La sentencia era obligatoria y ya comenzaba a imaginar que tipo de mujer era mi madre, a simple vista se podía decir que me parecía mucho a ella físicamente y tal vez en un momento de irracionalidad, hubiera odiado semejante apreciación sobre lo cruel que ha sido la vida conmigo. Parecerme a quien mas odio, sin duda es karmatico.
No obstante, eso parecía restar importancia ya que Sarah volvía a la carga con una nueva modalidad. Primero sollozos, ahora risas y notas de ira, estaba ante una bipolar y poco me importaba. El mundo de la moda fundía las neuronas a más no poder, dejando solo la cáscara para ser aceptada y recibir contactos. Pobre de ella, que pena me daba.
- Podrás decirme lo que te plazca, aunque no me importa ya que estas mal de la cabeza. Hace unos minutos llorabas, ahora denotas ira y después te preocupas. Deberías ir al psiquiatra o si tienes uno, cambiarlo o aumentar la dosis. - replico con sarcasmo, en eso salía a mi padre, pocas pulgas tenía y rápidamente podía volverme hostil si se metían conmigo.
Por suerte, la sin cerebro de mi madre se retira dejando algunas dudas en mi mente. Sabía que detrás de tanto maquillaje, tacones y vestidos de marca, algo escondía porque le preocupaba. Nos estaba previniendo de algo o de alguien, ahora bien... ¿De qué?
Mi padre indemne termina cerrando una conversación turbulenta con su ex, le dedico una mirada y espero su sermón. Tal vez ni siquiera lo reciba, me conocía lo suficiente como para saber que no me callo nada.
- ¿De qué nos advierte papá? Es evidente que ésta mujer a pesar de su locura algo ha intentado decirte. ¿Anda un loco suelto? ¿Quieren hacernos daño? Encima he soñado con ella hace nada... Cuéntame por favor... -pregunto en un tono dulce, jamás le alzaba la voz a Samuel y lo respetaba mucho. Una larga conversación nos esperaba, no me iría sin respuestas y eso estaba claro.
El silencio sigue a las palabras de Hollie. Sam mira consternado a su hija, como si estuviera sopesando seriamente si dar o no por zanjada la conversación. Reparas entonces en lo cansado que parece, y cómo ese aire apesumbrado que ahora empieza a rodearle le hace parece mucho mayor de lo que es en realidad.
La estrella de los Paranoid Robots se acerca hacia la puerta de su suite y la cierra de un portazo, visiblemente cabrado.
—Joder Sarah… tenías que aparecer justo hoy con tus historias y tus fantasmas del pasado—masculla entre dientes.
Se vuelve entonces hacia Hollie, apoyado contra la puerta.
—No es nada, Hollie —suspira y baja la mirada.
Silencio otra vez.
Entonces, de improvisto, Sam clava los ojos en los de su hija y se incorpora, avanzando firme hacia ella. Se para un momento frente a la descompuesta Hollie y la atrae hacia así, envolviéndola en un protector abrazo paternal.
—Sarah… —se interrumpe de repente y se separa un par de pasos—. Tu madre… no siempre ha sido la mujer fría e impasible que crees que es. Hubo una época en la que estuvimos muy unidos, y aunque no le gustaba mucho hablar de su pasado, sé que no siempre ha tenido una vida fácil —niega con la cabeza y se frota los ojos con la mano derecha—. Pero es tarde, Hollie. Mañana hablaremos de ello. Vuelve ahora a tu habitación.
El silencio reinó entre nosotros, era evidente que la presencia de mi madre azotó a los dos como si de un fuerte temporal se tratase. Aún me irradiaba la ira y la sorpresa de tenerle frente a mi, sumado a sus palabras y aquel misterio que tanto ella como mi Padre callaban. No sabía mucho que hacer o decir, había agotado todo el remanente de impulsividad que tenía para hoy.
Me quedo allí, de pie observando a Sam con un centenar de preguntas que no podían salir de mis labios. Estaba shockeada y bastante susceptible, algo que mi padre pudo captar y su abrazo inundó de calma mi interior, aunque sus palabras no surtieron el mismo efecto.
- Imagino que era una buena mujer hasta que la embarazaste y todo se pudrió. - bufo notablemtne ofuscada, no importaba como había sido en el pasado o la clase de persona que es. Nadie deja a su hija tirada luego de tenerla durante nueve meses en su vientre. Esa mujer no tenía corazón, tal vez lo tuvo para mi padre pero solo para él y el resto que se muera.
