-vamos pues, a los aposentos reales- lo único que espero es que la reina no se halla adelantado, y halla cogido el cofre, aunque supongo que estará a otras cosas. No me gusta un pelo como mira a Elmer...
-luego tendremos que buscar ese anillo mágico, para que tengas tus poderes otra vez.
Pero antes de abandonar la sala de audiencias, alguien llamó a la puerta. En ese momento hizo su aparición el mayordomo Sebastián, y con su habitual falta de expresividad les anunció que la hora había llegado:
-Majestad, el bardo está empezando a contar el cuento. Deberíais acudir...
La noche había pasado deprisa con todos aquellos acontecimientos y la magia de sus historia no surtiría el mismo efecto después del amanecer. Ahora era el momento de escucharla, y ya habría tiempo después de buscar el cofre del tesoro real y complacer a Piruja.