Partida Rol por web

El doctor no puede dejar de pensar en lo ocurrido. Ve cómo alguno de sus compañeros cae dormido, pero él no deja de mirar alternativamente a la pequeña, y al paisaje por la ventanilla.

Tras un rato de charla intrascendente en presencia de la pequeña que vinimos a rescatar el cansancio acumulado se apodera de mis párpados. El traquetreo del tren y el estómago lleno provocan el inevitable sopor, me acomodo en el largo banco apoyando la cabeza contra el cristal, con el abrigo a modo de almohada y me duermo tras un quedo discúlpenme señores y señorita, necesito un breve descanso . . .

Al cabo de un cuarto de hora el abogado y el magnate periodístico hecha una cabeza, este último con un libro abierto encima de su lustrosa panza. Los demás permanecéis tranquilos, o pensando en vuestras cosas, mientras en traqueteo del tren cada vez se hace más notable.

Una hora más vuestro destino está más cerca, y así lo señala el lago Wallenpaupack. Las vías trascurren a escasos metros de la orilla de este gran lago, para vuestro deleite. Las aguas en calma, como todo ahora.

El ocaso ha llegado.

Tiradas de escuchar:

Clive: 25%  Edward: 25%  Dr. Dare: 25%

(Se escuchan golpecitos, como pasos, sobre el vagón del tren)

Tiradas de descubrir:

Clive: 50%  Edward: 85%   Dr.Dare: 25%

(A través del reflejo del lago veis como sobre el vagón hay una extraña figura)

Las vistas del lago son toda un delicia. La noche está cayendo y el naranja del sol lo empapa todo. El contoneo del tren es incluso relajante, se respira calma. La niña duerme plácidamente, al igual que dos de los hombres. Todo sale a pedir de boca.

Mientras contemplas el río ves saltar un gracioso pez. Desde ese mismo ángulo, para tu horror, te das cuenta de que el reflejo muestra que hay "algo" de forma animal y oscura sobre vuestro vagón del tren.

Parece que Clive también se ha dado cuenta, pues te mira con horror.

Otro pez salta, y para cuando las formas del agua vuelven a su lugar la visión del intruso ya ha desaparecido.

-¿Ha visto eso?- Le comenta al detective.

Miro a Clive sorprendido.

- No puede haberlo visto usted también. Hubiese jurado que era sólo mi imaginación.

Me pongo en pie, en tensión. Si no lo hubiese visto Clive lo habría achacado al cansancio. Miro a la niña durmiendo tranquilamente. Intento despertar a los otros dos hombres con la mano, para dejar que Edith se quede tranquila. Cuando recuperan la consciencia, susurro.

- Creo que nos han seguido hasta el tren. Prepárense.

El doctor se pone en tensión automáticamente. - ¿Qué es lo que han visto?

Frotándome el ojo desconcertado miro a Edward. Hablando en voz baja inquiero:

Que nos ha seguido ¿quién? ¿De qué está hablando? Que nos preparemos ¿para qué?

Me incorporo en el asiento con cuidado para no hacer ruido miro a todos sin entender nada.

Toca cambio de escena.