Partida Rol por web

Los sirvientes de Lockmand deben haber trabajado toda la noche, puesto que valle despierta y ve que se ha despejado un campo e las afueras de la ciudad, entre la puerta del Cuervo y el río. La compañía ve carteles pegados o clavados en los muros, que piden a los guerreros que se inscriban en el torneo, que empieza a mediodía.

Los carteles dicen así:

En honor a este día                         UN CONCURSO DE

                                   tiro con arco               fuerza                   equitación

                                           UNA BOLSA DE ORO PARA CADA GANADOR

                                                y un gran combate cuerpo  a cuerpo

                                           UN COFRE DE ORO PARA EL VENCEDOR 

                                                 de un festín y serán agasajados

                       LOS CONCURSANTES DEBERÁN PRESENTARSE EN EL CAMPO DEL CONCURSO ANTES DE MEDIODÍA  

CÓMO APUNTARSE AL CONCURSO

Si la compañía escoge participar en el concurso, puede hacerlo, y no están solos. Parece como si todos los guerreros notables de Valle, así como la mitad de los guerreros enanos de la Montaña, y la mayoría de los héroes errantes y los aventureros del Norte se han apuntado.

Un pequeño ejército de escribientes se ocupa de anotar los nombres. Se pregunta a todos de dónde son, en qué concurso desean participar, y se les recuerda que todos los participantes, lo hagan lo bien que lo hagan, están después invitados a un festín por gentileza de Lockmand.

LOS CONCURSOS

Cada uno de los tres concursos menores (Tiro con arco, Fuerza, y Equitación) funciona de la misma manera. Hay tres rondas, dos de calificación, y una ronda final contra un oponente con nombre.

• Un éxito en la prueba de evaluación proporciona 1 dado de éxito para utilizar en la segunda prueba, un gran éxito da 2 dados, y un éxito extraordinario da 3.

Por ejemplo, en su primera ronda de calificación para el concurso de Tiro con arco, un compañero debería tirar primero Alerta para apuntar y compensar el viento y la distancia (pudiendo obtener así dados de bonificación) y después Arco para alcanzar el blanco (ambas tiradas con NO 14); después, en la segunda ronda de calificación, usaría las mismas habilidades con el mismo fin, pero contra NO 18.

Si un compañero tiene éxito en ambas rondas de calificación, pasa a la ronda final. Si hay muchos compañeros que participan en el concurso, cualquier número de ellos puede pasar las rondas de calificación, pero sólo el personaje que obtenga el resultado más alto durante la segunda ronda llega a la final.

Por ejemplo, Caranthir, Beli y Beran de las Montañas participan todos ellos en el concurso de Fuerza. Caranthir falla en la primera ronda y queda eliminado, mientras que Beli y Beran tienen éxito, y ambos pasan a la segunda ronda de calificación. Esta vez, ambos pasan sus pruebas de ATLETISMO, pero Beli tan sólo consigue pasar con un 18, mientras que Beran obtiene un 21. Como quiera que compiten en el mismo concurso, Beran será el que pase a la ronda final, donde luchará contra Gerold.

Concursos

TIRO CON ARCO

Cada ronda implica disparar a una corona de laurel clavada en un tablero de madera. Los contendientes deben clavar las flechas en el interior del círculo que hay inscrito en el interior del laurel, o por lo menos alcanzar el propio laurel. En cada ronda, los blancos se van colocando más lejos (el NO aumenta tal y como se indica en la tabla de concursos). La prueba de Alerta al inicio de cada ronda se lleva a cabo para calibrar el viento que sopla desde la montaña Solitaria y ajustar así la distancia.

• Si un compañero no gana, es Galia la elfa quien consigue poner sin problemas tres flechas a través del ojo del buey, y se lleva el premio ante los Arqueros reales de Valle, y del Gremio de arqueros de Esgaroth.

EQUITACIÓN

Los contendientes deben cabalgar a gran velocidad junto a unos muñecos de paja, y lanzar o atravesar con una lanza a los muñecos mientras cabalgan. La prueba de Atletismo es para controlar el caballo, mientras que la de Lanza es para acertar con la misma.

