Partida Rol por web

El hombre parece serenarse ante la presencia de aquella mujer tan bella. A su lado está su mujer, llorando aun desconsoladamente, pero la radiante imagen de Eira, una elfa, raza que tras la guerra poco se veía rondar por las ciudades, le dejó ensimismado. Le observaba con los ojos abiertos y muy fijos en ella. Tras superar el trance de la primera visión de la "joven" elfa, consiguió hacer que su cerebro procesara la información que le estaba facilitando. ¿En serio nos acompañarían hasta la ciudad? Bueno, no lo se... Hemos perdido un par de hombres, y necesitaríamos más seguridad de la que pensamos en un momento. No podemos pagarles tras lo que ha pasado. ¿Que sacan de ustedes de todo esto? Acordándose de su mujer, la tomó por los hombros acercándola hacia sí. Tranquila, tranquila, dentro de poco todo habrá pasado. Difíciles palabras viniendo de un padre que acababa de perder a su hijo a manos de dios sabe que.

Mantenía mi atención dividida entre la conversación que mantenían Diego y la elfa con los mercaderes y el plato de salchichas que tenía frente a mi. Si bien teníamos grandes intereses en que la conversación llegara a buen puerto esta podría ser la última vez en mucho tiempo en la que comemos en condiciones así que no iba a desaprovecharla además creo que sabrán arreglárselas sin mi. Tampoco creo que sea muy difícil convencer a una pareja de padres asustadizos para que nos dejen acompañarles aunque no nos paguen. Mientras que no nos toque pagar a nosotros...

¿No hay dinero?

Otto lamentó escuchar eso, pero no dijo nada. En este viaje su premio era su libertad, su vida. No iba a lamentar en exceso la pérdida de algunas monedas, pero el tintineo en el bolsillo era un sonido reconfortante cuando un hombre tenía hambre. Dejó que las cosas siguieran su curso, no le importaba viajar con aquella gente; los cuales parecían honrados, una más que grata variante a la compañía disfrutada hasta ahora.

Su cerveza estaba vacía, pero rehusó pedir una nueva, ya había llenado bastante la barriga por hoy.

Diego dejó que la conversación fluyera a su ritmo mientras lentamente extraía su preciada botella de vino Estaliano*.-Que que sacaré?Espero que su perdida aún le permita ver las ventajas de un viaje seguro señor...-señaló a los hombres que le acompañaban.-pese a que ellos también son hombres de armas, han sufrido heridas...por eso el echo de un viaje seguro y en buenas compañías me es grato.-Sirvió una copa al hombre,a la mujer y a si mismo¨Cuando la pena te aborda,beber ayuda a no ahogarte¨.-aunque ciertamente necesitaremos un pago, bastante sencillo...ustedes conocen el lugar al que vamos...-bebió de su copa y miró a la sala¨esto tal vez les llame la atención¨.-pero yo y mis amigos también somos comerciantes,ve aquel hombre tan...regio que nos acompaña...no pinta demasiado bien en nuestro grupo...pues es nuestro patrón...-les confesó de forma confidencial.-el nos pagará una GRAN recompensa cuando le llevemos sano y salvo a donde quiere ir,pero para llegar necesitaremos información de transportes y lugares seguros y de confianza...-miró al hombre a los ojos, lanzándole su mejor mirada de hombre honrado.-y vosotros sois honrados comerciantes por lo que veo,su consejo en aquella ciudad desconocida me será suficiente pago...-sonrió y apuró su copa,tras lo cual se mesó la barba esperando la respuesta de aquel hombre.

Uno de los hombres que portaban las armaduras de cuero tachonadas con los emblemas en el pecho se inclinó hacia su señor y le dijo en voz baja:

Von Schaffer... Los necesitamos. No podremos cruzar los caminos nosotros solos. Ya lo ha comprobado, necesitamos llegar a Middenheim cuanto antes y esta gente no pide nada solo que los guiemos.

El noble imperial parecía meditar lo que su guardaespaldas le decía. Y asentía mientras miraba a los dos sujetos que le habían abordado, tanto al hombre como a la Elfa.

Si, de acuerdo. Nosotros les enseñaremos el camino, pero ustedes tendrán que protegernos. No creíamos que hubiera tantos problemas, nos dijeron que las cosas estaban mejorando, pero no parece ser cierto. Solo hay muerte y guerra por todas partes...

