Partida Rol por web

La noche mientras caminas hacia tu destino es dura y muy fría signo inminente de que el invierno está a unos pasos de llegar y golpear. Aún siendo enano y rudo el fría empieza a notarse dentro de los huesoso y piensas en alguna ocasión si no hubiera sido mejor pasar noche al lado de un fuego, aunque enseguida recuerdas el encuentro con los kóbolds y decides que posiblemente te hubieran encontrado durmiendo y hubieses podido acabar como ellos, comida para las criaturas del bosque.

Pasan horas cuando alcanzas una altura desde donde puedes ver algunas luces de lámparas de aceite de lo que es la pequeña ciudad de Ánubel, por fin parece que llegas a un lugar donde puedes descansar sin peligro e informarte de tu objetivo...

 Jorgael mira des de su posición, mientras vacía la cazoleta de su pipa y la rellena de nuevo con los últimos restos de hierba de su fatquitrera, el enano mira con curiosidad la vacía bolsa de cuero. Justo a tiempo, debo pensar en reaprovisionarme de heriba. El sacerdote de Clanggedín enciende unas ramitas con su acero y pedernal y enciende el tabaco, dando unas caladas, aspirando el humo aromático de sus últimas existencias. Lanzando un suspiro de satisfacción ante el aroma familiar del tabaco de su tierra.

 Tras contemplar el escaso camino que le queda por delante emprende de nuevo la marcha, a su ritmo, el ritmo de un enano, sin prisa pero sin pausa.

La noche es fría cuando llegas a las puertas de la pequeña villa llamada Ánubel...

Gracias a los tratos con comerciantes de aquí que venden mercancía de tus familiares los enanos tienes ese conocimiento de la ciudad, es por ello en parte que te has dirigido aquí, desde aquí podrás saber como unirte al ejército para ayudar en la batalla...

Al acercarte a las puertas ves que estas están cerradas, desde lo alto de una atalaya, un soldado te da el alto.

 - Alto, no sigas... Quien se digna  a presentarse a estas horas ya entradas en la dura noche?

 Jorgael exhala el humo de la pipa y mira hacia la atalaya iluminada donde está el vigía de la puerta.

 - Saludos camarrada. Aquí llega un fatigado viajerro, el anochecerr me alcanzó en medio de la nada, y en lugarr de perrnoctarr al rraso, bajo el cielo estelado y exponerrme a los ataques de crriaturras, me aventurré a continuarr hasta llegarr al abrrigo de la civilización.- Tras una pausa en la que exhala de nuevo añade.- Y bien que hice, pues me topé con un parr de kóbolds... ahorra ya sirrven de abono en el bosque.

 Cambia el peso de una pierna a la otra, acomodando el equipaje.

 - Porr favorr, déjame pasarr parra que pueda descansarr en alguna posada.

 Jorgael señala el símbulo sagrado de su diós, Clanggedin Bargenta, diós de la batalla justa y honorable.

 - No debe temerr, capitana Anarria. Soy un sierrvo del de las Hachas Gemelas, de Clanggedín Bargenta, como dama guerrrerra imagino que os sonarra, especialmente si ha trratadao con guerrrerros enanos. Es la quinta esencia de la lucha honorrable. Y como seguidorr suyo jamás me dedicarrí aha hacerr trretas de esas.- El fuerte acento, que es como si rompiera nueces, prosigue.- Mi viaje consiste en rrecorrerr los caminos anunciando la existencia de los de mi clan, hace años mis ancestrros se vió forrzado a abandonarr sus tierrras debido a los pielesverrdes, perro no cayerron, logrramos perdurrar y forrtalecerrnos de nuevo. Y ahorra, establecidos de nuevo, otrros enanos y yo mismo rrecorremos los caminos parra contactarr con los otrros clanes e inforrmar de la situación.- Hace uan breve pausa.- Durrante mi viaje escuche la situación que afecta la rregión, y dado que mi falquitrrerra handa menguadaa, me dije que segurramente serría bienvenido un brrazo ducho con el hacha y devoto parra con los dioses.

 Al terminar su larga exposición, se pone la pipa de nuevo en la boca y da una larga calada mientras contempla la reacción de la capitana de los escudos rojos.

Las facciones de la capitana se relajan un poco pues estaban algo tensas, por lo visto las preocupaciones que lleba son árduas, finalmente intenta sacar una sonrisa y con un gesto te hace entender que quiere que la sigas...

Miantras vas a su lado empieza hablar...

