Traducción
- ¿Cómo has aprendido nuestra lengua, bastardo? - pregunto con cierto desdén uno de ellos.
- Suéltanos, o caeréis bajo nuestras flechas. - dijo el otro con violencia en su voz, mirando hacia las rocas, para después escupir a un lado.
Dejo en tu mano el ir traduciendo o no sus palabras.
Si posteas que vas a ir traduciendo todo, ya hago yo lo hago yo directamente en las intervenciones de los orientales (digamos que según hablan/hablas vas traduciendo).
Si por el contrario prefieres ir haciéndolo tu, me parece bien también.
En cualquier caso, mantendremos en el roleo el idioma oriental (yo elegí un lorem ipsum en el idioma Lëtzebuergesch pero tu puedes inventártelo si te place), y luego en notas, la traducción. ¿ok?
Traducción
- ¿Méi Well Ronn lengua am, wee koum Stret do? - pregunto con cierto desdén uno de ellos.
- hie an iw'rem erwaacht. - dijo el otro con violencia en su voz, mirando hacia las rocas, para después escupir a un lado.
Subrayo y traduzco las palabras que logras entender.
Con Grado 1, solo serán palabras sencillas y verbos básicos, si están sin conjugar.
Para hacer la narración más fluida-realista, creo que estará bien que sea yo quien traslade lo que digan los orientales al resto del grupo. Por si te interesa, puedes usar el Lëtzebuergesch en google translate (aparece como "Luxembourgish")
El rostro del bardo se iluminó cuando se dio cuenta de que realmente podía entender a los orientales. Tenían una forma de expresarse mucho más tosca en comparación a lo que sabía de aquella lengua, pero no tenía dificultad en interpretar el significado de sus palabras. - kuckt ronderëm Dir mengt Dir datt mir Angscht hunn fir Iech? -1 - Dir sollt eis besser soen wat mir wësse wëllen, oder soss wäert Dir vill Péng leiden. -2 respondió a su bravuconería antes de volverse hacia sus compañeros.
- Aún tienen suficiente ánimo para intentar intimidarnos, no parecen muy ansiosos por colaborar. Habrá que convencerlos. -
1- Mira a tu alrededor ¿Crees que nos asustan tus amenazas? -
2- Será mejor que respondáis a nuestras preguntas, o sufriréis. -
TURNO 620
No hizo falta decirle nada más al enano, quien se acercó mirando fíjamente a quien parecía que hablaba con más desprecio y enojo, y le soltó un botón con el dorso de la mano. No fue muy fuerte, pero la cota de malla de sus guantes eran peor que la fuerza empleada.
Se le quedó mirando unos segundos, esperando que le dijera algo, lo que fuese, daba lo mismo pues no entendía su lengua. Y cuando fue a decir algo más le dio otra bofetada, igual que la anterior pero en la otra mejilla y con el otro guantelete. Gwalin ni se inmutó, parecía una escultura de hielo de un guerrero enano.
Pero Gwalin no era ningún torturador ni mucho menos. Por dentro, el naugrim recordaba a sus compañeros caídos, Freagulf y el joven Ional. Habían convivido poco tiempo, pero el tiempo compartido había sido muy intenso en emociones. Y esas mismas eran las que guiaban la mano del enano contra sus enemigos capturados.
No quiero matarles, solo intimidarles y que sientan dolor.
Turno 620
A Edan le sorprendió ver como Leofred se pronunciaba en la lengua de los orientales... Apenas pudo distinguir una palabra, pero la construcción de las frases no dejaba lugar a equívoco.
En su desmoralizante visión del mundo no había cabida para los buenos augurios, y el rohir no estaba seguro de que interrogar a aquel par fuese a servir de algo. No al menos conscientemente, pero por lo que podía percibir, al menos uno de ellos era de mecha corta, tal vez si los separaban pudiesen confundirlo lo suficiente como para obligarlo a cometer un error.
Mientras el bardo y el enano se divertían con ellos, se acercó Larrid y lo invito a alejarse un poco para hablar.
Vale, tengo una idea. Se la comento a Larrid en voz baja y alejado de los orientales por si acaso.
La idea es separarlos por si alguno de los dos tiene influencia sobre el otro y:
1 Hacerles creer que hemos encontrado a los que quedaban sin especificar cuantos eran, o si eran mujeres o ancianos o eruditos... Para ver su reaccion.
Por ejemplo podemos decir que matamos a uno, pero otro escapó. Y decirles que si nos confiesan donde está la cota le predonaremos la vida. Tal vez se vayan de la lengua y nos digan cuantos eran, o se muestren extrañados... Algo podremos sacar de su reacción.