• Si un compañero no gana el premio, Elstan, el Primer capitán de Valle, es declarado vencedor.

FUERZA

Se trata de concursos de lucha que se llevan a cabo en un círculo de arena a la orilla del río. La prueba de Impresionar es para desmoralizar a la oposición y obtener el apoyo de la multitud, mientras que la de Atletismo es el concurso en sí (se trata de un concurso de vigor, y no de una pelea, que utilizaría en su lugar la habilidad de Daga, incluso teniendo lugar sin armas).

• Si un compañero no gana, lo hace el brutal Gerold, cuyo oponente final es un joven enano de la Montaña. Gerold utiliza su envergadura para maniobrar mejor, levantar al enano cogiéndole de la barba y lanzarle al río por encima y fura del círculo.

El dúnedain se levantó temprano para practicar su puntería con un alejado tronco, estaba bastante emocionado ante la competición pero cuando se acercó a inscribirse se vio bastante intimidado ante la cantidad de competidores que allí había, todos ellos parecían hombres y mujeres bastantes curtidos en sus respectivos campos, y le sirvió al joven dúnedain para bajarle un poco los humos y se olvidase de apuntarse a todas las competiciones. Así que se aproximó a la cola de los que competían en el tiro con arco y esperó su turno para apuntarse.

Cuando terminó, volvió a la taberna con sus amigos,y emocionado les dijo:

- ¡Me acabo de apuntar en el tiro con arco! Sé que estaréis muy liados hoy, pero me gustaría que vinierais a verme - dijo mientras miraba concretamente a Luriend - aunque sean solo rondas clasificatorias, seguro que me irá mejor si tengo a mis amigos apoyándome - terminó diciendo con una sonrisa.

Tras pasar el día con el grupo les preguntó:

- ¿Alguno más piensa apuntarse a alguna prueba? Sé que nuestro robusto enano si lo hará, pero el resto deberíais animaros también, apuntarse es gratis y no se pierde nada por intentarlo - dijo alegremente, al parecer la emoción de la competición lo ayudaba a superar la pérdida del mediano y empezaba a recuperar parte de su carácter afable.

Cuando llegó al torneo, esperó impaciente su turno, tenía los nervios a flor de piel y aunque había estado ensayando no se creía capaz de afrontar todas las pruebas que le estaban por venir. Al fin lo llamaron, escuchar su nombre en el vozarrón del presentador lo puso más nervioso si cabe, se dirigió rápidamente a su marca y empezó a sopesar las condiciones en las que iba a tener que disparar:

"El viento viene del norte, a unos dos nudos diría yo, no muy intenso, el objetivo está a unos 60 pies", luego sacó su arco y se quedó apuntando un buen rato, había detectado las condiciones ambientales con bastante precisión y ahora realizaba de manera metódica los cálculos y las maniobras para sacar la mayor rentabilidad a su tiro. Cuando lo tuvo todo preparado soltó la cuerda y su flecha salió disparada con la curvatura perfecta, la inclinación deseada y se clavó hábilmente en el centro del laurel.

El júbilo lo invadió de inmediato, había sido un gran disparo y estaba orgulloso de su logro, además reconoció a sus amigos en las gradas y fue corriendo hacia ellos para celebrarlo:

- ¡¿Habéis visto eso?! - dijo con gran entusiasmo y alegría - Ha sido increíble jaja, por un momento creí que no lo conseguía, pero afortunadamente calculé de forma acertada la dirección del viento - dijo mientras disfrutaba del momento con sus amigos.

Había superado la primera prueba, le quedaban dos más antes de poder medirse ante la habilidosa Galia, "Ojalá pudiera conseguirlo, que los Valar me ayuden". Él era consciente de la dificultad del reto, pero por fantasear no perdía nada, además, aquello lo hacía por una buena causa, si conseguía el premio, le haría un funeral digno a su amigo Otho, e incluso pagaría el transporte de su cuerpo a su tierra natal. Esperaba que la nobleza de sus motivaciones le ayudaran en su tarea.

