Llegó el día. Uno a uno el ritual se repitió con los durmientes. Abrían los ojos confusos, examinaban con estupor el orificio en su pecho sin recordar en un primer momento qué había ocurrido o cómo habían llegado hasta allí.
Las preguntas quedaban en un segundo plano y la sensación de desorientación era rápidamente sustituída por otra cuando percibían la proximidad de la presa. Algunos percibían en primer lugar el olor a sangre, otros el calor de una presa, otros sus temblores. Todos se encontraban próximos a una persona drogada, algunas veces dormida, otras consciente y aterrorizada pero incapaz de moverse. El/la cainita recién despertado la estrechaba y se alimentaba, algunos de forma violenta, otros de forma sensual y delicada, pero fueron pocos/as las que tuvieron capacidad de contenerse y no acabar con aquella vida después de tanto tiempo durmiendo.
Luego venían las respuestas y los recuerdos. Habían pasado cinco años. La Segunda Inquisición había resultado ser tan letal como preveían.
... ha matado Príncipes en Londres y Las Vegas y ha mutilado un Clan en Viena (Los Tremere). Docenas de incautos Anarquistas y arrogantes Sabbat han perdido sus vidas por no estar acostumbrados a mortales que saben cómo cazar vampiros. Y, por supuesto, muchos vampiros intentan usar a la Segunda Inquisición contra sus rivales filtrando la dirección de un refugio o los detalles de un asesinato.
Viajar a través de fronteras internacionales, o incluso viajar a través de un aeropuerto, te incluye en una lista, incluso aunque no te ponga en una habitación soleada. ¿Conectarse a la red?¿Y por qué no enviar un email a la NSA invitándoles a cazar sangre y visitar al Primogénito? Los Cinco Ojos han añadido palabras vampíricas clave en su lista electrónica de alarmas. Envía un mensaje de texto a alguien preguntando dónde se encuentra el Elíseo esta noche y la Inquisición quizás también se invite sola.
Cuando asimilan toda la información, se les ayuda a adaptarse poco a poco al nuevo estilo de vida en el que la Mascarada es más estricta que nunca. The Matrix, el Daw Jones, Transhuman y los demás locales tras los que se hallaba un vampiro, han desaparecido ya que eran demasiado temerariamente ostentosos. Ahora todo es mucho más sutil y los vampiros viven de una forma más anónima. Sin embargo la ciudad sigue ahí, seductora y retadora, esperándote para iniciar una nueva no-vida. Las tradiciones siguen existiendo y cualquier vástago recién llegado deberá presentarse ante el príncipe/la princesa de la ciudad... y para ello, antes que nada, habría que elegir uno/a.
Devin sin saberlo había terminado en su vieja guarida de Pico Yermo, en las montañas Desoladas. El borrado de memoria al que me sometió Morfeo cinco años atrás, le había afectado bastante más de lo normal.
Su mente, un tanto simple y dispersa, había perdido gran parte de su pasado. Por no recordar no recordaba ni a su Sire. Sin embargo, el instinto del depredador, la fuerza de la costumbre, la suerte o una combinación de factores, le llevó a regresar a aquellas montañas que tanto le atraían y a instalarse en su acogedora cueva.
Cuando encontró su propia guarida, no la reconoció. Sin embargo, supo enseguida que el ser que había habitado ese lugar era un ser afortunado. Tenía todas las comodidades que un gangrel como él necesitaba. Oscuridad suficiente, un lecho cómodo y la suficiente soledad como para vivir una eternidad bajo su amparo.
Pronto empezó a alimentarse de nuevo en los pueblos de las montañas. No mataba a sus víctimas, pues eran pocos los hippies que poblaban la sierra. No era fácil alimentarse cada noche, pero por suerte en el monte siempre había alimañas con las que ir tirando a falta de otra cosa.
