La Noche del Derrocamiento fue una larga y caótica que puso al límite la percepción de paranoia de los cainitas más templados. Nadie se fiaba de nadie y quienes escaparon juntos lo hicieron ante la imposibilidad de sobrevivir por separado. El caos que había empezado de forma abrupta tardó un mes en disiparse pues quedaban cabos sueltos y la necesidad de acabar con aquellos leales ausentes que pudieran tratar de vengarse en el futuro. Cuando finalmente los nuevos líderes emergentes se reunieron y estuvieron de acuerdo en se había terminado de pasar página, la situación era muy diferente de lo que cualquiera de ellos había previsto.
Morfeo se había encontrado con muchos más aliados, (y protegidos de estos) de lo que esperaba. Eso le había ayudado a salir victorioso, pero le dejaba en una posición en la que ya no podía actuar libremente. No podía poner a todo el mundo a dormir sin más porque no podía enfrentarse a una coalición del resto de vampiros con poder. No obstante y dado que la magnitud de la amenaza que representaba la Segunda Inquisición era mayor y más extendida de lo que se creía, los vampiros más importantes coincidieron en poner a dormir a todos aquellos en cuya capacidad de pasar desapercibidos no confiasen plenamente.
Aroa, Johan, Jocelyn, el propio Morfeo y algunos otros escogidos quedaron encargados de guardar el sueño de los vampiros que aceptaron las condiciones para quedarse en Encrucijada Vieja. Los demás tuvieron que marcharse de la ciudad después de pasar por un proceso de borrado selectivo de memoria. No faltaron quienes intentaron huir eludiendo el borrado de memoria, pero no llegaron muy lejos. (Salvo Cucaracha que es un pj, además del arquetipo de alguien capaz de sobrevivir a este tipo de purga).
A los que aceptaron dormir se les dio un mes para resolver sus asuntos y después fueron conducidos a través de los complejos subterráneos de The Matrix hasta una cámara, centenares de metros bajo de la superficie, sepultada tres mil años atrás sobre la que se alzaron estrato tras estrato, civilización tras civilización, las sucesivas ciudades que se sucedieron con el nombre de Encrucijada Vieja. La Cámara era el corazón de un mausoleo de origen fenicio presidido por la representación de Astarté. Junto a las momias de aquellos primeros mercaderes provenientes de Biblos que esperaban despertar tras la muerte, los caínitas de la ciudad se dejaron clavar una estaca y yacieron junto a amigos y rivales, con esa misma esperanza.
Motivo: Convencer para que Aroa sea la khalessi
Tirada: 2d6
Dificultad: 7+
Resultado: 7(+2)=9 (Exito)
Dejo la tirada hecha y luego posteo que tengo unos compromisos
Motivo: Escapar - Sangre
Tirada: 2d6
Resultado: 3(+2)=5
Me dan matarile. Luego lo narro :)
En cuanto pisamos la calle tras saltar a aquel edificio con Devin salí corriendo con todas mis ganas. Sabía que Circe y Devin sabrían cuidarse sólos a partir de allí. No sabía si aceptarían o no la propuesta de Morfeo, pero yo no me iba a quedar a averiguarlo. Ni iba a dejar que un jodido sucio y traicionero Nosferatu me clavara una estaca para luego hacer conmigo lo que le diese la gana y encina obligarme a beber de esas apestosas venas oxidadas y mal olientes, ni iba a dejar que jugaran con mi mente para convertirme en la putita de nadie. ¿Cómo coño me iba a fiar de que no me lavaran el cerebro simplemente para que aceptara la sangre y la estaca y una sonrisa dándole las gracias? No era gilipollas. Al menos no tanto como parecían creer esas jodidas ratas.
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Dos meses quemando rueda, alejándome de Encrucijada Vieja, escondiéndome donde podía, no estando más de dos noches en un mismo sitio, manteniéndome bajo el radar, lejos de llamar cualquier atención... a salvo al fin...
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Las ratas grandes como gatos y perros pequeños saltaron sobre mí desde todos los rincones de aquel maldito callejón olvidado por todos de aquella jodia ciudad alejada de la mano de dios.
Mis garras y mis colmillos destriparon más de una docena, pero había más, muchas más que me mordían los tendones de los pies, las piernas, los brazos. Mordiéndome más rápido de lo que era capaz de curar.
Uno, dos, tres, cuatro... dejé de contar los aguijonazos que sentí de las balas perforantes y explosivas que me habían alcanzado desde diferentes ángulos. Caí de rodillas.
