Turno 118
El bardo estaba tan ocupado vigilando donde ponía los pies que apenas pudo deleitarse con la vista que sus compañeros tanto habían apreciado. Se consideraba ágil y con un buen sentido del equilibrio, pero aquellas resbaladizas rocas parecían empeñadas en hacer tropezar a cualquiera que se atreviese a pisarlas.
- Por mi santa madre, al final uno de nosotros se romperá la crisma. - despotricó al resbalar peligrosamente por décima vez. - Esta cascada no necesita de ningún enemigo para resultar peligrosa; ni siquiera entiendo que Gondor necesite unos soldados vigilando este camino. ¿No deberíamos atarnos una cuerda a la cintura, por lo que pueda ocurrir? -
Motivo: MM
Tirada: 1d100
Resultado: 18(+30)=48
Turno 118
La marcha era lenta y penosa. El camino de peldaños que serpenteaba hasta el fondo del valle se retorcía una y otra vez, mordiéndose la cola en cada recodo.
El musgo y la humedad lo hacían mas peligroso de lo que sería normal. Y en consecuencia, los que iban en primer lugar tomaron excesiva cautela . El ritmo del grupo se resintió.
Edan continuó avanzando al final de la comitiva. Iba lento, aunque más por culpa de los que lo precedían que por propia precaución.
Mientras esperaba a los demás se deleitaba con el rumor de las aguas y la fina capa de lluvia vaporizada que les golpeaba desde el Rauros. A no mucho tardar todos terminarían empapados.
A intervalos ojeaba las caras de Agranil y de Larrid. No habian hecho más que acumular retraso desde su partida. El Rohir se preguntaba en que medida aquello podría afectar a sus intereses, y trataba de leer en los rostros de los comerciantes alguna mueca que le diese pistas sobre su estado de ánimo.
Como el descenso parecía ir para largo y no creía que hubiese alguna manera de agilizarlo se relajó y trato de conocer un poco más a aquellos de sus compañeros sobre los que menos había podido adivinar.
Dime Halfrid. ¿Cual es tu oficio? espetó de pronto al hombre que junto a Larrid habia tomado por un campesino borracho cuando los vio entrar en La Rosa de los Vientos, en un momento que lo encontro absorto, con su mirada fija en las cataratas.
¿Que hay de ti Leofred? Dijo a continuación, aprovechando las palabras del dicharachero hombre rubio.
Edan se sonrió ligeramente ante las ocurrencias de aquel espigado parlanchín, y algo cansado del ritmo del grupo aprovecho uno de los recodos más amplios para adelantar su posición y situarse por delante de Ional.
Descuida Leofred...dijo al pasar.
No creo que atarnos sea necesario, y mucho menos unos a otros...no pienso salir rodando detrás de alguno de vosotros si Mandos decide llamaros a su lado añadió entre risas. Con que los más pacientes dejen paso al resto, creo que será suficiente. finalizó, tratando de llamar la atención de los que ralentizaban la marcha.
A Edan le hubiese gustado ser más directo y preguntarle por su experiencia con el arma. Y tal vez invitar a alguno de ellos a practicar un poco con la espada, pero se conformo con una versión algo más comedida por el momento
Motivo: Mm
Tirada: 1d100
Resultado: 95(-10)=85
Propongo que los que saquen las peores tiradas de Mm (Es decir los más lentos en ese tramo) dejen paso al resto siempre que el camino lo permita sin provocar una situación de riesgo.
De este modo evitaremos los tapones. Y si alguien queda rezagado, tampoco importa. Porque al llegar abajo puede coger al resto del grupo cabalgando un poco más rápido.
