Partida Rol por web

Al día siguiente, Thimaz pudo examinar con más calma la estructura. Podían habilitarse las habitaciones del norte y centro, pero para el ala sur sería necesario el acceso a una cantera para conseguir piedras para la mampostería, y una grúa de poleas para elevar algunos troncos de madera convertidos en vigas. Cuando rebuscaba entre los escombros buscando piedras en buen estado, el enano escuchó el ruido de cascos. Al girar la esquina reconoció la figura de Fandromar y Amanecer alejándose en dirección norte, hacia el Camino Viejo de Svalich.

Encontraron una carta sobre la mesilla de noche:

Estimados Leiath y sus amigos:

De nuevo os pido disculpas por mis actos. Es algo que no puedo reparar. La luz reconfortante de la cripta del dragón me ha dado impulso para retomar mis andanzas. Estoy llena de fe y de resolución, con nuevas fuerzas para seguir impartiendo justicia en los caminos. Si volvemos a cruzarnos, será para luchar codo con codo.

Hasta otra,
Fandromar

Onfale se encogió de hombros al conocer el contenido de la carta dejado por la mujerona.

Hay más peces en el mar.

Aunque se estaban quedando en las últimas para completar una misión peligrosa como pocas a las que se habían enfrentado. lo peor de todo es que seguían teniendo el mismo problema para enfrentarse a los vampiros: armas de plata encantadas.

- Alice, ¿tú podrías preparar pergaminos para encantar las armas de plata que tenemos? Aparte de preparar algún conjuro de ese tipo.- Onfale tenía un buen estoque de plata y, como no, su inseparable puñal, regalo de Nikeras.- Cada vez somos menos y veo más difícil enfrentarnos a Stradh. Pero tenemos una misión que completar. Quizá deberíamos replantearnos la misma y enfocarla a una misión de infiltración. Lo más sigilosa, rápida y evitando el enfrentamiento, si es que eso es posible.

Se quedó apenada al ver la nota. En realidad Fandomar le recodaba a Flame, y la echaba muchísimo de menos.

- Que Hala te guarde en tu camino- susurró con tristeza.

Le tendió la carta a los demás y escuchó la petición de Onfale.

- Es cierto que tenemos una promesa que cumplir y debemos llevar esa baliza. Pero no contéis conmigo para ir a por Lord Zarovich. Ni siquiera le conocemos. Todo lo que sabemos de él es lo que sus enemigos nos han contado.

Si fuera como le pintan, ¿por qué nos ha dejado llevarnos su caballo y el cráneo de ese bendito dragón de las puertas de su castillo? La única vez que mandó tropas de consideración a matarnos, no fue específicamente para nosotros, sino para detener una reunión ilegal que un vampiro rival había concertado para levantar a la gente en su contra. Conspirar para asesinarle ¿No habría echo lo mismo cualquier otro gobernante?

No, no veo claro el por qué tenemos que tomar un bando u otro. Hala acepta a todos por igual y creo que yo debería hacer lo mismo. Abrir el hospicio y atender a aquellos que vinieran a curar sus heridas y liberar su alma.

Onfale, tú que hablaste con el dragón, a ver si me puedes resolver una duda ya que mi memoria se ve afectada por tanto viaje... ¿Para qué necesitaba que esa baliza cruzase el portal?

Onfale, tú que hablaste con el dragón, a ver si me puedes resolver una duda ya que mi memoria se ve afectada por tanto viaje... ¿Para qué necesitaba que esa baliza cruzase el portal?

Onfale asitió. Tomó aire y lo soltó antes de resumir la razón por la que debían completar la misión.

- Shikiv, el dragón,  fingía ser la dócil montura del gran Ygorl, el Legislador, Señor de los Slaads, Tirano del Plano del Limbo, un poderoso no-muerto al servicio de Stradh. El dragón, hacía años,  propició un experimento para venir a este plano e investigar la muerte de Argynvost. Resucitó a Vinthrael , no como un acto altruista., sino con el compromiso de que realizaríamos la misión encomendada que es la siguiente.  Debemos llevar una baliza de portal, molestamente metida en mi ojo,  a un punto concreto del castillo de los Von Zarovich. Eso le permitirá teleportarse desde su refugio hasta el portal por el que los slaads y él mismo  llegaron a este semiplano. Y de ahí, volver al plano del Limbo. Eso es bueno para todos, ya que se llevará consigo a Ygorl y él no podrá dañar a nadie más en esta tierra. La misión que hemos completado era una secundaria, fuera del trato original, pero de la que no me arrepiento, pues fue Hala misma quien la puso en nuestro camino, como recordarás.- Leiath fue la que había propiciado la profecia.

