Los personajes despiertan, aún agotados por el viaje y los terribles peligros a los que se han enfrentado.
Tras desayunar, asearse y vendarse y curarse convenientemente las aún recientes heridas, magulladoras y moretones son recibidos por el Arl de Stenhold.
Alenka está a su lado y habla en favor de los personajes.
Mi señor, sus hijos están a salvo en Denerim, escoltados y protegidos por Ser Blaker. Nos encontramos una oposición excesiva y no prevista y era demasiado arriesgado traer a sus hijos hasta Stenhold. Sin embargo el grupo que recluté ha realizado el trabajo de una forma extraordinaria y sin escatimar esfuerzos, le ruego por tanto, pague sus honorarios tal y como fue estipulado.
El Arl saca de un cofre 4 pequeñas bolsas y se acerca a los personajes.
El Arl siempre paga sus deudas. Aquí tenéis vuestras 50 monedas de plata para cada uno. Podéis ir en paz.
Los guardias os acompañan fuera de la fortaleza del Arl. No hay más explicaciones ni agradecimientos.
El Arl es una persona fría hasta cuando se habla de la vida de sus hijos. Sin embargo, eso no os impide salir con una sonrisa de la fortaleza del Arl.
Tenéis 50 monedas de plata en el bolsillo, lo cual es un dinero aceptable y que os permitirá continuar vuestro camino. No obstante decidís tomar una última copa para celebrar que, un día más, seguís vivos.
Os sentáis en una taberna y comenzáis a charlar...
Bueno chicos, estamos terminando la historia.
Aqui si que necesito de vuestra interpretación...
Quiero hacer otra historia más con estos personajes pero... depende de las decisiones que queráis tomar cada uno de vosotros con respecto a vuestro personaje.
Así que... Libre albedrío :)
Mientras bebo con mis compañeros, propongo un brindis:
- ¡Por los nuevos amigos!. Espero que nos volvamos a encontrar en un futuro próximo...
Hacía mucho tiempo que Lanalla no dormía tan plácidamente a pesar de su cuerpo dolorido. Pero lo mejor vino al día siguiente cuando salió de la visita al Arl con su bolsa cargada de dinero, la cual puso a buen recaudo entre sus ropas... no quería que alguien pudiera robársela.
Fue con sus nuevos amigos a festejarlo a una taberna, al fin y al cabo se habían ganado unos momentos de asueto y tranquilidad.
- Sí, seguro que nuestros caminos se vuelven a cruzar. Brindo por ello y porque todo ha salido bien.
Aunque la propuesta inicial de Alenka aún rondaba por su cabeza estaba convencida de que los niños se encontraban completamente a salvo y así seguirían hasta que se reencontraran con su padre.
Siempre había sido una buscavidas, pero seguro que con esas monedas se la buscaba mucho mejor, siempre era bien recibida tal ayuda.
-Puede que si, o puede que no- encogió de hombros, nunca la había atado ningún lugar, así que no permanecía mucho tiempo en el mismo lugar ¿o quizás esta vez si?, sonrió, brindando con los demás.
El gran avvarita se encoge de hombros antes de dar un nuevo trago a la jarra.
—Todo dependerá del tamaño de la bolsa —sentenció.
Colban era un auténtico mercenario. Un trabajo, una bolsa y a otra cosa; esa era su filosofía. No era muy de hacer amigos. No dudaría en trabajar otra vez con ese grupo, en absoluto, pero lo haría con cualquiera si el tamaño de la bolsa pesaba lo suficiente.
Levantó la jarra y emuló lo que parecía una sonrisa. Esa fue la mayor muestra de amistad de Colban en todo el viaje y probablemente fuera lo más que pudieran esperar de él.
Una vez terminado el brindis, miré a mis compañeros:
- Lanalla, si queremos irnos, es mejor hacerlo cuanto antes, compraremos algunas provisiones y nos podremos en camino, ¿te parece bien?.
Antes de que Lindel pudiese siquiera levantarse de la mesa, el alegre posadero se acerca al grupo.
Disculpen..., aquel señor de la barra es un conocido mercader de Stenhold y se ha ofrecido a pagar sus bebidas. Ha conocido del gran trabajo que han realizado para nuestro queridísimo Arl y me ha pedido que les pregunte si aceptarían, todos ustedes, aceptar un trabajo para él.
Me ha dicho que les pagará por proteger un cargamento de ryott que planea vender en Denerim. Asimismo me ha dicho que si aceptan el trabajo se reúnan dentro de 4 horas con él en el mercado...
- Tienes razón Lindel, no podemos entretenernos mucho más.
Lanalla dio el último trago a su bebida y a punto estaba de levantarse cuando el posadero les dio aquel recado. Miró al hombre que los había invitado y después se volvió hacia sus compañeros un tanto perpleja.
- Yo... no sé qué decir... ¿A vosotros que os parece esta nueva oferta? -La verdad es que no estaba muy segura de si quería aceptar... aunque el dinero no le vendría nada mal.
A que apenas se ha notado que os paso la pelota descaradamente ¿eh?
Miré pensativo al hombre, antes de mirar al resto del grupo:
- Depende de vosotros, yo solo aceptaré si los demás queréis ir todos...
Ni me había enterado ;P
Director, ¿me has añadido el dinero en la ficha?. Es que no recuerdo cuanto tenía antes y no quiero meterme dos veces la misma pasta...
Miro al posadero, después al hombre que les ofrecía el trabajo y seguidamente a sus compañeros.
-Yo no se vosotros, pero yo para seguir mi camino, necesito el dinero, así que yo si acepto- miro al posadero e inclino la cabeza hacia el hombre en agradecimiento por pagar las bebidas.
No se si en verano estaré en condiciones de seguir la parti pero si puedo lo haré.
Colban se levantó del asiento y apuró la bebida. Con un gesto con la cabeza agradeció al posadero la oferta y caminó decidido hacia el mercader.
—El posadero me ha dicho que necesitáis de alguien para protegeros del camino. Me presento voluntario para el trabajo. Conozco el camino y se lugar. Defenderé su mercancía con mi vida si el trato lo merece.
¡Puñetero antisocial este Colban!
Por suerte, azar o divina providencia parecía que el camino de estos aventureros se volvería a cruzar....
La presente historia fue el inicio del camino... ¿a que nuevos retos deberán enfrentarse?