Hago mi tirada de Mm. Si he calculado bien, mi resultado es de 60%. Asi que intento adelantar posiciones en el grupo. Siempre que no provoque una situación de riesgo. Si eso no es posible, me quedo donde estoy
RESOLUCION TURNO 118
El continuo torrente de agua que caía desde lo alto era notablemente caudaloso. Aquella cascada, el Rauros, hacía que el Anduin tuviese que salvar una buena altura. En su descenso, miles de curiosas gotas de agua se separaban de la corriente caprichosamente, creando una especie de bruma húmeda que bien parecía una ligera llovizna. El camino se encharcaba, el barro se hacía más presente conforme descendían y la cola de agua se desparramaba. La Escalinata Norte estaba vigilada, y no solo por los guardias, si no también por un “guardacaminos” que trataba de hacer lo que podía para mantener la senda abierta. Nada podía hacer para evitar el barro y el agua, salvo quizás acarrear algo de grijo y piedras menudas para echar en los lugares más castigados. El paso se mantenía prácticamente solo, era lo suficientemente utilizado como para que la vegetación no creciese, ni se desdibujase el sendero.
El grupo bajaba despacio, pero seguro. Ional, en cabeza, ya no dedicaba tanto tiempo a tratar de descubrir enemigos acechantes. Aun así, su descenso no era tan rápido como el enano deseaba. El naugrim podría haber imprimido un paso mayor, entre gruñido y gruñido, apremiaba al montaraz sin poder hacer nada.
Algo más atrás, los dos primeros se habían distanciado unos metros, Hallfrid bajaba más despacio aun, ensimismado por los paisajes y la magnificencia de la naturaleza que los rodeaba. Leofred lo seguía, adecuando el paso al gondoriano, y despotricando ante la posibilidad de despeñarse barranco abajo, incluso lanzo al aire la posibilidad de atarse los unos a los otros. Pero lo que él creía que aumentaría la seguridad, Edan vio como un peligro aun mayor, capaz de arrastrarlos a todos.
Larrid y los esgarothianos parecían manejarse bien, salvo Agranil, que le costaba un poco más seguir el paso y no resbalar continuamente. Los dos comerciantes aseguraban sus pasos decididamente, mientras que a Larrid no parecía costarle nada avanzar. Edan trataba de mantener una conversación con algunos compañeros, el rugido de la catarata no ayudaba nada, y no obtuvo respuestas a sus sencillas preguntas. El también podría haber ido más rápido, se sentía capaz, incluso trato de adelantar a los demás. Pero el camino era demasiado estrecho aun como para hacerlo con seguridad. Aguardo a más adelante, quizás surgiera la oportunidad.
Grimbeorn y Freagulf seguían cerrando el grupo. Al bosquimano incluso se le paso por la cabeza la idea de que Freagulf fuese una especie de infiltrado, una fuerza enemiga esperando a despertar. No podía ser, no quería pensar que fuese verdad. Sacudiendo sus pensamientos, volvió a centrarse en la ruta. El ailgratha caminaba temerosos de caer, era consciente del peligro que corrían, pero no tenía prisa por llegar abajo, e invertiría el tiempo necesario para hacerlo de manera segura.
Habían llegado a la mitad del camino de bajada, y poco a poco se suavizaban las dificultades. El sendero se iba haciendo menos empinado, se iba ensanchando y su pendiente también se hacía algo más asequible. Aún tenían un largo recorrido hasta llegar a la base del salto de agua, donde buscaban salir del riesgo de aquel terreno.
Motivo: MM Agranil
Tirada: 1d100
Resultado: 23
Motivo: MM Dorhand
Tirada: 1d100
Resultado: 54
Motivo: MM Egorant
Tirada: 1d100
Resultado: 54
Motivo: MM Larrid
Tirada: 1d100
Resultado: 92
► Anotad el próximo turno como “Turno 119”
► Resultados: Hallfrid (20%), Leofred, Ional, Freagulf y Grimbeorn, (30%), Edam y Gwalin (60%).
► Vuestra menor tirada ha sido del 20%, lo que implica que el primero de los tramos lo completáis en un 80% más de tiempo (es decir, 24 minutos extras, un total de 54 minutos en el segundo tramo, casi 2 horas hasta la mitad del camino).
