Partida Rol por web

La puerta de la sala de audiencias de volvió y de detrás de ella salió Piruja, al parecer hecha un basilisco, seguida de su siempre sonriente gato. Esta vez Sebastián no había acudido. ¿Es que ya no iban a llamar a nadie más?

¡Qué mal rollo! ¡Toda la tarde esperando y se olvidan de nosotros!

El lobo feroz comía distraídamente una manzana mirando al personal cuando, primero Séptimus y después Elmer, se acercaron a él para interesarse por lo que estaba haciendo.

¡Qué peña tan enrollada! Debe de ser el karma que ya está empezando a hacer efecto. Hace un tiempo se hubieran alejado de mí.

¡Paz, colega! -le respondí primero al príncipe-. Pues aquí me ves, echándole un cable al colega Porky, que tiene a sus hermanos en la calle por culpa mía. Hemos venido a ver si el rey se enrolla y nos da una ayudita para que tengan un techo.

Entonces lo recordé. ¡El príncipe Séptimus de Muylejano! ¿Habrían llegado hasta allí mis fechorías en el pasado? ¡Claro! Los siete cabritillos...

Me acabo de acordar, tronco. ¿No era tuyo y de tu hermano el vado de caza que está junto a vuestro palacio? Pues verás, hará unos años que os desaparecieron unas cabras. Lo siento de verdad, colega, y para que veas que ya no hay mal rollo por mi parte voy a hacer algo para compensarlo. ¿Tú no andabas detrás de la princesa Zelda? Pues voy a aprovechar mi turno en la audiencia para decirle que eres un tío dabuti.

Luego me giré hacia Elmer ¿No era ese el cazador que tenía atemorizados a los animalillos del bosque?

Elmer, colega, te voy a decir a una cosa: deberías dejar ese trabajo que tienes. Esos animales que cazas tienen su corazoncito, tronco, y eso de matarlos a escopetazos es de muy mal rollo. Te lo digo yo que desde que me he pasado a los vegetales me siento mucho mejor. ¿Has oído hablar del karma?

Miro sorprendido al lobo. Esta onda new age le pegaba como a cristo dos pistolas. ¿De verdad creia que engañaba a alguien con ese teatro barato de hippie? Se a vuelto vegetariano... ya y yo monje de clausura.

-¿Así que ya no te dedicas a perseguir niñas de roja caperuza en el bosque? ¿Ahora te has pasado a las hortalizas y otras hiervas? No te preocupes, lobo. Pronto no oirás ni una queja más de mi comportamiento.

Sonrio de medio lado. Lobos parlantes vegetarianos y hippies. Me hago viejo, pero esto es raro hasta para mi hijo.

Estaba un poco agobiada del trabajo que era estar todo el dia en la cocina necesitaba un respiro... y decidí despejarme, y ver como estaban los invitados ya que era la Jefa. Podía tomarme cualquier respiro...y de paso haber si veía a toda la gente, y tambien a la gente que me importaba. Y de paso pues así tambien me relacionaba un poco con la gente y me distraía, y apartaba un poco de mi cabeza el trabajo.

Salí de la cocina y me encontré a mi hijo Joker. Me acerque porque quería decirle como se sentía, me acerque y le dije: -¡hola Hijo (Joker)!, ¿que tal llevas tus actuaciones?. Me acerco a el y le susurro al oído, Sabes que tu madre siempre te apoyara en tus decisiones, y sabes que eres mi hijo favorito y que sin ti no, seria la madre más feliz de este mundo por tener un hijo como eres tú tan natural y alegre. Me acerque y le di un beso en la mejilla. Me aparte enseguida por si sentía  incomodo a darle un beso en la mejilla, ya que estaban toda la gente observando.

Me fui haber si los invitados les hacia falto algo y se esta les gustaba la velada, y tambien a relacionarme un poco con los invitados. Vi que Salía la bruja piruja de la sala de audiencias. Y al ver que ella fue la ultima en entrar en la sala de Audiencias y al ver que Sebastián no acudió a donde todos estaban di por hecho que ya había acabado de llama a gente.

Pero no. Las sospechas del lobo y de Mary Rose eran infundadas y los reyes no se habían olvidado de los últimos demandantes. En el reino de Macedonia hasta los más inmundos humildes animales tenían el derecho de ser escuchados el día de las audiencias, así que Sebastián abrió la puerta por última vez y anunció:

- ¡El cerdo Porky y el lobo Feroz! Al resto de invitados, les ruego que acompañen a la jefa de criados hasta el salón de baile. En cuanto Sus Majestades acaben de atender las últimas peticiones, se reunirán con ustedes allí.