Partida Rol por web

Siguiendo las órdenes del Deus Nobilis, Ken y Croquet se internaron en Sibelburgo. Como era de esperar la gente se quedaba mirándolos por las calles. Era normal que no eran tipos de aspecto peculia. El agente Aspinach era enorme e iba en compañía de su flamenco de color naranja. Y el agente Génesis había aprovechado que no estaba presente su ilustrísima excelencia para poder lucir su esculpido torso. Sin embargo la gente no sólo los miraba, sino que también cuchicheaban. Estaba claro que los habían identificado como miembros de la comitiva de Alyon DeVincius.

Tras preguntar varias veces, consiguieron llegar al ayuntamiento. Había sido un trayecto más largo de lo esperado. ¿Se habrían llegado a perder o es que les habían indicado el camino equivocado? Era difícil de saber cuando uno acababa de llegar a un sitio. La cuestión es que se habían tirado una hora dando vueltas por Sibelburgo y más les valía que el noble mundial no se enterara.

Pero allí estaban, por fin a las puertas del ayuntamiento. Si Alter Bergman era el alcalde tenía que estar en ese lugar. Se trataba de un edificio de tres pisos, de piedra blanca y con una gran puerta . En la parte superior había tallado en piedra un escudo de armas con dos picos y un casco minero. También había tres banderas colgadas: la del Imperio Mundial, la de Medilan y una que debía de ser la de Sibelburgo.

Las puertas estaban abiertas y en ellas había un hombre algo gordo, con el pelo peinado hacia atrás, gafas, chaleco y corbata. Y tenía un poco de mirada de cabrón. Tenía pinta de ser el portero.

    Entonces... - se me escuchaba tras llevar un rato sin llegar a ningún lugar en particular - tu.... amigo emplumado... ¿ se encuentra bien ? - mientras señalaba al flamenco en el hombro de Croquet, en parte para socializar un poco con mi compañero y en otro para quitarme un poco el peso de encima con ello de que los habitantes de la isla esta solo se limitaban a mirarnos desde la lejanía ... en parte por ello esto de conseguir indicaciones estaba resultando un martirio...

     Nuestra búsqueda al final nos termino dejando al frente de uno de los pocos edificios a los cuales se le pudiera considerar.... personalizado ... aunque dentro de la fabela en donde nos encontramos es decir mucho en verdad....

   Hmmmmmm... quizás podamos aprovechar las vigas del balcón para ir construyendo aquel pedido - comentaría a Croquet mientras señalaba discretamente a la fachada de la casa ... aunque siendo una isla asi normalita, lo que abunda debe ser la madera y la soga...

Pese a que aquel destacamento minero no parecía ser demasiado grande a simple vista les tomó demasiado tiempo en llegar al ayuntamiento, quizás porque Croquet A. acostumbraba a caminar dolorosamente despacio, a fin de cuentas, su trabajo como "funcionario" (por mucha fuerza de la Ley y el Orden que fuera) seguía siendo una constante.

-¿L'Orange? -Preguntó con cierta sorpresa- Sí, se encuentra perfectamente. -Dijo mientras acariciaba su cuello por debajo de su pico- ¿Por que lo dices?. -El flamenco anaranjado mira también con curiosidad a Ken de Génesis, en particular sus pezones al aire.

Una vez en el Ayuntamiento el camino a seguir parecía ser evidente, y aunque Ken de Genesis parecía interesado en la arquitectura del lugar, el solo hecho de tener que arrancar las vigas parecía ser un dolor de cabeza en el que Croquet A. no iba a meterse ni en un millón de años.

-No creo que sea necesario... tengo una idea mejor. Si es que no te importa. Si te importa entonces haz la tuya por tu cuenta y yo me quedaré sentado mirando como arrancas una viga de madera.

Dirigiéndose al portero, Croquet A. saludó asintiendo con la cabeza a aquel hombre. No parecía tratarle mal por ser alguien sin un puesto de importancia, al menos en comparación con el propio Croquet A. o de Ken de Genesis, el lo trató con el respeto de un igual, un funcionario.

-¿Está el Señor Alcalde?. -Preguntó-  Nos gustaría tener una reunión con él de inmediato. Hemos escuchado de lo que ocurre en las minas y creo que impera de que tratemos el tema cuanto antes.