► Hagamos una sola tirada para la mitad que resta del camino (por no alargar esto). Esta vez la dificultad baja hasta “Escasa dificultad”. Un Fallo puede haceros caer.
► En este último tramo, se puede sobrepasar a los compañeros, por si cuaja la idea de Edam (o el mismo quiere llevarla a cabo)
► Resolución del próximo turno: Martes 05-01-19
Turno 119
El terreno se iba abriendo y la dificultad que suponía bajar el peligroso tramo del cortado iba dejando paso a la facilidad de la falta del mismo, donde el desnivel era mucho menor.
El enano, acostumbrado a moverse entre las piedras, ricas y desniveles peopios de sus ciudades subterráneas parecía nk tener problema en moverse por la sinuosa escalera, aunque la humedad acompañada de las plantas y el barro que se creaba poco ayudaba a moverse.
Tampoco ayudaba su edad, que aunque no lo reconociera, Gwalin tenía ya sus achaques y dolencias que le hacían más dificutoso y en ciertos momentos doloroso teber que moverse por esos derroteros.
Sin queja por eso, el hijo de Durin bajó la escalinata gruñendo. Y es que el joven Ional seguía retrasando su marcha, pese a que ya se movía mucho más rápido tras haberle sugerido que fuera un poco más rápido como solo un enano puede hacerlo: con una sonora bronca y varios empujones.
-¡¡Niño!!, ¡deja de buscar gamusinos! Que lo que vas a conseguir es que te despeñes. Gggrrrrrmmmmmm -gruñía cada poco el guerrero.
Motivo: MM con cota de malla
Tirada: 1d100
Resultado: 50(+25)=75
Aunque vaya más deprusa o adelante a Ional, no me separo del grupo.
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Escrito desde el móvil, que estoy de viaje. Por eso no he puesto negritas, ya lo arreglaré cuando vuelva...si puedo.
TURNO 119
El joven campesino continuaba descendiendo lentamente por el sendero, abrumado por la maravilla que lo rodeaba. De tanto en tanto, sus compañeros debían de gritarle, o hacer algún gesto para que dejara de mirar embobado a la distancia y se pusiera nuevamente en movimiento.
Mientras avanzaba, HALLFRID no tenía demasiados inconvenientes. Más allá de algún resbalón ocasional, o de la repentina reticencia de su montura para cruzar una porción particularmente desgastada del sendero. Pero eran las continuas detenciones para observar el paisaje lo que retrasaban su marcha.
Tanto, que su marcha se había vuelto bastante predecible. Una apurada carrerilla hasta llegar junto a aquellos que marchaban en cabeza del grupo, y luego detenerse a disfrutar de la vista y de la fresca bruma que le mojaba el rostro. Invariablemente, lo que iban por detrás suyo, en algún momento llegaban hasta su posición, y debían apremiarlo para que avance. Pues muchas veces HALLFRID se abstraía tanto en su contemplación que parecía olvidarse del resto.
En una de esas tantas detenciones, el muchacho creyó oír que alguno de los demás se dirigía a él, probablemente el llamado EDAN, por el tono de la voz. Pero el rumor del Rauros era tan intenso a esa altura, que le fue imposible al joven escuchar casi nada. De modo que solo atinó a indicarle con una aparatosa seña al rohir su propio oído, dándolo a entender que le era imposible saber que decía.
Sin embargo, en un tramo más tranquilo del descenso, HALLFRID aprovechó un recodo particularmente amplio de la escalera para intentar acercarse a la posición de LEOFRED, y le consultó en voz alta, casi a los gritos, como para que todos pudieran oírlo en las inmediaciones.
- ¿No debería estar por aquí la tumba del gran Boromir?
Motivo: MM
Tirada: 1d100
Resultado: 41
Motivo: Percepción
Tirada: 1d100
Resultado: 62
Jefe, también te dejo una tirada de Percepción, por si es posible que Hallfrid detecte alguna particularidad destacable en el terreno que lo rodea. Me refiero al paisaje en general, lo que se pueda ver a la distancia y aprovechando la altura. No le puse el modificador, pues no se como influyen las prisas y la bruma. Pero no lleva casco, ni nada.
