Partida Rol por web

(Estáis todos despiertos)

-Si, yo también lo he visto. Asemejaba una figura muy parecida a la monstruosidad de esos bosques caballeros...- El criado se levanta claramente preocupado.

-No puede ser, esto parece una pesadilla- Comenta con horror en sus palabras.

Anonadado tardo unos segundos en reaccionar. Luego, rápidamente, tomo de mi equipaje de mano la pistola que iba cuidadosamente embalada y pongo un cargador.

No puede ser, deben estar ustedes confundidos.

Pero la inquietud me hace abrir bien los ojos y observo a la muchacha dormida. Sería horrible que alguna de esas hijas del demonio hubiera sobrevivido pero aún sería peor que volvieran por ella.

Pero estaremos preparados para cualquier eventualidad.

Disimulo la pistola bajo el abrigo pero sin soltarla y miro atento por la ventanilla.

Dirk guarda el libro que estuvo leyendo antes de caer rendido por el sueño, y sabiendose desarmado, busca con la mirada unas cortinas faciles de descolgar, y una de las lamparas de aceite que iluminan el pasillo.

Fuimos unos estupidos...Deberiamos haber buscado a esos linyeras, y conseguido más balas de las que afectaron al lobizón!...Susurra, comenzando a temblar.

Intentando no despertar a la niña, cojo mi maleta del altillo y la abro. Saco mi arma con cuidado y vuelvo a poner el equipaje en su sitio. Miro a los presentes, con cara de preocupación.

- Esperen aquí, voy a revisar el pasillo.

Y dicho esto, abro la puerta de nuevo intentando hacer el menor ruido posible y salgo, cerrando tras de mi. Miro a los lados con cuidado, buscando cualquier movimiento fuera o dentro del tren. Y tras cerciorarme de que no hay nada peligroso aún, me dirijo hacia la puerta del vagón más cercana.

Te acompaño Edward...
Dirk se pone a registrar los pasillos, en busca de algun pasajero que pueda tener, debido a su opulencia, algún objeto de plata.
Revisa también los adornos del vagon más prestigioso y lujoso del tren...

Estáis nerviosos, asustados, enfadados, indignados. Parece que una de las criaturas ha sobrevivido, o por lo menos una.

Robert Bingham se prepara para lo peor y de su maleta saca su pistola, inserta el cargador y tira el percutor; El sonido de arma cargada en vuestros oídos trae funestos recuerdos.

Dirk Gently, tras lamentarse por no haber actuado adecuadamente horas antes deja caer su libro e inspecciona el vagón en busca de algo útil. Las lámparas que iluminan el interior son de aceite, y las "cortinas" son en realidad cortinillas de bambú enrollado, con un cordel para tirar por ellas y bajarlas.

Edward McNee saca su revolver de la maleta, que deja desvencijada sobre el asiento. Prepara el arma y inspecciona la puerta del vagón. Es inevitable el ruido. Los sonidos de la maquinaria del tren, el rozar de la vías y los agónicos sonidos del viento entran en el recinto. El pelo de Edward McNee se mueve violentamente, al igual que sus ropas. A los demás os llega un ligera brisa.

Dr. Huntington Dare hace los mismo que Edward McNee. Prepara su rifle y guarda unas cuantas balas en el bolsillo de su chaqueta -Estoy harto de esto, acabemos con esa monstruosidad de una vez por todas- Comenta exaltado mientras se dirige junto al comisario.

Clive se dirige raudo a junto Edward McNee y del Dr. Huntington Dare. Les insta a apartarse, con mucha educación, y se mete el el vagón trasero. Se escuchan ruidos de cristal roto y el criado regresa segundos más tarde con un hacha de mango de madera y filo rojo. Su codo está lleno de pequeños vidrios.

El criado asiente cómplice al comisario y al médico. Comienza a subir al techo del tren, y tras él, Edward y Dare.

Entre tanto ruido, viento y alboroto la adolescente se despierta. Edith, bajo la mirada de Dirk y Robert que aún estaban allí, comienza a sollozar y comprende la situación. Acto seguido se esconde bajo el asiento del tren.

Viendo que todos se van arriba me quedo dubitativo, con el arma en la mano.

Gently, no podemos irnos todos dejando sola a la niña. Al menos uno debe quedarse. Quizá los dos si usted no tiene armas.