—El señor alcalde está ocupado—fue la pasiva respuesta que dio el portero.

Bueno. Habían llegado hasta ahí para al final no poder avanzar más. Se había intentado. Ahora solo era cuestión de volver atrás, buscar un bonito parque y sentarse en algún banco mientras se comía el almuerzo en una fiambrera... Como si eso fuera a ser una opción para aquellos dos.

-Buen dato, Hamstersiniestro. -Comentó el hombre mientras continuaba andando hacia el interior de aquella institución- Pero eso de "está ocupado" se lo puedes contar a quien te haya preguntado. Que, escucha: Yo no lo hice, solo pregunté si estaba. Así que haz algo útil y ve a buscarnos un par de tazas de café. Si quieres puedes escupir en la taza de mi compañero. -Dijo mientras señalaba al descamisado- El te dará de hostias igualmente si te vuelve a ver.

     Me causaba curiosidad a cual seria la forma de mi compañero en conseguir su propia "X" tamaño persona, pero... con el edificio cada vez mas cercano seria mejor dejar aquella conversación para mas adelante, y respecto a eso, parece que algo de burocracia estaba intentando ser nuestro primer problema en forma de un sujeto de lentes y bien arreglado.

    Sobre la labia y temas sociales confiaba en las habilidades de mi compañero, digo... si le permiten cargar al flamenco tan tranquilamente es que a de tener talento, por lo que cuando se me es mentado a modo de "bravucón" de turno, simplemente expelo un "J'm" a la vez tomaba un ligero aire de amenaza secundado lo ya mentado.

—Verás caracangrejo...

¿Caracangrejo? ¿Ese hombre le estaba insultando de una manera similar?

—...has preguntado si está el alcalde. Yo he respondido que está, está ocupado. Que sí que igual no te gusta la respuesta, pero deberías de ser más preciso. Y ese amigo mío, no es mi problema.

¿No es mi problema? ¿Pero quién es ese hombre?

—Y ya ves, iría gustoso a por el café, pero ya he tomado mis tres descansos de la mañana. Uno más me obligaría a tomarme una serie de horas extras, que no estoy dispuesto a tomar. Pero oye si me traéis otro café, os lo agradeceré.

¡Tenía que ser eso! ¡A eso se refería la descripción del portero!

—Puedes pegarme una paliza si quieres—dijo entonces mirando a Ken—. Unos cuantos meses de baja, indemnización por accidente laboral, posibilidad de diferentes condecoraciones por cumplimiento del deber... A lo mejor incluso una incapacidad de por vida. Si gustas...

¡Ese hombre era un funcionario de Clase S++! ¡Pasar por encima suya iba a ser sin duda una tarea titánica! ¡Posiblemente la más difícil a la que Croquet y Ken iban a enfrentarse nunca!

Aquel hombre era realmente aterrador, tanto que las piernas de Croquet A. estaban a punto de empezar a temblar ante semejante torre inamovible en los mismos principios de "Haz lo mínimo" que este creía. ¿Acaso tenía que haberse conformado con ser un simple portero puesto por nepotismo?. Sí, estaba claro que se había equivocado de profesión.

-Perfecto entonces: Tenemos un trato. -Resumió con una palmadita- ¿Cuántas semanas de baja remuneradas quieres?. Puedes ir rellenando los informes de baja y ya la vuelta vemos qué hacerte... ¿O tienes algún médico especial con el que ir a hablar?. Tenemos que ir a hablar de inmediato con el alcalde para informarle de los nuevos días festivos que tiene que incluir en la agenda.

Esperaba que con esto, ofrecerle semanas de bajas remuneradas y sugerir más días en donde no era necesario trabajar por ser fiesta fuera suficiente para este hombre para dejarles pasar para tratar con el alcalde.

  Depende mucho de la lesión... - comentaba tras ver como se estaba tomando tan... bien el asunto de ser apaleado - Si el golpe es mal dado en el centro del pecho, hay una probabilidad muy baja de que ese daño en forma permanente las arterias que conectan los pulmones con el corazón... - mirando a mi compañero esta vez simplemente para darle algo mas de sabor a mi palabrería ... esto del corazón y los organos los conozco bastante bien... - Olvidarse de correr... subir escaleras demasiado rapido, incluso el ya no poder inflar globos o fumar... aseguro yo, que no es una buena vida aunque algunos lo quieran hacer entender lo contrario.

