Otra noche más el grupo se había pronunciado llevando a Rindelot a la muerte. Su sangre se derramó con dolor por Gondor, pero aún así las puertas no se abrieron, seguía el cautiverio.
Arien observa cómo Erundur desaparece, disolviéndose en la nada, justo a su lado. Y cuando el elfo termina de desvanecerse, la mujer parpadea varias veces, sintiendo por fin su alma liberada del peso que la oprimía desde que llegó a este lugar. Por primera vez desde el primer día, respira libre, se siente de nuevo dueña de sí misma. Y con un suspiro siente una pequeña lágrima, de alivio y de arrepentimiento a la vez, deslizarse por su mejilla. Antes de que le dé tiempo a enjugarla, se disuelve por su calor y durante un instante, se permite liberar su esencia ligeramente, dejando que parpadee bajo su piel una luz cálida, anaranjada.
Después de esto, niega suavemente con la cabeza al posar sus ojos sobre el cuerpo de Rindelot. Cuando alza su mirada, lo hace mirando con resignación a los que quedan, en especial a Menta.
- Has sido una buena adversaria. La mejor de los presentes, sin duda. Te felicito, aunque... ¿Quién sabe si habrías ganado si Erundur no hubiera decidido abandonar su alma hasta desaparecer? - Me encojo de hombros mirándola a los ojos, como se debe mirar a un buen rival. - Ya nunca lo sabremos.
Finalmente, posa su mirada en Rovanen, el único inocente que queda aparte de ella. - Lamento que posaras tu confianza en mí, pues en algunas ocasiones mentí para proteger a Erundur. Ya no queda nada que podamos hacer. Darin y Menta son asesinos, igual que lo fue Erundur. Y Arathor es un vidente oscuro, que los ayuda y protege. Uno de nosotros morirá esta noche, supongo que yo, pues es algo que hace tiempo desean hacer. Y al amanecer el otro quedará solo junto a los tres traidores. Te pido perdón, pues vas a morir en gran parte por mi culpa. En mi defensa diré que mi juicio estaba nublado por él, no podía siquiera imaginar un mundo sin estar a su lado. No sé qué clase de brujería nos unió, pero no me era posible luchar contra ella, ni siquiera a mí. Sólo podíamos sobrevivir si todos los demás morían... Intenté que primero cayeran los otros asesinos, pero se multiplicaron. - Con un suspiro empiezo a enumerar. - Primero fueron Naxael, Menta, Erundur y Rashar. Pero cuando habíamos eliminado a Rashar y Naxael, Legolas también se convirtió en un asesino. Y cuando volvimos a la vida... Darin también lo era, convertido en ello por Legolas.
Hago una pequeña pausa, sintiendo sobre mis hombros todas las vidas perdidas y posando mis ojos apagados en los de Rovanen. - El fallo de Rindelot fue irónicamente no confiar en mí, pues yo quería acabar con todos los asesinos, menos con Erundur. Mi fallo... Fue sucumbir a su amor, pensando que era más importante que cualquier otra cosa. Y pagaré por ello, estoy segura. Sólo lamento que tú también tengas que pagar por mis faltas.
Entonces me vuelvo hacia los otros tres y alzo una ceja con cierta ironía. - ¿De verdad vamos a alargar esto más? ¿Por qué no nos quitamos todos las máscaras y terminamos cuanto antes?
arien lo hecho hecho esta, no sirve de nada darle vueltas al pasado, darin a traicionado la confianza de rindelot ya q ha sido uno de los q le han ajusticiado, no tengo tan claro si menta es una asesina o una compinche del mal.
lo q si te puedo prometer es q no se van a ir de rositas los tres.
Sacudo suavemente la cabeza en dirección a Rovanen. - No lo comprendes. No es una duda. Es una certeza. No en vano he estado enamorada de un asesino todos estos días. Menta es una asesina y Darin también. No ha traicionado a Rindelot, nos ha traicionado a todos. Pero yo también os he fallado, así que no puedo echarles nada en cara. Arathor es tan sólo su compinche. No hay dudas sobre ello.
el nuevo sol despejará las dudas y entonces sabremos la certeza o no d las palabras de arien. Aunque siempre he creido que se le tuvo que hacer mas caso y nadie me escuchó, una cosa puedo decir, creo que no todo lo q dice arien no s asi. Y mi voto fue donde fue para salvar mi pellejo no por ningun compinche. Si acaso yo no soy un asesino, como bien afirmas, pq no votaste junto con los q segun tu son inocentes? O pq rebelas ahora esto y no antes?
perdon ando desd l movil
Mi mirada se posa incrédula sobre Arathor. ¿De verdad va a seguir fingiendo incluso ahora? ¿No le queda ni una pizca de honor?
- Hasta el momento en que desapareció Erundur he estado atada a él. Por eso no lo he revelado antes. Creo que ya terminó el momento del disimulo, Arathor. Sé que has estado vinculado a Menta desde hace días. No te culpo, has hecho lo que has hecho para sobrevivir, como todos. Y habéis ganado. Al menos deja de fingir, sería de agradecer. Mi voto fue hacia una de las que sé que son asesinos, prefería que muriera una asesina que un vidente, por muy oscuro que seas. En todo caso, todo esto, ya da igual. - Me encojo de hombros, pues de qué sirve discutir cuando ya todas las cartas están sobre la mesa.
Muy bien Arien, muy bien, solo que te equivocas en varias de esas cosas...nunca, bajo ningun concepto ibais a ganar el elfito y tu, con acabar con uno de los dos era suficiente, y nosotros desde hace mucho eramos superioridad numerica. Tu amante te libro en dos ocasiones, por eso, va a ser tan placentero ver tu ultimo suspiro.
Me encojo de hombros suavemente, mientras sonrío al enano. - ¿Quién sabe? Si Erundur no hubiera sido un inútil y me hubiese visto obligada a sacarle las castañas del fuego continuamente, o si no hubiera decidido dejar que su alma se evaporase... Pero es igual, no merece la pena planteárselo. Por lo menos ya podemos hablar claramente. Tengo curiosidad por ti, la verdad... ¿Cómo lo hizo Legolas para convertirte en un traidor? ¿Qué fue del vínculo que tenías con aquellos otros dos?
Hago una pausa antes de continuar. - Por otro lado... ¿Por qué seguimos alargando esto? Ya no necesitáis esconderos ni atacar mientras dormimos, ¿por qué no termináis ya, dando la cara por una vez?
- ¿Por qué tú puedes responder preguntas que yo no cuando según tú, también soy una de los asesinos? -Miré a Arien, con curiosidad.
Observo a la mediana con aire cansado. Esperaba más de ella después de haberle reconocido su valía. No me molesto en responder, ni en entrar en su juego de hacerse la inocente. Ya no me parece necesario.