El soldado miró a su oficial al escuchar sus últimas palabras, es muy arriesgado ir en coche como si fuera un domingo de excursión, pero Albert asintió para reafirmar la decisión del capitán .- Estaré preparado por si pasa alguna cosa...
Bien, bien.Vamos, adelante. Les miró para ver si le seguían y comenzó a guiarles hacía el lugar donde tenían el vehículo. Después comenzó a dar ordenes a sus hombres, y el grupo se movió.
El vehículo en cuestión estaba a pocos metros y se trataba de una camioneta, la habían camuflado con ramas y lo que pudieron encontrar para continuar a pie cuando a pocos metros fueron asaltados por los alemanes según les contó Remi.
Subieron en la parte trasera, junto a los soldados franceses. Salvo el teniente, que subió alante junto a Remi que se encargaba de conducir.
El viaje fue bastante incomodo, fueron por caminos de monte, donde al parecer los pastores llevaban a su ganado. Alejandose de la carretera principal, pero siguiendo su misma dirección. Los baches y desniveles les hacían dar botes sobre sus precarios asientos y más de una vez tuvieron que agarrarse como podían para no irse al suelo.
El viaje también fue más largo de lo que cabía esperar, se desviaron varias veces de la ruta y alguna vez llegaron a desorientarse. Pero al menos fue seguro. Aquellos franceses conocían la zona, antes de que la guerra estallara eran ganaderos o granjeros. Y todos ellos vivían en aquella zona.
Isigny-sur-Mer estaba a pocos kilometros de la costa que los aliados habían logrado tomar en el desembarco. Esta ciudad había sido evacuada por los alemanes que la ocupaban y tan solo habían dejado un francotirador en un campanario como resistencia. Los aliados se estaban reagrupando allí y preparandose para continuar hacía el sur.
En el viaje, el teniente y el resistente compartieron una fluida conversación sobre las ciudades en las que los alemanes iban a ofrecer más resistencia, en tácticas habituales que hubieran visto llevar a cabo a los alemanes, etc. Básicamente sobre la guerra.
Tras varios minutos, Daniel bajo de la camioneta, y se acercó a la parte de atrás para avisarle a sus hombres que ya habían llegado a su destino. Luego, volvió a la parte delantera y le agradeció a Remi que los hubieran llevado hasta allí.- Gracias por traernos. Espero que cuando Hitler caiga, nuestros caminos se vuelvan a cruzar y lo podamos celebrar en condiciones. Adiós, y gracias de nuevo-
El teniente encabezo el grupo los últimos metros que lo separaban de Isigny-sur-Mer, teniendo en mente en encontrar cuanto antes algún soldado que supiera donde se encontraba el oficial de mayor graduación en la ciudad, para ser evacuado de allí junto a sus hombres cuanto antes.
He supuesto que la parte de atrás de la camioneta era cubierta, que no nos dejaban en Isigny-sur-Mer, si no en sus cercanías, y que tras dejarnos los resistentes se iban.
—Cuando llegue a casa me comeré un buen chuletón de las mejores vacas de Houston —comenté cuando ya nos íbamos acercando al pueblo francés. Ya casi podía saborear la carne poco hecha deshaciéndose entre mis dientes—.
Que nadie olvide que hay un francotirador enemigo en el campanario, dice Anna. No quiero que agujereen a nadie tan cerca del final de la misión.
Estaría bien que confirmáramos por radio que estamos aquí para que nos dieran un punto de encuentro.
Has supuesto bien pero adelantandote un poco a la situación, pero es igual. Lo único que he modificado tu post cambiando horas por minutos ya que el viaje no dura tanto a pesar de las vueltas y desvios...
.- Ana tiene razón... sería recomendable comunicar que ya estamos aquí... quiere que establezca contacto con la radio? .- Albert miró a su oficial y empezó a sacar la radio para preparar los reportes.-
El sargento pensó en la idea de comunicar por radio durante unos instantes, pues pensaba que con encontrar a algún soldado y que este les indicará donde estaba el puesto de mando ya hubiera sido bastante.
Sin embargo, cambio de idea debido a que no hacía mucho que debían de haber tomado la ciudad, por lo que el puesto de mando igual aun no existía, lo que a su vez haría que dieran muchas vueltas por la ciudad bajo la amenaza del francotirador antes de encontrar al oficial de mayor graduación. Y además, el Alto Mando, no esperaría su llegada tan pronto, por lo que quizás no hubieran enviado aun el vehículo para recogerles.
- Bien. Establezca contacto.- Dijo a Albert.
Bueno, yo creo que no hacía falta llamar por radio, pero como mi personaje es cauto, lo he preferido interpretar así. Ya me dirás master, si quieres, si estaba en lo cierto.
A mi me parece correcto. Turno para Albert y su radio.
Albert ya tenía preparada la radio al recibir la orden de su superior, y empezó a transmitir la señal, .- Puesto de mando, ya estamos aquí, indiquen ubicación.- Albert lo repitió varias veces seguidas para asegurarse de que todo el mensaje llegaba alto y claro.-
Motivo: Telecomunicaciones
Tirada: 1d100
Dificultad: 50-
Resultado: 44 (Exito)
Perdón por el retraso!! pero es que últimamente voy de culo!
La ciudad esta tomada, pueden ir al norte de la ciudad con tranquilidad. Nuestros soldados pueden indicarles la situación del puesto de mando. Pregunten. Dijo la voz al otro lado de la radio.
El sargento ya se había esperado esa respuesta. Sólo le había dicho a Albert que contactará por radio, para comprobarlo, ya que no quería que justo cuando su misión ya parecía estar acabando sucediera una desgracia que se pudiera evitar.
