No hay nada como ver que el pellejo de una y sus amigos se mantiene entero para apreciar la vida , una sensación de triunfo se extiende por mi cuerpo , la adrenalina llena mi sistema y una amplia sonrisa se dibuja en mi cara
- avisad a nuestros amigos voladores de nuestros planes y pongamonos en movimiento
Vic,¿haces los honores? -y la señalo los mandos de zapato.
-¡Claro! -Responde Vic deslizándose en el sillón del piloto y dejándose caer en él para tomar los mandos. -¡Allá vamos!.
El estruendo de los motores atmosféricos de la Emperatriz queda justo tras de vosotros mientras vuestros aliados informan de que van a esconderse mientras vuestra nave hace fuego.
En efecto, vuestro plan comienza a funcionar bien, ya que el enemigo se refugia en su nave como esperabais. Por desgracia Berenice no es ni una veterana ni un piloto ni un artillero. Hace disparos en automático y aunque varios impactan, no sabéis hasta qué punto ha logrado vuestro objetivo antes de que puedan pedir ayuda. Lo que está claro es que no podrá despegar.
En cualquier caso, voláis por las laderas de la montaña hasta que lográis ver en efecto a la manada de bestias que os atacaron anteriormente. Hacéis varios disparos para guiarlas hacia la nave enemiga y en esa dirección marchan, aunque tenéis verdaderas dudas de que puedan acceder a la nave, al menos les deberían dar un susto.
¿Qué hacéis en ese momento?
-¿A alguien más le parece que ha llegado el momento de recoger a nuestros pasajeros y salir por piernas a bordo de la Emperatriz...? No sé si esos tipos han conseguido avisar o no, pero mientras les tengamos entretenidos con nuestros peludos socios, tenemos una oportunidad. Que no tendremos si llegan refuerzos.
-Mientras no encuentren una presa más apetecible, no dejarán de rondar a esa lata de carne. No podrán entrar, pero los de dentro tampoco podrán salir. Y no se si tendrán dentro mucha comida... En fin, estoy contigo. Aprovechemos el tiempo que hemos ganado. Sea el que sea.- parece que se le ha contagiado un poco el cauto realismo de Vic.
Con el casco telepático puesto, da indicaciones claras y concisas a los alienígenas para que preparen la evacuación y suban todo lo que han de llevarse a la superficie. Les explica que ellos van a reunirse con Berenice y volverán con la nave lo antes posible.
-A no ser que la cosa pinte demasiado fea cuando sobrevolemos la zona, ¿no? - añade, ya sin el casco.
Venga salgamos de aquí lo mas rápido que podamos , no me gustaría haber llamado la atención de la policía de verdad con esta refriega , aunque ellos nos atacaran no me gustaría que encontrasen a nuestros amigos si hiciesen una inspección de la nave.
Tan pronto lográis acceder a las tripas de la emperatriz, Berenice os recibe entusiasmada y entremadamente tensa. Dante le pide que se mantenga en silencio mientras trabajáis y vuestro capitán se sienta en un aparte, meditabundo. Berenice parece demasiado alterada para evitar decir algo sobre lo peligroso que ha sido dejarla sola a bordo con sus pobres conocimientos navales pero por fin Dante se la lleva para hablar con ella.
Mientras lográis sobrevolar la zona donde están vuestros pasajeros y abrir la panza para que puedan entrar notáis al contarlos que falta uno de ellos: a través del traductor os confirman que estaba grave y sin duda moriría de las heridas recibidas. Lo han enviado abajo, a la base, para que desaparezca, dicen, "junto con todo al ejecutarse la autodestrucción".
Dex se saca los guantes, los pone sobre la mesa y abre el refrigerador para sacar un par de cervezas heladas. Tras abrirlas ruidosamente, se sienta junto a Viktor y le ofrece una.
-Bien está lo que bien acaba. - alza ligeramente la bebida a modo de brindis - Saquemos más o saquemos menos de este viaje, nadie nos quita una historia cojonuda que contar a nuestros nietos. Capitán, ¿hace los honores de acomodar personalmente a nuestros pasajeros o prefiere que lo haga otro? - le anima a deponer su actitud.
En cuanto Dante se lleva a Berenice me pongo a los mandos de la nave y comienzo a elevarla para salir de aquí lo mas rápido que pueda siempre dentro de los canones de seguridad .
Por ahora lo hemos conseguido todos juntos, Berenice ha hecho un gran trabajo con la emperatriz, esta en perfecto estado y ella no tiene mas que unas nociones muy basicas, cuando vuelva la daré las gracias por arriesgarse por nosotros.
