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LOS ANTIGUOS

Durante mucho tiempo se ha transmitido una leyenda que da a los dioses de Skanda el título de segunda generación. Esta leyenda narra como, al principio de los tiempos, existian otros dioses, los cuales podian usar todo su poder divino en Skanda. Además podían ser destruidos y absorber el poder de otros dioses y de sus creaciones.

Debido a sus ansias de poder los conocidos como "antiguos" emplearon todas sus habilidades en destruirse los unos a los otros, creando ejercitos y armas para ayudarles en su cometido. Durante este periodo se crearon miles de criaturas y razas que fueron empleadas como armas en innumerables batallas que desgarraron la corteza de la tierra.

Se dice que los cuatro dioses supremos tuvieron que intervenir y eliminar esta generación de dioses antes de que acabaran por destruir el mundo.

Dandose cuenta de los errores cometidos, los dioses supremos crearon una nueva generación de dioses, los cuales no podrían ser destruidos en el mundo divino. A su vez disminuyeron su poder y limitaron su forma de materializarse en Skanda

A día de hoy se escuchan diversos rumores de sectas que intentan revivir a alguno de "Los antiguos", de armas mucho más poderosas de lo normal o de seres que tienen atributos semidivinos al ser portadores de una pequeña proporción de sangre "antigua".

El descenso de los Dioses. Volumen I

Hace miles de años los dioses irrumpieron en Skanda. Desde el principio de los tiempos habían discutido y competido entre sí en su dimensión divina pero dentro de ella eran incapaces de eliminarse o herirse los unos a los otros.

Al introducirse en Skanda los dioses crearon formas corporeas, sus "avatares", como conductos entre ambas dimensiones. Gracias a ellas podían transmitir su poder divino a este nuevo escenario y sentir todo lo que ocurría a su alrededor.

Comenzaron a deleitarse a través de sus avatares, a vivir sensaciones y experiencias que desconocian. Sintieron la humedad del agua, la frescura de la lluvia, el sabor amargo de la cerveza y la acidez de algunas frutas, la sensación de andar sobre la arena de una playa o la de recorrer los cielos a gran velocidad.

Usaron de esta manera todo su poder para crear, para experimentar nuevas sensaciones. Desarrollaron razas distintas, construyeron ciudades y reinos, investigaron sobre botánica, arquitectura, ingeniería y otras muchos campos de conocimiento.

Pero también descubrieron que podían dañar a los avatares de los otros dioses y que ellos mismos experimentaban el dolor en sus nuevas carcasas.

El descenso de los Dioses. Volumen II

Los dioses comenzaron a usar todo su poder para hacer la guerra a otras deidades. Se crearon nuevas razas, más beligerantes, se construyeron armas y se instruyó a cientos de individuos en la canalización y manipulación del poder divino.

Todos los reinos pacíficos, todas las ciudades del conocimiento y sus extensos saberes fueron arrasados en este gran conflicto. Skanda se vió envuelta en la destrucción.

Pocos de los dioses se podía incluir en los términos de "bueno" y "malvado" ya que todos buscaban sus interés particulares, enfrentandose con cualquier dios o criatura que les hiciera frente.

Los dioses experimentaron en sus propias carnes el fragor de la guerra. Muchos perdieron sus avatares a manos de sus hermanos y de sus huestes y, debido a ello, tuvieron que crear otras carcasas que contuvieran su energía. Mantener estas batallas, este interminable conflicto, debilitó a los grandes dioses que fueron perdiendo poco a poco su poder en Skanda.

El descenso de los Dioses. Volumen III

La guerra continuó durante décadas, desgarrando la propia estructura interna de Skanda y arrasando su superficie. Cuando los dioses se percataron del gran coste que asumian manteniendo este conflicto ya era demasiado tarde.

Muchos de ellos habían perdido sus avatares de forma irremediable y no les quedaba poder suficiente como para crear otra forma corporea o volver a su dimensión divina. Los que aún mantenian sus avatares no se encontraban en una situación mejor, incapaces de volver a su hogar y temiendo perder su forma corporea.

Los supervivientes se unieron en un gran concilio para buscar la manera de volver a su hogar. Finalmente dieron con ella, el sacrificio de un ser de gran poder, de uno de sus hermanos, de un dios.

Las deidades reunieron sus ejercitos y se encaminaron hacia el reino de Zadkiel, dios menor de la sabiduría y de la justicia. Este había creado una prospera y avanzada región en la que sus habitantes vivían de forma pacífica, tratando de no entrar en la gran guerra salvo cuando fuera necesario.

Los ejercitos de los dioses supervivientes arrasaron la región, destruyeron a sus ejercitos y mataron a sus ciudadanos. Tras la última batalla las deidades hicieron un último sacrificio, su hermano Zadkiel, y volvieron a su dimensión divina.

Un mundo sin dioses

Tras esa gran batalla todos los seres vivos de Skanda aguardaron estupefactas. Solo el silencio les respondió, los dioses se habían marchado.

La nueva situación conllevó una gran crisis para todas las razas y naciones.

Los grandes ejercitos se encontraron perdidos, sin un lider que les guiara. Los poderosos magos perdieron toda su fuente de poder. Razas creadas para la guerra perdieron el sentido de su existencia. Multitud de reinos se hundieron incapaces de mantener sus fronteras y conocimientos sin ayuda de sus deidades.

La actualidad

Tras miles de años después del Descenso de los Dioses Skanda continua habitada.

Las razas que habitan este mundo compiten, comercian o luchan entre sí. Todas ellas sobreviven igual que lo han hecho durante los últimos siglos mientras rezan a sus respectivos dioses. Y muchos han comenzado a tener algún tipo de respuesta.

Una vez más el poder de los dioses vuelve a surcar Skanda. Gracias a los sacrificios y rezos durante miles de años algunos dioses han logrado reunir el suficiente poder como para dotar a sus más fieles devotos de dotes divinas.

La magia ha vuelto a renacer, la religión ha vuelto a ser el pilar central de la vida de la mayoría de los seres vivos de Skanda y los profetas y organizaciones religiosas se extienden como una plaga.