Allí fue donde se encontraba, tan majestuosa, aparentando no estar provocando nada, parecía que llevaba allí años, tal vez décadas o incluso siglos. Pero vosotros sabíais que aquello ya no era real.
Esa torre negra, de piedras de tonalidades oscuras casi parecía estar constuida sobre bloques de ónice puro. Un bloque tras otro, uno tras otro, y las nubes giraban en torno a ella impidiendo ver su final. Ahora las nubes ya no estaban y un rayo de luz iluminaba el lugar formado ahora por escombros tan negros como lo había sido la torre.
Cuando llegasteis allí no sabíais si aquello tendría tres plantas o treinta, lo único que podíais ver era que la torre atraía la maldad a la zona, las nubes giraban en torno a ella, en remolinos concéntricos y de vez en cuando soltaban relámpagos, bolas de fuego o bloques de hielo que salían disparados hacia los alrededores. Ahora de todo aquello no quedaba nada. Solo ruinas, un cielo despejado y sol. Muchísimo sol.
Las criaturas de la zona que habían huido ahora empezaban a acercarse al lugar. Aún quedaba mucho para que todo fuera como antes, y que ese terrible mal se terminase por expulsar. Los druidas que antes habían tratado de ayudar ahora se acercarían a vosotros.
Tras todo el daño sufrido en el interior de la torre y el sentimiento de la magia negra corriendo por vuestras venas, ahora os habíais dado cuenta de que todo había terminado y que pronto aquella tierra sería libre. Echabais la vista atrás para daros cuenta que lo que había sido una misión de unos pocos días, se había convertido en una aventura que habíais sentido como largos y duros años. Al fin y al cabo, el tiempo en la torre pasaba de forma distinta y allí nada era lo que parecía.
Lo habías conseguido, habíais conseguido vuestro objetivo. Tras haber recorrido tantas millas, por fin, lo habíais logrado: Destruir la torre del destino final.
...
...
...
Pero cuando creíais que todo había terminado, cuando creíais que habías llegado al final. Una terrible risa familiarmente conocida os llamó poderosamente la atención. No os lo podíais creer, pero había sobrevivido y sin saber cómo, ahora estaba allí, junto a vosotros, dispuesto a terminar lo que había empezado.
Arther llegó abajo y se quedó perplejo. Uno de los magos no solo había sobrevivido sino que estaba en pie frente a ellos clamando venganza. Sin pensarlo mucho, avanzó a atacar al mago confiando en que sus compañeros fuesen más diestros en combate de lo que lo era él, intentó también trabajar en equipo para poder hacer más daño.
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+8)=15
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+7)=23
Motivo: Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 5(+4)=9
Motivo: Furtivo?
Tirada: 2d6
Resultado: 11
Dejo un furtivo por si alguno de mis compañeros ataca antes que yo y hay posibilidad de flanquearle.
Stanley se movió con rapidez al ver aparecer de nuevo al mago.
Creía que ya estaba todo acabado pero aquella risa estridente volvió a taladrar sus oídos. Casi sin fuerzas, levantó su espada y atacó al mago.
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 14(+3)=17
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+9)=25
Motivo: Daño
Tirada: 1d8
Resultado: 5(+6)=11
Aprovecha Arther que voy antes. XD
Falcon con un rápido movimiento fue a por el Mago Amarillo, dispuesto a partirlo en dos.
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 2(+2)=4
Motivo: Golpe Acerado (AP-4)
Tirada: 1d20
Resultado: 4(+10)=14
-4 CA contra enemigos que NO sean el Amarillo
La combinación perfecta del pícaro y el filo del ocaso hicieron que el mago Amarillo terminara por caer en aquel momento. Uno lo atacó de frente, mientras que el otro aprovechó para apuñarle por la espalda.
La daga del pícaro terminó por cercenar la aorta haciendo que el mago comenzase a sangrar a borbotones. Dando un espectáculo dantesco pero digno de un gran final, el Amarillo terminó por caer, convirtiéndose en una estatua de hielo que lentamente se fue derritiendo por el sol.
Sin nubes en el cielo, el sol calentaba la piel de los combatientes, al mismo tiempo que derretía la figura del mago.
Ahora sí que habían completado la misión.
Ahora sí que habían llegado el final.
Chicos, último post y terminamos.
¡Muchas gracias a todos, por fin hemos llegado a concluir la partida! Nos ha costado, pero aquí estamos!!!
¡Enhorabuena a los que aún siguen vivos! ^^
Arther clavo su arma con una precisión y una fuerza bestiales en la aorta del mago que restaba. La torre había sido destruida, los magos que habitaban en ella estaban muertos pero Arther no notaba un mayor peso en sus bolsillos. Había corrido grandes riesgos pero no había conseguido las grandes riquezas que esperaba encontrar. Fastidiado, se dejó caer en el suelo tumbado boca arriba al calor del sol. No sabía cuanto tiempo había estado en aquella torre pero estaba seguro de que, en cuanto consiguiese una cama, dormiría durante un día entero.
Falcon se colocó el espadón en la espalda, decepcionado por que el mago amarillo huiese muerto antes de poder asestar él el golpe. Miró la torre decepcionado, muchos haian caido alli y su interior seguia tan vacio como empezó. Seguramente Fristón seguia vivo y dispuesto a amargarle la existencia.
Miró a los otros dos que habia sobrevivido, solo eran tres contadole a él de las decenas que habian entrado. Con un gesto se despidio de los otros dos y emprendio su busqueda hacia al este, para no volver jamás. Nadie sae con certeza que fue de Falcon, unos dicen que encontro la muerte, otros que encontro la paz incluso los hay que dicen que cientos de años despues todavia continua vagando en su usqueda sin fin.
Stanley observó como aquel hechicero del mal se fundía en el suelo, convertido en hielo. Guardó su espada y miró hacia donde se encontraba antes la torre.
El trabajo había terminado.
Cuando se giró Falcon se estaba yendo y Arther se encontraba tumbado en el suelo.
Se acercó al pícaro
Creo que nos hemos ganado una buena juerga ¿te apuntas?
Claro, en cuanto lleguemos a la posada voy a beber hasta caer inconsciente. - dijo riendo el pícaro.