La madera fría y dura atravesó mi corazón mientras la otra mano llena de pústulas me sujetaba por el pelo para no caer de bruces al suelo y una sonrisa sarnosa se dibujaba en el rostro de pesadilla del Nosferatu que me la había clavado.
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Las ratas desaparecieron con la misma rápidez con las que llegaron. Unos zapatos resonaron en el callejón. Los zapatos negros lustrosos a juego con el traje negro y las gafas de espejo del Agente Smith que se paró a medio metro de mí.
Dejó caer un abultado expediente delante de mí. En la portada marrón mierda se leía sólo "Jack Sunrise".
-Sr. Sunrise. - comenzó con esa voz grave y monotona carente de emociones - Ha estado llevando una doble vida. Me gustaría decir que una de ellas tiene un futuro y la otra no. - hizo una pequeña pausa dramática - Pero me temo que ninguna de las dos tiene futuro.
Delante de mis propios ojos se transformó en Morfeo.
-La roja o la azul. Habría dado igual, si tan sólo hubiera escogido una de las dos pastillaa. Ts. Ts. - terminó negando con la cabeza mientras se giraba y se marchaba.
No llegué a verle salir del callejón. Antes de eso mi cabeza cayó al suelo separada de mi cuerpo que comenzaba a convertirse en cenizas que se mezclaban al viento con las cenizas del abultado dossier que ardía en el callejón...
Han pasado meses desde la matanza de Lawrence. En medio de la confusión de aquellas noches, me largué con Oderdan a Encrucijada Nueva con la intención de montar allí un nuevo imperio de la droga. Esta noche, tengo que solucionar un problema, así que me visto con mi traje más elegante y me dispongo a buscar el coche.
La siguiente parada es un trastero. Pertenecía a Oderdan. En realidad, supongo que todavía le pertenece.
Oderdan, al igual que yo, es un vampiro, aunque de sangre más débil. Al igual que yo, encontró un cómodo nicho en el mundillo criminal. Al igual que yo, era despreciable, inteligente y traicionero... y malvado cuando se veía arrinconado.
Oderdan y yo habíamos tenido lo que podríamos llamar una desavenencia. Cuando me largué de Encrucijada Vieja no conseguí traer a Circe conmigo, y aunque intenté convencer al "cocinero" de que no la necesitábamos, nunca se tomó bien ese detalle. Eso, y el hecho de que la estúpida parálisis cerebral de su hijo era lo único que tenía últimamente en la cabeza, ha convertido a Oderdan en un estorbo en lugar de un aliado.
Abro la puerta del trastero, que es del tipo de las que tienen los garajes. En el interior hay cajas y cajones de embalaje, y un juego de mobiliario de jardín amontonado. Hay una enorme pantalla de televisión totalmente envuelta en plástico, que sirve para evitar que los ladrones hurguen cerca del gran baúl que hay en la parte de atrás. Es ahí donde dormía Oderdan algunas veces cuando quería aislarse, y es ahí donde lo dejé después de atravesarle la espalda con la estaca.
Abro el baúl y le doy la vuelta.
Ha empezado a arquearse, como si estuviera encogido con las manos tapándose la cara. También se está secando. Cuando le clavé la estaca, podía pasar por alguien normal a la luz de las velas. Ahora su piel parece papel cebolla estirado encima de los huesos, parecido al caparazón abandonado de una cigarra.
—Eh, Oderdan.
Empujo hacia arriba el párpado de su ojo izquierdo. Está como arenoso.
—He estado pensando en lo que debería hacer contigo.
Suspiro. El no responde, no cambia de expresión. Está totalmente ido, lo que hace que hablar con el no resulte nada fácil.
—Sé que tenías planes, grandes planes para tu hijo, pero los grandes planes tienen grandes problemas. Sobre todo si no tienes una visión de conjunto. Y Oderdan, tú no la tienes.
—Apuesto a que ahora mismo estás teniendo algunos sueños desagradables, muy desagradables. Lo sé, yo he pasado por eso. Yo me fui a dormir allá en 1927 y no me desperté hasta 1975. Los sueños eran malos, pero despertar después de cincuenta años... Eso fue la pesadilla. ¿Tienes la mínima idea de lo que es eso? Cómo vas a tenerla, conseguiste la Vida en el ochenta y pico, ¿verdad?.
No sé por qué le estoy contando todo esto. Supongo que intento retrasar lo inevitable.
