Partida Rol por web

¿Vaguear hasta la muerte? ¿Qué clase de maldición de mierda es esa?

Estragón alzó el bastón una vez más y la dejó caer sobre la cabeza de Isu rompiéndole el cráneo. Se lamentó de no haber usado un cuchillo de carnicero, porque eso le habría dado algo redondo que patear después de cortarle la cabeza. Su mano verdosa y regordeta agitó el aire delante de él para alejar el humo del incendio.

Cof, cof...-tosió, acercándose al altar.

De su mochila sacó un pesado dragón de piedra de dos palmos de longitud. Dejó el tótem entre las piernas de Niké y se dirigió a los demás.

Esta estatuílla es una filfateli... cof, cof...-volvió a toser por el humo-Filapteri... Es un coso que cogí en una tumba en la que un tipo muerto puede meter su corazón y hacer que su espíritu quede ligada a la felixtile... al coso ese. Cof, cof... Lo guardaba para cuando encontrase las almas de mis difuntos hermano y madre, pero si queréis... Niké se lo ha ganado, podemos meter su patata dentro del dragón. Cof... cof, cof...

Había un ritual para meter el corazón de un liche dentro y ligar su alma a la figura de piedra, así que podía no ser algo más que simbólico o realmente podía funcionar y hacer que el fantasma de Niké les acompañase. Después de todo, Niké ya tuvo su propio ritual por cuchillo de Isu, quizás homologable con el de la filacteria. Fuese una tontería sensiblera o algo que les pudiera garantizar la guía y el consejo de una mujer santa, seguía habiendo un dilema moral con ello: tal vez el fantasma de Niké estaría más feliz en el cielo de su estúpida religión, fuese cual fuese. ¿Estaban protegiendo su alma o secuestrándola contra su voluntad? El corazón de la humana seguía en el suelo, en el centro de la sala, esperando una decisión.

Cof, cof... ¿A alguien más le huele a cuerno quemado? ¡Fuego!

Estragón volvió a meter el ídolo en el interior de su mochila para poder marcharse de allí antes de que el fuego les rodease.

La estatua élfica de la sala cobró vida repentinamente y comenzó a toser y a hacer aspavientos.

- Ay, por todas las esencias, qué ha ocurrido? Cómo ha podido pasar esto? Qué tragedia más horrible! Isu, Niké... Por qué tanta muerte?

Parecía que se fuera a desmayar entre el humo del incendio y el impacto sufrido por la contemplación de tan horrible escena.

Ay, que me da! Yo me salgo de aquí- se lamentó el hechicero, dicho lo cual salió del templo lo más rápido que pudo, necesitaba aire limpio para recuperarse, bueno y dejar de ver muertos.

Ahora cómo iban a encontrar a Dulcimae si su 'informadora' estaba fiambre... Se sentó a los pies de la entrada intentando calmarse y pensar con claridad.

Por fin había caído, y me importaba poco la maldición que pudiera habernos lanzado. Ella sí que estaría maldita a ojos de Heironeus por haber sacrificado a una de sus files servidores como si se tratara de un cerdo colgado.

Mi venganza había finalizado, y con ella, seguramente mi vida. Lo único que me mantenía en pie era la ira que había sentido, y ahora se estaba esfumando. Mis piernas fallaron y caí de rodillas, echando mano a mi símbolo, recé lo que podía ser mi última oración a Heironeous.

Cuando la energía fluyó por mi cuerpo, parte de mis heridas se cerraron y algo de mi vitalidad fue recuperada, lo que me permitió levantarme con una inspiración, levantando la cabeza en agradecimiento.

Intentad recuperar cualquier cosa que pueda ser de valor, y los que estáis herido salid fuera, rápido.

Maldiciendo su suerte, el mediano salió renqueante del templo después de hacer aspavientos a sus compañeros para que salieran. La malvada sacerdotisa había muerto, no sin antes lanzar una maldición, cosa que había inquietado al druida pues sabía del poder de las maldiciones lanzadas en sitios sagrados como aquel templo.

Cuando hubo salido, se tumbó sobre la arena y miró obnubilado las llamas que se extendían por el templo. Era un espectáculo hermoso. La magnificencia del fuego y particular forma de crepitar y extenderse era un ejemplo perfecto de las maravillas de la naturaleza. Donde otros veían destrucción, Ash veía purificación y renovación, parte del ciclo natural.. y eso, de alguna manera, le tranquilizaba.