-Padre... No me digas que nada pasa aquí. Esa mujer te pedía llorando y luego enojada que me saques de aquí. No pretendas que soy tonta, tengo oídos y sabes perfectamente que no me iré de aquí hasta que me cuentes la verdad. Por favor papá, nadie se aparece así solo para molestar... - termino diciendo angustiada, si debía doler que así fuera. La verdad nunca me asustó, memos ahora.
El semblante de Samuel se ensombrece ante la insistencia de Hollie. Se separa de ella y se encamina hacia uno de los sofás que hay dispuestos frente a una enorme pantalla plana. El cantante se deja caer sobre la mullida superficie del mueble y, derrotado ante las presiones de su hija, le indica a Hollie que tome asiento frente a él. Parece que al fin Hollie va a obtener algunas respuestas.
Samuel frunce el ceño, pensativo, gesto que acentúa las arrugas de su frente y las patas de gallo que ya han comenzado a aflorar en el cantante. Por mucho éxito que los Paranoid Robots hayan cosechado, ninguno de sus miembros es inmune al inexorable paso del tiempo. Permanece en silencio un buen rato, encorvado y apoyando sus brazos sobre las piernas, como si estuviera tratando de ordenar sus ideas.
—Tu madre… no es una persona fácil de tratar —dice visiblemente cansado. Parece que a Hollie no es la única a la que Sarah Steiner es capaz de arrebatarle la vitalidad—. Hace cosa de tres años que no nos hablamos. La última discusión fue lo suficientemente fuerte como para dejar que nuestros abogados se hicieran cargo de las negociaciones de la pensión y del divorcio.
Samuel se retira el pelo de la cara y se retrepa en su asiento. No deja de mirar a su hija con preocupación.
—Pero no es por eso por lo que ha venido hoy, Hollie. No conozco todos los detalles, pero poco después de que comenzásemos a salir, tu madre me contó una historia que la marcó cuando no era más que una niña. Tenía un hermano, Billy, un niño frágil con quien mantenía una relación muy cercana. Eran pocos niños en el pueblo en el que vivían con sus padres, y tu mejor que nadie sabe lo que es crecer con poca gente de tu edad a tu alrededor —Samuel hace entonces una pausa, como si se estuviera cuestionando si continuar o no con la historia.
»Sucedió un verano —continua finalmente—. Ella y su hermano fueron secuestrados por una pareja de mediana edad que acababa de trasladarse al pueblo. Fueron con diferencia los días más traumáticos de su vida. Cuando salíamos todavía sufría terrores nocturnos reviviendo el episodio. No sé qué le pasó durante los tres días que estuvo retenida, pero al final consiguió escapar. Billy… él no tuvo tanta suerte. La policía encontró el cuerpo del muchacho una semana después. Y desde entonces Sarah vive atormentada por el recuerdo de aquel episodio…
Bajando la mirada hacia el suelo, tomo asiento en el sofá que se encuentra frente a mi padre. Observo con delicada compasión, su rostro y el cansancio de la misma vida que ha tenido, como hacia mella en él. Amaba a Sam por sobre todas las cosas y en parte lo admiraba porque pudo estar conmigo sin perder su sueño, algo que mi madre jamás tuvo la decencia de hacer.
- Espera... ¿Cómo es que hace tres años que no te hablas con ella? ¿Seguiste acostándote con esa zorra que me dejó abandonada en tus brazos? Es el colmo... - comento ya en un tono bastante ofuscado, no podía creerlo de mi padre y sentía por dentro que todo aquel pedestal lleno de halagos hacia él se desmoronaba ante la cruda realidad de que seguían juntos pese a todo. - No es una novedad que ella es difícil de tratar pero al parecer tu no aprendes. - replico, ya pasada por el intenso ardor en mi pecho que solo generaba mi mal carácter cuando estaba furiosa.
Luego de soltar mi veneno, uno que mi padre conoce demasiado bien y ha tenido que lidiar con él desde que nací, no por algo soy su hija, en ello compartimos el mismo "tacto y sutiliza" al expresarnos. Salvo que Sarah también tiene lo suyo, es irónica mi vida con estos padres que tengo. - ¿Estabas casado con ella? ¿Recién ahora me lo cuentas? - bufo molesta, moviéndome en el sillón fastidiada. El problema radicaba de que ahora, con mis 18 años, me estaba enterando de cosas que estuvieron delante de mis narices y jamás las vi porque él me las ocultaba.
