Partida Rol por web

Joe conduce fuera de la granja. Warren parece bastante tranquilo a pesar de que un hombre mayor y con años de violencia a sus espaldas como Joe le está apuntando directamente.

Salen fuera y pueden ver que Raul (uno de los chicanos) y Victor (el francés bastante profesional del que todos hablaban) les miran desde la casa que está al lado de la granja de la que acaban de salir Joe y Warren.

Raul mira y habla algo con Victor y entonces su cabeza estalla en mil pedazos. La sangre salpica la ventana y su cadáver atraviesa el cristal.
La rueda del coche que conducís estalla en mil pedazos. Por vuestra experiencia se trata de un disparo certero de un francotirador. El coche gira en todas direcciones, pero Joe lo mantiene firme y logra frenarlo a pesar de los volteos. Os encontráis en el coche en un punto entre dos casas.

Cojones!

Joe intenta valorar de donde vienen los disparos. El chicano acaba de quedarse sin cabeza. Mira por un instante a Víctor intentando leer en su cara si hay miedo, venganza, ira o lo que sea. El matón derrapa y frena el coche, dejando su puerta en dirección a la entrada del granero. Abre la puerta, con la pistola en la mano y valora echarse a correr de nuevo de vuelta hacia el granero.

Con un tanque de gasolina en la parte delantera del coche, una simple bala le hará saltar por los aires.

A Joe se le pasa por la cabeza que el atacanta pueda ser amigo del Hombre-del-Maletín. Así que decide no perderlo de vista.

Vamos tío, regresamos al nido!!!

Mierda!!!!

Warren se ve sorprendido por un instante al ver ése chicano con la cabeza rebentada a causa de un disparo.

Instintivamente pone los pies parando la maldita lata de gasolina, las manos en la nuca y la cabeza agachada.

Es obvio que ha sido un disparo muy certero. Y por lo visto el tal Joe está tan sorprendido cómo él. Entiende que ha ido a parar al peor sitio que podía.  Maldito vendedor!!!! Con que había gasolina de sobra, eh?? En cuanto salga de éste lugar le voy a hacer una "visita" que no va a olvidar!!!

Cuando por fin el coche deja de dar vueltas como una peonza puede pensar rápidamente: lo primero es conservar el pellejo y segundo alejarse de la maldita gasolina. Warren estira el brazo rápidamente, coge su maletín y abre la puerta del coche. Se agacha y cree que ya es hora de sacar su arma. Efectivamente, con la mano derecha coge la pistola y se mantiene agachado y en guardia, intentando ver de dónde procedían los tiros y si el francés también está herido.

No es usted el único que está armado, señor - le dice con voz calmada señalando el arma que llevaba consigo- Por cierto, me llamo Warren. Y espero que usted tenga más amigos porque si no estamos metidos en un buen lío... Tengo pocas balas y demasiados gilipollas sueltos...

Lo suponía pero no lo había comprobado. Es demasiada experiencia como para no dar por cierto que un hombre enchaquetado y encorbatado, en mitad del desierto y con un maletín, va por fuerza armado. Sin embargo, lo que el tal Warren le dice le tranquiliza en cierta forma. Parece sincero. Aunque nunca se sabe.

Encantado Warren. Deja que te estrecha la mano si salimos vivos de aquí. Regresemos al puto quirófano en busca de cobertura. Por cierto, me nombre es Joe.

Mensaje sólo para ti: Los disparos provienen de una colina cercana. Puedes ver los reflejos del rifle de francotirador. Y también una gorra que pone FBI.

Pasáis a la escena: El gran final.