Eso sería lo más seguro para todos, sin duda - digo, dirigiéndome a Belegilf - pero antes de que partamos, me gustaría haceros una pregunta, ya que pareceis conocer bien esta zona y a sus habitantes. ¿Os resultan familiares los nombres de Gailhen, quien dice ser un montaraz como vos mismo o de Thenin, al parecer un corsario de Umbar?.
El primero nos ofreció su ayuda guiándonos a una cueva en la que vivimos una extraña aventura, mientras que Thenin parecía efectivamente ser el jefe del grupo de bandidos que habitaba dicha cueva.
Por cierto, por lo que sabemos al menos dos de esos bandidos podrían haber escapado con vida, os recomiendo que tengais mucha precaución; no es fácil confundirlos, ya que tenían más aspecto que de soldados humanos que de harapientos ladrones.
El rostro de Belegilf se torna pensativo:
- Gailhen... lo cierto es que no, no he oído ese nombre en mi vida. ¿Dices que es montaraz?
El gesto de Belegilf se tuerce y acto seguido concluye que tampoco conoce al tal Thenin:
- Es cierto, ese nombre Thenin, es del sur pero no conozco a nadie con ese nombre. ¿Habría de conocerlos noble elfo?
Os he puesto el mapa en el anterior turno de Belegilf.
Gailhen es un hombre alto y fuerte, tiene un grueso pelo negro y unos profundos ojos azules. Dijo representar a los montaraces del Norte...si no le conoceis, está claro que hemos sido engañados - digo intentando contener la rabia - tal vez el destino quiera que nuestros caminos se crucen de nuevo algún día...
Bien, si todo está resuelto, partamos. La vida de la joven Rosallow está en peligro, tal vez no la hayan descubierto aún... - me dirijo a Burlas, intentando parecer animoso y seguro - La encontraremos y se la traeremos de vuelta antes de que tenga tiempo de echarla de menos.
Si, dejemos de hablar y vamos a recuperar a esa chica, esperemos que estos sean un poco mas fuertes que los de la cueva eran una pandilla de inutiles
Tenéis razón. Lo primero es encontrar a la niña. Pero tenemos que averiguar quien es Gailhen, y para que quería que nos dehicieramos de esos bandidos. Me siento como un títere cogido con cuerdas.
Me aseguro que estoy preparado y me pongo en marcha.
Vamos amigos, el tiempo apremia y no estamos en la estación más apropiada para estar mucho tiempo a la intemperie.
Sí, partamos cuanto antes. Podría volver a nevar y eso dificultaría seguir el rastro - miro a Amrod invitándole a que abra la marcha, dispuesto para partir.
Si nos apresuramos, les daremos caza pronto. Ese carro tan pesado enlentecerá su marcha, y podemos ser rápidos si nos lo proponemos.
- Bien, partamos.- Me ajusto las correas de la mochila, y justo antes de echar a andar le pido a Belegilf un favor: - Supongo que volveremos a encontrarnos en Bree cuando llevemos a la muchacha junto con su padre. Sería un gesto muy amable de tu parte comprobar si alguno de los montaraces del Norte conoce a Gailhen. Detestaría haber participado en un acto criminal contra inocentes.
-Creo que, por los papeles que encontré y los emblemas que portaban, podemos estar seguros de que las gentes que atacamos no eran, ni por asomo, inocentes; En ese punto tu conciencia debería estar tranquila, Ranëdhel. Sin embargo, nos engañó de mala manera y, pese a que sus motivos parecían honrados, quizá perseguían un fin poco claro... Tal vez algo que ver con el tesoro que mencionó el bandido.
-Pero la persecución del llamado Gailhen deberá esperar, por lo menos hasta que rescatemos a la niña. En camino, pues.
Si sabe lo que le conviene, ese desgraciado pondra muchas millas de por medio. Ya le encontraremos y le haremos cachos, pero ahora vamos a cazar ese carro
- Agradezco tus palabras Elerin, y espero de corazón que sean tan ciertas como piensas. Adelante entonces, no podemos permitir que se atenue el rastro. Seguramente Amrod podría recuperarlo, pero avanzaremos más deprisa con él reciente.
Encabezando el grupo, sigo las huellas que ha dejado el carro.
Bien amigos, seguidme. Aunque yo vaya primero, me gustaría que vosotros también fuerais observando por si me dejo alguna pista. Con el camino nevado puede pasarse por alto.
- Os esperaremos aquí. Burlas no está para viajar y menos a pie. Intentaré acampar en esta zona hasta vuestro regreso -, hace una pausa en sus palabras y os mira uno por uno, - id con cuidado y... muchas gracias.
Después de las palabras de Belegilf, Amrod toma la iniciativa del grupo y comienza la marcha internándose en el estrecho camino siguiendo las huellas del carro.
Pasamos a la siguiente escena 2.1. Erethin Tirin (La torre de vigía solitaria)