Era llamativo ver a alguien que quería ser un héroe como Ken, dispuesto a pegarle una paliza a ese pobre hombre. Quizás no era tan heroico, o vete tú a saber qué. Pero eso ahora era menos importante, porque el Portero se vio obligado a parar a Ken. Parecía haber caído en la cuenta de algo.

—No, no, no, no, no. Espérate, con la nueva normativa regulatoria el tiempo de baja reduce el sueldo a la mitad. Y también reduce las prestaciones de incapacidad en un tercio. Además vivo en un segundo sin ascensor, tendría que pagar una derrama para instalar uno. Será mejor que se vayan amigos: han llegado aquí, han hecho lo que han podido, pero las normas son las normas...

Entonces cayó en la cuenta de los días festivos y sus ojos brillaron tras las gafas.

—¡Días festivos! ¡Eso es bueno!—dijo dando unas palmitas— ¡Eso es bueno! ¿Pero traen el formulario de cita previa? Es indispensable. En otro caso pueden dejarme el informe y yo mismo se lo haré llegar al alcalde. Y les prometo que será hoy mismo.

Al parecer las amenazas no habían servido, esto claramente era un contratiempo inesperado, por lo que lo más conveniente era darse media vuelta y largarse del lugar, se hizo lo que se pudo, ya no había forma alguna de acceder al interior del edificio sin incumplir las sagradas leyes de los funcionarios. Algo que Croquet A. respetaba.

-No lo traigo conmigo. Solo soy el mensajero. -Reconoció Croquet A.- Pero aún así necesitamos ver al Alcalde de inmediato. ¿Cuándo estará disponible para una cita urgente?. Es de extrema importancia, pues en estos momentos se encuentra por el pueblo un Deus Nobilis y exige una fiesta para su recibimiento.

La frente del Portero se perló de sudor al oír hablar del Deus Nobilis.

—Oh ya veo. La cuestión es que el señor alcalde está ocupado. Muy ocupado. Aunque quizás esté precisamente ocupado con la fiesta. Si, podría ser. Tendría sentido, ¿no? Si viene un Deus Nobilis, habrá que recibirlo como se merece. Claro, claro—el hombre seguía divagando convirtiendo su charleta en un auténtico muro inexpugnable—. La cuestión es que está muy ocupado. Ya saben. Se lo he dicho. Pero si lo veo, le haré saber lo que me han dicho. 

El portero hizo un gesto para que se marcharan.

—No quiero ser descortés, pero por seguridad necesitaré que despejen la zona. Si se empieza a agolpar aquí gente, a saber qué podría ocurrir. Esto es un edificio gubernamental.

Al parecer no había forma humana de pasar a través de ese portero sin incumplir con el Sagrado Pacto de los Funcionarios, algo que Croquet A. se sentía orgulloso de formar parte. A fin de cuentas si su salario salía de las manos del gobierno, eso los unía con un vínculo más fuerte que la familia.

-De acuerdo pues, -comentaba mientras se giraba, pero antes de hacer el amago de irse, preguntó- ¿Alguna carpintería cercana?. Necesitamos pasar por una también.

Si el portero le indicaba donde había una, Croquet A. iría directamente hacia ella con tal de buscar a un profesional para hacer las cruces en forma de X invertidas... y ya de paso, para conseguir material como por ejemplo los clavos o una escalera lo suficientemente larga para tratar de colarse directamente al segundo piso de la Alcaldía.

    Aunque me causaba cierta curiosidad las reacciones del Portero y su fino arte para bloquear al sindicalista, prefería ceñirme a los códigos en caso de Naufragio "Siempre has caso al sujeto mas alto", en ese caso... el flamenco le da unos 20 centímetros extras.

   ¿  Estas seguro con ello  ? -  le comentaba a Croquet sin llegar a moverme mucho, tal que el portero aun podía seguir oyendo - Digo, no recuerdas lo molesto que se puso su Ilustrísima la ultima vez con aquellos guardias del Zoo... y solo por que no pudieron darle la esfera de nieve con el diseño tropical - dejando escapar un suspiro de derrota de aquella burda, pero inventada anécdota - Imagina como se va a tomar esto - para entonces dar media vuelta y comenzar a andar muy lentamente - Ojala y este sepa cocinar, a Bob le aguantaron solo dos guisados sin el correcto tiempo antes que.... bueno...- bajando ligeramente el tono, solo para causar ligero interés - y-ya sabes...