Miro arriba y afuera esperando captar algo porque aún no he visto el motivo de tanta alteración. Si no han sufrido una alucinación colectiva aún queda alguno de esos monstruos vivo.

Me pregunto si viene por nosotros o por ella.

Gently, el fuego podría espantar a esa criatura si se acerca. Deberíamos improvisar alguna antorcha o lámpara de aceite. También deberíamos garantizar que si prendemos un fuego podemos luego apagarlo o al menos huir de él.

Busquemos algo con que prender fuego y combustible. Rápido.

Recorro el vagón buscando cualquier cosa que sirva a tal propósito.

Dirk toma las dos lamparas, y mientras apaga la que al parecer tiene más aceite sin quemar, se dirige a las escaleras para subir al techo con la otra encendida.

Si esa cosa aparece, al menos con ésto podré bañarla en aceite, y luego encenderle fuego.
El periodista, le arroja su encendedor y agrega.
Quedate a cuidarla si quieres...y ve preparando una antorcha con las cortinas.

Sin decir más, sube al techo con sus colegas.

Miro con aprensión como Gently se marcha hacia arriba.

De acuerdo, yo me quedaré aquí.

Luego miro hacia abajo, donde la pequeña se ha escondido bajo el asiento. No quiero perderla de vista, a veces los niños tienen un don especial para desaparecer y esconderse, lo se por experiencia.

Tranquila pequeña, no pasará nada. Estamos aquí para protegerte.

Utilizo un tono muy ensayado para consolarla pero en mi fuero interno no me siento tan seguro. Permanezco atento a cuanto se oye y ve.

El cuarteto, luchando contra las inclemencias del tiempo y el vaivén del convoy, sube al techo del vagón.

Casi no hay espacio sobre el que posar los pies, pues la estructura se ladea en ambas partes, reduciendo así la superficie hábil.

Dos delante, el Doctor y Clive, y dos detrás, en Jefe de Policía y Dirk.

-¡Resistiremos aquí!- Grita el criado, mientras inca una rodilla en el suelo y se agacha, dejando así vía libre para que el Mcnee, que está detrás, pueda disparar. Lo mismo hace Dare, mientras carhga su fusil y apunta a la criatura que se encuentra ante vosotros.

Es otra horrible abominación, una superviviente, seguramente la que se tiró al río para apagar las inquisidoras llamas que Dirk arrojó sobre ella. Sobrevivió, y no muestra ningún signo de daños anteriores.

-¡Fuego!- Grita Clive, -¡Cuando se acerque le arrebataré la cabeza con mi hacha!-

El tren cada vez traquetea más, os cuesta mantener el equilibro hay arriba, el viento ya es algo más que un mal menor y la criatura está cada vez más cerca.

(Mientras, en la parte baja del vagón...)

El abogado consuela a la niña y comienza un trabajo de manualidades.

A duras penas y tras varios tirones arranca una de las cortinas de bambú, con ella hace un canuto y lo deja fijado con uno de los cordones de su zapato. En uno de los extremos introduce su corbata, y es allí donde vierte el aceite que le proporciona una de las lámparas que habían sido arrancadas por Dirk minutos atrás. No le resulta difícil encontrar un mechero en las pertenencias de el resto y con él prende la improvisada tea.

Disparos, algo ocurre ahí arriba y no me gusta nada. Solo se me ocurre un motivo para que abran fuego.

Con las piernas abiertas y flexionadas para mantener mejor el equilibrio ante el traquetreo del tren me mantengo en mitad del compartimento, con la pistola en una mano y la tea improvisada en la otra. Trato de ver a través de la ventanilla algo que indique a lo que disparan mis compañeros.

El doctor se reafirmó como pudo y apuntó con su rifle a la horrible criatura.

-¡Muere de una vez, bestia inmunda!

El jefe de policía dispara por encima de sus compañeros, pero la bala se pierde.

Los estampidos de las armas de fuego indican que aún no ha caído esa peluda y antinatural criatura. Mi cabeza empieza a elucubrar sobre lo que ocurra ahí arriba, el viento empujando para tirarte, la dificultad de apuntar, los movimientos del blanco, la oscuridad de la noche, el olor de la pólvora quemada . . .

Siento como involuntariamente mi cuerpo se pone en tensión.

Dirk se queda paralizado por el miedo al ver a la lobuna criatura, y sosteniendo el baston-estoque desenfundado con ambas manos, se pone en alerta para apuñalar a la criatura en cuanto se aproxime!