El mercado no es demasiado grande y tras media hora lo has recorrido por completo. La hora de la comida y su consiguiente cita se acerca pero, no puedes evitar dirigir tus ojos hacía el puesto de un comerciante que charla con el tendero de un puesto cercano.
La charla o el hecho en sí mismo no tendría nada de interesante salvo porque el hombre está mostrando una ballesta y, por lo que puedes observar, de excelente calidad...
Observo la actitud del comerciante por un instante y poco a poco me voy acercando, como acechando a una presa. Conforme me acerco observo con más detención la calidad del arma y definitivamente, cuando ya es evidente mi interés, revelo mis intenciones al comerciante.
—¿Está en venta? —digo fríamente.
La mirada se alterna entre el arma y los ojos del comerciante.
—Di precio —concluyo.
El comerciante deja de charlar con su compañero de Mercedo y te observa detenidamente de arriba a abajo.
Ummm Avvarita ¿verdad? Bueno, al menos seguro que tú tienes mejor juicio para las armas que los Elfos...
El tendero te tiende la ballesta, por lo que puedes comprobar no está mal: peso correcto, bien fabricada, buena calibración e incluso tiene grabados decorados, tanto en la madera como en sus piezas de metal. Sin duda te parece un buen arma.
Como puedes comprobar es de fabricación exquisita, de lo mejor que podrás encontrar en los alrededores y su precio amigo, toda una ganga, sólo 30 monedas de plata. Y eso teniendo en cuenta que me quitan las armas de las manos... es la última ballesta que me queda amigo. ¿Que me dices?
Si quieres puedes hacer una tirada de Astucia (Tasación) para comprobar si el precio es el adecuado o no. Me reservo decirte el número objetivo a alcanzar para que así te fies de tus propias impresiones XD.
La tirada sería de 3d6+ Astucia + (Tasación, si la tienes).
Recuerda realizar la tirada de los 3 dados a la vez (con desglose). El dado de enmedio, será el dado Dragon XD
Observo detenidamente el arma que me enseña el mercader.
—Ciertamente tiene buena calidad amigo... y el precio es realmente bueno —digo mientras me rasco el mentón—. Pero me va a ser un poco difícil de desprenderme de tamaña cantidad de dinero. Tengo que continuar mi viaje y tengo el dinero justo para el camino... si tan sólo pudiera encontrar una forma de conseguir el dinero.
Motivo: Tasación
Tirada: 3d6
Resultado: 1, 4, 1
Resultado: 7 (6 + 1 Astucia)... vamos, que me lo trago con patatas :(
Al lío... a ver si puedo regatearle un poco al fulano.
El comerciante se rasca el mentón mientras miras la ballesta, cuando se la tiendes de nuevo la recoge y la envuelve cuidadosamente en unas mantas.
Vaya, por lo que se ve hoy todo el mundo está escaso de monedas... Lo lamento amigo pero es el precio que tiene una ballesta de gran calidad como la que has tenido en tus manos, máxime cuando es la última que me queda.
Estoy seguro de que a un grandullón como tú no le faltará trabajo por los alrededores, quizá puedes probar suerte como escolta de un noble o hasta del mismísimo Arl.
Ven cuando tengas el dinero, quizá aún no la haya vendido para entonces, aunque no puedo prometerte nada.
El comerciante deja rápido de prestarte atención otras personas están esperando para comprar y, por lo que se ve, son clientes habituales puesto que el comerciante le llama por su nombre y les atendie con una amabilidad que para tí se hace realmente nauseabunda.
Miras al cielo y, a pesar de la lluvia que moja tu pelo y tu barba te das cuenta de que casi es la hora de volver a la posada y comer, no tanto por la posición del sol que las nubes no te dejan ver sino por la sensación de vacío que acabas de descubrir en tu estómago.
Mi rostro se vuelve incluso más duro de la habitual. Pongo las manos sobre el puesto y le miro fijamente.
—Me sorprendería que consiguiera vender algo con esas artes.
Me giro a la multitud y les miro tratando de asustarles.
—Este tipo es un auténtico ladrón... no miren su mercancía —digo mirándoles a todos, intentando intimidarles—. ¡Largaos de aquí! ¡Buh!
Termino la escena con ciertos aspavientos con las manos. Acto seguido me giro al comerciante y le sonrío.
—Un placer hacer negocios contigo, amigo —me burlo enfatizando el sarcasmo en esa última palabra. Inmediatamente después me giro y vuelvo a la posada.
Mientras te alejas escuchas como el tendero se queja de la poca educación de los elfos y los avvaritas así como comentarios más bien despectivos sobre los "aventureros" que están visitando Stenhold.
