Turno 010
Al ver que el posadero de daba un pescozón Gwalin se sorprendió y gruñó - Grrrrmmmmmmm.
Pero el gruñido se transformó en una tremenda carcajada al escuchar la contestación del valiente muchacho refiriendose a esa posada.
-¡¡Jajajajaja!! -rió de buena gana el enano. Pero entonces vio al posadero con intención de volver a golpear al chaval. Como un rayo el enano se levantó, se puso al lado del muchacho tapándolo en parte y muy serio miró al posadero como queriendo fulminarlo.
-No lo hagas. No lo vuelvas a hacer en tu vida. Lo que le hagas te lo devolveré por cien -amenazó el guerrero mostrando una seguridad y una serenidad impropia de alguien que estaba a punto de comenzar una pelea.
-Vamos chaval, llévanos a donde está Agranil, te daré otra moneda por las molestias -pidió el enano prometiendo más dinero por sus servicios. Luego sacó su bolsa de monedas y dejó en la mesa lo que debía excepto las dos últimas jarras. -Te lo dije antes, los enanos somos tacaños, pero sabemos pagar por lo que se nos da...y por lo que se nos hace. Vamos.
No sabía si Freagulf le iba a seguir, pero el iba a ver a Agranil con él o sin él.
-100 Px por permitir que pegasen al niño
¡¡¡¿Pero por qué?!!! si ya estaba con nosotros hablando, el posadero debía ver que no es un extraño para nosotros.
Grrrmmmmmmm...vale, pues no pago las dos últimas cervezas ;pppp
Turno 010C
El primer "cosqui" no era extraño, pero levantar la mano una segunda vez rozaba los malos tratos, para su gusto. Se irguió todo lo alto que era y mientras el enano corría para interponerse, su voz, que le parecía que llegaría antes amenazó al posadero con una orden: - ¡ALTO!. El niño nos acompaña y se marchará enseguida, con nosotros.
Su voz acompañó al gesto de erguirse, y este, al de posar la mano sobre el pomo del arma.
Cuando todo quedó parado, se dirigió hacia el niño, que lo tomaría de la mano, de manera amable y acompañaría al niño al exterior, sin siquiera prestar atención a lo que quedaba en la mesa, que por su gesto de erguirse, aún bailaba, por haber empujado con los mulos la mesa.
Joer, que rápido, levantarse y llegar antes de que caiga la mano.
~~¡¡¡¿Pero por qué?!!! si ya estaba con nosotros hablando, el posadero debía ver que no es un extraño para nosotros.
Lo que no sabemos es las normas del lugar, y puede que por "cosas" anteriores, se le hubiera prohibido entrar allí. El que le de un "toque" no es tan raro, pero continuar aporreándolo creo que a Freagulf no le hace mucha gracia.
Gwalin salió din dejar de mirar al posadero, con su habitual mirada fría previa a un posible conflicto.
-Sí, vámonos- dijo flanqueando la salida tanto del muchacho como de Freagulf.
Turno 010
Una vez fuera, el enano paró al muchacho poniendole una mano en el hombro.
-No está bien que se pegue a la gente porque sí, y me gusta el hecho de que concluyas una misión aun sabiendo que te podías ganar una reprimenda o un pescozón -dijo alabando la osadía del chico-. Pero tampoco puedes entrar en los sitios como un kraken en una cristalería. Tienes que tener en cuenta la educación y las normas de convivencia, eso te abrirá muchas puertas y te facilitará las cosas.
-Toma -el enano mostraba una moneda de plata en su mano. Pero cuando el niño fue a cogerla cerró la mano-. ¿Cómo tienes que ser a partir de ahora? -preguntó el veterano guerrero.
Lo que no sabemos es las normas del lugar, y puede que por "cosas" anteriores, se le hubiera prohibido entrar allí. El que le de un "toque" no es tan raro, pero continuar aporreándolo creo que a Freagulf no le hace mucha gracia
Tienes razón, no sabemos qué habrá hecho el niño, ni las normas del local.
Turno 010
El crio vio la moneda, una plata, en la mano del enano. Era mucho mas de lo que podría conseguir en todo un año, por lo que obediente, contesto.
- Créame, me portare mas mejor que bien - dijo nervioso mientras sus manos se mostraban templorosas y los ojos no se apartaban del puño cerrado del enano - Les llevare hasta la posada, si quieren - dijo recomponiéndose y mostrando la palma de la mano, para que le entregaran la moneda. Al menos ahora sabían que "La rosa" se trataba de una posada.
Turno 010
Gwalin sonrió y entregó la moneda al muchacho.