2 Si eso no funciona y no averiguamos nada, intentar la mítica de las películas. Decirle que su compañro ya confesó y dar una version, preguntarle si es cierta, y decirle que si nos dice la verdad lo recompensaremos con la libertad, un caballo y provisiones para una semana para dos personas una vez recuperemos lo que venimos a buscar.
Si se niegan estaremos como hasta ahora. Pero si hablan tendremos dos versiones para poder contrastar antes de que se pongan de acuerdo.
Turno 620
- Separémoslos - dijo asintiendo a las palabra de Edan.
- Os dejaré una cosa bien clara - dijo dirigiéndose a todos - el próximo que les haga daño puede volverse por donde hemos venido - advirtió, mirando al enano esta vez - no permitiré esa clase de comportamiento mientras yo siga al mando - continuó muy seriamente - Esos hombres serán juzgados por la muerte de nuestros compañeros, y su suerte será decidida por otros.
RESOLUCION TURNO 620
Grimbeorn primero, y Edan después, fueron los primeros en expresar sus inquietudes. A ambos les escamaban ciertos aspectos de todo lo que les había sucedido. Mientras que el enano pensaba que el resto de los orientales no podía estar muy lejos. El bosquimano se preguntaba como era posible no haber visto su estela de polvo, o como habían sido capaces de coordinarse para un ataque conjunto. No había respuestas a aquellas preguntas, no al menos con el suficiente peso como para explicarlo todo.
Después, el rohir se dedicó a hurgar entre las pertenencias de los salvajes, con la esperanza de encontrar algún objeto sobresaliente, lamentablemente el enemigo no parecía disponer de ningún objeto especial, tan solo buenas lanzas y armaduras de aceptable manufactura. Hallfrid, recuperado, se dedicó a vigilar los alrededores sin alejarse demasiado.
Los dos orientales habían terminado por despertar. El golpe que cada uno de ellos recibió de manos de Larrid, les dejó varias horas inconscientes. Mientras se recuperaban y su cabeza dejaba de dar vueltas, tomaron consciencia de la nueva situación. Atados de pies y manos, estaban sentados espalda con espalda y sujetos por otra cuerda entre ellos. Eso no les dejaba mucho espacio para moverse, aunque tampoco trataron de hacerlo en cuanto vieron que estaban rodeados.
Enseguida, al verlos despiertos, el enano se acerco a ellos para quedarse mirándolos amenazadoramente, mientras Leofred hizo el primer contacto. Con sutiles palabras y voz serena pero dura, pregunto en la lengua común primero, y en otras que conocía después, si podían entender sus palabras. Cuando el bardo hablo en una lejana legua del este, fue cuando reaccionaron. Era un idioma que conocía, estudiado en su juventud y cantado en escasas ocasiones. Sin embargo, lo recordaba y lo hablaba con bastante fluidez.
Leofred iba traduciendo lo que decían, y lo que él mismo les preguntaba. Los orientales aún se atrevían a plantar cara y a amenazar a sus captores. El bardo se vio obligado a plantear sus propias amenazas, que fueron acompañadas por un par de golpes por parte del enano. Los rostros de los hombres del este se tornaron más en una mueca de ira que en una de miedo. No se amedrentaron por los bofetones de Gwalin, más bien les provocó una rabia mayor. No lograron una palabra más, por mucho que Leofred siguió preguntando.
Larrid no aprobaba aquella clase de comportamiento, si ellos mismos se convertían en bestias, de nada servía luchar contra el mal que los acosaba desde el este. El guerrero había acabado con la vida de algunos de sus enemigos, pero aquello era distinto, lo hizo en plena batalla, defendiéndose. Ahora los tenían a su merced, atados y bien vigilados. No había necesidad de usar la violencia contra ellos.
Siguiendo las sugerencias de Edan, desataron a los dos orientales, manteniendo sus pies y manos fuertemente asegurados. Fueron llevados a distintos lugares, en lados opuestos del campamento, fuera de la vista el uno del otro. Tenían un plan entre manos, y lo llevarían a cabo.
► Anotad el próximo turno como “Turno 621”
► No quiero adelantarme, prefiero dejaros a vosotros relatar vuestras triquiñuelas.
► Los que interactuéis con ellos, tirar por Influencia, dificultad “Extremadamente difícil”. Esa dificultad bajará en un nivel por cada grado que se tenga en el idioma Logathig (Por ejemplo, para el que tenga un nivel 5 la dificultad será “fácil”).