-Ah... sí. Pero antes tengo algo que decir. Dex me llama capitán pero no soy digno de tal nombre y por eso me anima a ejercer de mayordomo. No, no, sé que no era con mala intención. Pero lo cierto es que he servido de muy poco en esta situación y en esta aventura en general. Veréis, hay un motivo muy concreto para que yo haya organizado esta expedición. Mi padre es un importante militar de la armada espacial y yo formo o formaba parte de dicho cuerpo. Pero la disciplina ferrea de la misma no parecía ser para mí, yo prefería un ascenso más rápido y más rentable en la marina mercante que me permitiese después entrar en el sector privado. Mi padre me retó a demostrar que podía ser capitán y comerciante y esta era mi forma de demostrarlo. Y Dante... Dante es mi ciccerone, un acompañante puesto aquí por mi padre para asegurarse de que si metía la pata no fuera con consecuencias catastróficas. Esta es mi historia y por ello debo agradeceros que hayáis sido tan eficaces, tan capaces de liderar cuando yo no lo he sido. Por favor, perdonadme. Volveré a la Armada Espacial a la fila de los comunes para desgracia de mi padre y mía. Mi carta de recomendación para vosotros no será gran cosa, pero aún tengo muchos amigos que la tendrán en cuenta...- baja la cabeza y la coloca entre las manos, casi temblando, incapaz de terminar.
Por fin a bordo de la Emperatriz, Vic sonríe de nuevo. Sí, han estado a punto de perderla, y de perderse, pero finalmente no ha sido así. Ahora, con la carga de pasajeros y una nueva misión por delante, escapar del Cerro del Crepúsculo le parece algo relativamente fácil, o, por lo menos, incluso atractivo.
No se llevan un tesoro en toneladas de oro, o de fármacos, pero sí que se llevan uno. Una posibilidad, que esos aliens han abierto ante ellos.
Dex se curará, ha aguantado como un jabato, y ahora es el momento de que le atiendan como es debido. Artemis ya sonreía antes que ella, sentada en su asiento de piloto, con una confianza y una soltura que es para verlas. Berenice, Dante, Jared, y... Víktor. Vic escucha la explicación y disculpa del Capitán, y no puede evitar sentirse parte de un equipo, a pesar de todo.
-Capitán, estás de guasa. ¿En serio vas a dejarnos ahora? ¡Venga ya! Esto es una alianza, ¿no os parece...? Y creo que las aventuras de la Emperatriz no se han acabado. De hecho, acaban de empezar...
Dex se arrepiente al instante de su torpeza y de su exceso de familiaridad, poniéndose firme y dejando la cerveza sobre la mesa.
-Lo siento capitán. No quise... - aunque hablaba con firmeza, se interrumpe para no repetir lo mismo que ya dijo Viktor.
Vic aporta su dosis de ánimos. No sabe si lo dice por decir, pero entra al trapo.
-Llevaba mucho tiempo sin viajar. Sin empuñar un arma. Me había acomodado a la vida de soldador en esos astilleros de mala muerte. Sin más emociones que las justas. Sin sobresaltos... - juguetea con la botella, más relajado - Pero ahora me resultaría aburrida. Joder, me llevaría otro zarpazo por usted si hace falta. ¿Qué piensa hacer con la tecnología que nos den los bichos en pago? ¿Ponerla en una vitrina?
Para no mentir, no le dice que es todo un líder o un gran capitán. Por lo menos, sabe cuando delegar en la iniciativa personal de la gente a su cargo. No como algunos oficiales ineptos y ególatras que había conocido. Falta de ideas e incapacidad para aceptar propuestas ajenas: una combinación que mata más soldados que las armas.
Capitán , no se si a sido negligente o no, y es algo que me da igual , cuando nos vimos en una situación que usted no sabia como manejar, no se entrometió en que las decisiones las tomaran las personas de su equipo que mas sabían del tema , cuando tuvimos que coger las armas se unió a nosotros como uno mas y se la jugó con nosotros, usted nos admitió en su equipo cuando nos contrato, ahora es nuestro momento de admitirle en el nuestro como uno mas, es su decisión-y girando el sillón de piloto me pongo a los mandos de la emperatriz sin siquiera echarle una nueva mirada al capitán.
-Yo... maldita sea, si me seguís aceptando como capitán... si vosotros que me habéis visto en mis horas más bajas... ¡Está bien! ¡Seguiremos! ¡Veamos dónde nos llevan estos "invitados y lo que tienen que ofrecer! Pero, puede ser un viaje muy largo. Su patria puede encontrarse muy lejos. Años antes de que pudiéramos volver... Bah, no importa. Enviaremos un mensaje a mi padre y a quien hiciera falta. ¡Vámonos!-
Durante las siguientes semanas, la Emperatriz se dirige lo más directa posible hacia el exterior de la Marca Espiral, saltando de sistema en sistema con seguridad pero eligiendo siempre la ruta más directa.
Los alienígenas que navegan con vosotros se comportan al principio de forma esquiva y cerrada, hablando entre ellos y observándoos a vosotras y las cartas de navegación que les mostráis. Sin embargo, luego comienzan a comunicarse más y contar parte de su historia mientras prosigue el viaje.