Me enfade al ver los concursos “¿No había de combate?” Que estupidez usar las manos eso solo es para necios, en un combate no hay reglas solo victoria o derrota. Estaba algo frustrado por lo que mi típico buen humor se había visto perjudicado.

Aunque escuche al joven Dunedain, por lo contrario parecía excitadísimo por ese concurso de tiro con arco.

Bien yo iré a acompañarte no tengo nada que hacer. Le dije mientras busque un puesto donde tomar una jarra con cerveza, para regar mi frustración. Pero más vale que ganes eh. Le dije en un tono algo duro pero tratando de animarle, a mi manera. Mientras me mesaba la barba y miraba alrededor "Si dispara la mitad de bien, de lo excitado que esta no tendra problemas" Pense mirando a Cálantir.

Varamis sonrió ante el entusiasmo mostrado por Calántir ante las distintas competiciones. El elfo había meditado unas pocas horas, y el resto de la noche la había pasado en ese lugar entre el recuerdo y el sueño que únicamente los Primeros Nacidos conocen. Ahora, su cuerpo estaba descansado, mas su corazón seguía agotado, y no compartía la alegría del joven dúnadan.

-Os animo a que participéis, qué disfrutéis, le dijo a él y a los demás. –Se avecinan tiempos peores, y sombras oscuras se ciernen sobre nosotros. Pero hoy es un día de celebración, que nos debe dar fuerzas para afrontar lo que nos espera.

Mirando  a la muchedumbre allí congregada, Varamis pensó: Todos necesitamos algo por lo que luchar, por lo que vivir y morir.

-Recordad este día, y suerte a todos, dijo sonriendo. –Calántir, con esa puntería vas a poner en un verdadero aprieto a Galia.

Después Varamis se acercó a Alberthorn. Había echado en falta su compañía más de lo que recordaba, y ahora que se habían reencontrado, apenas habían tenido tiempo para intercambiar unas palabras. Pero tampoco necesitaban pronunciarlas. Ambos sabían que estos momentos de festejos y de diversión eran escasos en el mundo. Varamis le puso la mano en el hombro en silencio, mientras observaba las competiciones.

El rostro de Luriend, con sus finos rasgos, elegantes e irreales como sí no pertenecieran a persona de este mundo sino a una criatura de eras pasadas cuando el mundo era joven parecía no detener su atención en cosa alguna, como sí todas las cosas mundanas fueran indignas de mezclarse con ser tan puro y elevado. Más ante la declaración del joven dunadan, su rostro se ilumino con una luz extrańa y le contesto con una enigmática sonrisa no carente  de una cierta coquetería.

Nada dijo, sin embargo, pero cuando el joven de hubo marchado susurró débilmente un: suerte...

Al poco de un tiempo decidió presentarse en el campo de arquería procurando no hacerse notar, pero al ver el fabuloso disparo de su amigo, el rostro se le volvió a iluminar y, acercándose a él, le beso en la frente como deseándole suerte con un gesto tan sutil como sí una mariposa le hubiera acariciado con sus alas.

El frío de la noche deja paso a una nueva mañana y, con fuerzas renovadas, el dúnadan despierta de aquellos dulces sueños que le recuerdan tiempos mejores.

Arathorn, ¿por qué tuviste que morir?

Sacude la cabeza para librarse de esos oscuros pensamientos, pues bien sabe que La Sombra se alimenta de ellos, han sido muchos años combatiéndola, quizá demasiados.

Al estirarse nota algún que otro tirón, fruto de la edad sin duda, si fuera un humano normal ya sería un anciano, pero pese a su sangre numenoreana, empezaba a notar algún que otro deterioro.

Al reunirse con el grupo comprueba afablemente como Calántir sigue entusiasmado con la competición, y con impresionar a la bella Luriend. Poco sabía el joven que los romances con los elfos no suelen terminar bien...