Los dos hombres de la casa del noble asienten ante las palabras de este, al parecer habían perdido un par de hombres a parte de al hijo del noble de camino ahí.

Tenemos que llegar cuanto antes a aquella ciudad. Podríamos salir en una hora, si necesitan adquirir algo antes del viaje háganlo, nosotros necesitamos hacer un par de gestiones, por lo que esa podría ser una hora más que decente. ¿Les parece correcto partir desde aquí en una hora?

Diego sonrió satisfecho y se quitó el sombrero.-Señor,la sabiduría de vuestra nobleza es tan grande como cuentan en mi tierra.-se mesó el bigote un instante y chasqueó los dedos a sus compañeros de la mesa,los miró y les sonrió de forma pícara.-bien señor,entonces espero que brinde conmigo el buen desenlace de nuestro trato.-le tendió una limpia mano al noble y le señaló la copa.

Tras apurar la copa y cerrar el trato Diego se encaminó a la mesa de los reos.-Bueno,tenemos una hora antes de irnos de aqui...-apoyó la mano en el capitán y le dijo.-Bueno Patrón Hiemdrich,aquellos nobles señores compartirán nuestro viaje...que le parece?.-miró al hombre y le guiñó un ojo antes de girarse e indicarle a los nobles de la mesa.-si todo es de vuestro agrado partiremos cuanto antes.

Sus pasos le guiaron por ultima vez entre ambas mesas.-Señor Von Schaffer,en una hora en esta misma posada y visiten a un buen Galeno por la salud de sus hombres, si no, mi compañera Eira tiene buena mano a cambio de algunas monedas.-Sin esperar respuesta,salió por la puerta dejando su bolsa en la mesa junto al escudero.

Fuera,con parsimonia extrajo de su chaleco su vieja pipa de fumar y la preparó con paciencia¨bella ciudad¨ pensó con cierta ironía cuando una mujer lanzó un cubo con desechos por una ventana.-Adoro el trabajo bien echo.-prendió la pipa y se quedó donde estaba,fumando y contemplando la ciudad mientras su mente divagaba en las dificultades que estarían por llegar.

Bueno caballeros y dama digo tras terminar de masticar un trozo de salchicha una vez que los comerciantes se han ido a terminar sus pesquisas parece ser que hemos conseguido nuestro tan ansiado viaje de forma limpia, rápida y sencilla. Y todo gracias al liderazgo de nuestro querido capitán aquí presente, ¡brindo por el! y dicho esto alce la copa y termine con su contenido de un trago.

Pero parece que la travesía no sera tan cómoda y tranquila como la que nos trajo hasta aquí. Aquellos que serán nuestros patrones han dejado claro que los caminos son de todo menos seguros. Así que sugiero que si alguno necesita prepararse aproveche esta hora que tenemos para ello. Y el que se sienta preparado que aproveche las comodidades que brinda esta posada pues tardaremos un tiempo en volver a disfrutar de algo similar.

Al escudero no le gusto aquel imperativo de "tendrán que protegernos" pero se guardó su opinión. Si hubiere una amenaza en el camino Otto se comportaría como creyera conveniente. No estaba dispuesto a morir por la estupidez de alguien, aunque sí a protegerles de un asalto.

El parloteo del estaliano había sido acertado en el negocio y por suerte nadie había cometido ninguna estupidez que lamentar, como invocar oscuros poderes en la mesa. Por segunda vez fue a beber de su jarra ya vacía, esta vez por el brindis de la bruja, no quería pedir otra pero sentía la mano torpe al no tener nada que hacer. Optó por girarse al recién elogiado capitán.

Por mi podemos partir, me gustaría acabar esto antes de que acabe el verano. Me gustaría pasar el invierno en Altdorf.

El pequeño hombre que atendía con mano diestra la taberna apareció en aquel momento con seis cervezas frías que había sacado de su mejor cosecha y las plantó en el centro de la mesa. !Oh no! No no no. No todavía. Celebremos este breve reencuentro y brindemos por un viaje rápido y seguro. Dijo guiñando un ojo a Umbra. Luego tomó una y la alzó lo más alto que pudo mientras sonreía. A esta invita la casa. Por los antiguos y nuevos amigos. Y así los entusiastas celebraron una nueva etapa en su viaje.