Partida Rol por web

Oh, no has de preocuparte por el amuleto- le contestó fríamente. -Lo he cogido yo para que nadie te lo robase cuando descansabas. Ya lo llevo yo para que no le pase nada. Si estás preocupada porque las criaturas de la oscuridad se acerquen a ti o intenten dominarte, quédate a mi lado. El aura de protección que me rodea evitará que entren en tu mente. También le puedes pedir a Sasha que abra la iglesia, seguro que dentro no podrán alcanzarte.

Leiath se le quedó mirando desafiante. La bruja había sufrido un gran cambio en muy poco tiempo y ahora ya no estaba tan dispuesta a dar su vida por el primero que pasase, no como antes. Si quería quitarle el amuleto no se lo iba a poner fácil.

La idea de Alice de meterse a descansar en un 'bolsillo' dimensional, le pareció muy buena. Prefería que estuvieran todos juntos pues apostaría su preciado polvo de ojos a que Leisl le intentaría robar el amuleto cuando menos se lo esperase. Iban a tener que hacer guardias o dejar a la ladrona fuera. Además no deberían quedarse en la posada, seguramente fueran ellos los que habían traído la desgracia a la pobre Amelia.

- Venga tómate la sopa y descansa.

Durante el piscolabis nocturno tuvo la oportunidad de recordarle al valiente mediano del perrillo que su misión había sido completada (no estaba muy segura si ya se lo habían dicho antes); el sacerdote que se había perdido era Sasha. Y si quería otra noble misión, podía hacerle de niñera a la pareja de enamorados, ella ya se había cansado.

Otra cosa que se pasó por la cabeza era el curioso encuentro que habían tenido con la muchacha del carro. Le había parecido entender que su maestro, un poderoso mago, estaba intentando destruir una reliquia. Sería el Medallón del Cuervo u otra? En fin, ahora mismo la bruja no estaba muy segura del camino a seguir. A sus ojos, como su diosa había deseado, todas las criaturas eran iguales y su concepto de amigo y enemigo habían cambiado por completo.

Al día siguiente iría al ayuntamiento del pueblo a ver si se informaba de los trámites para abrir su hospicio.

Onfale ocultó una sonrisa con un discreto gesto de su mano. Pequeña Zorra no sabía con quién se la estaba jugando. Sin embargo la Bruja de Hala tenía razón. No se podía estar más seguro que a su lado.  El precio que iban a pagar por quedarse con el amuleto era alto, pues soportar a Leisl ya era una pesada carga.

Poder contar con el hechizo de Alice era perfecto para poder quedarse aquella noche en la posada. Después, en su humilde opinión, deberían buscarse otro lugar, si es que no querían que le diera algo a la ya de por sí deprimida posadera.

La maga también tuvo que ocultar su sonrisa. Era sorprendente como había cambiado la bruja, de ser una ingenua manipulada por todos a ser ella quien manipulaba a la gente. Si, Leisl te conviene estar cerca de Leiath y no hacerla enfadar. Mis bolas de fuego no son nada comparado con su ira.

Tras la suculenta cena, la maga se dispuso a crear el bolsillo dimensional donde descansar. El bolsillo los conseguiría librar de los monstruos, pero no les libraría de las pesadillas y la inescrutable mirada de Strahd.