La semiorca se asomó por una de las pequeñas ventanas que daban al exterior de la torre, de repente, un flechazo salió disparado hacia ella sin revelar nada más en la oscuridad. Mártel abrió los candados que sellaban la puerta principal, sin preguntarse cómo había gente dentro si estaba cerrado por fuera, una vez lo consiguió, dos lanceros arrojaron sus armas contra ella y en un acto reflejo, cerró de nuevo las puertas. Gáremond, el druida, trató de prender fuego a la torre, consciente de que en el interior había enemigos, lanzó una antorcha por la ventana hacia el interior. Sólo pudo atisbar que una especie de cortinas negras ocultaban el interior de la edificación. Su estrategia no daba ningún fruto.
Claves:
- Emboscada en la torre de vigía.
- Spugnoir carece de libro de conjuros.
- Máldor expira.
- Otis recrimina a Emén.
- Mártel expira.
- El Orbe es descubierto, Gáremond es su portador.
- Burne adelanta el método para destruir el templo.
- Otis deja el grupo
PNJs Conocidos:
- Falrinth, el portador del orbe.
Spugnoir, desde que los compañeros volvieron a Hommlet, parecía más interesado en estudiar el libro de conjuros de Falrinth que en volver a las mazmorras del Templo. Elmo supo enseguida que el mago se separaría del grupo, al menos de momento. Y así fue, Spugnoir no había encontrado su libro de conjuros pero, con tiempo, podría adaptar el del poderoso mago a sus necesidades.
Así pues, el resto de la alianza, siendo ahora un trío formado por Gáremond el druida, Emén la semiorca y Elmo, volvieron a dirigirse al Templo del Mal Elemental. Éste último advirtió al grupo que la próxima vez que necesitaran provisiones o información, deberían evitar volver a Homlet porque se encontraba a casi dos días de camino y el tiempo parecía ser crucial.
Una vez en el Templo, los compañeros decidieron dar un rodeo por la estructura principal de éste, pues no creían que era una buena idea introducirse por el pasadizo de la torre que ya conocían, pues no sabían donde les dirigía realmente.
Cuando llegaron al sello de las puertas principales, vieron a un pequeño ser enmascarado intentando abrir dicha entrada. Elmo casi entró en cólera y le advirtió al excentrico ser que desistiera en su intento o desataría de nuevo al Mal. Poco después, el enmascarado se presentó, se trataba de Rosco, un mediano de las tierras de Ulek que poco más dijo sobre sus motivaciones o por qué ocultaba su rostro. Parecía diestro usando la magia y el grupo le acogió de buen grado.
Mientras estaban conversando afablemente, los compañeros empezaron a ver una sombra extraña detrás de un arbusto, evidentemente alguien les estaba siguiendo. Cuando todos se disponían a atacar, un extraño elfo salió de los matorrales. Decía haber estado siguiendo al grupo y se había fijado en que no disponían de un sanador decente, por eso él quería ayudarlos. Pese a las reticencias de Gáremond, los nuevos compañeros decidieron aceptarlo, pues tras la marcha de Spugnoir y Otis, así como las muertes de Mártel y Máldor, les había dejado en cuadro.
En su examen de la estructura principal, encontraron dos puertas laterales que casualmente estaban abiertas. Los compañeros entraron sin más, tras el mediano, que no parecía temerle a nada. La planta principal del Templo era bastante modesta, aunque verdaderamente amplia. Tenía varias secciones con altares independientes y sacristías diferentes. En alguna de ellas encontraron vestiduras ceremoniales y algún que otro cadáver en estado óseo. Les sorprendió que no hubiera nadie por allí, la actividad era evidente, pero todo parecía derruido y abandonado. Lo que más atrajo su atención, fue sin duda el altar principal. Una especie de mosaico hecho con baldosas de varios colores y un trono de basalto violáceo en su centro, parecía ser lo más significativo del Templo. Al principio vacilaron, pero Rosco finalmente decidió pisar las baldosas y ningún efecto parecía acontecer. Cuando apartaron su miedo, todos colaboraron en descifrar aquel acertijo, ya que el mediano había descubierto que se trataba de un mecanismo mágico.
Viendo que su éxito sería imposible, decidieron descender por las escaleras principales, Gáremond oyó algo e intentó descifrar de qué se trataba. Pero sólo descubrieron que era una especie de cántico u oración tenue. El oso familiar del druida hizo una primera exploración, determinando sólo que había una puerta de doble hoja. Al descender las escaleras, el resto de la alianza se encontró con unas puertas similares a las de la entrada principal del templo. Todos sabían que este no era el itinerario correcto y decidieron utilizar las escaleras de una de las sacristías que previamente habían encontrado.
Claves:
- Spugnoir deja el grupo.
- Rosco y Stoner se unen al grupo.
- El templo parece desprotegido.
- Enigma sin resolver en el altar y el trono.