 - Es agradable poder contar con los de tu raza, no eres el primero de ellos que nos ayudan en esta contienda, y espero que no sea el último, las cosas están algo mal... Espero que haya un giro en los acontecimientos... - Después se para unos instantes, para mirarte y al parecer analizarte bien, al momento continúa caminando mientras la sigues igualmente...

- Bien, esto es lo que puedes hacer si es tu voluntad... Mañana partirá desde el cuartel una partida con un carruaje que transportará víveres necesarios para la Fortaleza donde está la moyor contienda, tenemos encima el invierno y si no se lo enviámos no creo que lo superen... Allí está al mando el capitán Farar, te escribiré una carta para que se la entregues y así sabrá que has venido a verme... Hoy dormirás en una allí en el Fortín hay una habitación de un soldado que está de permiso... Mañana a primera hora marcharéis... Siempre y cuando estés dispuesto...

 Jorgael va asientiendo la exposición de la capitana mientras la examina a su vez, su porte marcial, su equipo, su aplomo... su cansancio.

 - Bueno ya que me pide que dirrija mis pasos hacia un lugarr en conflicto no estarría de mas que me contarrra de que tipo de peligrros aguarrdan allá.- Su tono es neutro.

La capitana asiente al ver que el enano está dispuesto a unirse y ayudar al capitán Farar, en el camino al Fortín de los Escudos Rojos le explica que los peligros de una contienda como la que está habiendo varía dependiendo de la situación de los atacantes y no puede concretar exactamente como está el asunto, pero si que las cosas  no andan muy  bien según los últimos informes. Espera que se arregle en breve con una ayuda solicitada pero no puede decir nada más. Le cuenta que en el camino hacia la fortaleza pocos peligros puede encontrar, quizá alguna criatura como algún Kóbold que hay en los bosques o algún bandido que aprovechan las circunstancias de que la vigilancia por la zona no es tan como antes...

Finalmente acaban llegando al Fortín de los Escudos Rojos, en la entrada los guardias dispuestos saludan a la capitana con entusiasmo, por lo visto le tienen un gran respeto y siguen sus órdenes con entusiasmo, ganarse esa admiración no es nada fácil, así que el enano deduce que debe de ser una gran líder.

La capitana dirige al enano hacia el lugar donde pasará la noche y le comunica que a primera hora será avisado para conocer a los que acompañará hasta la fortaleza y partir de inmediato. Seguidamente se despide y deja al enano en la habitación quien no tarda en acomodarse y coger el sueño mientras piensa en lo venidero por delante....

 Sin perder tiempo alguno, Jorgael deja su equipo a un sitio, escudo y hacha cerca, al alcance de sus  manos, y se praprara para descansar. Está cansado y una vez salga en ayuda para con estos 'problemillas' indeterminados que ha comentado la capitana, es poco probable que pueda descansar de forma más segura que estando aquí.

 Con estas reflexiones, el joven enano se sume pronto en un profundo sueño reparador.

El sueño es tranquilizador y a la vez agradecido puesto que necesitabas ya un buen descanso. A primera hora de la mañana un soldado hace acto de presencia y te despierta con algo de urgencia, aún no a amanecido pero faltan pocos minutos...

 - Disculp señor pero es la hora.- El enano acaba por levantarse a regañadientes y maldiciendo por lo bajo, pero finalmente accede y después de unos minutos para prepararse sigue el soldado hasta la entrada del Fortín, allí un hombre que aparenta un mercader espera con un carruaje, al lado un cargamento espera para ser cargado. El mercader empieza a cargar la mercancía mientras soldado y enano acercan.

Al llegar el mercader se detiene y mira a los dos con algo de parsimonia, finalmente el soldado habla. - Señor os presento a Jorgael, se unirá al grupo que espera para partir hacia la Fortaleza. - El mercader hace un gesto con el hombro de pasotismo y sigue con el trabajo mientras dice.- Me parece muy bien, pero esto no se carga solo...-

El enano mira al soldado ante la descortesía del mercader, pero finalmente decide ayudar a este, deja su equipo a un lado y empieza a cargar el carruaje junto al mercader.

Al poco rato llega la capitana que saluda escuetamente y les deja trabajar. Tardan unos minuto en acabar de cargar todo, finalmente acaban y cuando se dan cuenta la capitana está charlando con un grupo, un algo peculiar, pues sus integrantes son un enano una gnomo un semielfo y un humano montado en una llama, un animal algo peculiar. Jorgael se acerca un poco al grupo y en ese momento la capitana le señala.

- Este enano os acompañará y ayudará a llevar el carruaje, pues se dirige a la Fortaleza, será mejor que marchéis cuanto antes....