Alberthorn procuró distraer su mente con la competición, además el propio Calántir les había pedido que fueran a verle y nunca estaba de más conocer las capacidades de sus aliados, si es que el propio Gandalf pretendía encargarles una misión -Ese viejo perro siempre conseguía cualquier cosa que se propusiera - pensó para sí, en tono jocoso.

El primer disparo de Calántir es digno de admiración, y sacó momentaneamente al dúnadan de sus preocupaciones, las cuales parecían aflorar por doquier.

Mientras tanto, Varamis se coloca a su lado, sabía que la oscuridad también anidaba en él, y siempre había tratado de animarle, pero Alberthorn sencillamente no podía olvidar su misión mientras todos se divertían a su alrededor.

Pero no parece que el elfo busque conversación - No, no hace falta que digas nada, mellon, que estés con nosotros es más de lo que podría pedir, sólo lamento no poder aliviar tu carga - parecía que pudieran comunicarse sólo con mirarse a los ojos.

El dúnadan, más humano e imperfecto que su compañero elfo, gustosamente le habría dado un abrazo, o unas palmaditas, pero es conocido que los elfos evitan el contacto físico, y Varamis no era una excepción.

Es entonces cuando al notar la mano de su amigo sobre su hombro, Alberthorn, conmovido, asiente ligeramente con la cabeza, mientras sigue mirando las competiciones, ese gesto por parte del elfo le consuela más que ninguna palabra. Sabe que su compañero conoce su preocupación, y su dolor. Pero no por correr más se llega antes al destino, así que el dúnadan se relaja un poco más y trata de disfrutar de los festejos, dias aciagos los esperan y no va a solucionar nada sumiéndose en su propia oscuridad.

La alegría en los corazones es el enemigo natural de La Sombra y, en esos momentos, la ciudad de Valle podría haber sido el mejor bastión contra el Señor Oscuro.

El dúnedain se sintió bastante reconfortado y contento tras el apoyo de sus amigos, en especial de la muestra de afecto de la bella elfa, que lo dejó totalmente anonadado y a la vez lleno de júbilo. Por lo que para corresponder sus palabras le dijo:

- Muchas gracias a todos - dijo mientras se sonrojaba y miraba de soslayo a Luriend - y me alegra que hayáis venido. Deseadme suerte, pues veo que están llamando ya a los clasificados para la segunda ronda - decía mientras se despedía con la mano de sus amigos y volvía a colocarse en la cola.

Mientras esperaba su turno su mente empezó a emocionarse tras el beso de la elfa, realmente se sentía invencible ahora, la motivación que sentía era insuperable, además tenía a todos sus amigos allí apoyándole, nada podía salir mal, o eso pensaba...

Cuando lo llamaron de nuevo se colocó en su marca y comprobó algo decepcionado que la actual distancia era mucho mayor de la que había pensado, "Nunca he hecho un tiro preciso a esta distancia, realmente necesito sacar lo mejor de mí ahora" se repetía a sí mismo para intentar pensar en positivo. Mientras preparaba el tiro, realizó el mismo ritual que antes para ser todo lo consciente que pudiera de su entorno, no lo tenía tan claro como la vez anterior pero al menos conocía bien el viento, y eso siempre ayuda. Luego se preparó para ejecutar el tiro, pero desafortunadamente su mente no conseguía concentrarse del todo, quizás la elfa en vez de ayudarlo lo que había hecho era distraerlo, pero intentó separar esas ideas de su mente e invocando todo aquello que le daba fuerzas disparó "Por Otho, por mis amigos, por Luriend, por los dúnedain..." pensaba mientras soltaba la cuerda. El disparo no gozó de la elegancia de su tiro anterior, pero dio en el blanco, y el dúnedain se quedó pensativo viendo que quizás la siguiente ronda fuese la última para él.

Finalmente volvió con su grupo, aunque algo menos eufórico dado que ahora parecía ser consciente de la dificultad del reto. Y se quedó allí esperando hasta que llamaran a formar los participantes que quedaban para la tercera ronda.