Partida Rol por web

  Y aunque intentaba aún convencerme a mí mismo de las prioridades actuales,el poblado minero parecía tener otro tipo de planes.

  P-pero que c...ño - mentaba al notar como la crisis se había vuelto a salir de control, tal que dejando está vez de lado el asunto con el Deus y obvedeciendo a lo dicho por Croquet, simplemente asentí y comencé a correr hacia el poblado.

   POR FAVOR EVACUAD EN DIRECCIÓN CONTRARIA A LAS MINAS !! - iba gritando a medida que avanzaba por el sitio - POR FAVOR, NO ES UN SIMULACRO, REPITO, NO ES UN SIMULACRO... PADRES Y MADRES VIGILAD A SUS HIJOS,  MANTENERSE EN GRUPOS MIENTRAS EVACUAD - Continuaba con mis gritos sin dejar de ir mirando por cada rincón y lugar si no había un alma que por X o Y razón se viera incapacitada de moverse.

L'Orange echó a volar siguiendo las órdenes de su amo pero... ¿era seguro? Estaba lloviendo piedra y fuego. El cielo no parecía el lugar más seguro en esos momentos. De hecho, si había un lugar seguro sería el del Deus Nobilis. Por eso Croquet corrió como alma que lleva el diablo hacia el Terris Nobilis. Que se encargasen otros de hacer el héroe.

El agente imperial corrió y corrió. Hasta que finalmente abandonó el pueblo y divisó el lugar donde se encontraba aparcado el inmenso vehículo. Aunque en esos momentos no se parecía nada a lo que recordaba. Estaba recubierto de una coraza metálica como si las placas de un armadillo fuera. Y como no tardó en descubrir... estaba sellad. No había ninguna puerta ni nada por la que acceder al vehículo.

Desde ese punto, también fue más visible vislumbrar lo ocurrido. Las minas de Sibelburgo estaban ubicadas en una cadena montañosa y una de esas montañas había literalmente reventado. Ríos de lava caían por las laderas y por el cráter salía un denso humo oscuro. También estaban ocurriendo más explosiones, aunque no fueron tan fuertes como las primeras.

Entonces lo vio. ¡Uno de los pedruscos iba directo hacia él!

¡Amenaza! Haced una tirada de DIN + DFIS (u otros dominios adecuados) dificultad 20:
   - Si la pasas, sufres 3 puntos de daño.
   - En caso contrario, serán 13 puntos de daño.

¡Ahí estaba Ken el héroe! Lo había dejado bien enterrado desde que esa mañana había recibido las órdenes del Deus Nobilis. Su voz se alzó por encima de los gritos del gentío como la de un titán. O se habría alzado si no fuera porque la mayoría ni siquiera le prestó atención. Porque claro, ¿cómo vas a confiar en alguien que estaba dispuesto a darle estopa a su querido alcalde?

Ken de Génesis iba a tener que currarse algo mucho mejor que simplemente dar voces para salvar vidas. Porque ahora mismo las vidas de todos los habitantes de Sibelburgo estaban en juego y él podía ser determinante para evitar víctimas.

Croquet A. finalmente se hubo librado por completo de tener que aguantar a Ken de Genesis y lo peor aún, al pesado del narrador susurrándole en el oído que hiciera cosas "heróicas" y "nobles" para mantener la coherencia de su personaje. ¡Aquí se vino a ser un cabrón bajo las órdenes de un tirano!. No a jugar a ser hermanitas de la caridad... y en caso de Croquet A. en hacer lo menos posible en todo porque no le pagaban las horas extras ni los plus de peligrosidad.

-¿Hola?. -Dijo Croquet A. dando un par de golpecitos justo enfrente de donde la puerta debería estar- Me habéis dejado fuera... ¿Hola?. ¿Alguien puede abrir?... Oh... Esto me trae recuerdos de cuando mi ex-Mujer me dejaba fuera de casa...

Pero no había tiempo para los recuerdos ni para romper la cuarta pared; pues al que le iban a romper la crisma iba a ser al propio Croquet A. aquellos pedruscos que habían salido disparados hacia él. Por lo que, sin ganas de moverse demasiado este metió mano en sus bolsillos y espolvoreó el aire y a sí mismo de aquel polvo de ganchitos anaranjados.

-¡Fortaleza de la Soledad!. -Gritó el nombre de su ataque petrificándose a sí mismo, volviéndose tan duro como el acero, al menos su capa exterior- ^{_{"Aquí es donde vengo a llorar"}} - Es lo que diría si no hubiera sido petrificado por sí mismo. Pero al parecer fue justo lo que necesitaba, pues recibió un impacto directo en sus partes pudientes que lo lanzó al suelo aún en aquella extraña pose y le hizo escapar una lágrima por culpa del impacto. - ^{_{"Uuuuuuhhhh..."}}

     Pero nada... la histeria era mas de lo que mi voz podía lograr, por lo que si quería enserio acallar los gritos aunque sea un segundo necesitaba buscar algo ruidoso, algo que hiciera suficiente eco...y que se escuchara por todo el pueblo, algo como...

     ¡¡ La iglesia !! - exclamaba al cielo, para entonces comenzar a rebuscar por el sitio uno de los pocos sitios altos, pues aunque sean humildes, todo asentamiento tienen que tener un lugar para rezar.