Se quedó bastante sorprendido de la efectividad de su flecha. Él se tenía más por un ladrón que por un asesino... Pero no tenía nada que objetar a la muerte de aquella hija de puta que había abierto en canal a una buena mujer. La palabra "ladrón" le trajo por un momento buenos recuerdos de otro lugar y otra vida que ahora le parecían muy lejanos. Pero con los recuerdos vino también una idea: aquel lugar era un templo, y en los templos solía haber cosas de valor... Echó un vistazo alrededor, para evaluar el tiempo que tenía antes de que aquel lugar se convirtiese en un infierno y se puso a buscar...

Ante la caída de Isu, la maga se acercó al cadáver ensangrentado de la sacerdotisa, mientras el resto rebuscaba en la sala. Kendra de arrodilló junto a Isu. Acercó sus dedos a la sangre que manaba de una de sus heridas abiertas. Los mojó en el líquido rojizo y se los llevó a la boca, donde saboreó con la lengua la sangre de Isu.
- Mmmmmmm. Está salada, pero es deliciosa...

La estatuilla no se movió, ni brillo, ni apareció ningún ente fantasmagórico con la forma de Nike. Si el espíritu de la paladina había entrado en la estatua lo había hecho de una forma imperceptible para el ojo mortal. Pero Estragón sí que pudo coger el corazón de Nike, aunque la sangre ya se había coagulado el corazón continuaba caliente. 

El humo continúo espesándose y llenando la sala, ahora era prácticamente imposible ver a más de medio metro. Otra de las vigas se cayó del techo dejando al descubierto una parte del cielo nocturno. El grupo fue saliendo poco a poco fuera del templo, la última en salir fue Kendra con la boca manchada de sangre.

El único que había buscado algo de valor fue Mochuelo, y el aprendiz de mago solo había conseguido robar un pequeño cofre de madera con incrustaciones en marfil. Al abrirlo, para decepción de Mochuelo solo había papeles, pero para alegría de Estragón esos pergaminos era partes del diario de Isu.

Pergamino I:

He descubierto un misterioso fragmento de un pergamino, oculto en un compartimiento en el observatorio. Primeramente leí este antiguo texto con gran excitación, pero cuando vi lo que contenía, me horroricé. Es la parte de un malvado ritual para levantar a uno de los hijos de Anhktepot y esclavizar al monstruo. Intenté quemarlo, pero las llamas se negaron a abrazar el pergamino. Osiris perdóname, pero no puedo destruirlo. No puedo ayudarme a mi misma. El pensamiento del pergamino quema mi mente. He intentado todo para destruirlo. Quizás no hay modo de acabar con el...

Pergamino II:

¿Será posible que los dioses quieran que yo use este pergamino? He rezado a Osiris por semanas sin recibir respuesta. Seguramente no habrían puesto este tipo de tentación ante mi y se suponen que no lo usare. No, no puedo pensar en eso. El pergamino es una malvada obra de Set y no debe ser usado por nadie.

Pergamino III:

Ahora me doy cuenta que Osiris es un dios débil. ¿Cómo lo pude haber considerado digo de mi veneración? Set, el misterioso, no solo mató a Osiris, sino que también fue capaz de resistir la venganza de Horus. Seguramente Set es la más poderosa de las deidades. Ahora comprometo mi vida y voluntad a servir a los oscuros secretos de mi señor Set.

Pergamino IV:

He decidido usar el pergamino para esclavizar a uno de los hijos de Anhktepot. Ellos permanecen momificados y venerados en la tumba de Anhktepot. Después de consultar con las estrellas, he aprendido cuando puede abrirse su tumba. Solo tengo que esperar a la noche de Toth, la noche las tumbas de los reyes se encuentra alineada con Orion.

¡Pronto seré la señora de los muertos vivientes! Primero debo completar el ritual. Solo la primera parte esta escrita en el pergamino. Que mi señor Set guíe mi mano...

Pergamino V:

... ¡Lo logré! He atravesado la tumba de los dioses y he despertado al muerto viviente. Senmet, sacerdote de Anhktepot, sirve a Set a través de mí. Juntos podremos abandonar esta tierra maldita para conquistar todo lo que hay tras los Muros de RA...

Pergamino VI

Los males de la tierra descenderán sobre la noche cuando las seis señales estén a mano.

En la casa de Daegon el gran brujo nació, de la vida, la no vida, de los no vivos se burló

El niño sin vida de la inflexible madre habla, presagia un tiempo, una noche en que el mal se desata

El hijo de los soles ha de alzarse 3 veces, para hacer que el humilde por toda la eternidad solloce

Junto con los pergaminos hay un trozo de papel escrito con instrucciones para usarlas un observatorio que se encuentra en el tejado del templo. Ese debió de ser el método que uso Isu para determinar la noche de Toth.