Turno 119
El descenso continuó lentamente. Ya que era su primera vez, el norteño no sabría decir si el ritmo era el deseado o si marchaban ralentizados. En lugar de eso, siguió concentrado en cada paso que daba aunque pudo advertir como Edan intentaba hablar con Hallfrid y Leofred, aparentemente con poco éxito, dado el rugido del Rauros.
Por suerte, la escalinata (si es que podía llamársele asi a aquella senda) se hizo menos abrupta y pendiente hacia la mitad del recorrido. Incluso el paso era menos angosto a partir de aquel punto. Aquello podía beneficiar el ritmo de la marcha pero no por ello podían confiarse. Grimbeorn echó un vistazo a su espalda para asegurarse de que Freagulf seguía cerrando la comitiva y luego prosiguió a su ritmo. Despacio pero seguro.
Fue en algún momento posterior que, por encima del estruendo de la catarata, oyó la voz del campesino aunque no estaba seguro de lo que había querido decir. - ¿Por qué debería estar por aquí esa persona? - El animista gritó a su vez, tan alto como pudo. Quizás Hallfrid preguntaba por algún conocido pero la razón por la que alguien querría estar en aquel sitio, salvo por la más lógica de salvar el desnivel, se le escapaba.
Motivo: MM
Tirada: 1d100
Resultado: 21(+5)=26
Turno 119
Edan tenía su parte de razón... aunque a Leofred no le gustaba la idea de caer al abismo tras un resbalón. Pensó en atar la cuerda al caballo, pero el animal no podría afianzarse si Leofred tropezaba y la bestia pesaría mucho para él si ocurría al contrario.
Por suerte sus temores estaban infundados, un tramo más adelante sus pies encontraron una zona de suelo más firme donde podía pisar con seguridad y el paso de Leofred se volvió más veloz, lo que aprovechó para seguirle el ritmo a Edan, que ya se había adelantado. - No ejerzo un oficio propiamente dicho. Voy de aquí allá, a veces hago de cuentacuentos, otras de músico o acróbata, y en alguna ciudad he llegado a impresionar con mis trucos de manos. - para ilustrarlo sacó una moneda, la sostuvo a la vista ante él, y en un único movimiento de la mano hizo parecer que esta desaparecía. - Palabra, que ojalá fuera igual de fácil hacer este truco al contrario, te lo aseguro. -
A Leofred no le era totalmente desconocida la historia de Gondor, y de haber oído hablar de Boromir tal vez se habría unido a la conversación, pero el rugido del Rauros y la distancia que lo separaba de Hallfrid se lo impidieron - ¿Y vos, Edan? ¿Cuales son vuestros quehaceres cuando no estáis dando caza a los salvajes del este? -
Motivo: MM
Tirada: 1d100
Resultado: 84(+30)=114
Motivo: Maña (impresionar a Edan)
Tirada: 1d100
Resultado: 83(+30)=113
TURNO 119
Ensimismado todavía en la comtemplación del paisaje, Hallfrid se había ido retrasando, y algunos de sus camaradas lo habían ido sobrepasando, aprovechando los tramos más amplios de escalinata que empezaban a hacerse más frecuentes.
En uno de estos tramos, un recodo particularmente abierto que daba casi justo por encima de la catarata, el muchacho se detuvo a atisbar en la lejanía, buscando huellas del pasado glorioso de su pueblo...
- Porque aquí cayó. Luchando valientemente contra los siervos de la Sombra. - le respondió al llamado Grimbeorn cuando éste llegó junto a él, su mirada todavía perdida en insondables ensoñaciones - O eso es lo que dicen algunas historias.
- Otros comentan que fue corrompido por el poder del Maligno, y se enfrentó al propio rey Elessar, que acabó piadosamente con su vida.
