Partida Rol por web

Selina cabeceó con incredulidad mientras escuchaba la explicación de la sheriff Baker sobre la situación en la iglesia. La gente de estos pueblos... Si hubiera visto lo que nosotros hemos visto... Pero era absurdo, la mayoría de personas que hubieran sido testigos ni de la décima parte de casos y situaciones que ellos habían ido conociendo a lo largo de su formación y experiencia de campo estarían traumatizados, puede que incluso internos en alguna institución psiquiátrica. No todo el mundo está preparado para afrontar las peores cosas de las que es capaz el ser humano.

Escuchó la réplica de su compañero, y no podía estar más de acuerdo.
-La sheriff Baker acaba de confirmarnos que la situación no está controlada por parte de las autoridades locales. Hay una potencial víctima civil ahora mismo en esa iglesia, que sepamos. Estoy con Johnson, deberíamos acudir para intentar resolver esa situación cuanto antes, quiera o no la señora Benson.

Tras decir esas palabras, se quedó mirando atentamente al agente Dwight. Por muy claro que lo tuviera, el equipo necesitaba la aprobación de su jefe para dar el siguiente paso.

El grupo había hablado y el Dwight sabía cuando una causa estaba perdida. Sacudió la cabeza, lacónico, antes de añadir por el teléfono.

-Estaremos allí en veinte minutos. Intenten mantener la calma. Colgó. 

Estaba claro que su equipo, o al menos la mitad de él, no estaban dispuestos a esperar prudentemente a que el equipo anti-explosivos hiciera su trabajo. Sabía que poco podía hacer para evitar que el díscolo agente Johnson entrase por su cuenta y riesgo a la iglesia, en un arrebato heroico. Lo que más le preocupaba era no saber si el joven lo hacía por convicción personal o simplemente por contradecir la orden de su superior. 

-Está bien, señor Johnson, señorita Sparks. Hagan lo que consideren necesario, pero sepan que no cuentan con mi aprobación si van a entrar a la iglesia. Lo harán bajo su propia responsabilidad y el doctor Sullivan queda aquí presente como testigo de esta advertencia. 

Cogió la chaqueta y se la echó al hombro. Tenían que recuperar los coches, hablar con el señor Willis y finalizar el interrogatorio a Martin Hill. Y el sol ya empezaba a esconderse por el oeste. Tenían que hacer todo aquello con la dificultad añadida de tener un brillante criminal deseando verles saltar por los aires. 

-En marcha. 

El alcance de la ignorancia y estupidez humana es incalculable. Dos muertos en los últimos siete días, un aviso de bomba, un famoso criminal cuyo MO está siendo imitado al dedillo en este recóndito lugar perdido de la mano de Dios, y aún así desquiciada prefiere jugar a ser más lista que nadie y no obedecer la orden de evacuar la iglesia. Tal vez espere que en el último momento una intervención divina haga descender un escudo sagrado luminoso desde el cielo y, cargado de su fe inquebrantable, desvíe los kilojulios de energía destructiva que el maníaco habrá colocado en el lugar a buen seguro.

No puedo sino fruncir el ceño ante la situación. 

Mi postura personal sería esperar la llegada del HDS y dejar que ellos se encarguen del asunto, pues todo esto huele a trampa mortal para detectives desde la acera de enfrente. No obstante, el bravado y la necesidad parecen imponerse, y Johnson está dispuesto a arriesgar su vida por otra tarada local.

Niego ligeramente con la cabeza ante la impotencia de la situación.

- Estoy con Dwight, esto es una imprudencia de proporciones épicas. Nos estamos entregando en bandeja a las maquinaciones de Lewis. -

Suspiro profundamente.

- Lástima no haber traído un rifle de dardos tranquilizantes con el que reducir a la loca esa y sacarla de ahí a toda prisa. - Añado medio en broma medio en serio mientras salgo por la puerta en dirección a los coches.