► Resolución del próximo turno: miércoles 24-06-20
Turno 621
Recostado en una roca, el animista observaba el devenir de los acontecimientos una vez los orientales recobraron la consciencia. Las reacciones no se habían hecho esperar y Gwalin fue el primero en interrogar a sus atacantes... con la suave caricia de us guante de cota de malla. Lo sorprendentte vino de la mano de Leofred; el bardo parecía conocer la lengua de los orientales y parecían estar comunicándose pero, a juzgar por las reacciones y los planes, ambos incursores no parecían muy dispuestos a cooperar.
El norteño se limitó a observar un rato. Estaba seguro de que, en los distintos apartes, cada uno le había dado a Larrid sus ideas para obtener información de los orientales. Por ello, no tendría sentido hacerlo. En lugar de eso, Grimbeorn observó un rato más los alrededores mientras descansaba antes de levantarse y aproximarse a Larrid en un momento de mayor calma.
- Tal vez peque de paranóico pero no creo que necesitemos a todos para interrogar a los orientales. Con uno o dos para preguntarles debería ser suficiente. Leofred parece hablar su lengua y otro podría ayudarle, pero los demás deberíamos vigilar, incluso mientras reposamos. Tengo la sensación de que no estamos solos, de que podrían aparecer en cualquier momento más hostigadores orientales para tratar de liberar a sus compañeros. - Mientras hablaba en voz baja, recorrió con la mirada las faldas de las montañas, por si pudieran ocultar a otros orientales al acecho, esperando las tinieblas de la noche para rescatar a los prisioneros.
TURNO 621
La advertencia de Larrid teñida de amenaza, no molestó al enano en absoluto. Gwalin tenía las espaldas anchas y curtidas de experiencias como esa o parecidas a esa. El guerrero sabía que no eran como ellos y que no podían comportarse como ellos y de hecho lo había demostrado. Él mismo había curado a los prisioneros y les había llevado a la sombra. Sabía distinguir entre el desprecio a la vida de la batalla y la humanidad en la vida cotidiana.
Lo malos es que no tenían tiempo. No si querían sacarles información. Pero él no mandaba, era un simple guerrero contratado, un mercenario que se debía a un señor y a un jefe de grupo. Así, el enano, tras aguantar estoico la regañina de Larrid mirándole a los ojos sin pestañear ni mover un solo músculo de su cara, se quitó sus guantes de malla, acompañados de su sempiterno gruñido, y los dejó junto con sus atuendos cerca de la hoguera.
Al volver escuchó como Grimbeorn hablaba con sus compañeros. El bosquimano creía que aun estaban vigilándoles en algún lugar cercano. Era posible, pero el guerrero no lo creía. Si habían robado una cosa era porque alguien se lo había pedido o serviría como presente o posible venta. No creía que volvieran a por los que quedaban y lo hizo saber.
-Gggrrrmmmmm nnooooo, no creo que se hayan quedado por los alrededores -dijo el guerrero-. Puede que se hayan quedado a ver el resultado de la contienda y luego hayan huido. Eso o han quedado en algún lugar a varios días de camino, o incluso en el propio destino.
Gwalin sabía que sus palabras eran producto de su intuición, no de un hecho fehaciente, al igual que la opinión de Grimbeorn. Así que se encogió de hombros y miró a sus compañeros negando con la cabeza, dando a entender que solo era una suposición.
-Lo que es seguro es que los que están ahí lo saben y lo malo es que no tenemos toda la vida para sonsacarles el paradero de sus compañeros -dijo mirando a los prisioneros, a los que habían separado acertadamente para el naugrim-. Yo no hablo su lengua, ni sé pensar en sacar la información retorcídamente, así que me quedaré haciendo guardia para que el animista se sienta más seguro -Gwalin miró a su compañero y esbozó una sonrisa que duró solo unos segundos.
Yo si queréis puedo estar cerca para intimidarles, pero si no me quedo haciendo guardia.
Turno 621
Larrid accedió a la petición del rohir, y los prisioneros fueron separados.
Seguía sin depositar mucha confianza en aquel interrogatorio, pero no perdían nada por intentarlo, y aunque no pudiesen obtener la localización y el número de orientales huidos de boca de sus enemigos, al menos podrían desechar opciones y quizás confundirlos para que confirmasen algunas de las sospechas que barajaban.
Su conocimiento del Idioma oriental era apenas iniciático. Sabia decir "sí, no, gracias, hola,adios..." palabras como "comida" o "ayuda"y el significado de algunos verbos sin conjugar, pero nada lo suficientemente consistente como para mantener una conversación con ellos, de modo que se acercó a Leofred y le contó su plan.
Al principio el bardo se mostró escéptico, pero entre ambos lo moldearon hasta que fué del agrado de todos.