Ahora suspirando por el amargo sabor de la verdad, me cuenta sobre un episodio traumático que ha vivido mi madre y su hermano. Tal vez si fuera en otra circunstancia, donde las cosas hubieran sucedido de forma diferente no tendría esta postura cargada de enojo. Su pasado era su problema, la habían secuestrado con su hermano pero no sentía pena por ello y ni tampoco quería compadecerme de alguien que me abandonó por su profesión.
- Ok Papá... ¿Y qué tenemos que ver nosotros en ello? ¿Por qué te pidió de formas diferentes que me saques de aquí? ¿Tiene miedo que me rapten? ¿Ahora se preocupa por mi? Vaya... ¡Qué buena madre! - termino escupiendo ironía por todos lados, su pasado era de ella y quería comprender que hacía metiéndose en nuestro mundo como una bipolar a los gritos, amenazando y exigiendo que nos vayamos de aquí. - Hay más... cuéntalo porque no tiene sentido padre. - expreso en un tono más relajado, él no tenía nada que ver en todo esto y se estaba digiriendo mis broncas.
Sam le devuelve la mirada a su hija, a medio camino entre la vergüenza y la decepción, cuando ésta le recrimina que la hubiera mantenido desinformada sobre su relación con Sarah. Es como si Sam se acabara de dar cuenta de que ha cometido un error proporcionándole a Hollie esas migajas de información.
Tras la sorpresa inicial recupera enseguida la compostura y te responde:
—Basta con decir que éramos jóvenes y estúpidos, Hollie. Nos escapamos a las Vegas después de terminar la gira del 92 en San Diego y nos casamos en una ceremonia discreta. Apenas aguantamos seis meses, luego ella se largó y… el resto de la historia ya la conoces —Samuel echa la cabeza hacia atrás y mueve el cuello de un lado a otro, un viejo tic que realiza para relajarse. Entonces continúa: —. Nos separamos, pero no iniciamos los trámites del divorcio hasta varios años después, cuando su carrera como modelo se vio truncada y decidió tocarnos las narices con los abogados. Les dejé a ellos que se encargasen de todo el papeleo y los procedimientos legales. No me siento orgulloso, pero tu madre me tenía tan cabreado que hasta le reclamé una pensión alimenticia, a pesar de que no había necesidad para ello. —El cantante hace una pausa para examinar detenidamente la expresión de su hija—. No te dije nada porque no merecía la pena que las neuras de tu madre interfiriesen con tus estudios. Además, me dejaste bastante claro que no querías saber nada de ella —añade no sin cierta acritud.
La explicación no termina de cuadrarte del todo, pero parece que Sam da el tema por zanjado. Le preguntas entonces sobre la relación que guarda la traumática historia de Sarah con su visita actual. Sam suspira y se levanta a por una cerveza del mini bar. Le trae a Hollie un refresco de soda.
—Ni yo mismo sé cuál es el sentido de esa historia, hija, porque la verdad es que tu madre está desquiciada. Se ha presentado aquí pidiéndonos ayuda porque… —te mira con recelo—. Como te he dicho no tiene sentido. Sarah cree que la mujer que mató a su hermano está en la ciudad. Dice que la ha visto y que tiene exactamente la misma apariencia que cuándo ella era una niña. La misma edad, el mismo corte de pelo… Sin duda sufre de estrés post-traumático o algo parecido, porque no dejaba de decir que esa mujer la está persiguiendo. Y que también vendrá a por ti, Hollie —guarda entonces un tenso silencio, estudiando tu reacción—. Creo que sólo trata de llamar la atención. Está tan desesperada que es capaz de inventarse toda clase de chorradas con tal de molestar.
Esa mirada la conocía demasiado y lograba que todo mi mal carácter se vaya por el retrete, lo respetaba de una manera tan noble que sería incapaz de interponerme a su actitud seria. Lo conocía, 18 años juntos en donde aprendí a conocerlo, viviendo cada una de las situaciones presentadas, a nuestra forma, pero siempre manteniendo esa unión que tanto consolidó la relación Padre- Hija.
