Partida Rol por web

Llegas hasta las puertas del Templo de Elhona con las indicaciones que te ha dado Elmo. Es un templo bastantes pequeño y no parece que este muy frecuentado. Sus puertas son de metal, con adornos perfectamente encajados que hacen que sean digna de mirar.

Me acerque casi rapidamente con ansias de entrar en lo que es la casa que siempre me ha acogido desde hace tantos años. Añoraba este tipo de templos, que con una sobriedad y falta de hornamentacion sabian despertar la espiritualidad de quien la llevaba dentro.

Me acerque a las puertas y empuje suavemente, con cuidado no fuera a hacer demasiado ruido, dispuesto a entrar.

Un bella mujer de pelo dorado se acerca hasta tí - Bienvenido hermano soy Jeniithar Rhengold, encargada de este humilde templo y sirviente de Ehlonna, que te trae por estos lares? - pregunta la cleriga.

Un calor subito comienza a embadurnar todo mi cuerpo, sin duda por efecto de la embriagadora presencia de esa bella mujer. No obstante la idea desaparece de mi mente, es una cleriga sirviente de Elhonna, seguro que el celibato es una de sus premisas mas presentes. - que pena .... pienso.

Tras mi segundo de silencio observador a la par que incomodo, presento mis respetos y contesto a la cleriga.

- Salve adhalid, soy Magnus Siannodell, fiel servidor de Elhonna. He llegado hasta esta ciudad y no queria irme sin pasar por aqui. Presentia que debia venir y orar, deseo su proteccion y que guie mi conciencia en estos tiempos revueltos que vivimos.

Cuido mis palabras frente a la cual sea una guardiana de todo lo que rodea a una diosa. Aunque en esos momentos lo que me parecia era hablar con mi diosa en persona...

Jennithar asiente con la cabeza - Eres bienvenido hermano, puedes pasar para y orar a nuestra diosa Elhonna, también pongo a tu servición cuando los requieras, mi bendición por una donación poco considerable, para ayudar al mantenimiento de esta humilde casa - Seguidamente la mujer te lleva hasta el altar del templo para que puedas hacer tu oraciones.

Agradecido y como se sintiera en casa desde hace mucho tiempo, me acerco a mi prioridad, comenzar a meditar en compañia de la embriagadora fragancia de todo cuanto me rodea. Me acerco al altar, algo de gran calidad seria muy contradictorio con las enseñanzas de nuestra sociedad. Alli tenia todo lo que queria. Me sente junto al altar , cruzo las piernas y apoyo mis manos sobre mis rodillas.

-En que rielto eldain Isil, hildin er-hanar; Toi irimar, Ilyain antalto annar lestanen. Guia mis pasos en los caminos, haz agil mi mente como el viento, cuida de cada uno de tus hijos asi como yo lo hago con mis hermanos. Namarie.

Con la mente en calma y satisfecho de saber que alguien vela por mi en todo momento, me levanto reconfortado y me dirijo hasta la cleriga, con cuidado de no molestar por si se halla en cualquier tipo de rito. Con no tanto cuidado mientras llego hasta alli, recojo 500 monedas de oro de la bolsa del cinturon y las poso en la mano de la cleriga, sedosa y calida que recoge los colores en mi cara.

- Tenga esta pequeña aportacion guardiana, y llameme si precisa ayuda o algun tipo de servicio. Me alegrara saber que soy de ayuda, ademas de alegrarme por volver a verla.

Jennithar se queda perpleja ante la donación de este hermano - Gracias hermano, que Elhonna cuide tus paso y te proteja de todo mal, me gustaria que antes de irte de esta villa, volvieras, utilizare la magia de nuestra diosa para protegerte en tu camino. Y si alguna vez esa protección no es suficiente, y estas herido, no dudes con las mano de Elhonna cuidaran de ti en esta humilde casa - dice esta asintiendo a modo agradecimiento.

Contento por la alegria de projimo, Magnus iba aumentando su devocion por momentos. Sabia que sus principios eran los correctos, frente  cualquier forma en que se presentara cualquier decision. Eso le trajo demasiados problemas, pero ante todo, un servidor de la naturaleza no se arrepiente de nada.