La idea era sembrar cierta confusión entre ellos, interrogarlos por separado para poder contrastar sus versiones, y, llegado el momento hacerles pensar que su compañero había confesado.
Para ello se le ofrecería comida, agua y tambien una serie de comodidades, como por ejemplo aliviar sus ataduras.
Estaba claro que los prisioneros intentarían comunicarse entre ellos, algo difícil de evitar. Por eso Edan creia importante, antes de poner en práctica aquella estratagema, descubrir cual de ellos era mas débil de mente, si es que alguno de ellos lo era. Ese sería su objetivo. Se le ofrecería una serie de dádivas, que cuando menos harian desconfiar a su compañero..
Para ello haria falta también cierto grado de intimidación. Edan habló con Larrid para explicarselo. Habría amenazas y hasta cierto punto, coaccion, no se planteaba el hecho de ejecutarlas, pero era importante que los orientales no lo supieran.
Una vez todo estuvo dispuesto, empezaron su representación.
No disponian de mucho tiempo, Larrid había compartido su intención de retomar la marcha al dia siguiente, por lo que con confesión o sin ella, deberían partir, arrastrando con ellos aquellos salvajes.
Vale, en principio roleo que seguimos adelante con el plan hasta donde todos estamos de acuerdo.
Sigo pensando que soltar a uno seria más provechoso, pero como no hay consenso tiraremos palante con la primera parte del plan.
Mi idea es hacer un par de preguntas a cada uno para meterles miedo. A ver si alguno de ellos es mas débil de mente que el otro.
Si es así, usaremos a ese como cebo. Ya que será mas creible por parte del otro. Ellos se deben conocer mejor y si uno es mas débil el otro lo sabrá.
Sino, sencillamente escogeremos a uno al azar.
Dejaré que Leofred haga las preguntas. Mi nivel de Logathic es solo 1. Asi que es más probable que si hablo complique las cosas.
Como posibles preguntas para la segunda parte del plan dejó las siguientes que se me ocurren.
1 Cuantos son?
2 De que armas disponen?
3 Caballos, provisiones?
4 A donde se dirigen?
5 Que piensan hacer con la mercancía (cota)?
6 A que distancia se encontraban cuando empezó la lucha?
Personalmente también les soltaria alguna mentirijilla para ver como reaccionan.:
1_ Larrid y Leofred han encontrado su rastro y sabemos en que dirección han huido.
2_ Si rinden armas cuando los alacancemos les perdonaremos la vida
3_Un gran ejercito de Gondor avanza hacía Rhovanion. No hay esperanza paralos orientales
4_ Les podemos devolver las pertenencias de sus compañeros caidos si colaboran. (Variante, alguno de ellos les vendió y lo dejamos huir, ahora debe estar camino a su hogar...)
Que Leofred decida si usa alguna de mis propuestas o si quiere añadir alguna^^
Turno 621
Las palabras de Larrid calaron muy hondo en un instante. Sin duda habían actuado aún con la sangre caliente, pero tampoco había modo de que pasasen por alto que los orientales habían tratado de matarlos. Tendrían que intentar encontrar un equilibrio y llevar el interrogatorio a buen puerto sin volverse ellos mismos unos salvajes.
Una breve discusión con Edan bastó para esbozar un plan en líneas generales. Aunque no estaba especialmente predispuesto a mentir, incluso a gente como ellos, lo haría si no veía la posibilidad de obtener la información que querían; pero primero intentaría sonsacársela por las buenas, y averiguaría lo que pudiera sobre ellos.
En contra de la recomendación de Larrid, Leofred pidió que los prisioneros estuvieran a la vista entre ellos, aunque a varias decenas de metros, lo suficiente como para no poder escuchar. Si quería sembrar la duda entre ellos no podía hacerlo directamente, tenía que ser muy lentamente y no dejar ver sus intenciones; dejaría a la propia imaginación de los orientales pensar que el otro les estaba vendiendo.
Se sentó frente al primero de los dos con impaciencia. El que ya le había dirigido la palabra antes. Parecía tener mucho ímpetu, y personalmente dudaba de que fuera a decirles exáctamente lo que querían saber, pero tal vez llegase a hablar de algo. Ya antes de comenzar a hablar dio un largo trago de agua de su cantimplora. Llevaban bastante tiempo dormidos y aún no les habían dado de beber, con suerte, ese simple gesto le recordaría la sed.
