- Os deseo mucha suerte amigos. - Dijo de forma sincera Quartjin. - Sea como sea, si encontráis a esa criatura y queréis seguir viajando conmigo más adelante, estaré aquí hasta dentro de una semana aproximadamente. - Sonrió estrechándole a mano a Alder. - Y si no volvemos a vernos lo dicho, mucha suerte y que tengáis una vida larga y muy feliz.
Con los brazos doloridos de descargar cajas de vino (ni la mitad de las que Alder ha descargado y ni un tercio de las de Gunther), me despido de Joseph con una mezcla de alivio y espanto cuando nos ofrece abandonar con él la ciudad dentro de una semana. ¿Con él, en su banboleante cascarón de nuez? ¡Ni borracho!
—La próxima vez que nos veamos espero que sea porque tengamos dinero suficiente como para comprarte una de esas cajas de vino —comento con una sonrisa torcida—. Y que sea otro quien nos la traiga, yo ya he cargado con más cajas de las que esperaba cargar en toda mi vida. Buena suerte con tus negocios y gracias por todo, supongo. Has sido uno de los patrones más honrados que he tenido.
- Gracias por esperar, y disculpar nosotros llegar tarde, Joseph - dijo el hombretón - Gunther ayudar cuando poder, tu buen jefe.
Despues de haber terminado la jornada en el barco y aceptar el pago me despedi afectuosamente de nuestro Capitan.
- Que Sigmar ilumine vuestro camino por aguas calmas y sin peligros buen amigo. Dije mientras bendecia al Capitan y su barco tocando mi pecho y alzando mi martillo con movimientos de ritual.
Era el momento de continuar
- Nos veremos bien pronto, espero. - Le dijo Alder a Joseph estrechando su mano firmemente. - Y sí, estoy convencido de que cuando acabemos lo que tenemos que hacer aquí, te buscaremos y seguiremos con el viaje. ¿Verdad amigos? - Sonrió Alder, dando una palmada en la espalda a Chester y encaminándose finalmente hacia la posada donde se suponía tendrían que pasar una semana a todo lujo.