- Supongo que nunca lo sabremos. Aunque mi abuelo decía que nuestro noble rey lo tenía en gran estima, pues siempre mencionaba con orgullo los días que habían pasado juntos en el camino.
- De todos modos, si en algo coinciden las historias, es en que el noble Boromir, hijo de Denethor, de la línea de los Senescales, encontró su fin en algún lugar por aquí cerca, con el rugido del Rauros entonando los cantos fúnebres... quizás haya alguna señal que indique el lugar.
Turno 119
Paso a paso el final de la escalinata se aproximaba a los viajeros. La pendiente se suavizó y el ancho del sendero hizo posible que mercenarios y comerciantes se reuniesen en algunas partes del mismo. El ánimo de Edan, como el del resto de sus compañeros mejoró levemente.
El nerviosismo y la impaciencia dieron paso a un ambiente más distendido y El Rohir se entregó a algo de charla intrascendente.
-Cuentacuentos, músico, acrobata...mago sonrió levemente ...¿En cual de esas ocasiones te has visto obligado a empuñar una espada?
Edan no quería juzgar a Leofred a la ligera, más aún tras el juicio erróneo que se habia formado sobre Larrid, pero las palabras del Rubió desgarbado no le infundieron mucha confianza. Por lo que había podido ver de él, más parecía un bardo de cantina, que un mercenario.
Mercenario soy, y este es mi trabajo Leofred. respondió finalmente a su pregunta. No hace mucho cuidaba el ganado en una granja, y a decir verdad, la mayoría de mis encargos no prometen tanto peligro cono el que nos ocupa....pero Tsk... chasqueó la lengua ...si las cosas fueran siempre fáciles, los hombres como Agranil no necesitarian de nuestros servicios... tras aquella reflexión Edan siguió caminando y en un nomento del descenso se acerco a Larrid para conocer de primera mano cuales serian sus próximos movimientos.
Motivo: Mm
Tirada: 1d100
Resultado: 49(-10)=39
Tiro MM
Pregunto a Larrid que haremos cuando baje os la escalinata. Ruta a seguir, si retomaremos el descenso en barca, o cuando cruzaremos el río. Recuerdo que dijo que quizas nos encontrariamos con otro hombre, o que habría dejado señas.
Turno 119
Pese a que el terreno se iba haciendo cada vez más fácil y cómodo de transitar, Ional seguía moviéndose con cautela por si encontraba algún enemigo acurrucado detrás de cualquier roca o tronco de árbol por el que pasaran mientras bajaban.
Pero a su espalda escuchaba los gruñidos del enano que finalmente le pasó, harto de que el dunadan siguiera marchando más despacio que él.
Tranquilo maese Gwalin, es mejor asegurarse de que nuestros enemigos no nos acechan o emboscan que bajar rápido y sin tomar las debidas precauciones.
Motivo: MM
Tirada: 1d100
Resultado: 43(+5)=48
RESOLUCION TURNO 119
La peor parte había pasado. La primera mitad del camino era la que podía considerarse más peligrosa, conforme bajaban el camino se ensanchaba, y atenuaba su pendiente considerablemente. Por otra parte, abajo había más humedad, si es que era posible, y literalmente era como si una ligera y continua lluvia regase todo. También el rugido del agua se escuchaba con más fuerza, ensordeciendo las palabras y obligando a elevar la voz.
El sol brillaba aquella mañana, podía verse como sus rayos de luz creaban arcoíris al reflectarse en las gotas suspendidas. El frio seguía presente, y el agua no ayudaba a mitigar esa sensación helada que los acompañaba durante todo el descenso. La corriente de aire era cambiante, desde abajo la cascada y su agua subía constante, pero de cuando en cuando una racha lateral recorría el camino horizontalmente.