- Dir sidd net domm, Dir hutt gutt Männer ëmbruecht an Dir wësst wat fir Iech do waart. Wann Dir eis Froen beäntwert, kënne mir Iech liewe loossen, gnädeg sinn, och léif; wann Dir awer decidéiert ze roueg net erwaart eis Sympathie vun eis. -1 dejó la frase en el aire, sin ofrecer nada concreto. Ya se esperaba recibir como única respuesta un silencio incómodo y había preparado otra frase para pincharle en el orgullo, a ver si así le tentaba a soltar un poco la lengua, aunque fuese para recibir más insultos. - Wann Dir doriwwer denkt, schéngt et wéi eng domm Iddi dëst doud Land ze iwwerschwätzen. Hutt Dir verluer? Är Lännere si vill méi nërdlech. -2
Eventualmente aquello se tornó en lo que debía ser, un interrogatorio, y Leofred formuló las primeras preguntas. Comenzó por las que le parecían más inocuas o más evidentes (Para qué robaron la cota... adonde se dirigían con ella... porqué recorrer la mitad del territorio enemigo en lugar de volver a su tierra de inmediato) y que le parecía más sencillo que respondiera, ya fuese porque carecían de importancia o por accidente, y al poco terminó con las que más le interesaban en aquellos momentos (cuantos orientales quedan... cómo van armados... cuanta ventaja les sacan...)
Más tarde repetiría una conversación similar con el otro oriental...
Motivo: Influencia (Escasa Dificultad)
Tirada: 1d100
Resultado: 84(+15)=99 [84]
1- No eres tonto, habéis matado a hombres buenos y ya sabes lo que te espera por ello. Si respondes a nuestras preguntas podríamos dejarte vivir, ser clementes, incluso amables; pero si decides callar no esperes ninguna simpatía por nuestra parte. -
2- Pensándolo bien, sí que parece una idea estúpida cruzar esta tierra muerta. ¿Acaso os habéis perdido? vuestras tierras están mucho más al norte. -
No estoy seguro de cómo funciona la tirada de influencia, imagino que con al usar dificultades funcionará de forma parecida a la tabla de maniobra y movimiento. Si ese es el caso he sacado un resultado de 100%
RESOLUCION TURNO 621
Grimbeorn, Hallfrid y Gwalin permanecían atentos, vigilantes, ante la posible presencia de más enemigos por en los alrededores. Realmente no tenían la certeza de que realmente existiese tal amenaza, pero no podían dejar de pensar en la posibilidad de que así fuera. Sus ojos escrudiñaban las rocas que los rodeaban, esperando sorprender a uno de aquellos cobardes orientales, apuntándoles con una flecha. Pero nada parecía perturbar la paz en la que se encontraban. Aun así, se mantuvieron alerta.
Entretanto, los dos orientales habían sido separados, y Leofred iba y venia de uno a otro, haciéndoles preguntas. Edan, comenzó a dar agua, y mostrar algo de bonanza, pero solo con uno de los presos. Aquella era una de razones por las que habían colocada a cada oriental a un lado del campamento. Uno de ellos, vería como el otro era bien tratado, y si las cosas salían como se habían previsto, el otro podría pensar que había traicionado a su gente y querer salvarse también contando lo que sabía. No era fácil, y menos de contarlo, pero tanto el rohir como el dúnadan tenían clara su estrategia.
No fue tanto la estratagema de provocar a uno con los cuidados del otro, como la labia que el bardo tenía. De alguna manera, congraciándose con ellos, siendo algo mas duro en ocasiones, pudo sonsacar algo de información del tipo al que Edan había llevado agua y comida, al que trataba incluso amablemente. Al principio pequeñas palabras o comentarios, que Leofred fue tejiendo para crear una historia. Teorías cada vez mas elaboradas, y que se iban acercando cada vez mas a la verdad. Aunque le llevo una buena cantidad de charlas con uno y otro reo, logró saber, o hacerse una idea a grandes rasgos.
Leofred supo que habían robado la cota, y que iban a cobrar por ello, aunque al parecer aquel soldado no sabía muchos más detalles sobre quién era el mandante. También pudo averiguar que, atravesando el antiguo reino de Mordor, evitaban cruzar Góndor pues su destino final era el sur, mas allá de sus fronteras. Tampoco sabía el lugar exacto. Allí tendrían que entregar la armadura y completar el encargo. Lamentablemente aquel hombre no poseía toda la información, o al menos no contó más.
Ya tenían una idea sobre lo que les había empujado a los orientales a adentrarse en aquella inhóspita tierra, ahora solo faltaba averiguar algo sobre el resto de sus compañeros. Para ello se centró en el oriental al que Edan trataba con desdén, y al que apenas dejó dar un par de sorbos de agua. Al bardo no le costo demasiado, una vez conoció los planes para la cota, convencerlo de que su compañero ya había decido cooperar. Logró hacerle creer que, lo cierto es que el propio salvaje llego a la conclusión sin que Leofred tuviese que mentir, imitando al otro soldado podría de alguna manera salvarse.
