Lázaro se levanta con una sonrisa y se dirige hacia el posadero.
-Tabernero ¿Está todo en orden? ¿Han guardado mi caballo? Pues bien, ahora voy a guardarme yo. Si queda sitio en la sala común y si no dormiré en los establos.
Al decir esto saca unas monedas.
- Lo que ocurre en Játiva señorita es muy simple, las cosechas se han jodío, no queda ná, y cuando no hay que llevarse a la boca, la gente se va y prueba suerte en otra ciudá...mañana no quedará nadie en el pueblo...-pone una mirada de tremendo pesar - es triste, pero es el destino que le queda
Diego se levanta de la mesa y se dirige hacia el posadero:
- A ver, tabernero! cuando me vais a robar por dormir una noche en la sala común - dice con una sonrrisa y sacando unas monedas- , a ser posible digale a la moza que me venga traer la hogaza dentro de una hora, para tener un poco de compañía - y esto último lo dice guiñando un ojo-.
-Buenos señores, una noche en la habitación común son 5 maravedíes y les damos una hogaza y un odre de agua - mira a Diego- que ustedes mismos recogen antes de irse a dormir, si es que lo quieren- recoge vuestras monedas y os pone lo prometido sobre la barra-. Síganme los tres pues, que los llevo a la sala común. Ah, señor soldado, no tenga miedo por su caballo, el Pelayo lo cuidará.
Pues vosotros diréis, si queréis rolear algo más, libres sois, si no, pasamos al siguiente día, y por lo tanto, siguiente escena.
-Pero aquí en las dos hermanas la comida abunda, sobretodo la carne, lo cual es curioso porque ganado no he visto y concuerda poco con lo que estáis diciendo... además los aldeanos se ven bien alimentados- fruncí el ceño y acerqué mi rostro un poco más al suyo - ¿no estaráis ocultando algo? creo que sabéis algo más... - susurré y esbocé una sonrisa, la cual no vió debido a la seda que cubría mitad de mi rostro.
un momentín más master y puedes terminar esta escena ;)
- Pues si buena moza, en esta taberna tenemos comida, pues deso vivimos, procuramos abituallarnos, si no es aquí pues comerciamos en otros lados o la conseguimos como podamos, pero si no consiguiéramos víveres habría tiempo que hubiesemos tenío que echar el candao. - te echa una mirada de rencor por la pregunta- Gracias a nuestra comida los aldeanos están bien alimentados señora, pues como podeis ver, no cobro demasiao, me conformo con no pasar penurias, no quiero enriquecerme. Que es lo que podría estaros ocultando?
No estaba muy convencida de su respuesta, pero dejaría el tema -es solo curiosidad buen hombre, si decís que no ocultaís nada, así será; espero no haberos causado disgusto por mi pregunta -inclíné levemente la cabeza, mostrando así un leve arrepentimiento -Marcho a descansar, ¿en donde esta localizada la sala común? -miré alrededor en busca de aquel lugar.
El posadero, ya mas calmado y recobrando su actitud alegre y jovial ante tu "rectificación" te hace un gesto con la mano:
- Sígame por aquí.
-Por supuesto- seguí al hombre y mientras caminaba detrás suyo, miraba cuidadosamente la taberna, cada rincón. Todo era muy misterioso y estaba convencida que el gordiflón se guardaba algo.
Poco a poco, todos os vais retirando hacia la habitación común, a descansar después de vuestras duras jornadas, para descansar la comida y pensando en la mala suerte de haber ido a parar a un sitio que iba ser abandonado al día siguiente... otra vez a los caminos de nuevo!.
Después de haber tratado unos temas con Isabella, cierro esta escena, continuamos en la siguiente.