-El trabajo bien hecho bien se paga; eso vale tanto para tí, para que siempre que puedas lo hagas lo mejor posible, como para quien te contrata para reclamarle lo que es tuyo. Recuérdalo -dijo el guerrero mientras caminaba al lado del muchacho.
-De todas formas no sé como te llamas, chico -preguntó el enano al muchacho-. No sé,q uizás vuelva a la ciudad y necesite los servicios de un joven y tenga que buscar o preguntar por él.
Turno 010
El muchacho miraba al enano con cara de no comprender lo que le decía. Pero acepto encantado la moneda - Nâr - dijo sencillamente el chaval pronunciando su propio nombre - Vamos, seguidme - dijo mientras comenzaba a subir la calle con sus pequeños pasos. Aun así, era ágil y rápido.
RESOLUCION TURNO 010
Gwalin y Freagulf, sentados a la mesa, habían bebido alguna que otra cerveza. Pero para nada estaban afectados por los rubores de la bebida. El ailgratha había procurado no pasarse con el alcohol a sabiendas de que no le sentaba demasiado bien. Gwalin no tenía cuidado alguno, y tragaba como si fuese el último día en la tierra. Por suerte su aguante era más alto que su estatura. Mientras bebían y hablaban, la puerta de la posada se abrió una vez más.
Entro en el local un muchacho, desarrapado, no contaría más de ocho o nueve años. Su cara estaba sucia, como sus ropas, y sus zapatos estaban completamente destrozados por el uso. Busco en la posada hasta que sus ojos se fijaron en el enano, la cara le cambió. Se acercó y trato de contar sus pesquisas, las que el enano alentó a conseguir a base de monedas. Pero el posadero, en cuanto lo vio, salió de detrás de la barra gritando al chaval para que se largase de allí. Incluso levanto la mano en el camino, dispuesto a soltarle un manotazo al pobre crio.
Freagulf y Gwalin no reaccionaron tras escuchar la noticia que el niño traía. Este recibió un golpe, sonoro y contundente frente a todos. Pero el joven era más valiente de lo que parecía, no lloro, se limitó a tocarse la cara donde había recibido el tortazo, y a seguir hablando. Informo de que Agranil se dirigía a “La Rosa”, no tenían claro de que se trataba, pero supusieron que era otro local, o un lugar de interés en la ciudad. El posadero levanto de nuevo la mano para asestar otro golpe, pero esta vez ambos se interpusieron amenazantes, para que aquel hombre no volviese a pegar al niño. El posadero se detuvo, no quería más líos en su local, y además sabía que, si volvía a ponerle la mano encima, el que acabaría herido seria él.
Farfullando el posadero volvió a sus cosas, no sin antes aceptar el dinero del enano. Aunque no lo contó sabía que faltaba una ronda por pagar, pero en ese momento no le importo, solo quería que aquellos extranjeros se largasen de allí para no volver. Ya ajustaría cuentas con el mocoso.
Los tres salieron de la posada, ya en la calle Gwalin trato de darle una lección de vida al joven. Era un pobre desgraciado, pero sabía más de la vida que muchos adultos. No contesto, quizás ni siquiera entendía lo que el enano quería decir. Gwalin le entregó una moneda de plata, todo un pago para alguien como él, de hecho, para muchas personas no lo ganaban en un mes de duro trabajo. El chiquillo hacendoso, les ofreció llevarles hasta la posada.
Nyaro, que así se llamaba el chaval, los guio por la ciudad cruzando las calles embarradas hasta una zona mucho menos humilde. Estaban en un buen barrio, sus calles estaban bien empedradas, las casas cuidadas y hasta olía más fresco, como si no hubiese mierda de caballo acumulándose en las esquinas.
Llegaron ante el local. Una fachada de piedra gris claro, más que los edificios que la rodeaban. Tenía tres pisos con tres ventanas cada uno, su atura sobresalía de entre el resto de casas. Una gran puerta doble, de madera y pintada de azul oscuro, descansaba bajo un gran cartel. Era, una gran rosa de los vientos tallada en madera y pintada de vivos colores. Dos grandes ventanales, con cortinas finas de un azul más claro que el de la puerta, impedía ver en el interior a la vez que dejaba pasar la luz del sol.
► Anotad el próximo turno como “Turno 011”
► Estáis ante la posada
► Resolución del próximo turno: Viernes 26-10-17
TURNO 011A
- ¿Nâr? Se sorprendió. - Un nombre cortito y sencillo.
Mientras el enano le daba el discurso se quedó pensando: - ¿No estarás pensado en adoptarlo o que nos acompañe? Para que aquello no se extendiera, les azuzó para continuar. - Vamos, vamos; que no quiero que se marche sin nosotros.