Espero unos segundos para que Leiath y los demás asimilar al la información para luego separarse un poco y hacer señas a la mujer de que lo acompañara.- Tengo que hablar contigo.

 Alejados de oídos indiscretos el perfumista se confesó con la mujer

- Estoy enfermo. Desde nuestro encuentro con esos hombres cuervo creo que...creo que me han contagiado su enfermedad. Imagino que puede ser una afección como la que hemos vivido bien de cerca, la licantropía. No sé si tan peligrosa, eso sí, pero me gustaría deshacerme de ella, si es que hay modo de hacerlo.- Sacó una daga y, como fingiera hacer delante de todos con el cuchillo de Nikeras, se pinchó la yema del dedo corazón con él.*

Ahora que Onfale le refrescaba la memoria, le quedó más claro aún que debían completar la promesa a  Shikiv. Mandar de vuelta al slaad era lo mejor para todos.

- Conozco un tejido del entramado que nos puede facilitar la tarea. Lo tendré preparado y así podremos infiltrarnos en el castillo. Lo que no sé es qué tipo de defensas mágicas puede haber levantado el Lord vampiro. Quizás Alice pueda preparar algo para contrarrestarlas.

Luego siguió al perfumista para escuchar atentamente lo que tenía en mente.

Leiath asintió para demostrar su conformidad. En su rostro, Onfale pudo vislumbrar que no había sorpresa alguna, ella lo había supuesto desde el primer momento. Lo que no había augurado sería la decisión del hombre con respecto a quedarse o no la maldición.

- Bien, pues deberíamos ocuparnos de eso antes de ir al castillo. Si te soy sincera no creo que meternos en las entrañas de Ravenloft vaya a ser una tarea sencilla sin contratiempos y la cosa se puede torcer de muy mala manera.

Ya que estamos en un lugar que parece seguro, usémoslo como base. Necesito una planta; acónito. Busquemosla y te prepararé la poción que te purgará de la licantropía. He de avisarte que se trata de una hierba venenosa y que el remedio puede matarte si tu cuerpo no es lo fuerte suficiente para sobreponerse. Por eso es mejor acomodarnos aquí durante el proceso. Rogaré a Hala que vele por ti durante el proceso y no me apartaré de tu lado.

¿Serás el primer paciente de mi Hospicio, qué te parece?- terminó diciendo con una sonrisa

 No hace falta tanto pergamino costoso, puedo repasar el conjuro de mi libro y memorizarlo. ¿Pero qué hacemos al final? ¿Me lo estudio para matar a Strahd o paso y vamos directos al portal?

De repente Leaith puso los ojos en blanco, como si estuviera recibiendo un mensaje de la mismísima Hala. Segundos después le agarró del antebrazo al perfumista con entusiasmo.

-... Hay otra forma, más segura y eficaz... Voy un momento a recoger los ingredientes. Diles a los demás que se pongan cómodos, que hoy no saldremos, lo haremos mañana. Podrían ir adecentándome un poco el hospicio y tú pónte cómodo en una de las habitaciones que, cuando regrese, te libraremos de esa nueva maldición que te aflige.

La bruja salió con resolución a hacer los preparativos adecuados. Seguro que ejecutarlo cerca de la luz de Argynvost ayudaría a lograr su objetivo.

El aguerrido guerrero enano se le pegaron un poco las sábanas por culpa del viaje y los combates que tuvieron en el día anterior. Aún así este se levantó contento por el festín que les habían preparado. 

-Buenos días... ni idea de quién es ese tipo, pero si Leiath dice que no merece que le cortemos la cabeza; mi hacha no irá contra el. -Confirmo el enano- Eso si, muerte a todos los Slaads. Nadie merece tener huevos en su cuerpo... ughhgg...