Y así Devin Morrow sin saberlo, había recuperado su antigua vida. Aunque no sus contactos. Había perdido su teléfono móvil durante la batalla del Elíseo. Ese elemento podría haber sido crucial a la hora de recuperar algo de su pasado si se le ocurría contactar con alguno de los seres que podían hablarle de si mismo.
Por suerte a Devin poco le importaba el pasado y poco le importaba el futuro. Devin era una criatura que vivía constantemente en el presente y esa eras razón por la que en cinco años, ni se había planteado regresar a Encrucijada Vieja.
Pero un día recibió una visita. Se trataba de otro gangrel. Uno más antiguo que él, lo supo de inmediato por su olor. Le resultaba infinitamente familiar aunque no lograba reconocerlo. Se trataba de un ser demacrado y que le inspiraba cierta pena a Devin. No obstante, sin duda aquella criatura había visto días mejores y se notaba que aunque se alimentaba mal, tenía una sed atroz.
- Devin... - Aquel cainita pronunció su nombre. ¿Le conocía? - ¿No vas a abrazar al viejo Max?
Dijo aquella bestia con un gesto que pretendía asemejarse a una sonrisa. Aunque aquel intento de parecer bienintencionado resultó en vano. Lo que estaba claro es que conocía su nombre y por ende le conocía incluso mejor que él mismo.
- ¿Max?- Preguntó entonces y lo cierto era que el nombre le resultaba familiar.
- ¡Oh chiquillo, no ha pasado tanto tiempo! - En un abrir y cerrar de ojos, el tal Max pasó de encontrarse en la entrada de la cueva, a estar al lado del dueño des misma. - ¿Es que no vas a darle un abrazo a quien te abrazó? ¿No vas a saludar a tu Sire?
- ¡Mierda puta! - Exclamó Devin. - ¿Tú eres mi sire? Me sonaba tu cara y tú nombre...
- Será verdad... - El gesto "simpático" que había predominado en el rostro de Max Mollander hasta el momento cambió de forma súbita por uno de profunda decepción. - ¿Qué te ha pasado Devin Morrow? ¿Quién te ha hecho ésto? - Sonrió nuevamente. Aquello era el mejor escenario posible. El viejo Devin difícilmente hubiera aceptado regresar a él, pero el nuevo Devin, no le conocía de nada. - No importa... - Dijo entonces y realizó una pequeña pausa. - Devin, tienes una deuda conmigo. He venido a cobrarla. Pero tranquilo, el precio será pequeño y ambos, tú y yo Devin, saldremos beneficiados. Es la hora de ocupar el lugar que nos corresponde en Encrucijada Vieja. - Le miró de arriba abajo iba completamente desnudo salvo por unos jirones de ropa que portaba a modo de taparrabos. - Hazme un favor Devin y vístete. Pareces un hombre de las cavernas y de hombre te queda poco, muy poco. Debemos partir cuanto antes. ¡Apresurarse!
Devin no sabía que decir. Ni siquiera sabía que pensar. Lo único que sabía era que aquel ser ejercía una influencia muy fuerte sobre él. Si decía la verdad y se trataba de su Sire, tendría cierta lógica. ¿Qué quería de él? No le había quedado claro. Pero tenía dos opciones, descubrirlo o despedazar a aquel que se había plantado frente a él sin recibir invitación alguna...
Dumas se despertó de improviso y le sobrevino un dolor más intenso que el que tenía en el pecho, una especie de jaqueca fruto del no comer. Frente a él tenía un anciano sobre el que se abalanzó sin piedad, puajjj. Tras un primer sorbo acabó por desecharlo y con aquel agrio sabor empezó a ordenar sus pensamientos:
—Yo no tomo esa mierda. —Se dijo mientras percibía un olor más agradable, estaba unos cuantos metros más allá junto a un brujah al que estaban a punto de despertarle. Se abalanzó sobre aquel tipo de mejor presencia en el que lo único malo que parecía tener era un sospechoso polvillo blanco bajo su nariz.
