Partida Rol por web

La mujer trató conjurar un nuevo hechizo, pero de sus manos brotó poco más que una arenilla, el bandido percibió que su hechizo no surtió efecto y con una sonora carcajada emprendió carrera directo hacia ella, consciente de que estaba totalmente indefensa.

No esperaste ni un segundo más y disparaste, un tiro certero a pesar de la oscuridad, la flecha fue directa hacia la espalda del bandido alcanzándole justo entre ambos omoplatos con tal fuerza que atravesó su armadura de cuero y se hendió bien en su carne. El golpe hizo que se detuviera y mirara desconcertado a su alrededor sin poder evitar tambalearse. – ¿No… estabas…? – Un arranque de tos le impidió terminar la frase y le hizo caer arrodillado apenas a metro y medio de la otra mujer con ambas manos apoyadas en el suelo. – Piedad, bruja. Le pagaré, le ayudaré, lo que necesites. – suplicó sin levantar la mirada del suelo, el hombre ya estaba derrotado, ni siquiera merecía disparar una segunda flecha.

Viste que la mujer te buscaba con la mirada y decidiste salir de tu escondite, sin embargo no bajaste el arco, en un bosque no te puedes fiar de nadie.

Le miro con desprecio, mientras me limpio el polvo de la ropa. ¿No crees que ... intentar violar a una mujer y después cuando estás contra las cuerdas es de mala educación?  No subestimes a los espíritus del bosque, pequeño. Me desplazo fuera de su alcance, mientras le amenazo con el bastón. ¿Qué te parece un juego? Corre. Si llegas a la linde del bosque sin morir... eres libre. Pero hay de tu alma si vuelves a delinquir, porque tarde o temprano te cazaré, y me comeré tu corazón ¿Entendido, pequeño? Ahora corre, que empieza el juego. Le apunto con el bastón, mientras  me río y miro a mi acompañante. ¿Te animas a la cacería o dejamos que otros vayan a por él? Suelto una carcajada.

Dejo que el tipo empiece a correr para salir de las sombras, no vi lo suficiente para saber si merece la pena matarlo y si escapa prefiero que no vea mi rostro. Cuando salgo de las sombras lo hago con otra flecha presta en mi arco por si acaso y andando con sumo cuidado.

Aun que no podía quedar al margen no se exactamente lo que paso así que te dejo decidirlo a tí... Le contesto en voz baja.

Cada palabra de Narelle hizo que el bandido acabara convencido de que estaba frente a una bruja de la espesura, apenas esperó a que ella se apartara de su camino para tratar de huir con todas sus fuerzas al interior del bosque, sin mediar palabra. Sin embargo todas sus fuerzas eran pocas, la herida de la espalda no dejaba de sangrar abundantemente y le hacía correr renqueante, viéndose obligado a aguantarse en un árbol para recobrar el equilibrio cada pocos metros.

- ¿Sabes? Me gustas, una elfa decidida. Por favor, no seas servicial, desde que llegué aquí los elfos con los que me he topado no tienen voluntad, son aburridos. Y bueno, dado que me ha intentado violar, voy a jugar al tiro al blanco - suelto una risilla siniestra, mientras le apunto con el bastón. Le doy un momento a la elfa a que decida que hacer, para que si quiere competir pueda hacerlo. Aprovecho para con la mano retirarme la sangre que me ha salpicado la cara, aunque los resultados son bastante penosos. Un hilillo llega hasta mi lengua, y lo saboreo. Tras unos momentos una oleada de poder sale del báculo, dispuesta a exterminar a ese insecto.

Tu tampoco te pareces a otros magos que conozco... son demasiado estrictos y estan esos gorilas que siempre los acompañan... A primera vista era bastante evidente que no debía pertenecer al circulo pero eso no era demasiado problema si era capaz de controlarse, si la veía hacer magia de sangre ya era otro cantar. La magía de sangre era demasiado peligrosa.

Parece que decidio vengarse, no se lo puedo reprochar.... no se que haría yo si la situación fuera la inversa pero tampoco creo que me contuviera.

La lanza mágica brotó del extremo del báculo como un haz de luz cegador y fue directa a la espalda del maltrecho bandido. Al alcanzarle el bandido lanzó un sordo gemido y cayó de bruces, en el suelo apenas era visible ya que al haberse internado en lo más oscuro del bosque los árboles no permitían el paso de la luz de luna pero no parecía dar ningún indicio de vida.

El bastardo estaba muerto. Contengo una sonrisa. Eso le pasa por desafiarnos. Si, por desafiarnos. Una pena, le querría haber follado moribundo, habría sido divertido. Déjalo, no es cuestión de hacerlo delante de nuestra nueva amiga. ¿Por qué no? Una orgía entre los tres. Ya he practicado la necrofilia en más ocasiones. He dicho basta.

- ¿Del concilio? Paso de estar atrapada toda mi vida en una torre rancia, que me conviertan en una mujer florero sin cerebro o que me decapiten la cabeza. Prefiero la libertad, creo que todos nos la merecemos al nacer. Perdón, que maleducada soy. Me llamo Narelle. ¿Y tú, preciosa? ¿Preciosa? no me hagas decir cosas que no quiero, por favor. Yo no voy a acostarme con ella, si tenemos suerte pensará que estoy loca. Jo, se me ha arruinado la emoción de esta noche, déjame divertirme un rato. No.

No la doy tiempo a contestar, sino que empiezo a andar antes de que se piense nada extraño. ¿Te vienes? Ese hombre tenía amigos, no quiero dormir con ellos rondando las cercanías.

La maga termina rápidamente con el forajido, quizás fuera lo mejor, de esta manera no podria venir buscando venganza más tarde. Recupero mi flecha y respondo a la maga..

Me llamo Lanaya, iba a un pueblo cercano en busca de mi hermana... supongo que podremos pasar allí la noche de manera más segura. Sugiero No puedo decir que este a favor de la capilla y por tanto tampoco a lo que hacen con los magos... ¿pero no deberías guardar eso en secreto o algo así? Digo con una pequeña risa

Tomo lo de preciosa lo tomo como una muleta o forma de hablar por lo que no le doy demasiada importancia.

Ninguna quería continuar sola por el bosque, así que a pesar de no conocer apenas a la otra decidisteis compartir el camino al menos hasta salir de allí. No tardó en empezar a clarear haciendo que los rayos de sol cruzasen entre las copas de los árboles, dándole al bosque una presencia mucho más amistosa, además debíais estar acercándoos ya a los límites porque la espesura dejó paso a pequeños caminos bien definidos que los pueblerinos debían haberlos hecho a fuerza del uso.

A pesar de que el resto de la noche y de la mañana no trajeran nuevas sorpresas, no haber llegado a descansar hacía que os encontrarais débiles y agotadas, pero estabais tan cerca del pueblo que preferíais continuar para poder dormir en una buena cama o en un granero, cualquier cosa era mejor que el húmedo suelo.

FIN DE ESCENA.