—Oh sí claro—respondió el Portero—. Les diré donde encontrar al mejor carpintero de Sibelburgo.

Tras haber recibido las señas, la pareja de agentes imperiales se dispuso a buscar al maderero y una vez más comenzaron a dar vueltas por Sibelburgo.  Finalmente, después de treinta minutos lo encontraron a las afueras del asentamiento. Se trataba de un taller bastante destartalado. ¿De verdad era el mejor carpintero?

Era raro, pero una mente avispada empezaría a sospechar que todo el mundo estaba empeñado en hacerles perder el tiempo porque ya habían pasado más de dos horas desde que recibieran el encargo de Alyon DeVincius. ¿No estaban tardando demasiado en cumplir el encargo?

Finalmente un hombre salió a atenderles. Era alguien corriente y moliente. Tan corriente que este narrador ni siquiera iba a esforzarse en darle una personalidad desarrollada, ni una cara detallada. Vamos, no es que fuera un experto en personalidades, pero en este caso se iba a esforzar menos aún.

—¿Qué puedo hacer por vosotros ilustres señores?

Pese a que la vida había golpeado a Croquet A. en el escroto múltiples veces, y la gente solía reírse de él a sus espaldas (o de cara), este funcionario empezó a notar que en este pueblo, ese sentimiento no solo parecía estar generalizado, sino que además de eso, parecía estar compartido por todos los miembros de la sociedad.

-Venimos a recoger materiales por orden del Deus Nobilis, así como un artesano que sea capaz de transformarlos en los deseos de su Grandísima Ilustrísima Listísima Inteligentísima Poderosísima Ostentosísima Larguísima Lealtadísima Astutísima Suprísima... Excelencia. -Indicó el hombre- Supongo que un par de vigas de madera de dos metros y medio serán suficientes para nuestro cometido, así como otras vigas auxiliares para ejercer como apoyo y como soporte de la estructura. Además de eso necesitaremos clavos, cinco metros de cuerda y una escalera capaz de llegar al segundo piso de un edificio gubernamental.

      Aunque me gustaba mantener cierta conducta de " apoyo" en este tipo de situaciones mas burocráticas, lo cierto es que el tiempo  que nos estaban robando de un lado para otro estaba mellando en pequeñas medidas mi orgullo, pues se sentía que esta gente se estaba burlando muy fuerte de sus propias instituciones ... como quien intenta hacer fraude al fisco o incentiva a la gente para asaltar los grandes mercados..., por lo que mientras escuchaba a mi compañero del flamenco mire por encima  el sitio, por si era necesario tomar las cosas por la fuerza antes de que el humor del noble empeorara y en vez de que solo tuviera que pagar el Alcalde, también lo tuviera que hacer todo el asentamiento.

   Hmmmmm... - simplemente miraría con escepticismo al carpintero.

El orgullo de los agentes imperiales empezaba a verse socavado. La cosa llegó estaba llegando hasta el punto que el propio Ken, que deseaba ser un héroe y ayudar a los demás, ahora mismo se planteaba pegarle una paliza a ese pobre carpintero si no les prestaba su ayuda.

—¿Vigas? Sí, creo que tengo todo lo uqe necesitan caballeros. Excepto la escalera, no tengo ninguna tan alta, lo lamento.—preguntó el hombre—. ¿Puedo preguntar para qué necesita su ilustrísima excelencia a este humilde artesano?

Después de pasearse por todo el pueblo en donde la gente por algún motivo era reacia a someterse ante las órdenes de estos agentes, así como a hacerles un poco la vida imposible y su trabajo aún peor. Pero bueno, al menos este carpintero en particular al no tener un nombre, una personalidad detallada o una cara descrita... no tenía la personalidad de "FUCK DA POLICE".

-Para hacerle unas croquetas de cocido. -Respondió con cierta sorna Croquet A. - ¿Para qué crees?. Para fabricarle algo en madera, una "X" invertida (Esto es importante) en donde poder crucificar o equisificar a alguien. -Indicó el hombre a aquel carpintero- pero si da la casualidad de que tienes croquetas de cocido, también serán necesarias.