- Me alegra ser de ayuda, volvere siempre que pueda, y cuenta conmigo para lo que sea.  Abandone el templo con la decision de cumplir una promesa personal, la de regresar, estaba dispuesto a proteger ese santo lugar de cualquier amenaza, o resolver cualquier peticion que la atractiva cleriga hiciese.

Alce la mirada hacia el cielo, y descubri que el sol pronto iba a ocultarse, asi que me puse en camino. Debia reunirme con mis compañeros, comer algo, descansar, por hoy el dia estaria completo. Me dirigi sin duda hasta la posada de la que me hablo el capitan de la milicia.

Contemple con mucha alegria las puertas del templo, una luz entre la oscuridad parecia, un lugar de salvacion para aquellos culpables. Las puertas se abrian ahora mas facilmente, su calor era aun mas reconfortante, y la vista que alli se presentaba, fragante como el rocio de la mañana, alli se alzaba en su magnificencia Jennithar, la cleriga encargada del templo de Elhonna. Parecia que una luz especial la envolvia, y un rubor muy placentero se acrecentaba cuanto mas me acercaba.

- Que Elhonna sea contigo, Jennithar, guia de nuestra luz. - Dije mientras me inclinaba a modo de reverencia, como si de una princesa se tratara.

Deje pasar un pequeño lapsus de tiempo, queria honrrarla como se merecia. Una vez presentados mis respetos, me reincorpore y hable con ella, cara a cara mas cerca. - Voy a embarcarme en una peligrosa mision, y me gustaria gozar de tus bendiciones y de las de nuestra diosa, antes de partir, y toda la ayuda que me puedas prestar...  dije en tono mas bien preocupado que serio. - Orare antes de marcharme por supuesto.

- Que Elhonna sea contigo tambien Mangus - dice esta con una sonrisa, se notaba que se alegraba de volver a verte tan pronto, - Por su puesto que gozaras de la gracia del templo - Jennithar levanta las dos manos hacia el cielo como si fuera a coger algo que cae - Yo pido tu ayuda para este buen siervo Elhonna, que tu luz le guía en su ardua tarea - Una luz resplandeciente emana de las manos de la clerigo, que al bajar las manos pasa hasta ti notando como una calida luz te reconforta. - Espero que la luz guie tu camino y nos podamos volver a ver pronto - termina dicendo con una leve inclinación de la cabeza.

-Ojala pudieras venir conmigo...  Pensaba para mi mismo, pero negandolo al mismo tiempo conociendo la condicion de la persona a la que se lo iba a proponer. No obstante el deseo seria seguramente permanente.

- Gracias de todo corazon, agradeci mientras mi puño señalaba lo mismo que comentaba. - Te mantendre en mis oraciones. Me aleje unos pasos dispuesto a encontrarme con Ehlonna en el altar , pero de repente me di la vuelta. Solo una cosa mas, donde podria conseguir monturas para mi y mis compañeros? Intentaba por todos los medios alargar la conversacion todo lo posible, aun conociendo el paradero de lo mismo que estaba preguntando.

- Si a dos manzanas de aqui hay un establo que lo lleva un enano, se llama Rudoulf, el tiene caballos, ademas creo que es el unico establo de Hommlet - dijo esta, la cual te da las indicaciones oportunas para que encuentres el establo.

La conversacion poco a poco iba llegando a su termino, sintiendolo venia la hora de la despedida, mis amigos no debian esperar.

- Entonces no debo demorarme mi señora, parto enseguida, solo siento no quedarme mas tiempo, y solo espero volver lo antes posible a veros. La reverencia de despedida se vio acompañada de un amago de estrechar esa blanca mano de suaves tonalidades, pero al final la idea no salio adelante. Solo esperaba que no se hubiera dando cuenta.

Abandone el templo de nuevo, parecia un recadero que no hacia mas que entrar y salir de un lugar desconocido. Por ahora mi nuevo destino eran los establos. Tratar con enanos, lo que me faltaba ...

Jeniithar asiente con la cabeza, - Espero que así sea Magnus que las luz de Elhona alumbre tu camino - terminó diciendo esta levantando la mano en forma de despedida.