—De cualquier manera, me desperté y de repente me encontré con que había reactores y energía nuclear y los malditos coches por todas partes, la mitad de ellos fabricados en Japón. Y creo que fue entonces cuando lo descubrí, Oderdan. Creo que fue entonces cuando entendí que estamos hechos para perdurar, pero que nuestra autoridad, cuando la asumimos, no. No podía estar preparado para los ordenadores, la Guerra Fría, el feminismo y el movimiento de Derechos Civiles. Esas cosas eran simplemente... nunca se me hubieran podido pasar por la cabeza. Así que cuando piensas que podrías gobernar hasta el final de los tiempos como esos príncipes o el idiota de Morfeo, ¿cómo puedes saber qué van a tener los mortales allá en 2020, o 2050, o en el siglo veintidós? Lo más que podemos lograr es mantenernos al día, y punto.
—Pero me estoy desviando del tema. No te imaginabas lo que me estabas jodiendo hasta que ya lo hubieras jodido todo, y yo no puedo dejar que eso ocurra. Así que voy a tener que beber de ti hasta la última gota.
Sé que no se puede mover, ni siquiera cambiar de posición, pero me parece ver miedo en sus ojos.
Entonces le muerdo.
No he tomado sangre de otro vampiro desde que me desperté en los años setenta. Me dije que era excesivo, que una doble dosis era demasiado poderosa para el sistema de cualquiera. Por eso me estacaron y navegué a través de cinco décadas de pesadillas. Cuando era un vampiro joven y sediento mi dependencia del canibalismo era bastante fuerte, y todos los que han probado la Vitae saben que te engancha fuerte, firme y poderosamente. Por supuesto, cuando eres inmortal tienes un montón de tiempo para desengancharte del hábito. Pero solo se necesita un desliz, un trago, y estás de vuelta en el fumadero de opio.
Cuando muerdo por primera vez a Oderdan siento el amor. Esto sucede siempre, el apasionamiento embriagador, el vínculo que no puedes evitar cuando tomas una parte del alma de alguien y la introduces en la tuya. Siento a Oderdan, su astucia, su tranquilidad, su inteligencia y su extraño sentido del humor; las primeras veces que ataqué a otros Vástagos, esto me hizo parar antes de que pudiera cerrar el negocio: me rajé y pagué por ello. Pero hace tiempo que aprendí cómo debo hacerlo.
No me resisto al amor. Me entrego a él.
Me permito amar a Oderdan como amo a Judy, y aún más, como amé a mi mujer, y aún más, como amo al amor, no tengo bastante y lo quiero todo, no puedo soportar el pensamiento de perder ni una sola gota de Oderdan y así es como debo hacerlo, tomarlo todo, necesitar todo su ser.
La forma de hacerlo es amarlo hasta la muerte.
Me limpio de los labios los restos de las cenizas de su cuerpo y lo siento cantando dentro de mí, una segunda alma entrelazada con la mía, y lloro. Es tan hermoso. Estoy borracho de poder, soy invencible, hay una multitud dentro de mí. Tengo en mi interior su secreto, su receta de sangre. Ahora ya no lo necesito porque está dentro de mi. Este es un nuevo comienzo y...
...vuelvo a estar enganchado.
Llevaban ya unos cuantos días en los que había que tener un perfil bajo. El traje de Dumas en otro tiempo ceñido como un guante a su cuerpo, de aspecto pulcro e impoluto ahora era una sombra de aquel recuerdo: el botón que cerraba la chaqueta había sido reventado tiempo atrás y un agujero había en su lugar, un par de jirones salpicaban las mangas y el color de la chaqueta no era más que un recuerdo entre las manchas del barro.
El mes que tenían para solventar sus asuntos fue para Dumas un mes para despedirse de sí mismo. ¿O no son los recuerdos los que definen la vida de uno? Tras una semana de melancolía decidió tomárselo aquello como el paraíso tras la muerte, huir no era una opción... Su estilo era el de sobrevivir y adaptarse, y con el tiempo... Tal vez con el tiempo descubrir un nuevo camino hasta la cima... ¿Recordaría eso? En teoría sólo morirían los últimos sucesos y el resto perviviría... Suficiente.
Para sobrevivir convenía allanar el camino y tener a alguien de cuyo favor tal vez pudiera beneficiarse en el futuro... Aroa era el nombre que le venía una y otra vez cada vez que se hacía la pregunta, ¿estaría dispuesta? No había otra opción, había que jugárselo todo a una carta.
Entonces se dirigió a su sire y tras llevarla aparte habló finalmente antes de marcharse por un tiempo.
—¿Has considerado lo que hablamos antes de ir a por el príncipe? Alguien debe ocupar el puesto y no nos interesa que sea Morfeo... Sólo un Ventrue sabe lo que es el Elíseo, estaba pervertido y tú misma lo dijiste. Dame unos días.