Resopló.
- Joder, ese nosotros se puede entender como que incluyo al crio. Va a pensar que le estoy dando permiso para ello. Lo dejó correr, a ver si el enano había entendido otra cosa o ignoraba su comentario y simplemente caminaban.
Turno 011
Por fin llegaron al a posada donde supuestamente estaba Agranil, o por lo menos eso decía el chaval. La verdad es que le había caído bien el niño y si hubieran convivido más días le había enseñado a desenvolverse mejor, incluso a luchar con armas si era preciso. Pero la vida que llevaba ahora Gwalin no era de quietud en una ciudad o fortaleza, no. Ahora su vida se resumía en viajar y encontrar aventuras donde le llevaran sus pies.
-Bueno muchacho. Ha sido un placer. Espero que Agranil esté dentro o me tendrás que devolver esa moneda -dijo de improviso y en su tono de voz no había lugar a la broma-. Aunque confío en ti.
-Lo dicho, se bueno, lucha por lo que es tuyo y aprende lo que puedas de todo lo que te rodea.
Gwalin posó su enorme mano sobre la cabeza del chico y le alborotó el pelo. Luego sin decir más entró en la posada.
TURNO 011B
Se alegró de que se despidiera del chico, pero se sentía responsable de que alguien le pudiera hacer algo. Aunque, para ser sincero, el viajar con ellos podría ser mucho más arriesgado. Eliminó esa idea de la cabeza tras sacudirla un par de veces y sonrió al chico como despedida, acompañada de un gesto de la mano y un sutil: - Cuídate chico.
Siguiendo al enano le aconsejó: - Espera antes de asaltar a Agranil. Se paciente y observa. No se refería a que le mirase a él, sino que fuera paciente, y observador, antes de que se le ocurriera lanzarse a la carga, como todo enano.
Turno 011
El enano se giró y miró a Freagulf sonriendo.
-No te preocupes muchacho, que no asusto a nadie. Pero no esperes que me quede quieto si encuentro a Agranil -dijo muy seguro de lo que iba a hacer si lo encontraba-. Además, uno tiene una edad como para eestarse con tonterias.
-Pero descuida, soy impulsivo, pero se comportarme.
Dicho esto empujó la puerta y entró al interior.
RESOLUCION TURNO 011
Gwalin empujó la puerta y ambos entraron. La primera impresión fue sobrecogedora, nada tenía que ver con el “Tejón Azul”, la posada donde había estado antes. Aquí el suelo estaba bien cubierto por una brillante madera laminada, algo desgastada del uso, pero impoluta. Las sillas y bancos estaban tapizados con telas de diversos colores, todos vivos y con motivos florales. Las mesas, bien ordenadas contra las paredes, estaban separadas por biombos bajos y dejaban un amplio espacio hasta la barra. Era muy luminoso, a pesar de las cortinas entraba una gran cantidad de luz. Varias lámparas estaban encendidas en las zonas más alejadas de las ventanas, logrando que apenas se notara que allí no llegaba la claridad exterior.
El posadero estaba tras la barra. Era un tipo vulgar, aunque bien vestido, llevaba un limpísimo delantal blanco puesto bajo su uniforme negro. Fuera, una muchacha joven y hermosa, con buen cuerpo, servía alguna de las mesas que estaban ocupadas.
Había un de grupo de tres personas sentados en una mesa, junto a la puerta por la que acaban de entrar. Se vestían con túnicas de lino fino y zapatos brillantes. Sus cabellos oscuros estaban bien peinados y sus rostros no estaban curtidos por el sol. Pero a pesar de que bien podía haber sido uno de ellos, Freagulf no reconoció a ninguno como Agranil.
A la izquierda había otra mesa ocupada. Cuatro tipos bebían alegremente, casi podía decirse que hasta demasiado escandalosos, no parecían encajar allí. Uno de ellos era un tipo de pelo largo, negro con barba, de tez oscura, bajo una raída capa verduzca. A su lado estaba un rubio de pelo largo, lucía un estrecho bigote y una minúscula perilla del mismo color. Vestía ropajes de lino banco y chaqueta rojiza. Enfrente, al otro lado de la mesa, estaba un hombre desarrapado y algo ebrio, joven de pelo moreno y tez más morena aún. Junto a él otro vestía de manera parecida, tenía barba y una cara igual de morena que su compañero, solo que su pelo era rubio. Los cuatro parecían más alegres de lo normal, esa alegría que te dan algunas copas de más. No estaban borrachos, ni mucho menos, pero se notaba que llevaban tiempo bebiendo.
► Pasamos a la escena ”Cap. 0: La Rosa”