Nadie respondió a la llamada de Croquet. Ni parecía que fueran a serlo. Igual ni siquiera tenían la capacidad de responderle estando el Terris Nobilis en modo armadillo. Pero el agente imperial lo dudaba. Posiblemente nadie se iba a arriesgar a comunicarse con él o a hacer algo para que entrase. Eso podía implicar la muerte de la persona que le ayudase o peor, la muerte de Alyon DeVincius. Porque si uno se ponía en la piel de los funcionarios y esclavos que estaban en el interior del vehículo. ¿Podía ser la muerte del noble peor que la de cualquiera de ellos? Claro. ¿Incluso aunque ellos también estuvieran muertos? También. Cualquier con dos dedos de frente tenía claro que era mejor morir, que permitir que lo hiciera el Deus Nobilis.

La piedra golpeó a Croquet tirándolo al suelo y provocando un enorme cráter. Su escudo protector se había quebrado y sangraba. Pero no mucho. Y lo más importante estaba vivo. La fortaleza de la sociedad había funcionado... relativamente. Si esa montaña de fuego no escupiera más pedruscos como ese...

ESTADO
Croquet - 10 puntos de daño.

Ken no tuvo problemas en identificar la iglesia. Porque alguien ya se le había adelantado y estaba tocando las campanas. El agente imperial avanzaba entre el pueblo asustado, con la esperanza de que desde allí pudiera hacerse escuchar. Entonces al llegar a la plazoleta donde se encontraba el templo vio que una vez más se le habían vuelto a adelantar. Allí se encontraba Falder Germans, el alcalde. Dando instrucciones para que la gente se fuera marchando. Ese hombre si que era un héroe. El auténtico corazón de Sibelburgo.

—Puede volver a detenerme cuando mi gente esté a salvo—le dijo a Ken al verlo llegar.

El Agente Croquet A. se arrastró hacia la parte contraria de la nave con el claro fin de protegerse de aquella lluvia de piedras magmáticas usando a la nave como escudo o al menos como cobertura. Y ya de pasó, así poder recuperarse un poco de todo el dolor que estaba sintiendo en su cuerpo en estos momentos.

-Ggggggg... -Era lo único que era capaz de decir, un gimoteo lastimero por el golpe, que si alguien tuviera un traductor de "Español - Gimoteo Croquetil" lo que significaría sería algo tal que así: "Espero que los del seguro acepten "ser golpeado por un volcán" como parte de motivo de baja laboral o habrá que sindicalizarse para pedir eso y seguro dental".

Croquet A. una vez al otro lado, pensó acerca de qué tal les iría al resto del grupo, en especial Ken de Génesis. ¿Sus pezones habrán partido las rocas que le habrán caído encima?. ¿Habrá encontrado al alcalde?. ¿Habrá podido equis-invertida-carle?.

      Ante sus palabras, ni rechistaría u objetaría a por que escapo, pues la situación era lo suficientemente grave como para pasar por encima de los protocolos regulares y deseos del Noble ... quien espero que este siendo resguardado por mis compañeros o si no vamos a estar en un serio problema acabado esto..., tal que simplemente me acercaría a una distancia prudente y simplemente comentaría.

   ¿ En que puedo ayudar ?

La verdad es que el alcalde no se había escapado. Había sido arrastrado por la muchedumbre después de que ni Croquet ni Ken pudieran sujetarlo. Otra cosa es que el hombre, en lugar de volver con los agentes imperiales se hubiera puesto a intentar organizar la evacuación del pueblo. Aun a costa de su propia vida. Por partida doble de hecho, tanto por arriesgarse a ser sepultado por material piroclástico como para ser más severamente castigado por el Deus Nobilis.

—Necesito que vayas hacia las minas. Busca a Hefastus Brenthurg. Dile que reúna voluntarios. Los mineros le han dado vida a este pueblo y sólo los mineros lo salvarán.

      Por un momento dude sobre como reaccionar sobre su petición, pero consciente de que estaba en juego simplemente asiento para quedarme mirando hacia lo que parecía ser el epicentro de todo esto.

      ¿ Alguna descripción mas haya del nombre ? - mentaba mientras precalentaba mis piernas, pues de aquí no planeaba detenerme hasta llegar a destino - ¿ tamaño, edad aparente, algo que le de característica ? - sería lo ultimo que diría manteniendo la mini sesion a la vez que le daba tiempo para responder al Alcalde.

  Y una vez me diera la información ... o no... salir a toda velocidad hacia la zona de la mina.

Croquet se refugió tras el Terris Nobilis desde el lado contrario al que caían los proyectiles. En principio desde ahí estaría más seguro. A no ser que el enorme vehículo se le cayese encima. Aunque eso garantizaba una muerte rápida. Teniendo en cuenta lo poco que le gustaba sufrir al agente imperial, se podía considerar algo bueno.

Y sin nada más que hacer, porque cualquier cosa que hiciera sólo implicaría ponerse en peligro y de momento nadie le había aclarado sobre el plus de peligrosidad, Croquet se limitó a esperar.

Croquet continúa aquí.

—Tiene el pelo oscuro y el gesto serio, pero eso no te ayudará. De todas formas no tienes de que preocuparte, uno ves que te encuentres con los mineros, te será fácil dar con él. Es uno de los jefes de la mina.

Y con esa información en sus manos, Ken echó a correr entre la turba hasta abandonar el pueblo.

Ken continúa aquí.