poder localizarlo más rápidamente.
No me levanto de la mesa hasta que no veo que él va a salir del comedor. Intento seguirlo un tanto de lejos para que no se de cuenta de que me fijo en él constantemente.
Mi intención es ver en que parte del barco le toca trabajar hoy.