De su boca pudieron saber que no quedaba mas que otro oriental, el único que había quedao al cuidado del campamento y de un prisionero. Aunque no estaba seguro de si seguirían allí dado el tiempo que había pasado. Al no volver el grupo, podría haber huido.
Aquello era cuanto pudieron sonsacar a los orientales, que se lanzaban rabiosas miradas al verse visto obligados a contar mas de lo que querían, por creer que el contrario ya lo había hecho. Larrid había seguido de cerca el interrogatorio, quedando bastante contento con el dúnadan y su conocimiento del idioma de los salvajes. Su manera de embaucar a los dos capturados fue clave para hacerlos hablar.
Para cuando quedaron satisfechos, ya había pasado casi toda la tarde, y la noche comenzó a acercarse. El sol iba ocultándose, tras las montañas, estirando las sombras y desvaneciendo las ultimas luces del día. Una bajada de temperatura se producía tras la puesta del sol, el aire volvía a recordar que aunque el invierno había terminado ya, todavía haría frio una temporada.
Ahora había que tomar una decisión, y ver que podían hacer a continuación.
► Anotad el próximo turno como “Turno 622”
► Cae la noche
► Recuperaciones:
- Grimbeorn recupera 12 PV’s. Aún le quedan por recuperar 8 PV’s.
- Edan recupera 7 PV’s. Restaura todos sus PV’s.
- Gwalin recupera 12 PV’s. Restaura todos sus PV’s.
- El resto ya tenia todos sus PV’s al completo.
Turno 622
La tarde transcurrió entre idas y venidas. Edan acompañaba al bardo en sus interrogatorios y desempeñaba su papel con diligencia. Escéptico por naturaleza, tuvo que rendirse ante la evidencia a medida que Leofred los iba poniendo al tanto de sus avances.
Si lo que decían los orientales era cierto, solo restaba uno de ellos, no habria llegado muy lejos, y además, tenían un prisionero!
Aquella noticia les sorprendió. Todos tenian reciente la muerte de Freagulf, Ional e Ibenar. ¿Quien podría tener el suficiente valor como para mantenerlo vivo?
Aquella revelación arrojaba multiples posibilidades, y por primera vez Edan sintió que su pequeña aventura se había tornado en algo más grande.
El joven no sabía mucho de política, pero no hacia falta ser un genio para comprender ciertas cosas. Los pueblos orientales se volvian hacia el oeste. Cientos, tal vez miles de guerreros se congregaban en torno al mar interior. Y el reino empezaba a prepararse para la guerra, en reaccion a las siniestras nuevas que llegaban desde Rhovanion. El hecho de que aquellos orientales tuviesen ordenes de dirigirse al sur, solo podia significar una cosa. Si la amenaza del Este unía fuerzas con los pueblos sureños al otro lado del Anduin...
Gondor debe saber esto...finalmente habia puesto voz a sus pensamientos. Se habian separado de los prisioneros para poder parlamentar y Edan fué el primero en hablar.
...cuando lleguemos a Tir Anduin, debemos poner al ejercito al corriente. Deben partir palomas y correos a caballo de inmediato.
El descanso le habia sentado bien, apenas mostraba sintomas de fatiga, y solo algunos moretones y arañazos visibles, daban fé de la batalla que acababan de librar. Pero el rostro de Edan había perdido parte de su color. Lo que antes parecía una amenaza lejana e incierta, se volvía mas sólida e inminente a medida que pasaban los segundos. Si sus sospechas eran ciertas ya nadie estaba a salvo, ni siquiera los que vivian al otro lado del rio grande.
Aldhbur y la granja de su familia, estaban en el Folde Este. Si habia guerra, si el enemigo lograba cruzar el rio, serian los primeros en probarla. Los ojos de Nayawin y los niños se dibujaron en su mente. No lo permitiría.
...pero antes debemos recuperar la cota, y liberar al prisionero. Cueste lo que cueste. sus palabras se perdieron en el calor de la tarde mientras sus ojos escrutaban a los prisioneros en la lejania.
Turno 622
- ... esas han sido sus palabras, aproximadamente. Ambos han dicho casi lo mismo por separado, así que no es probable que mientan. - terminó Leofred de resumirles a los demás lo que había descubierto tras muchas horas de preguntas, negociación, y no poca paciencia. Intentaba no mostrarse demasiado satisfecho de si mismo; le había sorprendido tanto como el que más que el primer oriental aceptase su destino y respondiese a algunas de sus preguntas, pero sin duda había sido de gran ayuda. Después de aquello, y con algunas frases bien escogidas, no costó mucho convencer a su compañero de que también soltase la lengua.