Espero a que el soldado Bennett recogiera la radio- Bien, sontinuemos.- El teniente se pusó en marcha en cabeza para guiar al grupo los últimos metros que los separaban de Isigny-sur-Mer, teniendo en mente en encontrar cuanto antes algún soldado que supiera donde se encontraba el puesto de mando, para ser evacuado de allí junto a sus hombres cuanto antes.
Encontraron a un soldado que estaba patrullando por los alrededores, tras identificarse ante ellos les dió la bienvenida y les dijo como debían llegar al centro de mando.
Una vez allí les dieron la enhorabuena por haber regresado. Aunque no parecía que nadie allí supiera cual era la misión que tenían que cumplir. Les proporcionaron un Jeep para ir a la playa que los aliados habían tomado y reunirse allí con sus superiores.
Pocos minutos después esperaban a que el capitán Lewis les recibiera en una pequeña tienda militar destinada a los mandos. Apenas podían creerse que hubieran llegado con vida y de una pieza a aquel punto después de todo lo ocurrido.
El capitán llegó poco después junto a Archie Avner, Richard Wayne y Robert J. Herbert, algunos de sus compañeros de quienes se habían separado hacía varios días. Aunque pareciera que fue hacía una eternidad.
Bienvenidos. Dijo a modo de saludo. Nos alegramos de que esteis de vuelta. Dejó que los hombres se saludaran como correspondía entre compañeros de armas y se presentó a Anna al grupo. Les contarón que ellos habían ido en busca del Teniente y su grupo pero que habían sido heridos y casi masacrados a medio camino. Les contaron también que el sargento Singht había sido herido en la cabeza y que ahora se recuperaba en el hospital fuera de peligro y consciente.
Podreis visitarlo después si deseais. Intervinó el capitán. Ahora quiero escuchar como ha ido la misión. ¿Terminasteis con el objetivo? ¿Algún altercado?
Espero que David esté bien. Fue lo primero que dijo el teniente. Que como todos sabían era amigo de infancia del sargento Singht.
Después comenzó a resumir lo ocurrido durante la misión de aquellos días.
Verá señor. La cosa ya empezó mal con el salto, cada uno de nosotros acabó en un lugar diferente y casí terminamos perdiendonos en los bosques. Cuándo al fin logramos reunirnos la cosa tampoco fue tarea fácil. Acercarnos a Carentan fue prácticamente imposible. De no ser por la habilidad de Albert para pasar desapercibido y conseguir ropa de campesino y su domino del francés que nos permitió simular ser campesinos. Dijo reconociendo el merito del soldado. Aunque de no ser por Anna y su compañero Kummer... Él cual espero que esté bien, por cierto. Ellos nos metieron en la ciudad y junto a ellos organizamos el ataque al capitán alemán.
Le hicimos volar por los aires con una granada y tuvimos que salir por patas. Las cosas no fueron muy bien a partir de entonces y tuvimos que escapar de Carentan. Por el camino tuvimos algún que otro percance. Ayudamos a la resistencia francesa a librarse de unos alemanes y ellos nos acercaron hasta Isigny.
Guardó silencio en aquel momento por si alguno de ellos quería añadir algo a lo que él había contado.
—El teniente Parks lo cuenta como si él no hubiera hecho nada pero nos ha mantenido unidos y ha cuidado muy bien de nosotros —añadió el sureño con su marcado acento y las palabras chocándose unas con otras esbozando una sonrisa—.
No hay mucho que añadir, dice Anna.
Strags ya está en el infierno, donde espera impaciente la llegada de Adolf Hitler y el resto de su camarilla.
.-Nada que añadir también... solo agradecer su cumplido teniente, aunque debo deciros a todos que gracias a que cada uno aportó su granito de arena pudimos conseguir la misión .- Albert estaba contento por que todo acabara, pero seguía teniendo ganas de seguir con todo aquello, le hacía sentirse bien.
En cuanto se entero de la noticia de que habían vuelto, Singht, sin dudarlo, preguntó al doctor si podía asistir a la reunión, era algo reacio a que le dejara ir, pero esperaba que por una ocasión especial como esa así fuera, tenía ganas de volver a ver y charlar con su amigo, Daniel.
Finalmente, no le dejaron salir aun, por miedo hacia su precaria salud, por lo que como buen soldado, y siendo que el motivo era más que razonable, no tuvo nada más que acatar aquello. Sin embargo, pronto se alegro cuando no solo recibió la visita de Parks, sino también de los hombres que le habían acompañado en la misión, los cuales ya conocía, excepto a la mujer, Anna, a la cual no tuvieron reparo en presentarle.
Esa noche, y gracias a que el doctor hizo la vista gorda, hicieron hasta tarde celebrando su regreso, conversando sobre como les había ido la misión a ambos grupos, contando anécdotas pasadas y como esperaban que fuera la guerra a partir de entonces. David, al contrario que el resto de sus compañeros no bebió nada, pues no debía si quería una pronta recuperación. Sin embargo, pronto se embriago de los buenos momentos que pasaron aquella noche. Por último, la enfermera despacho a sus compañeros, porque estaban molestando al resto de pacientes del pabellón, de los cuales, unos pocos, irónicamente, se habían unido a la celebración con anterioridad.
El capitán les permitió que se tomaran aquel día de relajación y celebración, al fin y al cabo habían regresado vivos, sanos y salvos y tenían motivos para alegrarse. No obstante les recordó que la guerra no había terminado y que solo habían cumplido una misión. Pronto serían asignados a nuevas tareas y volverían a la lucha, unos antes y otros después, pues los que estaban heridos primero debían de recuperarse. Aquello no acabaría hasta que no libraran a Europa y al mundo de aquel mal llamado nazismo, y aunque habían acabado con un capitán habían muchísimo trabajo por hacer, y batallas por librar.
FIN DE LA PARTIDA