Partida Rol por web

El hombre-rata, cegado por el codazo que le ha propinado Aditu, no acierta a ensartar a la mujer con su lanza. Los héroes rodean a los dos hombres-rata restantes. Estos, acorralados se disponen a defenderse hasta su último aliento.

Aprovechando su estado en trance de cazar ratas, Spark se lanza a por el hombre-rata que tiene mas cerca.

Miarramiauuuuuuu.... -dice lanzandose con dos estocadas letales contra el hombre-rata que ataca a Liliana -

El movimiento es muy rápido, pero..., sus ataques son muy justos.

El hombre-rata cae bajo la hoja de Spark y tan sólo queda uno en pie. Tembloroso y con la mirada llena de ese miedo que los seres pusilánimes sienten ante la muerte, el último hombre-rata sujeta la lanza en espera del movimiento de Aditu.

Con la espada que ha robado de uno de esos engendros de la naturaleza ya en su poder, se echa a un lado para esquivar la lanza que porta su atacante y le intenta clavar la espada en el corazón y matarlo ya de una vez.

El hombre rata no tiene ninguna oportunidad frente a la veterana guerrera. Intenta interponer su arma entre él y el letal aguijón pero es demasiado lento y Aditu lo atraviesa. El pasillo vuelve a quedar en silencio salvo por los movimientos de los héroes.

- ¡Vamos, tenemos que continuar! - dice la princesa en un susurro apremiante mientras ya está avanzando por el pasillo con su espada encendida de nuevo. Antes de que sus compañeros se den cuenta ya ha doblado la esquina y cuando llegan Aditu y Spark la encuentran examinando una tosca trampilla de madera en el suelo.

Sigue a la princesa por esos pasillos, no sin antes entretenerse a recuperar su espada y envainarla mientras lleva en la mano la espada que le ha robado al hombre rata.

Cuando llega al lado de la princesa la encuentra mirando una trampilla echa polvo.

-Qué habéis encontrado?

- Esta trampilla debe llevar a los niveles inveriores de la guarida de estas bestias. ¿Listos para entrar? Yo abriré y me echaré a un lado por si acaso salta algo. Vosotros estad atentos. -

Tan pronto como ve que sus acompañantes están listos, tira de una argolla de la trampilla y la abre. Nada les ataca ni les agrede aparte de un fétido olor a basura y podredumbre.

A la luz de la espada de la princesa pueden ver que da a una pequeña sala a la que se baja por una escalera de mano, no parece haber nadie en ella. Liliana asoma la cabeza y alumbra con su espada. Ve que efectivamente el sitio está vacío y que del lugar arranca un pasillo que se pierde en la oscuridad. El suelo está cubierto de un légamo apestoso y verde que parece resbalar desde las paredes.

- ¿Vamos? - y antes de recibir una respuesta, salta ágilmente por el hueco, dejando a Spark y a Aditu a oscuras.

Spark se desliza con la misma agilidad que su predecesora por el hueco de la trampilla.

Sigue a los dos nekos, pero ella usando la escala de mano... no es que no sea ágil, sino más bien que al caer al suelo seguramente haría ruido y cualquier ataque sorpresa sería desvelado.

Espero que pronto lleguemos al objetivo y no nos encontremos mas obstáculos, ¿que nos depara mas adelante Princesa? - dice Spark mirando con curiosidad a Liliana, ya con el color de sus ojos recuperado -

- No tengo la menor idea. - responde Liliana mientras se introducen por el pasillo - Pero será mejor que vayamos con todo el cuidado del mundo. -. Avanzan con cautela intentando no tropezar con los eventuales montones de basura que parecen sembrar el camino. Pisan con cuidado para evitar que el ruido del chapoteo en el cieno alerte a posibles enemigos.

Al poco el corredor gira dos veces a la izquierda en ángulo recto. Tras el segundo recodo encuentran otro pasillo, pero este tiene algo de particular. A intervalos regulares hay tres huecos en la pared izquierda, cada uno del tamaño de una persona. Desde donde están los héroes pueden ver que, al menos en el primer hueco, hay un guardia dormitando. No parece haber notado la presencia de los exploradores por el momento. Liliana baja un poco la luz de la espada y mira a sus compañeros interrogante.

Spark hace gestos a Liliana, para intentar acercarse sigilosamente y matar al guardia dormitado.Mira a Liliana, señalando con la mirada al guardia, haciendo un signo caracteristico, pasando su mano alejada de su cuello como haciendo entender si le corta el cuello al guardia.

Spark tambien mira por todos los lados, buscando alguna forma de bloquear esos 3 huecos.

Spark se acerca poco a poco a su enemigo. La distancia que le separa del hombre-rata es escasa, pero al joven neko se le hace eterna. Hay un momento crítico cuando, estando ya al lado del monstruo, roza ligeramente la lanza de este y se despierta, pero el trabajo ya está casi hecho. Antes de que la criatura tenga tiempo siquiera de enfocar su turbia mirada, las hojas de Spark están sesgando su vida. El joven aguanta el peso muerto del guardia para evitar que haga ningún ruido extraño y lo deposita suavemente en el suelo.

Aguza el oído para intentar escuchar si alguien ha escuchado algo, pero el pasillo parece estar en silencio aparte de por un continuo goteo proveniente de algún lugar en la oscuridad.

La mirada de Spark se cruza con la de Liliana, la princesa parece estar esperando su siguiente movimiento.

Spark se adelanta cauteloso, esperando las directrices de Liliana, aun intenta ir lo mas sigiloso que pueda, esta seguro, que dentro de poco se enfrentaran contra el jefe de las ratas, pero aun parece que el camino sea eterno hasta dar con ese objetivo.

Spark, animado por su reciente éxito, avanza de nuevo para inspeccionar el segundo cubículo. Pero en este caso sus habilidades felinas le traicionan y se distrae un momento con una cosa brillante. La consecuencia es inevitable, al no mirar por dónde anda le da una patada a un cubo y este sale volando, por fortuna para el nekojin los dioses parecen estar de su lado y el cubo aterriza en un montón de estiércol con un suave ¡chop! apenas audible salvo para alguien que esté muy atento.

En silencio, consigue llegar hasta el siguiente hueco y allí descubre otro hombre-rata dormitando del que da cuenta sin mayor problema, lo mismo ocurre en el siguiente hueco. Los héroes casi no se pueden creer que hayan conseguido quitar del medio a toda la guardia sin que haya saltado la alarma, sin duda debe ser su día de suerte.

Continúan avanzando por el pasillo y este tuerce hacia la derecha. Atisban por la esquina y el corredor parece terminar unos 20 metros más adelante en un tosco arco que da a una estancia débilmente iluminada por. La escasa luz no les permite ver ningún detalle, pero parece ser un lugar grande, de unos 30 metros de largo, a juzgar por la distancia a la que parece encontrarse la pared opuesta. No ven a nadie, pero podría haber más enemigos escondidos en ella, ya que desde donde están no son capaces de tener una visión completa del lugar.

- Vosotros parecéis tener bastante experiencia es estas situaciones. - susurra Liliana - ¿Qué hacemos? -