La información no incluía pocas sorpresas. ¿Había un comprador para la armadura? ¿Eso significaba que sabían de ella y para quién estaba dirigida, o simplemente buscaban un botín valioso? En cualquier caso aquellos orientales no parecían saber más del tema. Si quien quedaba en fuga era el líder de su grupo, tal vez solo él tuviera toda la información.
- Probablemente ya haya huido, pero en caso de que no sea así, tal vez deberíamos disfrazarnos. ¿No os parece? - Señaló las armaduras y cascos de los orientales, así como sus armas, apartados a un lado. - Yo mismo no tengo muchas esperanzas de que lo encontramos sentado y esperándonos, pero a la larga, si lo alcanzamos, podría beneficiarnos que no nos reconociera como enemigos. - Había suficientes caballos y equipo para todos, con la salvedad de que Gwalin nunca pasaría por un jinete oriental con su estatura - Lo siento mucho maese enano, pero no se me ocurre cómo llevarlo a usted, salvo fingir que se trata de un prisionero. -
A todo esto se les sumaba otro problema, los orientales que habían capturado y de quienes ahora tenían que hacerse cargo. - Veo dos opciones ante nosotros. Llevarlos maniatados en sus caballos con sacos sobre la cabeza para quitarles las ganas de escapar a ciegas. O dejarles suficiente comida para que puedan regresar a pie al lugar habitado más cercano, con nada más peligroso que un cuchillo. - Ambas elecciones tenían sus desventajas Por un lado no serían una carga fácil de transportar, les retrasarían y corrían el riesgo de que escapasen o les estorbasen de algún otro modo. Por otro lado, libres y desarmados no serían un gran riesgo para nadie, y sin caballos no los alcanzarían, pero seguían siendo criminales y asesinos en lo que a ellos respectaba y se resistía a dejarlos en libertad.
TURNO 622
La tarde se les echaba encima mientras Leofred hablaba con uno y otro prisionero sonsacándoles cosas. El enano miraba de soslayo el interrogatorio en sus múltiples idas y venidas por el campamento. Estaba nervioso y se le notaba, pues sus gruñidos, aunque bajos se habían multiplicado en número en esas últimas horas.
Pero por fin Leofred se alejó de los orientales y les convocó para contarles lo que había logrado sonsacarles. Las noticias eran prometedoras. Solo quedaba un oriental que esperaba en un campamento a que llegaran los supervivientes a la escaramuza. Pero lo malo es que tenían un prisionero. Algo no le cuadraba al guerrero.
-¿Tienen un prisionero y han matado a nuestros compañeros? -pensó en alto más para aclararse sus propios pensamientos que para que alguien le confirmara la respuesta.
Debían acercarse al campamento, aunque con el tiempo que habían tardado lo más seguro es que el oriental hubiera huido ya. Además seguramente habrían acordado unas palabras para acercarse a modo de santo y seña.
La propuesta de Leofred no fue del agrado de Gwalin, aunque sabía que era lo mejor en aquellos momentos. Así que accedió y acompañó con su propia versión.
-A fe mía que no es mala idea, bardo, pero que sepas que no me gusta hacer de prisionero...y menos si me quitáis la cota, las armaduras y, sobre todo, las armas. Pero es buena idea. Yo llevaría a los prisioneros con nosotros, como si fueran un fardo, a la grupa de los caballos, atados, amordazados y con algo que les tape la cabeza...incluso a mí...grgrgrgrgrmmmmmm -gruñó imaginándose la escena-.Y los demás vestidos de orientales. Pero antes les intentaría sonsacar si han quedado en alguna seña al acercarse al campamento -dijo mirando a Leofred, quien era el que se estaba encargando del interrogatorio.
Turno 622
Con el paso del tiempo, Grimbeorn había ido recuperando parte de sus fuerzas y el dolor de cabeza había pasado a ser un recuerdo que, de vez en cuando, volvía en forma de punzada en la base del cráneo durante unos instantes. Pero lo que le alivió más fue el comprobar que su sensación de ser atacados por más orientales estaba equivocada o, al menos, no parecía ser tan inmediata como el animista había llegado a temer.
