Partida Rol por web

Atado con cadenas al mascarón de proa va Otto von Faverstram. No está muerto. Los piratas no le darían ese gusto. Está completamente desnudo, despellejado de los pies al cuello. Medio delirando y medio consciente, va gritando y murmurando. Las olas que rompen contra el casco salpican agua salada sobre su cuerpo, causándole más dolor. Sobrevivirá unos días más. Tarde o temprano, expirará y las gaviotas se harán un festín con su carne.

Una de las piratas es una mujer joven. No se presenta. Observa desde lejos a los recién llegados con suspicacia. Al pasar al lado de ella, veis que su rostro guarda cierta semejanza con el del capitán pirata asesinado al comienzo de vuestra aventura. La fragata se pone en marcha.

Annalise invoca a dos ondinas. La única que le presta atención es Hendrika van Haas. Sus ojos van de las ondinas, a Annalise, y finalmente a Grigori. Recuerda que vio esas mismas criaturas tumbando el bote en que viajaba Ludo y lo arrastraron hacia las profundidades. Recuerda que una de esas mismas criaturas se subió al barco y casi se lleva a Grigori. En su mente las piezas del rompecabezas se van acomodando. Súbitamente lo entiende todo.

Hendrika van Haas, sobrina de Ludo van Haas, lleva la mano hacia su pistola. Luego se lo piensa mejor. Esperará. Las mejores venganzas no se hacen con apuro.