En ese momento apareció Abu con cara de susto. ¿Qué ha pasado en el templo? ¿La señorita Isu está bien? Isu ser muy buena con Abu. El pequeño guía aun no sabía nada de la traición de la sacerdotisa.

Estragón puso el corazón de Niké en el receptáculo del dragón de piedra. Besó la estatua. Aquello era lo más parecido a una novia que el semiorco iba a tener jamás. Sacó de la mochila su otro tótem: el frasco de salmuera en la que flotaba su oreja cercenada hace meses. Colocó a Niké junto a la otra filactelia, y por encima puso el frasco de cristal para que no se rompiese.

Después la mano de Estragón se puso paternalistamente sobre el hombro de Abu...

Abu... Hemos llevado a Isu a una granja, donde va a poder corretear libre y feliz.

Una mirada perspicaz se habría dado cuenta de que el cocinero solo pretendía limpiarse la mano ensangrentada por el corazón en el hombro del niño. En seguida pasó de él y se centró en el tesoro de Mochuelo. Que fuesen papeles fue toda una decepción.

Puf, qué basura... Set no le llega a Shóndakul ni a los callos de los pies. Ajá... Uhm. Interesante. Quizás Dulcimae pueda decirnos más sobre Orión... Ah, claro... está desaparecida. Bueno, pero podemos ir al observatorio...-Estragón señaló al edificio en llamas-Oh, vaya...

No había pistas. El secreto sobre la Noche de Toth quedaría en la oscuridad para siempre.

Abu, tú hablas el idioma de aquí. ¿Puedes llamar puerta por puerta y alertar a los lugareños para que ayuden a apagar el fuego? Si nos ven acarreando agua desde el lago seguro que quedamos como héroes. ¿Qué decís el resto? Tenemos que salvar el ambulatorio... observatorio... como se llame. Y no vamos a poder hacerlo solos.

Tosiendo y trastabillando logramos salir del templo en llamas. Una vez fuera, permanecí mirando cómo las llamas consumían ese templo maldito, hasta que Estragón habló

En ese momento, parecí despertar y, agitando un poco la cabeza procedí a sacar la varita de curación que habíamos adquirido mientras Estragón nos cuenta qué pone ahí, vamos a recuperarnos un poco, que a punto ha estado de acabar con algunos de nosotros, yo el primero.

Según iban acercándose iba curándoles mientras escuchaba al semiorco

Al final, siempre volvemos a la tercera noche digo encogiéndome de hombros hasta que llegue la tercera noche, podemos investigar un poco más por aquí. 

Tan solo podemos acercarnos al tercer anochecer, y ver qué pasa con esos perros del infierno la verdad es que era lo único que se me ocurría.

Aspiró profundamente el seco aire del desierto, destapó su jarra siempre llena y se echó un poco de agua por el rostro antes de beber un trago, pero el pesar y la confusión que llevaba encima no se despejaba.

Ay, ay- seguía lamentándose- qué vamos a hacer? Tenemos que encontrar a Dulcimae, ella es la única que nos puede sacar de aquí!

-Dulcimaeeeeee! Dónde estas?!

Kelris comenzó a caminar dando tumbos por las callejuelas del poblado llamando a gritos a la vistani.

Seguramente necesitaría un tiempo para recobrar el sentido después del trauma vivido. Si no encontraban pistas sobre el paradero de la gente del carromato, deberían buscar otra forma de salir de aquel lugar maldito como fuera. 

Algo más recuperada de todo lo que había pasado, Kendra calló en que había probado la sangre y se limpió los morros como pudo para no dejar rastro, pues parecía que no sabía usar un pintalabios de forma decente.

- La tercera noche... Si, algo debe pasar esa noche. Deberíamos hacercarnos al templo la tercera noche. Si hay más perros nos vamos por donde hemos venido y si no hay, adentro. Me parece buena idea pero deberíamos hacernos con agua y víveres para el camino. Me da calor solo de pensar en andar ese trecho otra vez... - Añadió.

Abu llamo a algunas casas, pero nadie abrió la puerta. Daba igual cuanto llorara el niño o que tratara de explicar, ninguna puerta se abrió. O la gente de este pueblo tenía el corazón de piedra, o habían visto cosas horribles por las noches.  O también, puede que fueran simples campesinos muertos de miedo en sus cocinas mientras abrazaban a sus hijos y rezando para que pasara la noche y las luces del alba despejaran los horrores de la noche.