- Si bien pueden no mentir, no sería aconsejable confiarse. Deberíamos obrar con la posibilidad en mente de que pudieran quedar aun más orientales. - Las noticias que Leofred les transmitía sobre un prisionero escoltado por aquel último salvaje le causaban cierta impaciencia al norteño, pues intuía la identidad de esa persona, pero no quería echarlo todo a perder cuando el objetivo de su viaje parecía estar casi al alcance de su mano. - La idea de acercarnos a su campamento o, al menos, a su última posición conocida disfrazados como ellos pudiera servir, pero no deberíamos poner toda la carne en el asador. Maese Gwalin podría seguir al grupo oculto o desde los flancos, para atacar por sorpresa si fuera preciso. - A la vista de los últimos acontecimientos, Grimbeorn recelaba de la idea de dejar al enano desarmado y atado como un fardo a la grupa de un caballo; prefería al naugrim armado y listo para caer sobre sus enemigos. - Si consideramos que dieron muerte a Ibenar, Freagulf e Ional, y que muchos de nosotros hubieramos corrido la misma suerte en este último ataque, podríamos levantar sospechas si fueramos disfrazados y con prisioneros. En todo caso, podríamos amordazar a estos - Señaló a los orientales atados. - y llevarlos como si fueran heridos mientras cuatro de nosotros se hacen pasar por los compañeros victoriosos que regresan. Aunque tengo mis dudas de que estos salvajes recuperasen a sus heridos del campo de batalla para curar sus heridas. - Con aquellas palabras, el animista se encogió de hombros.
Turno 622
- Lo sabrán Edan, pero volver atrás ahora... Creo que debemos ser nosotros el que detengamos esta nueva amenaza o será demasiado tarde - le dijo al rohir.
- No sabemos si mienten o no, aunque como Leofred dice, todo apunta a que no es así - dijo Larrid valorando todo lo que se iba diciendo. - Presupongamos que solo queda un oriental, y que este guarda un prisionero... - pensaba en voz alta - … además deben de haberle dejado bastantes víveres si pensaban atravesar esta inhóspita tierra. - Hizo una pausa, mientras miraba a los dos reos y posaba su mirada en cada uno de sus compañeros.
- Por la mañana no encontramos huellas, salvo las que se perdían en la ladera - comenzó a razonar - y dudo que nadie se adentrase en Mordor solo, a cargo de un prisionero, y teniendo que manejar varias monturas a la vez. - Estaba seguro de que el enemigo que quedaba, no iría muy lejos.
- Pero siempre podemos estar equivocados, haber sido engañados, en cuyo caso la persecución no habrá cambiado - añadió - O mejor dicho, correrá a nuestro favor, el cansancio y la desconfianza harán mella en los pocos que puedan quedar, daremos con ellos... - estaba convencido.
- Descansemos, mañana antes de salir el sol, iremos en busca de ese campamento. Sin disfraces, no pasaríamos por uno de los suyos, será mejor cogerlos por sorpresa si siguen allí - no merecía la pena, después de lo que habían sufrido aquel día, continuar sin descanso.
RESOLUCION TURNO 622
El sol había desaparecido ya, para dar paso otra fría noche. Desde que salieron de las comodidades del lejano Tir Anduin, había, sufrido mucho. El cansancio por las largas galopadas, noches sin dormir, un ritmo endiablado, y todo culminó en una batalla que casi acaban con ellos.
El cielo estaba claro, como hacia días que no lo estaba, las estrellas y una luna prácticamente llena, alumbraban la oscura tierra en la se encontraban. La ausencia de nubes hizo que la sensación de frio aumentase, no había un “techo” bajo el que guarecerse. El viento azotaba libremente, racheado, trayendo consigo las bajas temperaturas arrastradas desde las cimas circundantes.
Un fuego ardía en mitad del campamento. Al amparo de las rocas, las mismas que servían de pantalla y que reflejaban la radiación del fuego, estaban algo más resguardados. La mayoría de los víveres que tenían estaban conservados, pero con algunas legumbres, embutidos y patatas, lograron hacer un guiso caliente.
Las teorías y planes se sucedieron. Edan pensaba en la amenaza que suponía que los orientales llegasen al sur, creía que todo lo que estaba sucediendo desembocaría en un complot orquestado para unirse contra el Reino Unificado, y todos sus aliados. Quería volver a Tir Anduin, avisar como fuese de aquel peligro, pero Larrid, aunque no descarto aquella idea, pensó que lo mejor era dar con el enemigo, y atajar esa opción. De volver por donde habían venido, seria tarde.
Mientras, Leofred, Gwalin y Grimbeorn, trataban de planificar una incursión al campamento enemigo. Disfraces, tretas que incluían hacerse pasar por uno de los orientales, e incluso llevar falsos prisioneros, fueron expuestas. Siendo tan tarde como era, y aun recuperándose de las heridas, Larrid los disuadió de aventurarse en aquel momento. Lo harían, pero esperarían a que la luz del alba alumbrase el rastro que debían encontrar.