Lo tomó para sí y empezó a alimentarse de aquella especie de oficinista hasta las cejas de coca, pronto la droga también se metió en su propio torrente sanguíneo provocando el efecto narcótico que se le presuponía. El dolor de cabeza se calmó y empezó a sentir un suave mareo, era casi confortable y relajante. Se sentó en aquel momento entre un trajeado medio desangrado y un anciano confuso. Eso fue lo que vio el brujah al despertarse, probablemente fuese tan confuso como sus propios pensamientos y no ayudaría a esclarecerlos.
Aún afectado por el narcótico se incorporó con la intención de salir de aquel oscuro y maloliente sótano. Joder si les iban a estacar al menos podían haber tenido la decendia de poner algo de ventilación, olía demasiado a suciedad y a la pordedumbre propia de los nosferatu.
En el exterior se apoyó sobre una pared de chapa prefabricada, parecía que estaban en el sótano de una nave industrial en medio de ninguna parte. Lo que veía le resultaba familiar pero era tan lejano como sus recuerdos... No era el único con aquel pensamiento tan jodido, algunos parecían salir al exterior casi como si se encontrasen con un sol cegador pero era una de las muchas farolas. No había ni un alma en el exterior a excepción de una cuadrilla de militares que custodiaba todo para evitar ojos indiscretos, todos eran vampiros.
De pronto una mujer apareció, era hermosa, de tez pálida y con labios rojos. Su vestido era igualmente rojo, sobre el que caía como una cascada su cabello. Algo en ella era familiar, casi despertaba en él ternura y admiración... Incluso un sentimiento familiar. A cada paso de aquella mujer todos los del cerco parecían mostrar respeto, a los que acababan de ser despertados les llevaba un poco más pero todos acababan sonriendo ante su presencia.
Pronto se fijó en él, un cosquilleo le llegó por el cuello, incluso una mezcla de temor y respeto que hacía que su saliva supiera e herrumbre (o tal vez se debía al puto viejo que le habían puesto como bienvenida). Se dirigió directa a él.
—Sire... Te sienta muy bien el puesto —. Reconoció sinceramente en cuanto se dio cuenta de quién era—. ¿Qué ha pasado? Por qué parece que todo ha cambiado?
Entiendo que he olvidado todo lo que sucedió así como mi implicación en la elección, pero sí que recuerdo que es la nueva príncipe de las tinieblas.
Entiendo que he olvidado todo lo que sucedió así como mi implicación en la elección, pero sí que recuerdo que es la nueva príncipe de las tinieblas.
No es correcto.
A los que se marchan de Encrucijada Vieja se les hace un borrado selectivo de memoria. El objetivo es que se olviden de Morfeo, Aroa, Jocelyn y demás vampiros de Encrucijada Vieja de modo que si son capturados por la Segunda Inquisición no puedan conducirles hasta ellos. La idea es hacer un cortafuegos para que nadie pueda recordar nada ni a nadie del "Club de amigos de Morfeo" también llamado "Club de vampiros de Encrucijada Vieja".
Pero a los que os dejáis estacar no se os hace nada. Vosotros sois el club de amigos de Morfeo.
Y al único al que exigían un vínculo de sangre era a Cucaracha porque... Morfeo ya sabía como era Cucaracha. Solo un iluso confiaría que Cucaracha no volvería a las andadas después de despertar de la siesta de cinco años.
De todos modos, el post ha quedado chulo, no hace falta cambiarlo si no quieres. Se puede interpretar como que la desorientación tras 5 años durimiendo provoca una ligera amnesia temporal.
¡Perfecto! Lo dejamos así en abierto con la pregunta que lanzo, y achacando el estar groggy por estar recién despertado.
Pd. Por defecto parece que estoy fuera de los mensajes, no sé si hay alguno más aparte del de Devin.
Es verdad, no estabas por defecto. Ya está corregido. De todos modos el último es el único que no habías podido leer.