Apenas quedaban un par de días para ser estacado, había ido contrarreloj pero parecía que lo había conseguido. Al menos eso era lo que habían dicho varios nosferatus que simpatizaban con Cucaracha y su forma de ver el mundo. Esos fueron los más jodidos de traer a su lado. Se suponía que estarían difundiendo los apoyos, Aroa recompensaría aquellos favores dándoles la independencia que necesitaban para sus trapicheos dentro de cierta discrección. Eso último era algo innegociable.
El resto... Aunque no lo manifestaban abiertamente preferían a otro antes que a Morfeo. Era incluso demasiado retorcido para los estándares vampíricos y la sire de Dumas era una opción tan buena como cualquier otra.
Dumas sonreía por el trabajo bien hecho mientras observaba el proceso que allí estaba teniendo lugar...
¡Corregido! Y ahora máster, te lanzo el guante.
Aquel tipo salió corriendo. ¿Por qué lo había agarrado en su huída? Era una jodida incógnita. Y la puta de la china... A ella la había agarrado porque el otro puto se lo había pedido.
Miró a aquella guarra con pinta de llevarse muchas cosas a la boca y le dedicó un gesto de asco. Aquella zorra representaba lo que a Devin Morrow le importaba una jodida mierda. Aquella zorra era un ser social que se mezclaba a la perfección con los mortales y también con los inmortales y él... Bueno él no lo lograba, como tampoco le interesaba.
Le dedicó un simple gesto de despedida con la cabeza. No llegó a decir nada y acto seguido se marchó oculto entre las sombras de la noche. Pasar desapercibido en una noche estrellada era fácil para aquel gangrel, más aún en aquella noche en la que las nubes tapaban el firmamento anunciando tormenta.
Devin sabía que debía huir. Pero poco más sabía. No recordaba prácticamente nada salvo su nombre y quién fue, pero no quién era. Un rostro vino a su mente de pronto. El rostro de alguien antiguo. El rostro de alguien que conoció en el pasado y que... ¿Le mordió? ¿Su sire? ¡Bahh tampoco lograba recordarlo!
La cuestión era que sabía lo que tenía que hacer. Debía ir lejos, muy lejos de allí, pero... ¿Dónde era allí? ¿Dónde cojones estaba? Algo malo, muy malo acababa de acontecer. Estaba desorientado. No recordaba nada. No le gustaba aquello. ¿Que le habían hecho? ¿Quién...?
Devin empezó a vagabundear y así pasó muchas noches, demasiadas. Lograba alimentarse de forma despreciable. Ratas y alimañas eran si dieta. Se escondía del sol durante el día. Sus refugios eran peligrosos, pero iba sobreviviendo. Devin era un superviviente nato, eso no se lo podian quitar también.
A cada día que pasaba más lejos del centro de encontraba y la ganas de abandonar aquella demencial ciudad tenía. Encrucijada Vieja. Así se llamaba, finalmente lo supo. Esa asquerosa ciudad poblada por putas, traficantes, maleantes en general y letreros de neón se llamaba Encrucijada Vieja. ¿A quien coño se le había ocurrido esa basura de nombre?
Fuera como fuera, pronto, muy pronto fue consciente de que algo malo se estaba cocinando a fuego rápido. Muchos cainitas estaban siendo cazados. El fue el testigo invisible y silencioso de muchas de aquellas muertes orquestadas por unos verdaderos expertos en la caza de vampiros.
La purga de Encrucijada Vieja era una amenaza también para él. Pero a diferencia de otros, Devin se escondía bien y adoptaba forma animal como último recurso. Eso le sirvió en un par de ocasiones.
Y llegó el día en que decidió salir de aquella ciudad. Le había preguntado a unos mortales sobre lo que había más allá de una carretera con tres carriles en cada dirección. La Nacional III la llamaron ellos. Le contaron que en esa dirección se encontraban unas montañas y diversas aldeas en las que vivían perros flauta.
Devin no recordaba como denominaron a aquellas montañas, pero si tuvo la corazonada de que ese sería su lugar. Algo le impulsaba a aventurarse en esa dirección y buscar allí un refugio. Esa era buena idea.
Así que tras alimentarse de aquellos bastardos a los que dejó sin una gota de sangre, robo una de sus motocicletas y salió de la ciudad por la nacional III sintiendo el aire de la carretera en su rostro y dejando atrás el sucio y fétido aroma de la bulliciosa y vomitiva ciudad...
