Partida Rol por web

Las respuestas se acumulaban y los nombres salían a relucir.
-¿Los camiones? ¿A donde van los camiones? ¿Qué hay en esos camiones que van tras jotvizo? Y ¿Cuál es el otro bando? ¿A donde iría a protegerse? y ¿la protección de quien buscaría?- Preguntó Petrus en cuanto menciono los envíos de trata de blancas.
-¿Quien sabe a donde van todos los camiones que salen de Galati? ¿A donde van todas esas mujeres y niños? - Preguntaría a continuación tras su respuesta con algo más de rabia contenida presionando sobre el asunto de los camiones.-¿Que compañías usáis para vuestros negocios sucios? ¿De donde sale todo el dinero y como lo limpiáis?- seguiría preguntando implacable tras todo aquello, quería más nombres, más hilos de los que tirar. Llevaba mucho tiempo esperando por una lista fiable de objetivos, si este hombre se lo daba la mitad del trabajo estaría hecho.
 

Serban está cantando, y eso nos dará nuevas líneas de investigación que seguir. Jovitzo está en Eslovaquia, es una cuenta pendiente y los Gansos Salvajes tendrán ganas de ajustar cuentas con ese malnacido. Hablaré con ellos en mi próximo viaje para poder sacar más datos de la sangre de esta malnacido. 

Serban está largando todo, y aunque querría preguntarle cosas los chicos están haciendo un buen trabajo y sé que a mí se me podría ir de las manos con facilidad.

Me cruzo de brazos y me quedo cerca de la puerta asegurándome de que no pueda escapar si lo intenta, aunque las ataduras, el agua bendita y el resto del tratamiento no creo que le den muchos ánimos para intentar tonterías.

Me pregunto cuándo será consciente de que no va a salir de aquí con vida... Maldito desgraciado.

Serban no conoce el destino exacto de los camiones; pero ha invitado a copas a suficientes camioneros de la empresa para poder recitar nombres de muchas poblaciones en Rumanía, Hungría, Alemania... Por toda Europa central.*

- Nadie puede protegerle... del Amo... Ni los ingleses... Ni la vieja bruja eslovaca... Es una renegada... Indigna de la sangre del Amo y la Señora...

- No se qué han mandado a por Jovitzo... Algo importante... Quizá el Amo quiera castigarle en persona... O quizá mande uno de esos rusos, muertos antes de tiempo... Debió mandarme a mí... Un perro para cazar a una rata traidora...

Serban afirma con orgullo que "su" Jauría, su mafia urbana de Bucarest, sus burdeles y su tráfico de droga es la fuente principal de dinero. El tráfico de mujeres de Chitul debe dar dinero también, aunque Serban no lo admita.

- Somos los Perros del Amo, sangramos al rebaño.

La Señora no se mancha las manos con calderilla. Serban lleva la pasta a la CPC para su "limpieza".

Incluso con la ayuda química de Ryan, Serban se debilita a ojos vista. Ha perdido la mayor parte del cabello, su piel parece la de una momia, apenas puede respirar, sangra por los oídos. Morirá pronto, y quizá pegarle un tiro sería lo más piadoso. Está al borde del coma.

- Demosle un último baño en agua bendita y que se pudra. No merece una bala.

Parece que ese maldito salvaje ya no tiene nada que ofrecer. No soy partidario de ser misericordioso con alguien así y asiento ante las palabras de Petru, aunque recuerdo luego algo.

- Estoy contigo, un bañito y listo. Pero luego le metería un tiro entre ceja y ceja, solo por asegurarnos de que no sobrevive. Estos tíos son más correosos que una cucaracha, y si por lo que sea su amo da con él y aún está vivo, le soltará todo lo que ha pasado aquí y lo que sepa sobre nosotros. Asegurémonos de que no lo cuenta.

Es lo único de lo que quiero asegurarme. Que Serban esté muerto y bien muerto.

Tenemos que debatir cuál será nuestro siguiente paso, pero mejor hablar de eso cuando Serban ya no pueda oírnos.

Niego mirandolos y suspiro. Ahora me vienen en modo samaritano para que no sufra ningun dolor ¿en serio? Señores que le hemos estado torturando para poder saber los movimientos de sus amos y aunque ha dicho cosas interesante, no las que podrian servido para sacarle mas jugo a todo este asiento. 

— Eso solo funciona con los zombies. Lo que teneis que hacer es meterle una piedra en la boca y ponerle una hoz afilada sobre su cuello. Decapitaciones es tan de la Revolución francesa y tan eficaz — murmuro mientras les miro desde donde estoy con una sonrisa enigmatica en los labios, de  esas que pocos conocen y que siempre suelen significar problemas para el que se pone por delante. — Hay una cosa que no sabes, es que el ganado a veces tiene mastines que lo protege y esos desgarran la garganta de lobos y coyotes con una facilidad pasmosa. Sino tengo un machete que puedo asegurate que a tu Amo le resultara muy familiar. 

Si vais a acabar con él hacedlo y añadir al pack un poco de agua bendita, cabezas de ajo y un circulo de sal. Las ostias consagradas os lo dejo a discreción. Os espero fuera. 

Creo que mi visita a cierta empresa de transporte va a ser tremendamente divertida, para mi, para ellos no tanto. 

Me olvido de Serban y lo dejo en manos de mis compañeros. Ahora lo principal es averiguar todo lo que pueda sobre lo que lo hacía tan fuerte, y sobre todo conocer sus debilidades. Si logro saber qué les hace más daño a sus sirvientes, estaremos más cerca de saber con qué acabar con ellos de una manera más eficiente y rápida. Reviso los libros médicos online para buscar las posibles causas de esa porfiria vampírica y sobre todo de cómo provocarla a voluntad sin necesidad de privarlo del sustento de sus amos. 

Serban os maldice profusamente en un idioma que desconocéis, aunque apenas le queda voz. Pese a su furia, parece asustado por el "tratamiento" que le vais a hacer.

- Creo que habla Romaní, pero no estoy seguro. Y ya estoy harto de oírle.

Mutti le mete el pedrusco en la boca sl sicario. Luego se la cierra con esparadrapo.

- PEdiré una guadaña y una pala a Grigor.

Tras la tensión del interrogatorio, sienta bien el frío aire de la mañana magiar. Hay que pensar el siguiente paso. Sacáis un mapa de Europa y hacéis planes. Comparáis notas, hacéis planes y café, algunas llamadas, contar el dinero que os queda. 

Por la ventana de la granja, podéis ver como Grigor os saluda mientras cava un agujero en el campo cubierto de bostas donde pasta su magro rebaño. Etxe lleva un bulto metido en un saco con una carretilla y le ayuda a enterrarlo.