Al frente Gwalin seguía instando a Ional, que era el que iba en vanguardia, a que se centrase en el camino. El joven era enérgico, sin duda, tanto como desconfiado. Le costaba encontrar buenos apoyos, y como otros más atrás, resbalaba de cuando en cuando, lo que hacía ralentizar su paso para estar seguro. No era como antes, esta vez la anchura del camino permitía alguna licencia más para tratar de aumentar el ritmo. El enano iba cómodo, parecía haberle cogido el paso al camino, aun así, estaba deseando llegar al final.
Llegaron a una zona más ancha, que permitía incluso poderse sobrepasar los unos a los otros. Aprovecharon para entablar conversaciones y poder detenerse a admirar las vistas. Hallfrid era uno de ellos, se maravillaba con todo lo que desde allí se poda ver. Cierto era que la bruma creada por la cascada, dificultaba la visión, pero las rachas de viento cambiante ofrecían ventanas a unos paisajes abrumadoramente hermosos. El gondoriano y Grimbeorn entablaron una conversación cuando Hallfrid pregunto por la tumba de Boromir, el bosquimano no tenía claro de quien se trataba, y de por qué debería de estar allí su tumba. Sorprendido de que aquel hombre no conociese la historia de aquel héroe, no dudó en relatarle parte de las historias que lo encumbraban como héroe.
Edan y Leofred iban detrás, a pocos metros de sus compañeros. El bardo era habilidoso con las manos y mientras contestaba al rohirrim la pregunta que antes le hizo, realizaba un truco con las manos para sorprenderlo. Hizo desaparecer una moneda antes sus ojos, y lo hizo tan bien que Edan se quedó extrañado. El mercenario se revelo como tal, alguien ducho con las armas y la lucha, como despreciando la labor que Leofred podía ofrecer al grupo y sin tener en cuenta que aquel tipo tenía más que ofrecer que hacer desaparecer monedas.
Los esgarothianos, Larrid y Freagulf, quedaron rezagados. No porque no se les diera bien bajar, sino porque iban en silencio, sin perder el tiempo en conversaciones banales, centrándose en el camino. Todo el grupo agarraba las riendas de sus monturas cargadas, todo parecía ir mejor en aquel último tramo. Larrid respondía a las preguntas de Edan, interesado en el siguiente paso a dar. Larrid ya lo había explicado en la cena, en Tir Anduin, pero lejos de molestarse, volvió a repetir lo ya dicho. Bajarían otro tramo de rio, navegando de nuevo, hasta desembarcar en la orilla este. Desde allí, a caballo, llegarían a Caras Gwidor. Si todo iba bien, antes que los orientales.
Cuando llegaron abajo, otro pequeño destacamento de guardias, de igual porte que los de arriba, les dio la bienvenida amable sin interponerse en su camino. No se habían cruzado con nadie en el descenso, y no esperaban que nadie más bajase. De alguna manera se comunicaban con sus compañeros.
Ante el grupo, se habían reunido todos ya, se presentó un nuevo poblado. No eran más que un grupo de casas, similares en tamaño y hechura a las que habían encontrado arriba, solo que estas estaban más alejadas del rio. Los guardias les indicaron que el embarcadero estaba más abajo, lejos de la cascada. Había casi un kilómetro desde el final del camino hasta el muelle.
Motivo: MM Freagulf
Tirada: 1d100
Resultado: 86(+15)=101
Motivo: MM Larrid
Tirada: 1d100
Resultado: 70
Motivo: MM Agranil
Tirada: 1d100
Resultado: 47
Motivo: MM Dorhand
Tirada: 1d100
Resultado: 54
Motivo: MM Egorant
Tirada: 1d100
Resultado: 59
► Fin del capítulo 1
► Resultados: Grimbeorn y Edan (60%), Ional (70%), Hallfrid (80%), Freagulf, Leofred y Gwalin (100%).
► Vuestra menor tirada ha sido del 60%, lo que implica que el primero de los tramos lo completáis en un 40% más de tiempo (es decir, 24 minutos extras, un total de 84 minutos en el último tramo, 3 h y cuarto hasta el final del camino).
► Continuamos en el Capítulo 2: Aun hay esperanza.