Partida Rol por web

Una vez a salvo, se dispusieron a regresar a la mansión de la Duquesa. Allí los recibió el mayordomo.

-Bienvenidos, mi señora los recibirá en un momento -y dirigiéndose a Jean- Me alegra que haya regresado sano y salvo, señor.

Qué tipo más cómico era ese mayordomo. Y qué favoritista!

Nosotros también nos alegramos de haber vuelto sanos y salvos. ¿Tienes una toalla?

Las venas de Nube se hinchaban y deshinchaban... ¡Quien había metido un maldito molino ahí!!!! - No esperaré, estoy mojada, tengo hambre y casi nos descuartizan unas astas, o y si tienes una para mi también sería estupendo! - soltó entrando casi como si de su casa se tratara y buscando algo cómodo donde echarse y descansar un rato - oficialmente... odio a las ratas... - soltó a modo de burla y queja encogiéndose de hombros.

Garret solo levantó la mano a modo de saludo cuando el mayordomo los recibió, estaba cansado... Había sido un día largo y agotador...

-Joder! Más le vale al jefe que nos dé un aumento!- Soltó a modo de broma, sabiendo que en realidad no cobraban nada por su trabajo... La libertad era su paga, quizás...

Al haber entrado Nube a la mansión, Garret se encogió de hombros y soltó un -Permiiiisooo...- Para luego entrar pasando por debajo del mayordomo, aprovechando su escaso tamaño. 

-Tu odias las ratas, yo los molinos y los viajes en Bote!- Soltó entonces sentándose cerca de Nube -Sigo pensando que tener a Vileblanc como guardaespaldas ha sido lo mejor!!- Soltó haciendo unos gestos con las manos, imitando a Lavanda cuando lanzó su hechizo en el capitán

El mayordomo desapareció por una puerta en busca de una toalla. Pero al poco tiempo aparecio la duquesa.

-Que bueno que habéis vuelto todos sanos y salvos. -Y mirando al prisionero recién rescatado- ya os habéis presentado?

-Oh, no, lo siento, con tanto ajetreo no hubo tiempo para formalidades -Entonces los mira y dice- Caballeros, mi nombre es Jean Baptiste Gautier, hijo no reconocido, aunque único heredero, del príncipe del reino -Y dirigiéndose nuevamente a la duquesa- Mi lady, gracias por enviar a estos valientes a rescatarme, pero me temo que una gran sombra acecha Galia. El emperador ha sido suplantado.

EPILOGO

Aquí termina la historia de nuestros héroes como grupo, pero cada uno de ellos seguiría sus aventuras por separado.

La duquesa se sintió culpable ante los reclamos de Nube. Sabia que la elfa tenía razón. Había sido una misión muy peligrosa. Así que para compensarla movió sus contactos y le consiguió una pista sobre el responsable del ataque a su aldea. Nube no lo pensó dos veces y fue inmediatamente tras la pista del arquitecto de su desgracia.

Lavanda y Magnolia volvieron a su aldea. Juntas intentaron retomar sus vidas como si nada hubiera pasado, pero algo había cambiado en Magnolia. Lavanda se dio cuenta de que su amiga había visto el mundo y había perdido algo de su inocencia, pero no quiso hacer preguntas. Hasta que un día Magnolia la miró a los ojos y le dijo "No podemos quedarnos aquí de brazos cruzados mientras otros sufren. Nos necesitan". Y así fue como Lavanda y Magnolia se convirtieron en un dúo de guerreras famoso entre la resistencia y temido por la inquisición.

En cuanto a Garret, él lo ignoraba en ese momento, pero el delirio de Vileblanc fue como una bola de nieve que alcanzó proporciones insospechadas. Y es que el capitán no murió en esa pelea. Fue capturado y sentenciado por traición, pero antes de morir, le habló a todos sobre su mesías. Las noticias fueron interpretadas de diversas maneras. Entre los detractores de la inquisición fue vista como una señal de esperanza y fueron muchos los que realmente creyeron en ese supuesto mesías. La inquisición jamas creyó que su sagrado salvador estaría de parte de los infieles. Pero cabía otra posibilidad. Las escrituras decían que tanto el enviado del bien como el enviado del mal llegarían en formas similares. Sí, eso tenia que ser: "El antimesías camina entre nosotros... y esta con la resistencia!", pensaba la inquisición. Esto hizo que la inquisición comenzara a tomar mucho más en serio a la resistencia y también, aunque no lo reconocía públicamente, a temerle un poco. No pasó mucho tiempo para que Garret se encontrara con la realidad de que era visto como un salvador para algunos y un demonio para otros. Sería este el destino glorioso del que le había hablado aquel anciano?