- Está bien Padre... Ahora comprendo todo. - respondí al morderme la lengua para no soltar algo más fuera de lugar, considerando lo impulsiva que solía ser, estaba haciendo un esfuerzo enorme luego de haber escuchado una parte de la historia que desconocía. Lo estaba juzgando y a decir verdad, no debería hacerlo porque se ocupó de mi haciendo todo lo que tuvo a su alcance. - Lo siento, no tenía que haberte dicho esas cosas... Es que ... Me da mucha bronca Sarah y verla fue muy fuerte... No pude manejarlo, más aún cuando se dirigió hacia mi de esa forma. - confieso al bajar la mirada, me había comportado como una cría pero también aquella actitud hostil formó parte de tocar una cicatriz que siempre estuvo y ahora molesta a pesar de que los años transcurrieron sin más. Una marca, simplemente era eso, el recordatorio fehaciente de un episodio no muy grato para mi.
La conversación gira en torno al motivo que la impulsó a Sarah para venir aquí, al margen de ello mi padre me da un refresco de soda y le dedico una mirada de recelo, como diciendo: ¿En serio soda? pero de mi boca no sale nada, tampoco quería ofuscarlo más de la cuenta. - Lo que me importa es si tu crees en esto, si es necesario tomar precauciones en base a lo que cuenta ella. No sé que pensar papá, muy bien no está pero por las dudas puedes indicar que aumente el número de guardias para protegernos. - no es que creía por completo aquella historia de secuestro y asesinato pero por las dudas prevenir no era mala opción. Al ser una banda tenemos personas que cuidan de nosotros por los fans, al menos si agregamos más no sería problema.
- A ver, es que no creo pero por las dudas... No sé... prevenir. - doy mi opinión, ahora tocaba saber que pensaba Sam de todo esto. Si no le creía ahora, dudaba que me hiciera caso. Y tras decir aquello, bebo un poco del refresco.
Sam eleve el botellín de cerveza y da un largo trago en lo que Hollie se explica. Te observa detenidamente, tus gestos, tu expresión, mientras asimilas toda la información que acaba de darte. Y es que la pequeña de los Paranoid Robots también parece que le está empezando a pasar factura el cansancio.
Te dedica una sonrisa cariñosa cuando sugieres que refuerce las medidas de seguridad, y se levanta, apurando lo que queda de la cerveza, en el momento en el que dejas la conversación en el aire.
—Está bien, Hollie —sentencia—. Todavía sigo pensando que todo es una mamarrachada de tu madre para llamar la atención, pero más vale prevenir —. A continuación mira su reloj y se frota los ojos con la diestra, en un gesto de evidente cansancio—. Es tarde Hollie, vete a descansar. Seguro que Joe se está preguntando qué haces tanto tiempo fuera del cuarto. Y no quiero que saque conclusiones precipitadas sobre nuestra conversión —y no es para menos, pues Joe y Sam ya han tenido algún que otro encontronazo menor por vuestra relación, sobre todo al principio.
Samuel te acompaña hacia la puerta, aún pendiente de si quieres añadir algo más a vuestra pequeña charla nocturna.
Volvemos a la carga. Siento el retraso ^^U
Termino mi refresco un tanto pendiente de lo que pueda decir mi padre, se notaba que a los dos no se nos daba demasiado bien las conversaciones de madrugada. Y mucho menos por asuntos familiares, ambos sabíamos que Sarah era un hueso duro de roer pero al fin de cuentas, al menos darle el beneficio de la duda y aumentar la seguridad.
- Ya sé lo que piensas, al menos asegurarnos de que esa loca no tenga razón. - respondo mientras me incorporo y estiro la camiseta de Joe que me quedaba larga, igualmente llevaba unos jeans. - Si, debe estar preocupado... - me incomodaba un poco hablar de mi novio delante de mi padre, era un miembro de los Paranoid Robots y había ciertas cosas que era mejor dejarlas de la puerta del cuarto para dentro. Es el problema de tener un padre y para colmo bastante liberal.
- Descansa papá... Te quiero mucho y recuerda que estoy en la habitación de al lado. - expreso al besar su mejilla con cariño y le recuerdo a modo de advertencia, si surgía una escena de nuevo similar me alertaría demasiado rápido. También me resultaría horrendo escuchar a mi padre teniendo sexo con una fan, de solo pensarlo me quitaba el sueño. Era muy consciente de que al ser un hombre tenía sus necesidades pero no dejaba de ser mi padre.
Así que luego de la despedida, regreso a mi habitación buscando el calor y la protección de los brazos de Joe. Sin dudarlo, no existía nada mejor que estar allí, para él.
No problem, a seguir con la historia. :)