Jaiou ¿me cuentas qué está haciendo tu personaje un día a tu elección entre el 15 y el 20 de mayo?
El 18 de mayo la señorita Herman charlaba animadamente con un viejo amigo en un pub despues de trabajar cuando la llamaron al movil y salio afuera ya que con el ruido apenas se ditinguia la voz.
- Saludos, Señorita Herman - dice una voz educada - ¿Le importaría meter la mano en la papelera de su izquierda? No se preocupe, está limpia. -
Ok, miro en la papelera.
Un pequeño chasquido indica que quien fuera que llamara ha colgado. Para tu sorpresa hay otro móvil en la papelera. En cuanto lo coges comienza a vibrar mientras se le ilumina la pantalla. Número desconocido, esto sí que no te sorprende.
- ¿Señorita Herman? Hola, a partir de ahora procuraremos ponernos en contacto con usted por medio de este teléfono. Es mucho más seguro. ¿Tendría usted algún inconveniente en dirigirse al aeropuerto antes de que transcurran tres horas? Se le necesita para un trabajo de emergencia. -
-De acuerdo, Sr. ...
- Señor Verdad. -
Por si te quedaba alguna duda se disipa con ese nombre. La Orden te reclama otra vez. ¿Qué será ahora, un horrendo asesinato ritual, apariciones en el cielo de Alaska? Sea lo que sea seguro que es un reto.
- Si no tiene usted ninguna pregunta le estaremos esperando a la salida del aeropuerto Ronald Reagan, Washington D.C.. Un coche le estará esperando allí. Deberá usted responder ante el nombre Asesores de seguridad. -
-Ningun problema Sr. Verdad. Espero que la recompensa no sea algo de lo que tenga que preocuparme, la haute couture ha subido de precio ultimamente... Me reuniré con los demás en el aeropuerto.
- Magnífico. Le deseo un buen viaje, Señorita Herman. -
El camino hasta el aeropuerto trancurre sin novedad, más allá de lo que es una metrópolis por la noche, a ratos repugnante, por momentos rebosante de belleza eléctrica. El viaje es en primera clase. La Orden sabe cómo tratar a sus empleados.
Una vez en la salida de la terminal tres del Aeropuerto Internacional Ronald Reagan ves la furgoneta. Negra, elegante, aerodinámica. A su lado un chofer de unfiorme sostiene un cartel:
Asesores de seguridad
Definitivamente, te esperan.
Me acerco pausadamente a la furgoneta y saludo al chofer con una sonrisa amable y segura:
-Buenas noches. Mi nombre es Donna Herman y tengo entendido que usted es la persona que me espera.
- Correcto, señorita Herman. Por favor, entre y póngase cómoda. Si no le importa le dirigiremos al hotel, donde se juntará mañana por la mañana con el resto de los agentes. -
Abre la puerta lateral de la furgoneta, mostrándote un interior digno de una limusina. Estás segura de que si buscas lo suficiente encontrarás incluso mueble bar. El olor que te llega es el de tapicería de cuero, aunque te extraña notar también olor a tabaco de pipa.
-Gracias.
Miro en el interior de la furgoneta inspeccionando visualmente todo aunque intentando no parecer desconfiada. ¿Veo algo interesante?
No parece que haya nada fuera de lugar, más allá del inisual lujo al que la Orden parece empeñada en acostumbraros. Lo más notable es que se nota el calor del uso en el vehículo. Es muy probable que se haya usado repetidas veces esta noche.
Subo a la furgoneta dispueta a que me lleven al hotel.
El viaje es cómodo y tranquilo. Por las ventanas tintadas ves la ciudad pasar. La enorme ciudad de Washington, capital de un imperio.
- Sírvase una copa si lo desea, Señorita Herman. -
Cuando llegáis al hotel te das cuenta de que está justo en frente del famoso hotel Watergate. Dentro te proporcionan la tarjeta que hace de llave de tu habitación. Son aproximadamente las tres de la mañana.
¿Alguna cosilla que quieras hacer?
Miro alrededor para ver si hay alguien esperandome, en caso contrario subo a la habitación ya que me encuentro cansada tras el viaje.
El recepcionista, un joven con algo de acné todavía en la cara y evidente cara de sueño, consulta un papel que acompañaba a tu llave-tarjeta. Levanta la mirada y, maquinalmente, te recita el mensaje.
- Señorita Herman, me comunican que mañana a las 9 de la mañana se servirá el desayuno y a las 9 y media procederá a reunirse con sus compañeros. ¿Necesita que le ayude en algo más? -
- No, gracias. Buenas noches.
A medias de un corto pero reparador sueño suena el teléfono. Tanteas la meilla, tirando los pendientes y alguna cosa más que no recordabas haber dejado allí. Descuelgas.
- Buenos días, servicio despertador del hotel. Son las 8:30 de la mañana y el desayuno le espera en el comedor. Buenos días. -
Me desperezo maldiciendolo todo, me doy una rápida ducha y tras arreglarme rápida y eficazmente ( me pongo un discreto pero elegante vestido gris y un zapato de tacon pequeño) me dispongo a ir al comedor.