Durante el viaje en el vehículo conducido por nuestra guía después de preguntar la hora local mi intento de que nos presentemos solamente es aceptado por la joven rubia. Eso refuerza mi idea de que ya se conocen entre ellos y no tienen ninguna necesidad de hacerlo. No insisto en ello, es evidente que no soy ninguna autoridad para que tengan que decirme como se llaman.
Respondo a sus palabras con una leve inclinación.
Cuando veo el hotel lo miro con curiosidad por su espectacularidad, aunque suponiendo que simplemente nos lo muestra para que lo admiremos y finalmente nos llevara a otro mas sencillo. aunque no cesamos de acercarnos no entra en mi mente que será donde nos hospedaremos hasta que aparcando nos invita a bajar indicándonos cuales serán nuestras habitaciones. Mi cara de estupefacción debe ser de lo más expresiva sobre mí falta de habito a lugares tan lujosos, si siempre he tenido que hacer malabarismos con mis escasísimas dietas. Una noche aquí debe costar mas que las estancias completas en mis últimos cuatro viajes, seguro.
Asiento ante las palabras de nuestra guía con una inclinación. – Hasta la cena entonces. – Lo digo a todos y a ninguno en particular.
Me dirijo al mostrador de la recepción para saber cuál de ellas concretamente será mí habitación. Por el camino saco la documentación y el comprobante de la reserva que me entregaron en Barcelona. – Buenas tardes, soy Ramon Roures y esta es mi reserva.
Una vez en la habitación apunto en el smartphone el número de la guía y me aseo preparándome para la cena. Si me sobra tiempo busco el mirador, que seguramente tiene, para no perderme las vistas por si mañana fuéramos a otro hotel.
El viaje hasta el hotel fue bastante tedioso, miraba por la ventanilla bastante abstraído, pensando en todo lo que había acontecido últimamente, mi hija, el viaje, Edén de nuevo en mi vida...es como si se hubiera convertido en una maldición que no me dejaría nunca. Una sensación agridulce me recorrió todo el cuerpo mientras los minutos pasaban acompañado de las voces distantes del resto de ocupantes.
Pasada una hora llegamos al hotel y al verlo me despertó de mi sopor mental de un plumazo, era sencillamente espléndido. No había visto nada tan lujoso en mi vida, si, conocía los hotelazos que existían en Dubai, pero aquello era otro nivel. El emplazamiento en aquella antigua cantera era espectacular y su diseño moderno y futurista lo convertía en una imagen extraña y llamativa, no esperaba llegar a un hotel de éste calibre. Según nos acercábamos a la imponente estructura Aratani iba explicando con detalle el edificio y distribución de las habitaciones a lo que yo respondí con ligeros movimientos de cabeza de forma afirmativa.
Cuando al final llegamos a la recepción del hotel, bajé en silencio, cogí mi equipaje, seguí al resto del grupo y llegado mi turno entregué la documentación pertinente asegurándome de cuál era mi habitación-Muchas gracias- contesté a la recepcionista educado. Miré a Aratani agradecido y luego al resto del grupo-Os veo en la cena-dije escueto, querida relajarme y darme una ducha, tener a mi pequeña tan lejos me preocupaba y aunque estaba en buenas manos, eso no evitaba en absoluto que la echase de menos .
¡¡ES MARAVILLOSO!! -exclamó la rubia al contemplar aquel descomunal edificio desde la ventanilla del vehículo-.
Cuando su guía les comentó que podían bajar y por ende que los veía en la cena, Anya no dudó ni dos minutos en ir a por su llave de habitación y buscar cuál sería su habitación correspondiente. Antes de irse, saludó al hombre cuyo nombre era Raúl o Ramón, o eso entendió, y descendió por el ascensor, observando perifericamente todo cuanto el mar podía mostrarle.
-Es un sitio maravilloso agradezco a nuestra guía mientras hago un gesto de cabeza ligero.
-Necesito una ducha y descansar un poco, si me lo permiten me retiro a mi habitación.
Marina está bien- respondí ante el agradecimiento de Ramón -encantada- seguí cuando tanto él como la chica se presentaron.
La conversación en general estaba comenzando a ser algo rara, aunque captó mi atención debido a que en españa normalmente la gente asumía que todo asiático era chino así que me resultó curioso que muchos diesen por hecho el origen de la guía solo por su nombre.
Al ver el hotel tuve sentimientos encontrados, parecía genial pero que no fuese el mismo que había reservado me transmitía un cierto rechazo, la corazonada de que la cosa ya no empezaba bien, que no podría descansar tranquila... Pese a eso me esforcé por esbozar una sonrisa cuando Aratani se ocupó de explicarnos donde estarían ubicadas nuestras habitaciones antes de despedirse -gracias, hasta entonces- pronuncié siguiendo al grupo para recibir mi llave y retirarme por el momento.
Una hora no era mucho tiempo de trayecto si podías releer algún diccionario de mandarín que tuviera memorizado de antemano. Con los ojos cerrados para mejorar la concentración, casi agradeció que los demás no hablaran ni se acercaran mucho a él para poder... optimizar aquel repaso.
Llegó hasta la página veintidós. Ya seguiría el repaso más adelante, pero cualquier observador atento a sus gestos podría ver como de vez en cuando "pasaba las páginas" de un libro imaginario, y al acabar no solo marcaba por que página se había quedado doblando la esquina de la hoja, si no que además cerraba el libro y lo guardaba en una caja imaginaria junto a él.
Al ver el hotel, tenía claro que aquel no era el hotel que habían reservado. Recordaba detalles minúsculos de la geografía local de las fotos que no coincidian con aquel lugar. Entonces... ¿Porqué aquel extraño cambio? Negó con la cabeza, ya que aquellos cambios imprevistos eran los que te hacian sentir que la vida te sonreía.
Como cuando lo pasaron a "Primera Clase Hiperlujo" en aquel crucero años atrás. Y como en aquella ocasión, la única parte negativa era tener que compartir habitación con Kruger. Pero cuando vio la estructura del hotel y que había dos plantas debajo del agua, dadola fobia que le tenía el a las grandes masas de líquido no pudo evitar abrir la boca.
- Espera, espera, espera... ¿Nuestra habitaciones están debajo del agua? - preguntó, algo más nervioso de lo que normalmente ya era.