Sin más te alejas del mercado mientras la gente te mira mezcla de temor, mezcla de rabia por lo que ellos (crees) entienden como un desaire a los comerciantes del lugar. No le das más importancia.
Al llegar a la posada el Posadero te recibe acaloradamente y te dedica varias frases sobre lo bien que cocina su esposa, que quedarás tremendamente saciado y que nunca has probado una comida como la de su mujer.
Y ciertamente al final de la comida caes en la cuenta de que el hombre tenía razón. El guiso de su mujer es excepcional y combinado con el vino que te ha servido el posadero casi has olvidado el incidente con el tendero y el mal tiempo que asola la región desde hace unos días.
En el momento en el que el posadero termina de recoger tu mesa y te sirve un vaso de hidromiel una mujer se pone delante de ti.
¿Creo que buscas tener audiencia con el Arl, no es así? Mi nombre es Alenka, soy el ama de llaves del Arl de Stenhold. ¿Puedo sentarme?
Cuidadosamente me limpio la boca con la manga de la camisa e invito a la mujer a que se siente.
—Sí, claro, sentaos —termino diciendo todo lo educadamente que puedo—. Soy todo oídos mujer.
Apuro lo que me queda de bebida y atraigo la atención del posadero. Con un gesto de conformidad le confirmo la excelencia del plato de su mujer.
—Llenadme la jarra buen hombre y servid a la mujer lo que le apetezca.
El posadero te muestra sus agradecimiento y te comenta que los hará extensivos a su mujer. Inmediatamente le pregunta a la señora que desea. La ama de llaves del Arl pide un vaso de hidromiel y el posadero se aleja a la velocidad del rayo.
Hasta que la mujer no se sienta y no la tienes delante no reparas en que lleva colgado al cuello y perfectamente visible, el emblema del círculo de hechiceros. Ella te mira de arriba a abajo antes de tomar un sorbo de hidromiel.
Sin duda eres un Avvarita, eres alto y fuerte, quizá perfecto para la misión. El Arl de Stenhold me ha encargado reunir un grupo de aventureros para una misión. No me está permitido hablar del contenido de la misma ya que desea ser el propio Arl en persona quien la cuenta. Un buen amigo me ha dicho que estabas interesado en tener una audiencia con el Arl para ofrecer tus servicios.
Pues bien, yo te ofrezco directamente pertenecer a ese grupo de aventureros que busca el Arl ¿que me dices? Estoy segura de que eres un guerrero fuerte y capaz y no me cabe la menor duda de que eres la persona idónea para la misión.
Apura su jarra de hidromiel de un trago y se levanta.
Tengo otros asuntos que atender, si estás interesado te espero mañana por la mañana en el patio de armas el Castillo de Stenhold. No tiene pérdida ya que se encuentra situado en la loma que domina el pueblo.
Sin más la señora abandona la posada.
—Espera... —intento decir sin éxito.
La mujer sale de la posada sin dejarme ninguna opción a una primera aproximación a la negociación.
—¡Qué mujer más extraña! —murmuro mientras doy un último sorbo a la jarra de hidromiel—. Así que el castillo de Stenhold... —dejo caer cuando el posadero está cerca—. ¿Está muy lejos posadero?
Una vez el hombre responde me levanto y vuelvo a hablar con el posadero.
—¿Hay problema en que pase aquí la noche?
Por mi parte, termino la charla con el posadero y espero al día siguiente.
Como ya sabes mañana salgo de viaje. Me llevo el portátil pero dependo de que en la montaña haya 3G. Si lo hay me conectaré un rato y le damos caña a esto. Si no le damos el lunes y le damos otro apretón para coger al resto :D
El posadero te mira sonriendo y te dice.
No señor, está a una media hora de camino, quizá algo más debido al barro del camino que se habrá acumulado seguro por estos días de lluvia. Si se fija una vez salga de mi humilde posada, a la derecha, verá la loma en la que se situa el Castillo de Stenhold.
No hay ningún problema, tengo una habitación individual por dos monedas de plata pero, sino desea tantos "lujos" podría dormir en una sala común por cincuenta monedas de cobre....
No hay problema, pillados están...
Te meto un post final aquí de cierre y os junto en una escena común a partir del domingo a la noche.
¡¡¡BUEN VIAJE!!!
Dejo sobre la mesa las dos monedas de plata además del precio de la comida e inmediatamente me levanto para que el hombre me acompañe a mi habitación.
—Gracias, buen hombre —acabo diciendo.
Guay. Pues ale, apañado por mi parte. Nos vemos!