Al parecer ellos formaban parte de una base avanzada de soldados durante cierta Guerra Galáctica. No se os ocurre nadie capaz de tener una guerra de tal dimensión salvo... En efecto, estos seres afirman ser descendientes directos de los Ancestrales, la única especie cuyos restos arqueológicos han sido encontrados por todo el Brazo Espiral.
Según os cuentan, los Ancestrales también habrían intervenido en vosotros. Habrían raptado hace milenios a simios, canes y felinos de Terra, los habrían hecho evolucionar y los habrían dispersado por toda la Vía Láctea, motivo por el que hay tantas razas humanoides en puntos tan dispersos. Esta teoría ya era conocida, ero es la primera vez que existe una confirmación no humana al respecto.
Luego los Ancestrales habrían tenido esa guerra civil desastrosa, con armas capaces de aniquilar mundos, y habrían acabado extinguiéndose, pues eran poderosos, pero de menor número que los seres que creaban. Vuestros huéspedes afirman ser lo que queda de los Ancestrales, "hijos directos suyos". Pero intuís que más bien serían experimentos genéticos como ellos afirman que lo son los Aslan y los Varg aparte de vosotros y que eran utilizados para la guerra y el transporte y construcción de maquinaria.
Por fin vuestro viaje os lleva a los márgenes de la Marca Espiral. A partir de aquí los saltos serán más largos y por tanto deberéis ser más cautelosos. El capitán recurre aquí en especial a la ayuda de estos seres, más hábiles que vosotros en buscar su propio hogar mediante las referencias que tienen de hace siglos, que han cambiado, aunque no tanto que lleguen a perderse.
Finalmente, un año después de vuestra partida del Cerro del Crepúsculo, entráis en un subsector densamente poblado por planetas, varios de ellos en la franja de aptos para la vida. Tan pronto entráis en él, sois captados por una sonda orbital y comienza a llegaros un mensaje en un idioma que no entendéis pero vuestros huéspedes sí. Les permitís responder y estos así lo hacen. Tras una hora de tensa conversación os dicen que la llegada de vuestra nave ha causado cierta conmoción entre sus congéneres, ya que no esperaban ser visitados y su planeta se mantiene cerrado a todo el mundo desde que sobrevivieran a la Guerra Galáctica. Nunca se han mostrado por tanto a otras razas pero en virtud de quiénes os acompañan, harán una excepción con vosotros.
Cuando os permiten aterrizar en el planeta capital del subsistema, llegáis a un astropuerto elevado varios kilómetros sobre el suelo y rodeado de otras plataformas flotantes que conforman una ciudad que en general se eleva toda ella sobre las nubes con descomunales sistemas antigravedad que van más allá de lo que habéis visto en ninguna parte. ¡Quizá sólo haya cosas parecidas en el centro del Imperio!
No tardáis en ser recibidos por una delegación de estos seres, más sutiles y elegantes que los que os acompañan y vuestro encuentro con sus perdidos congéneres es narrado ante una audiencia de cinco embajadores. Al terminar, se os ofrece asilo un tiempo mientras deliberan. Se os dan unos aposentos y se os ruega que no los abandonéis por vuestro bien.
Durante esos días podéis comprobar, aunque sólo sea a través de las ventanas de vuestra celda/habitación, que se trata de una cultura en extremo avanzada, con capacidad para haber permanecido aislada y sin deseos de comunicarse con otras mucho tiempo. Os dais cuenta de que si vosotros desaparecéis, podrían seguir así mucho tiempo más.
Por fin, uno de los alienígenas que rescatasteis viene para traeros noticias. Sus nobles han decidido empezar a tener contactos con el Imperio, habida cuenta de que no parecéis hostiles en principio. Os piden, amablemente, que seáis vosotros los encargados de estos primeros pasos diplomáticos, para lo cual deberíais visitar muchos mundos, viajar muy lejos y realizar muchos tratos comerciales, así como salvar muchas dificultades. Formaríais una tripulación mixta con dos capitanes y se os daría una nueva astronave, con la impresionante tecnología de las suyas, pero bajo bandera Imperial, para resultar más creíbles.
Aceptáis ante la perspectiva de pasar los próximos años en una constante aventura patrocinada que posiblemente os lleve al centro del Imperio, sí como a Zhodane y el Consulado Aslan. Por no hablar del comercio que podríais hacer entre saltos, que os haría ricos si no tenéis que pagar por los gastos de la nave. Al terminar, ¿quién sabe en qué podríais invertir los beneficios si todo hubiera ido bien? ¿Comprar un planeta? ¿Más aventuras?
Os aguarda un horizonte de sucesos más impresionante y poderoso que el de un agujero negro. Pero eso será otra historia que quizá pueda ser narrada.
Algún día.
FIN
:)
Cuando me hayáis confirmado todos que lo habéis leído, cierro la partida.
Somos los mejores LA LA LA ....me ha encantado esta partida .
GRACIAS