Dumas:
Incluso los vampiros que participaron desde un principio en el plan de Morfeo pues entendían la amenaza de la Segunda Inquisición y la necesidad de crear un cortafuegos, tenían sus reservas respecto a la idea de dejarse estacar. Había un sin fin de cosas que podían salir mal incluso en el escenario ideal en el que Morfeo cumpliera escrupulosamente su compromiso. ¿Y si Morfeo sufría un accidente?¿Y si era asesinado y nadie volvía para despertarlos? Por eso la aparición de nuevos aliados fue recibida con tanto alivio.
Además, por la mente de los cainitas, con tendencia natural a la paranoia, pasaban por supuesto escenarios menos ideales. Escenarios en los que Morfeo se bebía a los durmientes uno a uno, o sencillamente acumulaba poder para erigirse Príncipe y gobernar Encrucijada Vieja de acuerdo a su capricho. Para los menos próximos a Morfeo, aquello era un escenario tan malo como tener de Príncipe a Lawrence. Había muchos a los que el coste de libertad personal al sumarse al plan resultaba condenadamente alto.
Y ahí entraste tú, Dumas. Te asomaste a sus corazones, entendiste sus preocupaciones. En los negocios y en la política todo movimiento resulta del balance entre riesgo y beneficio. Jugar con las espectativas y la percepción de riesgos y beneficios es tu talento, tu don elevado a nivel del arte Manejaste los hilos entre bambalinas. Los sugestionaste en grupo y en solitario. Tus argumentos fueron personalizados y brillantes. Estabas de nuevo en tu salsa. Aquellos nosferatus podían ser los señores de las sombras, pero tú eres el maestro titiritero.
No tuviste que proponer a Aroa como nuevo Príncipe, los demás vampiros de menor poder lo plantearon a Morfeo. Deseaban una salvaguarda a su poder y tu les habías pintado a Aroa como la salvadora, el paradigma de equidad y justicia, el contrapeso ideal. Supiste pulsar la tecla de sus miedos, ¿acaso que Morfeo se negase a tener un contrapeso no significaría que quería el poder para él?¿acaso no significaría que tenía un plan oculto? Los vampiros estaban inquietos de por sí ante la inminencia de se estacados y tenían que recurrir a todo su autocontrol. Así que cuando plantearon su exigencia a Morfeo, este tuvo que aceptar la votación espontánea y posterior proclamación de Aroa como nuevo Príncipe de Encrucijada Vieja y permitir que un grupo de elegidos por ella permaneciese despierto como contrapeso y salvaguarda. Morfeo sería el guardian de los durmientes y Aroa la vigilante del guardian, aquella ante quien tenía que rendir cuentas.
La parte amarga fue que tú tuviste que ser estacado para guardar las apariencias; para que ese pequeño conato de revolución y elección de Aroa como Principe pareciese algo espontáneo y no algo orquestado. Aroa eligió a un grupo de independientes para permanecer despiertos. Antes de que te pusieran a dormir le dirigiste una mirada. Ella miraba hacia otro lado, era la Princesa de todos y no podía mostrar preferencias, pero en las comisuras de sus labios se esbozó una ligera sonrisa, sabía que la mirabas y sabía que su elección había sido una maniobra tuya. Era tu triunfo. Y te estaría esperando al despertar.
Circe pese a todos los hilos que había movido para su "coronación" la verdad es que tras la muerte de su Sire se había sentido, por primera vez en mucho tiempo, en paz. Había desaparecido durante estos dos meses. La reina de la noche había dejado su trono.
Y ahora, tras la coronación de Aroa, había vuelto. La verdad es que ni ella sabía porque. La verdad es que tras estos dos meses había descubierto el tedio de la no-vida. Como había estado llenándola de nimiedades solo por el terror de su condición.
Pero sobretodo por el equipaje emocional que tanto tiempo había estado cargando. Por primera vez en mucho tiempo era una. No había mucho más por delante. Tan solo la eternidad.
Circe aparecía de tanto en tanto en público. Sin embargo no parecía la misma. Estaba sosegada, como en otro plano. No tenía la cabeza donde debía tenerla. Había perdida toda la ambición.
Un día tumbada en la cama, tuvo una revelación. ¿Acaso no todo tenía cura? Vivían en un mundo súper avanzado. Y eso conllevaba a la pregunta ¿Había cura para el vampirismo? Si la había pensaba buscarla.
Sin pensarlo dos segundos compró un billete de solo ida para la cuna de su condición: Jerusalem.
Motivo: Escapar-Sangre 1
Tirada: 2d6
Resultado: 6(+1)=7
Buff levaba un bloqueo muy grande.
Dejo atrás mi posición y me marcaré Corrupción (Así desaparecí sin dejar rastro).
También me justifica que no me deje ver etc.