Mientras Abu corría de una puerta a otra, el grupo llegaba a una idea común: la noche de Thor era al tercer día. Esto podía coincidir con la predicción de Dulcimae.

Uno, dos y tres de oros. Estas tres cartas están relacionas. Indican que el sol se pondrá varias veces antes que el rey pueda ser buscado. Esta noche será llamada la noche de Thoth. Puede haber otras cartas que muestren falsos tiempos.

¿Pero, la tercera noche contando desde cuándo? Si era desde vuestra llegada la noche de Thoth seria dentro de menos de veinticuatro horas.

El único que había buscado algo de valor fue Mochuelo, y el aprendiz de mago solo había conseguido robar un pequeño cofre de madera con incrustaciones en marfil. Al abrirlo, para decepción de Mochuelo solo había papeles, pero para alegría de Estragón esos pergaminos era partes del diario de Isu.

Cuando abrió el cofre, después de escapar del humo y las llamas, en su cara se reflejó la decepción al encontrar solamente papeles arrugados y nada de oro o joyas. Por eso no protestó cuando el gordo de piel verde le quitó el cofre de las manos. Por lo menos había salido con vida de aquel templo maldito. ...Y había ayudado eficazmente a cargarse a la bruja que había rajado a la pobre Niké.

Ahora tenía sed, hambre y sueño. Y lo que comentaban algunos de sus "compañeros" (los que no estaban correteando enloquecidos por las callejuelas de pueblo, al menos) no tenía demasiado sentido para él. Así que buscó una sombra, se reclinó lo más cómodamente que pudo y escuchó. Por su mente pasó la idea de hacer una nueva visita a su viejo mentor. Tal vez pudiera pedirle techo y trabajo, como en el pasado (que, para Mochuelo, consistía solamente en algunos días).

Pero, de momento, oiría lo que los otros tenían que decir.

Bueno, adiós al ambulatorio-dijo, por el observatorio incendiado-. Nosotros solos no tenemos manera de apagar el fuego. Quizás lo mejor que podríamos hacer es volver al valle y acampar en sus alrededores. Podríamos hacerlo ya, que aún está fresquito, y nos libramos de caminar bajo el calor.

Se encogió de hombros. Realmente no había muchó más que les retuviera aquí. La profecía de las cartas de Dulcimae se había ido cumpliendo poco a poco... La carta de la tentación, Isu. La carta de la marioneta, Set. La carta de las nieblas, los seis pergaminos del diario de Isu. Y nada de ello les servía.

Podríamos llevarnos lo que queda del carromato de Dulcimae, ella ya no lo necesitará. Lo que aún no entiendo es que no nos hayamos cruzado ni con la momia de la Tumba de los Reyes ni con los vistani del campamento, cuando lo único que hemos hecho ha sido movernos entre esos dos sitios. Habría jurado que Isu era la secuestradora de los gitanos, como hizo con Niké.

Estragón se giró de nuevo hacia el templo, esperando escuchar los gritos desesperados de los vistani encerrados entre las llamas y siendo quemados vivos. No. En principio todo iba bien.

Marchémonos de aquí. Eh, Mochuelo, encárgate tú de llevar los pergaminos. Después de todo, fuiste tú quién los encontraste.

Mientras decidíamos qué hacer, aunque yo estaba con Estragón, y lo mejor sería esperar a ver si la noche de Toth llegaba a través de la comprobación de esos perros del infierno, saqué la varita y comencé a curar a la gente.

Aunque podemos descansar, y agotar mis bendiciones, voy a recuperarnos un poco. Visto lo visto, no sabemos de dónde nos puede salir el peligro

Dicho esto, voy acercándome uno a uno, para observarle y, cuando veía que estaba herido, sanarle.

Vayamos allí, yo estoy con Estragón. Aquí ya no tenemos mucho que hacer, la verdad. 

Podríamos intentar conseguir alguna tela, o tienda, o incluso el carro comento señalando el carro de los Vistani para poder aguantar en ese lugar. Llevar agua y comida, y comprobar al anochecer si es esa maldita noche de Toth

- El mestizo tiene razón. Salir ahora con el fresco es mejor que caminar bajo el Sol abrasador. Me uno a esa propuesta. - Añadió la maga.

Un gran crujido seguido de un estruendo indica que el techo del templo se ha derrumbado de todo. A pesar del gran estruendo ninguno de los aldeanos sale de sus casas. Sin más preparativos comenzáis el viaje hacia el valle de la muerte con Abu de guía.